miércoles, 26 de mayo de 2021

Santiago Lange , una historia de resiliencia y tenacidad; un hombre que enfrentó las adversidades para seguir persiguiendo sus sueños ( 2021)

Se acercan los Juegos Olímpicos de Tokyo, postergados un año por la pandemia, la delegación argentina tendrá un representante con mucha experiencia, Santiago Lange, que narra sus experiencias en "Viento" de Ediciones B en coautoría con el periodista Nicolás Cassese Santiago Lange, uno de los más grandes regatistas mundiales, recorre en detalle su vida; desde su infancia en San Isidro, donde dio sus primeros pasos como navegante, hasta los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en los que ganó su primera medalla de oro luego de haberse sometido a una operación de cáncer de pulmón. La medalla de oro de Río representa la conquista de un sueño que perseguí durante mucho tiempo. Ese podio olímpico no solo marca el punto más alto de mi carrera, sino que está ligado a las elecciones más importantes de mi vida. Sin que lo advirtiera, la línea que dividía mis días en el agua y mis días en tierra se fue borrando. Por eso, cuando me colgaron la medalla sentí que toda mi historia confluía en ese momento. Este libro cuenta la vida de uno de los más grandes regatistas, una leyenda deportiva mundial. Y cuenta también qué hay detrás de su glorioso regreso tras superar un cáncer de pulmón nueve meses antes de los Juegos Olímpicos de 2016. La de Santiago Lange es una historia de resiliencia y tenacidad; la de un hombre que enfrentó las adversidades para seguir persiguiendo sus sueños Algo muy simple ¿Qué se siente al ver en las librerías "VIENTO"? Santi: Soy muy vergonzoso, así que por un lado un poco de vergüenza y por otro lado mucha alegría que ya esté en las librerías. Fue un trabajo largo, y al principio empezó mal, me di cuenta que me estaba metiendo en algo que me costaba mucho, que no era mi territorio. Finalmente salió un proyecto muy lindo por haberlo compartido con Nico y con Héctor que hicieron un trabajo alucinante. Así que lindo que esté publicado y que la gente lo pueda disfrutar. El libro ¿buscar inspirar, además de contar la vida de un deportista de alto nivel? ¿Cuál es tu expectativa? Santi: El libro se hizo principalmente con mucha inconsciencia. Simplemente quería contar honestamente la historia de una persona. Siempre cuidado el tema de la simpleza y la honestidad; no buscaba nada más que eso. Mi expectativa es que el libro guste y la gente lo pueda disfrutar, que pase un buen momento leyéndolo. Y que cada uno rescate lo que le sirva y le tire para donde le tire. Está bueno que a cada persona algo como un libro le deje distintas cosas. } ¿Vienen más libros? ¿Que tal te resultó el ejercicio de la reflexión para escribir? Santi: Y no se sabe si habrá más libros. Este me dejó un aprendizaje tremendo, pude revisar cosas que no había revisado, sobre mis padres, sobre amigos, sobre historias que creía que habían sido de una manera o las tenía registradas en mi mente de una manera y quizás habían sido de otra. Pude hablar con amigos de cosas profundas que nunca había vuelto a hablar. Fue un ejercicio muy lindo. Duro al principio, un poco aburrido empezar a contar cosas que ya habías vivido pero fascinante al final. De cara a los juegos olímpicos - ¿cómo estás? ¿Cómo viene el año? Santi: Ahora estamos muy bien, falta poco para los Juegos, y es la parte emocionante del período olímpico, en este caso de los 5 años.. Es donde sabés que cualquier decisión que tomes ahora va a tener una influencia importante en el resultado de los Juegos. Y es cuando se empieza a sentir la presión de los juegos, ya empezás a vivirlos. Es un período que a mí personalmente me encanta. "VIENTO, la travesía de mi vida." Fuene: Lange, S. y Cassese, Nicolás ( 2021) "VIENTO, la travesía de mi vida", Ediciones B, Buenos Aires Conversamos Con Santi Lange sobre su libro “Viento” y su año de cara a los Juegos Olímpicos. Por Red Bull Argentina 08.03.2021

miércoles, 19 de mayo de 2021

90 años de futbol profesional en Argentina

En momentos en que terminaba la temporada de fútbol de 1930, en abril de 1931 los jugadores de fútbol de la liga oficial, la Asociación Amateur Argentina de Football (AAAF) organizaron una huelga exigiendo la libertad de pasar de un club a otro sin la necesidad de la autorización de ambos clubes. Es decir, querían que se acepte la posibilidad de cambiar de club contando sólo con la aprobación del nuevo club que los recibirían. Hasta entonces existía un sistema mediante el cual un jugador podía pasar de club con el consentimiento de ambas instituciones -no existía el pase libre. Si el jugador abandonaba su club y recalaba en otro sin el consentimiento del de origen, debía ser sancionado: no podía jugar en la categoría a la que pertenecía durante un período de dos temporada. Este castigo fue llamado "cláusula cerrojo o candado". Un acuerdo "de caballeros" entre los dirigentes de los clubes impedía la sustitución de la cláusula cerrojo por el pase libre. Cuando la huelga se inició, al finalizar el torneo de 1930, la Asociación debía cumplir un compromiso de jugar un partido con la selección paraguaya en Asunción. Debido a que muchos jugadores seleccionados no se alistaron en el equipo nacional, plegándose a la huelga, fueron sancionados con la suspensión de su fichaje. Así, la lucha de los jugadores pasó a tener dos reivindicaciones: el pase libre y la amnistía para los jugadores penalizados. Desde hacía muchos años el fútbol oficial estaba dominado por el llamado profesionalismo encubierto o amateurismo "marrón". Los mismos traspasos de jugadores tenían, en buena parte de los casos, causales económicas y no lealtades o afinidades afectivas. Si bien la práctica se generalizó desde principios de la década del '20, apareció mucho antes, y era tema de debate permanente en el país y en la Europa Continental1 . El pago a los deportistas podía hacerse al estilo de un premio después de cada partido o sumado a un pago mensual en dinero. Consecuentemente, todo esto producía serios problemas administrativos a las entidades, que debían dejar constancia de las salidas así como de las entradas en dinero de sus respectivas contabilidades y balances. Otra forma muy difundida era la de ubicar al jugador en una institución pública o privada en la que aparecía como empleado, pero a la cual jamás asistía2 . Algunos de los que reflexionaron en torno al nacimiento del profesionalismo en el fútbol argentino vieron unidos por una línea causal única, como el desenlace de un mismo conflicto, las reivindicaciones de los deportistas en huelga y la profesionalización del fútbol3 . En realidad, no parece haber existido conexión alguna entre ambos fenómenos. No existió una relación causal directa entre la huelga y la decisión de decretar el profesionalismo, a no ser que se crea, tal como se ha sostenido en el pasado, que el profesionalismo apareció para frenar las extremas exigencias de los jugadores4 . Cabe subrayar la superposición de dos conflictos: la huelga, por un lado, y el que giró en torno a la decisión de organizar el profesionalismo, este último en medio de una lucha enconada entablada entre los mismos dirigentes del fútbol. Fueron conflictos cruzados así como lo fueron sus derivaciones. Finalmente, quedaron satisfechos casi todos los reclamos: se otorgó el pase libre y se impuso el profesionalismo. Pero tal como suele suceder en los procesos sociales las nuevas realidades emergen de forma muy distinta a los planes y las voluntades. Tal vez, relatar la secuencia en la cual se fueron dando los hechos podría arrojar más claridad: a la preexistencia de cláusula cerrojo y el marronismo le sucedieron las pretensiones de los jugadores y convocatoria a una Asamblea general de la Asociación Mutualista de jugadores de football; de esa reunión partieron los jugadores en una marcha hacia la Casa Rosada para concretar una reunión previamente solicitada y pedir la mediación del nuevo presidente, quien aceptó hablar con un periodista y vocero de los huelguistas5 . El General y Presidente Provisorio Uriburu demostró darle poca importancia al tema y lo derivó al Intendente Guerrico, quien citó a los presidentes de los clubes para el 27 de abril. En esa reunión, les dijo que la "huelga y el profesionalismo estaban unidos", y conminó a los dirigentes a resolver los problemas6 . Si bien la polémica - dentro del marco de los dirigentes del fútbol- entre amateuristas y profesionalistas había aparecido desde los inicios de la década del '10, desde hacía algunos años distintos grupos de dirigentes venían trabajando con la idea de organizar una liga profesional7 . Luego del encuentro con los gobernantes y la presión ejercida por los jugadores, la abrumadora mayoría de los dirigentes de los treinta y ocho clubes de la primera división de la Asociación estaban definitivamente en favor del profesionalismo, pero la lucha giró en torno al modo de concretarlo. Los clubes más poderosos tomaron la delantera suponiendo que el desarrollo del espectáculo -condición necesaria para el profesionalismo- necesitaba de una liga de pocos y poderosos. Así, construyeron su propia federación, la Liga Argentina de Football (LAF). Esta entidad -ilegal a los ojos de la FIFA- armada por una quincena de clubes, impuso el profesionalismo sin pase libre. Elaboró un contrato tipo y rápidamente puso en marcha el nuevo sistema. La vieja Asociación Amateur, que quedó vaciada y sólo habitada por clubes más chicos y con pocos recursos, declaró inmediatamente abolida la cláusula que impedía el pase libre de jugadores entre clubes, junto con una amnistía total. Así, la Asociación de futbolistas consideró "ganada" y consecuentemente resuelto el conflicto que había dado origen a la huelga. Conviene poner el acento en la singular participación del Estado, al analizar la situación planteada por los jugadores y la consiguiente solución a lo que pareció en algún momento un callejón sin salida. En principio, es notable el interés de los todos los protagonistas por la opinión y la acción estatal. Los jugadores recurrieron abiertamente al jefe del Estado proponiéndole juegue de mediador en el conflicto. Los canales entre los dirigentes de los clubes y de las ligas oficiales estuvieron abiertos con funcionarios de distintos niveles, en un eterno ida y vuelta. La relación entre Estado y dirigentes de liga puede vincularse al similar origen social y familiar de los personajes. Pero además, con la actuación del Presidente Marcelo T. de Alvear en 1926, laudando diferencias entre las dos asociaciones existentes para logra la unión de ambas, el fútbol se transforma en materia gobernable8 . Nos encontramos en una situación en la cual la voz del Estado era solicitada y muy bien recibida por todos sectores. Los jugadores no estaban organizados en torno a ninguna bandera política general, y siguiendo el tono de la época radical, vehiculizaron su protesta a través de los despachos oficiales, cumpliendo así el Estado su papel de mediador y árbitro en los conflictos sociales . Tal como se vio arriba, huelga y profesionalización fueron dos problemas que pesaban sobre el fútbol oficial pero sin relación de causa efecto a alguna entre ellos. Los jugadores jamás pidieron el profesionalismo, que por lo demás, jamás debatieron en sus asambleas. Los dirigentes recibieron delegaciones de jugadores y se mostraron cerrados a cualquier acuerdo sobre el pase libre. Pero apareció el Estado. Los jugadores en su pintoresca marcha hacia la Plaza de Mayo y entrevistándose con el jefe del Gobierno Provisional. El Intendente Guerrico reuniéndose con los dirigentes de los clubes. En ese encuentro el funcionario unió las dos cuestiones en un solo haz. El argumento que dominó la reunión entre el alcalde y los dirigentes se basaba en la creencia de que el profesionalismo era deseado por los jugadores. Pensaban que con el conflicto tenía raíces económicas. En definitiva con el profesionalismo, los huelguistas lograrían cobrar más dinero que hasta entonces, y consecuentemente, desecharían el pedido del pase libre10 . El funcionario conminó a los presidentes a aprovechar la situación del conflicto huelguístico para hacer algo que, por un lado solucionaría la huelga y, por otro, provocaría un cambio notable en la del fútbol oficial, beneficiando a las instituciones. Tal vez de manera un tanto inesperada para el propio funcionario, la iniciativa produjo en los dirigentes un efecto de liberación de viejas ataduras y prejuicios respecto de la instauración del profesionalismo. El Intendente logró la unidad de los dirigentes de clubes más importantes bajo el paraguas que él mismo brindaba al incentivar la llegada del profesionalismo. Es decir, dio permiso, legitimando la opción por el deporte profesional, como paso necesario para destrabar el conflicto huelguístico y a la vez, reorganizar el espectáculo deportivo. Los hombres que dirigían el Estado, desde una posición estratégica y formando parte del bloque de poder, ven y actúan direccionalizando al conjunto social11 . La actuación de Guerrico es definitoria para apurar, dar una orientación y una definición a los problemas planteados. Un pequeño esfuerzo, un pequeño gesto ayudó a resolver lo que para los dirigentes del fútbol se presentaba como un dilema. Con una maniobra -tal vez sólo posible desde el lugar que une la (necesaria) pertenencia a una parcialidad y jerarquía estatal- disciplinó, reagrupó a los dirigentes, apuró la reorganización del espectáculo y destrabó la huelga. Así, a través de su actuación en la serie de reuniones - públicas o secretas- el Estado legitimó la postura en favor del profesionalismo y lo ligó al conflicto de los jugadores12 . De ahí en más los dirigentes no dudaron. Con el tiempo, y durante la misma década los lazos entre los clubes y el Estado se hicieron más fuertes, girando siempre sobre la base de la constitución y desarrollo del gran espectáculo13 . A partir de ese momento, entre los dirigentes, la polémica amateurismo o profesionalismo pasó un segundo plano. Y esto no debería considerarse un detalle irrelevante. La dirigencia de los clubes de fútbol arrastraba el peso de una tradición que emparentaba la práctica deportiva al ideal del fair play y del amateurismo. El profesionalismo tuvo, en líneas generales, "mala prensa". Se pensaba que su llegada implicaría la puerta de entrada de los peores males dentro del inmaculado mundo del deporte14 . . No fue casualidad la aparición de una serie de justificaciones los días posteriores a la creación de la LAF. En la prensa escrita pueden leerse declaraciones en las que los dirigentes sostenían que dedicarían parte de las entradas al mejoramiento de instalaciones, que promovían el profesionalismo para mejorar el espectáculo, que serían los primeros en velar por la deportividad de los jugadores y la imparcialidad en el juego, etc. El Intendente mostró el camino que destrabó el trance. Encauzó la acción de los dirigentes y los comprometió a resolver el problema con urgencia. Los presidentes de los clubes de la AAAF quedaron con la tarea15 . Rápidamente, se dividieron en dos grupos. El primero quedó constituido por la mayoría de los clubes más poderosos, por su caudal societario y de boletería. Las cabecillas de este grupo propusieron un modelo de liga profesional "cerrada", solo integrada por pocos y grandes. Los "rupturistas" o "cerrados" obraron rápidamente y con cierta agilidad. Aprovecharon la oportunidad para dar varios golpes simultáneamente: terminar con la ilusión del pase libre y decretar el profesionalismo. Todo en un movimiento, junto con la creación de una superliga de pocos. Obviamente, para el cambio de las estructuras orgánicas del fútbol federado, no se consultó ni a los socios de los clubes, ni a los jugadores16 . El segundo grupo de entidades, se formó por los clubes marginados de la LAF y que quedaron en la AAAF. En su mayoría, no eran menos profesionalistas que aquellos, sólo que permanecieron fuera del gran juego. Sin el concurso de las grandes instituciones era impensable abandonar el amateurismo. Ese relegamiento implicó la muerte de varios de esos clubes, o por lo menos, de la práctica del fútbol competitivo dentro de estas instituciones. Respecto del profesionalismo, los dirigentes veían sus beneficios y sus perjuicios. Los primeros implicaban el blanqueo de una situación administrativa intolerable, en la cual, los clubes debían manejar varios sistemas contables paralelos. Además, suponían que con el cambio de sistema, podrían manejar los montos de los pagos a los jugadores, es decir establecer topes para los pases, primas y contratos: una ilusión. Ideológicamente implicaba un paso riesgoso. Como se vio arriba, el profesionalismo podía aparejar el relajamiento de lo que quedaba por relajar en materia de conductas deportivas dentro de las canchas: un peligro. A poco tiempo de avanzar la huelga y esbozada la decisión de la nueva organización del fútbol, apareció un fantasma. Un empresario teatral fundó la "Corporación Argentina de Jugadores de Football", a través de la cual se disponía a generar un poco claro emprendimiento mezcla de "empresa, club y equipo", ofreciendo contratos a jugadores con la intención de participar del torneo. Ante esta situación, la Asociación Mutual de Jugadores se declaró en contra de la firma de contratos de sus afiliados con tal personaje. Paralelamente, los dirigentes se inquietaron ante esta aparición: una operación que desde fuera de los clubes intentaba colarse en el universo de competidores, con el sólo y claro objeto de participar de un negocio. A través de varias declaraciones en la prensa, los dirigentes difundieron sus posiciones. En principio, sostuvieron que la aparición del llamado "capitalista" era una estratagema de los jugadores para presionarlos. Luego, cuando la asociación de jugadores declaró no ver con buenos ojos a dicho personaje, los dirigentes sostuvieron la intención de impedir la participación de emprendimientos por el estilo dentro del mundo del fútbol. Probablemente este empresario haya visto lo mismo que los dirigentes. Una veta, una generosa y extraordinaria posibilidad de entrada de dinero realizada a través de una inversión de relativa significación. En realidad, nadie sabía muy bien cual sería la relación entre la inversión (comprar los pases y arreglar los contratos con los jugadores) y los futuros ingresos. No obstante, y a pesar de algunas dudas, se suponía que se estaba abriendo la puerta a un nuevo escenario económico. En buena medida el optimismo era razonable. La novedad del profesionalismo, en el marco de la creación de una nueva liga, generó una especie de beneficio económico extraordinario para los clubes más ricos. La LAF quedó fuera de la FIFA, que reconocía como liga oficial a la AAAF, lo cual, habiendo sido deseado o no, generó una ganancia excepcional. La nueva LAF no pagaba el pase de los jugadores por primera vez contratados a ninguna institución, o por lo menos no estaba obligada a ello. Con la escisión, se había roto de hecho el antiguo pacto de caballeros y se había generado otro nuevo, esta vez sólo con los caballeros de los clubes que integraban la LAF. Es decir que, un club como River interesado en contratar a un "crack" como Carlos Peucelle, no negociaba con el club de origen del jugador, el Sportivo Buenos Aires, que no pertenecía a la LAF, sino que lo hacía directamente con el jugador . Los dirigentes de la nueva liga establecieron un convenio secreto en el cual se obligaban a no quitarse jugadores entre ellos durante el primer año de vida de la nueva entidad profesional. Fuente: Frydenberg, Julio D. El nacimiento del fútbol profesional argentino: resultado inesperado de una huelga de jugadores Trabajo presentado en el IIº Encuentro de Deporte y Ciencias Sociales Facultad de Filosofía y Letras - UBA Organizado por el Area Interdisciplinaria de Estudios del Deporte - 6 de noviembre de 1999 Fuente: efdeportes.com

lunes, 17 de mayo de 2021

El día que Diego Maradona se negó a jugar con la camiseta de River en un partido a beneficio

Fue en enero de 1981, antes de pasar a Boca. En un club de barrio de Esquina, Corrientes, ciudad natal de Doña Tota y Don Diego, deleitó a todos con los colores de San Lorenzo. Esta es la historia, una de las tantas, que retratan el amor y el orgullo que Diego Maradona sentía por los colores de Boca. En una de sus tantas visitas a Esquina Corrientes, la ciudad natal de sus papás Doña Tota y Don Diego, un joven Diego Maradona organizó un partido a beneficio del hospital San Roque. Para esa tarde de celebración le propusieron jugar con la camiseta de River, pero él no quiso saber nada y se negó rotundamente. Terminó vistiendo una con los colores de San Lorenzo. Era enero de 1981, Maradona ya había sido campeón del mundo juvenil y sus actuaciones destacadas en Argentinos Juniors despertaron el interés de Boca, que en febrero del 81 se quedaría con sus servicios. Para escaparse un poco de todo lo que se venía hablando decidió irse unos días a Esquina Corrientes con sus papás y Claudia. No era la primera vez que visitaba esa ciudad, desde pequeño había pasado veranos con familiares y había forjado una gran relación con algunos chicos con los que compartía salidas y su pasión por el fútbol. Juan Loreto, amigo de la familia, hacía las veces de anfitrión y le prestaba la casa a los Maradona para que pasaran sus días en esa pequeña ciudad ubicada al suroeste de la provincia de Corrientes. Diego nunca fue ajeno a las necesidades de los demás y menos cuando se trataba de un lugar tan querido para él y su entorno más cercano. Por eso decidió realizar un partido a beneficio del hospital San Roque en el club San Martín de Esquina. El rival era un combinado de jugadores de la zona que se preparaba para un torneo de fútbol de salón en Buenos Aires. Ya estaba el lugar, y el rival, faltaba elegir un conjunto de camisetas para poder jugar. Juan que se había ofrecido a hacer de técnico del equipo, era fanático de River y le propuso jugar con la camiseta del millonario a lo que Diego un tanto ofuscado le respondió: “Ni loco juego con esa camiseta”. Su negativa iba más allá de la coyuntura del momento, a Diego nunca le gustaron esos colores. Ante tan rotunda respuesta y viendo que se acercaba la hora del partido, Juan salió a buscar camisetas y compró un juego de San Lorenzo. Cuando apareció en la cancha con esas camisetas recibió la aprobación del Diez y salió a jugar. La cancha estaba repleta de gente que deliró al ritmo de Diego y sus gambetas y se consiguieron fondos para realizar obras en el hospital. Costanera Diego Armando Maradona En diciembre de 2020, en Esquina se inauguró un paseo costero con una extensión de 320 metros. El intendente Hugo Benítez decidió ponerle el nombre Diego Armando Maradona. Del acto participó su hermana Ana y Matías Morla. Además, se entregaron las actas de nacimiento de los papás de Diego y se realizó la cruzada solidaria “Las Diez del 10” donde se donaron pelotas y camisetas de fútbol, juguetes y regalos para los niños de 40 merenderos de la ciudad. Fuente Emiliano Santarelli, Todo Noticias , Argentina 16 de Mayo 2021

jueves, 13 de mayo de 2021

La conmemoración del 25 de Mayo , es un momento "bisagra", nos remonta a la génesis de lo que hoy llamamos Argentina, nos remonta a la historia de nuestro país y a nuestra identidad

El 25 de mayo de 1810 es uno de esos “hechos bisagra”; es sin dudas un momento de génesis de lo que hoy llamamos la Argentina. Y por esta razón en cada conmemoración nos plantea analizar aquel punto de inicio, las rupturas y continuidades. Nos remonta a la historia de nuestro país, a nuestra identidad; es hablar de los que nos pasó como sociedad y patria. La historia no es un simple recordatorio y una enumeración de los hechos, es un proceso dinámico, un contínuo devenir que determina el presente y condiciona el porvenir. Esta fecha nos invita a reflexionar sobre el concepto de revolución, de nación, de pueblo, nos invita a pensarnos como sociedad, con nuestros triunfos y derrotas, nuestras glorias y miserias. ¿Qué representación tenemos del 25 de 1810? Sin dudas predomina un relato romántico, el pueblo quiere saber de qué se trata y el surgimiento del Primer gobierno Patrio. Existen abundante bibliografía sobre los sucesos de mayo de 1810, pero poco se sabe de la postura americanista de Castelli, Belgrano, Moreno, Monteagudo sobre los pueblos originarios, es decir, aquella vinculada a la emancipación social. Éstos a diferencia de los Saavedristas, proponían un cambio profundo del orden social español, que se había sostenido por siglos sobre un rígido sistema estamental que condenaba a la exclusión social a esclavos, indígenas y mestizos, dejándolos fuera de cualquier participación política de la sociedad. Monteagudo redacta por ejemplo la proclama de Chuquisaca de 1809, donde la reivindicación de la libertad para el indígena es fundamental, y junto a Castelli, en la campaña del Alto Perú, llevaron a cabo la Proclama de Tiahuanaco, que eliminaba toda forma de servidumbre y explotación de los indígenas. Esta convicción emancipadora de los Morenitas de mayo encontró la férrea oposición de las minorías que usufructuaban los beneficios económicos y sociales del antiguo orden social absolutista colonial. Donde se encontraban los españoles, pero también los criollos poderosos de la época. Hoy es una fecha que nos invita a reflexionar, no solo sobre ese pasado de 1810 caracterizado por dos maneras diferentes de construir una nación, sino también a repensar, a problematizar este presente que exige de nosotros/as una mirada latinoamericanista, soberana, solidaria, para seguir construyendo esa patria soñada. Fuente: Pablo Rolón /Secretaria DDHH , Asociación del Magisterio de Santa Fe(AMSAFE), Gral. Obligado

miércoles, 5 de mayo de 2021

A 30 años del retiro de Bochini: " Pase maestro, lo seguimos esperando"

Su figura hacía honor al Fútbol Dinámica de los impensado de Panzeri, es que Bochni era bajo, en sus inicios en los 70, tenía pelo, pero con el paso del tiempo se puso pelado. Correr, corría poco, la entrega física no era lo suyo, sin embargo hoy a 30 años de su retiro, su gambeta corta y sus pases gol, se extrañan. No surgió en el fútbol argentino quien tenga la magia "bochinesca" ( palabra no aceptada por la real academia española, pero que el fútbol le dio un lugar privilegiado, definiendo la excepcionalidad del juego de Ricardo Enrique Bochini, el” Bocha"). La hinchada de Independiente cantaba que sólo le pedía a Dios que "el Bocha juegue" para siempre", pero la súplica no fue escuchada, el 5 de Mayo de 1991 una dura patada de Erbín en el partido frente a Estudiantes, lo obligó a decir basta y colgar los botines. Atrás quedaban ganó 4 torneos argentinos, cinco Copas Libertadores, 2 Copas Intercontinental y 3 Copas Interamericana. Tuvo la dicha de ser respetado por todas las hinchadas y hasta darse el lujo de ser ídolo de Maradona y que el mismo Diego lo alabara y le dijera "maestro" y faltando cuatro minutos para que culminara la semifinal del Mundial 86 contra Bélgica, lo invite a ser activo participante del equipo que sería cuatro días más tarde campeón mundial:" Pase maestro, lo estábamos esperando”, fueron los 5 vocablos que el diez le expresó. Para el recuerdo quedan sus 97 goles en primera (dos menos que Passarella, el defensor más goleador del fútbol argentino). Como escribió Alejandro Caravario en "Un caño", su secreto era su genialidad, la misma que lo llevó junto a sui mejor socio futbolístico, Daniel Bertoni a ganarle a la Juventus 1-0 en el único partido de visitante el el estadio Olímpico de Roma en un gol se rescató hace pocos años. Simple como su magia que nos dejó hace 30 años, no pateaba tiros libres ni penales y no cabeceaba. "Era un diez contra natura. Ensimismado en la gambeta picante y, ya en la madurez, en los toques magistrales que horadaban la defensa más pintada", agregó Caravario para describirlo. Para dejar claro que era un fuera de serie, Caravario sostuvo:" Había algo disfuncional en su talento. Bochini, de alguna manera, no encajaba en ese mundo. Sobrevivió recreándolo a la medida de su genio silencioso y distante. Allí donde sólo había espectacularidad, él introdujo la sutileza, la complejidad de la belleza.cumplía cabalmente con eso del jugador único. Del fenómeno, Por lo tanto, su adiós después de veinte temporadas en la primera de Independiente “fue un golpe al corazón. Significaba afrontar una ausencia estrepitosa. Un fútbol desmejorado, insulso”, concluyó Caravario. Su historia está lleno de reconocimientos, de transmisión de generación en generación contando una y otra vez que era un fenómeno como pocos y patrimonio argentino y que por más que una calle lindera al estadio "Libertadores de América", tal el nombre del estadio de Independiente, Bochini sigue faltando, mientras tanto los amantes del fútbol, repetimos" Pase maestro, lo seguimos esperando". Fuentes: Cultura Redonda, Grandes Duplas: Bochini- Bertoni, 19 de Mayo de 2016 Caravario, Alejandro. El doble retiro de Bochini, revista Un Caño, S/F

sábado, 1 de mayo de 2021

Aniversario Cómo se vivió la llegada de la TV a color, hace 41 años, con el rojo como amenaza

Aniversario Cómo se vivió la llegada de la TV a color, hace 41 años, con el rojo como amenaza Después de dos años de experimentación, el 1° de Mayo de 1980 comenzó la TV policromática en la Argentina. Gustavo Yankelevich y Edgardo Borda, dos próceres del medio, pincelan la paleta de aquellos tiempos. Tiempos modernos para hablar de viejos tiempos. Va un whatsapp a Gustavo Yankelevich para ver a qué hora podemos hablar sobre la historia de la TV a color, de la que este sábado 1° de mayo se cumple un nuevo aniversario. Respuesta inmediata: una captura de Google con la definición de “moaré”. También conocido como muaré. El diccionario elegido por él (con definiciones de Oxford Languages) dice: “Tela a la que se le da un acabado que produce un efecto de aguas, en especial la de seda”. Y enseguida aclara, pincelando la época con un puñadito de palabras, virtud de los que tienen conocimiento de causa, que “no debíamos permitir, de ninguna manera, que algún actor o actriz usara algo en su vestuario que pudiera producir el efecto moaré”. Claro, se venía de la pelota dominada de la amplia gama de grises, estrenada el 17 de octubre del ‘51 -fecha del inicio oficial de la TV argentina-, y de pronto se pasaba a la llamada “pantalla cromática”, como se le decía coloquialmente a la policromática, más allá del blanco y negro. Con todo el entusiasmo, pero también con todas las dudas. Para la maratón que hizo en ATC por la Guerra de Malvinas, junto a Cacho Fontana, Pinky utilizó ropa que pudiera lucirse también en el blanco y negro. La premisa era no olvidar a los que tenían televisores no compatibles. Y con el rojo como el color más peligroso, porque se le daba por fugarse de los bordes. La historia señala al 1° de Mayo de 1980 como el día en el que comenzaron las transmisiones a color en la Argentina de manera continua. Antes de que aparezca una voz que diga “pero, ¿cómo?, si yo vi la final del Mundial 78 a todo trapo”, aclaremos bien lo de las fechas. Es que, antes de que se pudiera implementar el nuevo sistema, hubo transmisiones experimentales, para poder ajustar la imagen y los contenidos al universo de avanzada. La tele, como chiche que había salido a competirle a la radio, ya no era novedad. Había que ir por más. La final del Mundial '78 fue uno de los hitos que se televisó en colores, antes de que comenzara la transmisión regular desde el '80. Fue en ese largo camino previo que, algunos, en caso de haber tenido televisores compatibles, pudieron ver, por ejemplo, la final de Argentina-Holanda de 1978. También tuvieron esa chance los que habían comprado la entrada a los cines que la habían adquirido para pasarla en pantalla gigante. Televisión de grandes ligas Como para entender el salto cualitativo y cuantitativo que representaba pasar de los grises a todos los tonos posibles de una paleta que parecía utópica hay que hacer una escala en el país de ese año, atravesado en todo sentido por la dictadura militar. De los 4 millones de hogares que tenían al menos un televisor en su casa, sólo unos 250 mil tenían la chance de recibir el color. Y, además, debían estar habilitados para acceder a la norma Pal-N, la que había adquirido la Argentina. La grieta televisiva de esa época era Pal-N versus NTSC. Si nos habremos familiarizado con esas siglas (los que nacimos mucho antes del ‘80). Además, no todos los aparatos comprados en el exterior (la mayoría los había importado) se adaptaban con facilidad. Acceder a uno rondaba los 500 dólares. Las crónicas de ese entonces hablan de que un televisor color de 20 pulgadas equivalía a tres heladeras. ¿Qué hacían, a partir del 1° de Mayo de 1980, los que tenían televisor blanco y negro? Como era la mayoría, no podía -ni se debía- desatenderla. A cuento de esto, Edgardo Borda, un personaje moldeado en el riñón de la TV, que a sus 91 años sigue trabajando en El Trece, comparte con Clarín una anécdota maravillosa: “Nosotros veníamos laburando con las pruebas color desde hacía bastante y, cada tanto, nos reuníamos con todo el mundo. Queríamos aprender y entender bien cómo era este asunto. Un día, un yugoslavo nos pasa un partido de fútbol en colores. Jugaban unos de remera rosa y otros, de celeste, con pantaloncitos negros. Se veía impecable. Nos pregunta qué nos parece, todos dijimos qué bueno, qué esto, qué lo otro. Y luego nos pide que miremos a un costado, en otra pantalla, el mismo partido, pero en blanco y negro… y todos parecían del mismo equipo”. Edgardo Borda, un hombre de la televisión: del '51 a estos días. Sigue trabajando en El Trece y ahora comparte sus recuerdos con Clarín. No había que soltarle la mano, entonces, a los más de tres millones que seguían viendo a la vieja usanza. Y, al mismo, tiempo, había que subirse a la ola de la avanzada. La era del "se ve todo" Atrás empezaban a quedar viejos trucos para que todo se viera lindo en tiempos del blanco y negro. “Tuvimos que dejar de usar una banda roja de maquillaje que se les ponía a algunos en la papada, para que la luz cenital no diera oscuro en la pera”, cuenta Borda, un ser delicioso que está en la TV desde que la TV existe: empezó en el ‘51, en Canal 7, siguió en Canal 9 y en el ‘64 entró al 13, donde desplegó su magia en el área de producción, de dirección, de buenos modales, de carisma, de todo. Se jubiló y volvió: “Soy el único que tiene doble legado en el canal: 1116 y 3016”. Desde su casa de Palermo, confiesa que lleva contados, como los presos, “410 días… Es el tiempo que hace que no voy al canal. Me voy a volver loco”. Y cuenta, también, que “el blanco y negro disimulaba muchas cosas. Cuando apareció el color tuvimos que ser muy sutiles en todo. Un rayón en una escenografía, que antes pasaba de largo, de pronto se notaba. Había mucha sensibilidad en toda la pantalla. Y hubo que prestarle muchísima atención al vestuario y al maquillaje, para que fuera más fresco, más natural. Antes de eso se usaba uno pesado, tipo máscara, para que tapara todos los poros. Otro tema eran las pelucas, que con el color tuvieron que subir de nivel, porque si no se veían como un cachivache”. Lo que para el espectador fue la gloria televisiva, hacia adentro se vivía como un frente interminable de desafíos. Esa misma distancia de estados se dio a la hora de celebrar el color: porque ese 1° de Mayo de hace 41 años fue clave para el público -salvo para aquellos pocos que habían podido ver algunas cosas- que descubría la vida cromática detrás de los grises de siempre. Sin embargo, para los que estaban trabajando en eso, esa sensación ya era una vieja conocida. “Recuerdo estar en el estudio y estar más pendiente de la transmisión que de las emociones del color. Nosotros ya estábamos familiarizados con el color. Y, si no me falla la memoria, entiendo que salió muy bien desde el vamos, salvo alguna cosa mínima”, reconoce Borda. Más allá de que algunos testimonios de la época hayan marcado la posible peligrosidad de emisión a color en personas que estuvieran a menos de un metro y medio de la pantalla, los que fueron parte de aquel hito descartan que haya sido una amenaza a la salud. El color, con todo lo que eso significaba, estaba aprobado por Ley: en la 21.895 figura que se adopta para el color el sistema Pal-N. A partir de 1980, los viejos televisores empezaban a quedar atrás. Hoy son un chiche de colección. Lo cierto es que ese Día del Trabajador, tras verse el celeste y blanco de la bandera argentina, ATC y Canal 13, con Fernando Bravo en una señal y Pinky en la otra, la TV argentina, parafraseando a Luis Sandrini en la película Cuando los duendes cazan perdices, vio los colores. La bienvenida de Pinky “¿Y cómo hago para dominar la emoción, si estoy aquí para despedir a una vieja amiga? Tengo que decirle adiós a la televisión en blanco y negro (…) Señoras y señores, he aquí la televisión en color”, dijo aquel día Lidia Satragno en un discurso que fue levantando emotividad y colores, mientras la bandera flameó entre una situación y otra. Canal 9 se sumó a la movida policromática recién el 9 de mayo y, más tarde, Canal 11. “Hubo que prestarles atención a muchas cosas que antes teníamos naturalizadas. Por ejemplo, la continuidad en el vestuario. O los pro y contras de algunos colores”, cuenta Yankelevich, pieza imprescindible de la historia de la televisión argentina. Está en su ADN. En ese sentido, su semáforo estaba integrado por “el rojo, que había que usarlo con cuidado porque tendía a escaparse. El blanco también era un tema, había que evitarlo en determinadas prendas porque la ropa muy clara quemaba las luces, y también el verde, porque se podía fundir con el croma (el fondo que se utiliza en TV para proyectar imágenes). Había que estar pendientes de si hacía o no hacía rayitas”. "Los hijos de López", un clásico de ATC con el sello de Hugo Moser, que se hacía en color, aunque salía en blanco y negro, explica Yankelevich. En 1979, cuando él era producía en ATC ese hit que se llamó Los hijos de López, el color ya se utilizaba en las grabaciones. Y, revisando toda esa época, "siento que hicimos camino al andar. Y la palabra moaré me quedó como un flash de todo ese aprendizaje”. Como nos debe haber quedado grabada, a todos aquellos que durante años palpitamos la llegada de ese avance tecnológico, la frase de Eleonora, filosa y genial: “A vos te va a matar la televisión en colores”. Sentencia del estupendo personaje de Ana María Campoy, que le metió medio a varios en el arranque de “la verdad televisiva”, como se le decía a la flamante TV a color. Fuente: Silvina Lamazares. Aniversario. Cómo se vivió la llegada de la TV a color, hace 41 años, con el rojo como amenaza, Clarín, 1 de Mayo de 2021 https://www.clarin.com/espectaculos/tv/vivio-llegada-tv-color--hace-41-anos--rojo-amenaza_0_nqBomHTxq.html