sábado, 15 de diciembre de 2018

Alentar la formación de un electorado atento en el mejoramiento del rendimiento democrático ayudaría a fortalecer la democracia (2014)


El escrito de 2014 del politólogo, investigador y abogado Gerardo Scherlis para El Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) analizaba  cuáles eran las claves  para  mejorar el rendimiento democrático del sistema de partidos argentino” Exige avanzar en reformas que, garantizando que cada partido ganador de elecciones cuente con las herramientas para implementar las políticas públicas de su preferencia y se  impongan límites a la partidización del Estado”. Es decir, que amén de poner ente de su confianza, se abra el debate a los otros sectores y no sea el partido gobernante dueño del Estado.
Qué quería  decir y a quienes incluía “ involucra desde fuertes reformas administrativas para profesionalizar la función pública, pasando por el fortalecimiento de los organismos de control, hasta la instrumentación de normas electorales que restrinjan el uso partidista de los cargos, las funciones y los presupuestos públicos, regular la publicidad oficial, garantizar la independencia política de los medios de comunicación públicos, quitar de manos del ministerio del Interior la gestión de todo el proceso electoral y restringir las designaciones discrecionales de personal son medidas de distinta índole que permitirían limitar la partidización estatal.

Era necesario  alentar los niveles de nacionalización del sistema. Al igual que la cuestión de la relación partidos-estado, el problema de la territorialización tiene múltiples fuentes, desde la descentralización administrativa, pasando por la historia organizativa de los partidos, hasta el diseño institucional del federalismo electoral argentino, aquí podrían propiciarse reformas que promuevan la existencia de organizaciones partidarias más nacionalizadas.

Continuando con su propuesta, Scherlis, entendía que había que  restringir la opción única entre los federalismos latinoamericanos de que partidos con existencia en un solo distrito compitan por cargos en el Congreso federal,  además subrayaba : ay estimular la congruencia en las alianzas electorales en los diferentes niveles de gobierno y entre los distritos o fortalecer las facultades del nivel nacional de las organizaciones serían opciones en este sentido.
Si bien creía que su aplicación, dado el contexto del país  pueden  sonar ilusorias, entendía que  las reformas a la actividad y organización de los partidos afectan directamente a quienes deben llevarlas a cabo, sus protagonistas son  actores racionales que no suelen atentar contra sus propios intereses.
Concluía advirtiendo :” Sin embargo, alentar la formación de un electorado atento a esta situación puede ser un primer paso para que reformas en este sentido puedan ser, al menos, vislumbradas y debatidas.

Scherlis, ” Gerardo  ( 2014) Problemas del sistema partidario argentino: de la estatización a la “peronización  en Desafíos para el fortalecimiento democrático. Gabriel C. Salvia ( comp)- 1a ed. - Buenos Aires : Fundación Cadal; Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Konrad Adenauer Stiftung,

domingo, 2 de diciembre de 2018

La educación democrática para su buen funcionamiento debe basarse en la enseñanza, en la inducción de ideas ,provocar el libre debate de ellas, en contra del dogmatismo y la domesticación ( Raúl Alfonsin, 2006)

En 2006, Alfonsìn , en su ponencia en la Càmara de Diputados en el Debate Sobre Ley de Educación aseguraba que la “educación desempeña un papel central en la construcción de una sociedad democrática, solidaria y moderna, y, por ende, es una de las tareas fundamentales del Estado, aseguraba:"Es función del Estado, agregaba “establecer un sistema educativo que proveyera instrucción y contribuyera a cimentar los valores de la nacionalidad y los derechos humanos. Ello se traduce de manera principal, en el desarrollo de una cultura democrática”.

Subrayaba como uno de los elementos principales “la formación de hombres y mujeres aptos para dar respuestas a los crecientes desafíos de los cambiantes y cada vez más complejos sistemas de producción”.
Alfonsín, resaltaba el valor de “educar para la libertad y de educar para el cambio”.Del mismo modo, a màs de 20 años de ser electo presidente enfatizaba que uno de los mayores desafíos de aquellos años (y prosigue hoy ante el avance del capitalismo salvaje) se hallaba en “ayudar a formar seres libres, responsables y, además, capaces de asumir las nuevas formas de trabajo y convivencia que impone el desarrollo tecnológico de nuestro tiempo, que tiene una importancia fundamental en los gravísimos problemas de desocupación que se han generado”.

Alfonsìn, considerado el “padre de la democracia argentino” ( ndr: cuyos valores hoy son subvertidos) manifestaba que había comprender que existen dos objetivos se vinculan y no pueden ser encarados separadamente. El primero de ellos es “La democracia”, observaba que en ella incluían factores como la cultura, en tanto el segundo era el "orden institucional", cuyo menester era asegurar su propia continuidad asentándose sobre bases de desarrollo y de progreso".

Concluía que los puntos Estas bases, por su parte, sólo pueden construirse auténtica mente en un régimen de libertad que garantice vastos márgenes a la innovación y a la creatividad individual.

En contra del autoritarismo que había signado los siete años de la dictadura que abandonó el poder el 10 de Diciembre de 1983 y que junto a la violencia y el terrorismo que habían sido parte de la vida cotidiana argentina desde 1966, resaltaba Alfonsín que esos autoritarismos aún aquellos que pretenden conducir procesos de cambio, terminan por inhibir el desarrollo de aptitudes requeridas por la constante evolución del mundo.


Raúl Ricardo Alfonsín, ponderando la educación democrática que para su buen funcionamiento debe basarse en “la enseñanza la inducción de ideas y provocar el libre debate de ellas, para ir de la regimentación a la libre creatividad; del dogmatismo al análisis racional, porque la enseñanza no puede ser domesticación, ni aherrojamiento cultural. Dicho esto sin olvidar la voluntad de los sectores satisfechos, de imponer pautas culturales a los grupos más desprotegidos, propicias a sus intereses, dijo citando a Gramsci.

Finalmente en contra de todo dogmatismo, sofismo y repetición mecánica sin un mínimo de reflexión, enfatizaba:” Educar para la libertad significa emprender una tarea para fortalecer con una cultura democrática al aparato institucional, de modo de sumar a ese ordenamiento externo una subjetividad acorde con él, para que sea vivida, convertida en cultura popular, en hábitos, en rutinas, en contenido permanente de nuestras conductas.

Fuente:
Raúl Alfonsín, discurso sobre la ley de educación, realizada en la Cámara de Diputados ,29 de Junio de 2006.