sábado, 28 de abril de 2018

LOS BARRAS BRAVAS SE CONVIRTIERON EN REYES PERSIGUIENDO UN IDEAL DE PUREZA QUE ESCONDE UN NEGOCIO GIGANTESCO , VISTIENDO UNA CAMISETA MANCHADA DE SANGRE ( GUSTAVO GRABIA, PERIODISTA)

Gustavo Grabia, en su rol como periodista se especializó en la investigación de las barras bravas, los psuedo hinchas que con partidas de dinero estatales o con erogaciones salidas de la tesorería de los clubes, han salido a "aguantar" al país, un eufemismo que marca un falso nacionalismo, y que en la realidad no hacen más que ser funcionales a directivos o políticos que luego los vuelven a usar para alentar o denostar jugadores o bien "apretarlos" cuando tiene alguna dificultad con sus clubes.

En la historia, asegura Grabia , hubo un muerto en el Mundial de Uruguay en 1930 y si bien hacer futurología es imposible, los barras -bravas volverán a hacer  estragos en Rusia 2018, avalados por personajes de alta influencia en la política o el fútbol argentino, allí reeditarán la historia sangrienta y turbia de los barras argentinos en los Mundiales de fútbol, explotando la pasión del fútbol para realizar negocios gigantescos en "el " lugar" , el "teatro mayor", allí como "soldados del paravalanchas" ( una metáfora para describir la obediencia que le deben rendir a sus "generales" , los altos mandos de diferentes estratos del país) 
En Asalto al Mundial ( Sudamericana), Grabia narra como nadie el lado oscuro de la gloria. Desde el iniciático Uruguay 1930 -con la famosa batalla del Río de la Plata- hasta lo que se espera de este Rusia 2018, con La Doce al frente. En el medio, el recibimiento deshonroso a la vuelta de Inglaterra 66 -donde se los apodó Animals-, el reclutamiento para perseguir opositores en el Mundial 78, la excursión fallida a España por la Guerra de Malvinas, los combates contra los hooligans en México 86 y Francia 98, la relación con la camorra napolitana en Italia 90, el safari por Sudáfrica 2010 y las burlas a la Policía Federal y la Justicia que desde Brasil emitían barrabravas con la entrada prohibida.

El fútbol es el rey de los deportes. Con un agregado: cuando en el siglo 20 se popularizó y se convirtió en el espectáculo de masas por excelencia, lo que en principio era una válvula de escape semanal pasó a ser el ritual más grande del universo, constituyéndose en una nueva religión. De allí surgieron pastores como Maradona y Messi, evangelizando al planeta a partir del mensaje supremo que nacía en sus pies, pero también cruzados dispuestos a llevar adelante una guerra santa. Porque lo que antes era un juego, ahora es nosotros o ellos. Y en ese marco, aprovechándose del nacionalismo, el chauvinismo y los recursos más viles de la naturaleza humana, los barras se convirtieron en reyes persiguiendo un ideal de pureza que esconde un negocio gigantesco. Algunos lo ven y lo sufren a diario en sus países. Pero el teatro mayor de sus operaciones fueron, son y serán los Mundiales de Fútbol, ese lugar icónico donde se dirime ficticiamente la supremacía del más apto. Y allí, los soldados del paravalanchas han hecho estragos. Y dentro de ese mundo, los nuestros van siempre a la cabeza. Esta es, entonces, la historia de la barra brava de la Selección, o cómo la Argentina entrega cada cuatro años su honra a los leones. Desde el iniciático Uruguay 1930, con la famosa batalla del Río de la Plata, hasta lo que se espera de Rusia 2018, con La Doce al frente. En el medio, el uso de los barras para perseguir opositores en el Mundial 78, la excursión fallida a España por la Guerra de Malvinas, las batallas contra los hooligans de México 86 y Francia 98, el recibimiento deshonroso a la vuelta de Suecia 58, el safari por Sudáfrica 2010 y cómo los violentos de distintos equipos argentinos fueron tejiendo alianzas, lides y mentiras en pos de un solo objetivo: ser la barra oficial albiceleste, la que lleve en alto una camiseta de la Selección, pero manchada de sangre.

Asalto al Mundial promete ser , en palabras de su autor: "Una historia jamás escrita sobre cómo los violentos de distintos equipos tejen alianzas o se enfrentan salvajemente para llevar los colores de la Argentina, vistiendo una camiseta manchada con sangre"

Grabia, G ( 2018)" Asalto al Mundial", Buenos Aires, Argentina, Sudamericana




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