domingo, 1 de abril de 2018

¿Es el jugador de fútbol el mono del circo?, por qué no puede conocer las cuentas secretas de la FIFA, la todopoderosa multinacional del fútbol? ,¿Por qué no pueden saber cuánto dinero producen sus piernas?( Eduardo Galeano, 1994)

Eduardo Galeano, ha sido una de los fieles exponentes de que la pasión futbolera es inclusiva en donde conviven el pobre con el millonario y el analfabeto junto al intelectual. Como escritor, ha observado el fútbol tanto desde el eje socio-político así como desde el hincha del juego “puro”. Creía que el fútbol expresaba “emociones colectivas”, esas que generan “fiesta compartida o compartido naufragio, y existen sin dar explicaciones ni pedir disculpas”. De esas pasiones habla en “Cerrado por fútbol”, una compilación de sus escritos sobre el balompié (como se lo llamaba a principios del siglo XX ), recogidos después de su muerte en Abril de 2015 y publicado por Siglo XXI Editores. Algunos de ellos son inéditos, otros ya formaron parte del legado del escritor uruguayo.

Jugador frustrado, aseguraba “Desde chico quise ser jugador de fútbol. Y fui el mejor de los mejores, pero sólo en sueños, mientras dormía. Al despertar, no bien caminaba un par de pasos y pateaba una piedrita en la vereda, ya confirmaba que el fútbol no era lo mío”.

De todos modos, el jugador que nunca fue, se convirtió en un espectador, observador y crítico a la vez del deporte. Sin abandonar su pasión, reflejó en sus artículos sus ideas y mostró las otros rostros del fútbol, cómo el fútbol es un espejo de la sociedad. Cómo se mezcla y es utilizado por la política, cómo los medios influyen en la creación y destrucción de ídolos, cómo el fútbol tiene un efecto anestésico, sobre la población entre otras observaciones y críticas que volcó al papel:”Estaba visto: yo no tenía más remedio que probar algún otro oficio. Intenté varios, sin suerte, hasta que por fin empecé a escribir.”

En una frase que, seguramente se repetirá en millones de personas en Junio cuando comience Rusia 2018, Galeano describía qué le ocurría al inicio de los mundiales”.

Cuando el Mundial comenzó, en la puerta de mi casa colgué un cartel que decía: Cerrado por fútbol. Cuando lo descolgué, un mes después, yo ya había jugado sesenta y cuatro partidos, cerveza en mano, sin moverme de mi sillón preferido. Esa proeza me dejó frito, los músculos dolidos, la garganta rota; pero ya estoy sintiendo nostalgia.

En un tema que es recurrente en su obra, crítica a los poderosos, a los ladrones de guante blanco que discriminan a los “cabecitas negras” o los oprimen, a los que perciben como una amenaza y a los que les endilgan la culpa de todos los males. Esa crítica la hizo extensiva al mundo del fútbol, así por ejemplo defendió a Maradona, uno de esos “cabecitas negras” que osó criticar a los popes de la FIFA, que viajaban en aviones suntuosos, se alojaban en hoteles cinco estrellas y en palcos con aire acondicionado y heladeras con refrigerios y whisky a su disposición, mientras que los jugadores eran obligados a salir a la cancha en el mediodía mexicano de 1986, con temperaturas que superaban los 35 grados ( al día de hoy, se mantiene la discusión para ver si el Mundial de 2022 en Qatar, se mudará de mes, en virtud del las elevadas temperaturas que en Junio oscilan entre los 40 y 50 grados centígrados).

Galeano, en uno de los cuentos reunidos en “Cerrado por Futbol”, alaba al Maradona futbolista y entiende el por qué de su diatriba en contra de la multinacional FIFA, adhiriendo de este modo a las denuncias del “10”: “Ha sido su voz la que más fuerte ha denunciado a la dictadura de la televisión, que ha puesto al fútbol a su servicio y obliga a jugar al mediodía, bajo un sol que derrite las piedras. Ha sido y sigue siendo Maradona el hombre de las preguntas insoportables: el jugador, ¿es el mono del circo? ¿Por qué los jugadores no conocen las cuentas secretas de la FIFA, la todopoderosa multinacional del fútbol? ¿Por qué no pueden saber cuánto dinero producen sus piernas? ¿Por qué nunca los jugadores han sido consultados por la FIFA a la hora de tomar decisiones? ¿Por qué se alteran las reglas del fútbol sin que los jugadores puedan decir ni pío? .

A Maradona, como se dice en lunfardo “se le tenían jurada”. Con ironía, Galeano enumera los “crímenes” perpetrados :Maradona viene cometiendo desde hace años el pecado de ser el mejor, el delito de denunciar de viva voz las cosas que el poder manda callar y el crimen de jugar con la zurda, lo cual, según el Pequeño Larousse Ilustrado, significa “con la izquierda” y también significa ‘al contrario de como se debe hacer’. A Maradona, entiende Galeano, no le perdonaron nunca ser semi- analfebeto y tener ideas de izquierda (en mi opinión más por influencia que por conocimiento).

Para el escritor uruguayo, a Maradona la fama se le hacía cuesta arriba, era un peso que ni su cabeza ni su cuerpo estaban en condiciones de soportar. “Desde que la multitud gritó su nombre por primera vez, cuando él tenía dieciséis años, el peso de su propio personaje le hace crujir la espalda”, asimismo, los medios y los dirigentes en especial se habían aprovechado y lo habían endiosado, en forma hipócrita palmeándole la espalda, lo habían “empachado de ovaciones” y cuando veían su "peligrosidad “, le soltaron la mano.

“Este es un hombre que lleva mucho tiempo trabajando de dios en los estadios, sometido a la tiranía del rendimiento sobrehumano, acosado por las exigencias de sus devotos. Los devotos se refiere a sus admiradores que llegaron a fundar la iglesia Maradoniana. En tanto, “ el odio de sus ofendidos” , se pueden sintetizar en tres nombres en Havelange, Blatter y Grondona, con quienes Maradona mantuvo una relación de tirantez , que comenzó en 1986 con las críticas a las condiciones en las que debían jugar , se agravó en 1990 luego que Argentina perdiera la final con un penal , que , según denunció Maradona, no existió y fue un “pase de facturas” por sus constantes críticas.

Explotó en 1994 cuando a Maradona el control anti doping le dio positivo, encontrándose sustancias prohibidas como la efedrina, que ayudaban a mejorar el rendimiento dado que le permitían mejorar la oxigenación. Maradona había tenido un superlativo rendimiento en los tres partidos y una nueva consagración o reconocimiento, iba a tapar las figuras de los dirigentes. Es posible que el “analgésico “que nombra Galeano se la efedrina, ya que varios de los medicamentos de este tipo contienen efedrina.

Havelange, presidente entre 1974 y 1998 , fue quien impuso la FIFA como marca y le anexó al juego una visión comercial asociándose con la televisión y empresas multinacionales que firmaron contratos millonarios, siendo socios en el manejo del futbol a partir de oscuros negocios .Joseph Blatter, su sucesor, obligado a renunciar en 2015 luego de conocerse un entramado de negociados que incluyen soborno, fraude y lavado de dinero.y claramente también, Julio Grondona, presidente de AFA desde 1979 y vice de la FIFA desde 1988, que imitó en Argentina el modelo Havelange, priorizando el negocio sobre el deporte. Grondona, fallecido en 2014, fue acusado de ser un dictador, de manejar el fútbol, argentino en base a la obsecuencia del “sí Julio” y de “comprar voluntades” a través de préstamos a clubes a cambio del voto en favor de la continuidad ad eternum del fundador de Arsenal y expresidente de Independiente.

Ellos tres eran las figuras salientes, los que firmaban contratos millonario El costo pagado era alto, se obligaba y lo obligaban a jugar aun a riesgo de sufrir lesiones graves “empachado de cortisona y analgésicos”.

Galeano, en su escrito de 1994, al conocerse la exclusión de Maradona, subraya:” Maradona nunca había usado estimulantes en vísperas de los partidos, para multiplicarse el cuerpo. Es verdad que estuvo metido en la cocaína, pero se dopaba en las fiestas tristes, para olvidar o ser olvidado, cuando ya estaba acorralado por la gloria y no podía vivir sin la fama que no lo dejaba vivir. Jugaba mejor que nadie a pesar de la cocaína, y no por ella”.

Como queda dicho, en el que sería el último mundial de Maradona como jugador ( en 2010, seria técnico de la selección argentina), era figura, había convertido un gol frente a Grecia en el debut y le dio el pase gol para el triunfo frente a Nigeria. Para Galeano:” resucitó, y estaba siendo otra vez, por lejos, lo mejor del Mundial”. Sin embargo, la FIFA lo estaba esperando para tomarse revancha:” la máquina del poder se la tenía jurada. Él le cantaba las cuarenta. Eso tiene su precio, y el precio se cobra al contado y sin descuentos”.

Galeano, sin abandonar su admiración por el excapitán de la selección argentina entre 1983 y 1994 asegura que la afirmación negando haber consumido sustancias prohibidas y su frase jurando por sus hijas“me cortaron las piernas, fue un regalo para sus enemigos “la justificación por su tendencia suicida a servirse en bandeja en boca de sus muchos enemigos y esa irresponsabilidad infantil que lo empuja a precipitarse en cuanta trampa se abre en su camino”.

Han surgido otros jugadores , Messi, Neymar , grandes con la pelota y en sus equipos, si embargo parafraseando al escrito de Galeano en 1994 Maradona se fue.Nadie se divierte y divierte tanto charlando con la pelota. Nadie da tanta alegría como este mago que baila y vuela y resuelve partidos con un pase imposible o un tiro fulminante. En el frígido fútbol de fin de siglo, que exige ganar y prohíbe gozar, se va el hombre que nos demostraba que la fantasía puede también ser eficaz.

Y , nuevamente, parafraseando a Galeando, es posible decir que nos hemos quedado “Huérfanos de su magia y baile con la pelota, nos hemos quedado todos un poquito más solos.

Galeano. E (2017), Cerrado por fútbol. Buenos Aires :Siglo XXi Editores:2017

http://www.sigloxxieditores.com.ar/fichaLibro.php?libro=978-987-629-792-9

https://www.pagina12.com.ar/diario/especiales/subnotas/168770-53794-2011-05-26.html

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