domingo, 26 de abril de 2020

Bochini se resume en los magistrales quiebres de cintura, el amague feliz, la gran pirueta de esconder la pelota, o la locura de bordar media cancha con gambetas ( Héctor Negro, poesía a Bochini)

Nadie soñaba que una patada de Erbín dejara el 5 de Mayo de 1991, haría que Bochini dejara el fútbol,  que todo se acabaría , que el “Quiero que Bochini juegue para siempre”, se había terminado así como el grito de “Bo Bochini” que bajaba de los cuatro costados del primer estadio de cemento de Sudamérica , hoy el “Libertadores de América). Al “Bocha”, no se lo iba a ver jugar de nuevo con pantalones cortos ni con la 10 era el final de su carrera un relámpago que acabó con todo. Claro que su figura siempre esta omnipresente, porque de generación en generación, la “leyenda” se transmite, chicos que aún no habían nacido le piden selfies o fotos o le pedían que les autografíe el libro publicado hace unos años.

Aseguró que en su retiro nada tuvo que ver con esto. “Largué el fútbol porque recibía patadas que antes podía esquivar”, se justificó Bochini . El diagnóstico era el mismo, la sensación y el dolor, no. “Es un esguince leve de rodilla –explicó el doctor Ugalde–, por lo que tendrá que permanecer inactivo durante cuatro o cinco días para después ver cómo evoluciona.” El Bocha, en cambio, fue más realista: “Justo ahora que estaba bien me pasa esto, voy a tardar como veinte días para recuperarme del todo. El problema no fue el golpe sino que en la acción el jugador de Estudiantes me llevó la rodilla y se me dobló”. Al final, fue una maldita distensión de ligamentos.

Para entender la grandeza de Bochini hay verla también en su contexto y no son solamente los 19 años con la camiseta, fue un jugador uno de los jugadores quebrilló se hizo un lugar en el fútbol, pero que en cierta forma quedó opacado por la aparición de Maradona, igual que Alonso en River y tantos otros.

Al cumplirse 20 años del retiro, el diario Perfil, recordó :”Hasta esa patada erbiniana el Bocha no sabía de dolores. En 19 años de copas, clásicos y finales regaló postales con la pelota al pie y la cabeza levantada, milimétricos pases a la red, toques sutiles y gambetas impredecibles. Pero lesiones que hayan terminado sobre una camilla, nunca. Por eso lo del 5-M estremece. Fue como finalizar la película con una escena que no tiene ninguna relación con el resto del argumento. El espectador, obvio, queda desencajado, no entiende. Eso fue lo que ocurrió el cinco del cinco del noventa y uno. ¿El Bocha en camilla? Imposible ¿En serio se retuerce de dolor? Ah, no, es demasiado. Que la última foto sea esa suena, por lo menos, injusto. Ya pasaron veinte años, uno más que los 19 que jugó. El pase gol lo extraña.

Lo cierto es que además del pase gol, el fútbol sin importar los colores, lo sigue extrañando, por su perfil bajo, por su magia y hasta la frase maradoniana que en el Mundial 86, le dijo expresándole admiración como lo fuera desde chico:”Pase maestro, lo estábamos esperando” forma parte de Bochini que hizo del fútbol una poesía, como la que le dedicó Héctor Negro

¿Quién podrá devolverte tanta fiesta?
¿Con qué pagar tanto gozoso instante
que nos dieron, che Bocha, a toda orquesta,
la pelota y tus pies calzando guantes?

Si habrás llenado tantas tardes mustias,
lujoso de arabescos y reflejos
que desataban nudos, mufa, angustias,
o sacaban un gol como un conejo.

Los magistrales quiebres de cintura,
el amague feliz, la gran pirueta
de esconder la pelota, o la locura
de bordar media cancha con gambetas.

Y luego el “Bo-Bochini” como premio
bajando desde el grito de la hinchada.
Cuando en el verde se soltaba el genio,
chispeando el resplandor de otra jugada.

¡Grande, Bocha…!, vos no pasaste al bardo.
Si habrá que darle juego a la memoria
para dejar tu estirpe a su resguardo,
subiendo por el rojo de tu gloria.

Cuando no salgas más entre los once,
Cuando la “diez” del rojo no te abrigue,
yo buscaré en la tarde dominguera
-en la función que, pese a todo, sigue-
la semilla que siembre tu madera.

Buscaré por potreros y distancias,
en los picados donde floreciste
y hasta que no reencuentre aquella magia,
aunque no se me note, andaré triste…

Fuentes:

El pase gol lo extraña: 20 años del retiro del Bocha, Diario Perfil, Mayo de 2011

Verona, Fabio:”Pase, maestro..., Olé 22/2/2020
Negro, Héctor A Bochini., Revista Un Caño, s/f

domingo, 19 de abril de 2020

El levantamiento del ghetto de Varsovia simbolizó no sólo la resistencia judía ante los alemanes y sus colaboradores durante la Segunda Guerra Mundial, sino que también sirvió de señal de que los judíos ya no responderían pasivamente a quienes los persiguieran y aniquilaran

El heroísmo judío tuvo su cénit durante la segunda guerra Mundial, jóvenes con escasa preparación militar , encerrados en su propi a ciudad , en la calle Mila 18 en Varsovia. Lleno de coraje, valentía y arriesgo se enfrentaron a las SS nazis que buscaron lisa y llanamente liquidarlos, exterminarlos, así fue el levantamiento del ghetto de VarsoviaL


La enciclopedia del Museo Memorial de Estados Unidos , sito en Wahington describe aquella batalla: "Las fuerzas alemanas intentaron comenzar con la operación para liquidar el ghetto de Varsovia el 19 de abril de 1943, la noche de Pascua judía. Cuando las SS y las unidades policiales entraron en el ghetto esa mañana, las calles estaban desiertas. Casi todos los esidentes del ghetto se habían ocultado en escondites o búnkeres. La reanudación de las deportaciones era la señal de un levantamiento armado en el ghetto.


El comandante de la ZOB ( Organización de Combatientes judíos), Mordecai Anielewicz comandó a los combatientes judíos en el levantamiento del ghetto de Varsovia. Armados con pistolas, granadas -- muchas de ellas de fabricación casera -- y unas pocas armas automáticas y rifles, los combatientes de la ZOB sorprendieron a los alemanes y sus tropas auxiliares el primer día de lucha, forzando la retirada de las fuerzas alemanas fuera del muro del ghetto. El comandante alemán, General de las SS Jürgen Stroop informó la pérdida de doce hombres, asesinados y heridos, durante el primer ataque al ghetto. El tercer día del levantamiento, las fuerzas policiales y de las SS de Stroop comenzaron a arrasar el ghetto, edificio por edifico, para forzar a los judíos restantes que salgan de sus escondites. Los combatientes de la resistencia judía hicieron ataques esporádicos desde los búnkeres, pero los alemanes redujeron sistemáticamente el ghetto a escombros. Las fuerzas alemanas asesinaron a Anielewicz y a quienes estaban con él en un ataque al búnker del comando de la ZOB en el número 18 de la calle Mila, que capturaron el 8 de mayo.

Aunque las fuerzas alemanas quebraron la resistencia militar organizada en pocos días desde el comienzo del levantamiento, personas y grupos pequeños se escondieron o lucharon contra los alemanes durante casi un mes.

Para simbolizar la victoria alemana, Stroop ordenó la destrucción de la Gran Sinagoga de la calle Tlomacki el 16 de mayo de 1943. El ghetto en sí estaba en ruinas. Stroop informó que había capturado 56.065 judíos y destruido 631 búnkeres. Calculó que sus unidades habían asesinado hasta 7.000 judíos durante el levantamiento. Las autoridades alemanas deportaron aproximadamente otros 7.000 judíos de Varsovia a Treblinka, donde prácticamente todos ellos fueron asesinados en las cámaras de gas apenas llegaron. Los alemanes deportaron a la mayoría de los judíos restantes, aproximadamente 42.000, al campo de concentración de Lublín/Majdanek y a los campos de trabajos forzados de Poniatowa, Trawniki, Budzyn y Krasnik. A excepción de unos pocos miles de trabajadores de los campos de Budzyn y Krasnik, las SS y las unidades policiales alemanas posteriormente asesinaron a la mayoría de los judíos de Varsovia deportados a Lublín/Majdanek, Poniatowa y Trawniki en noviembre de 1943 en la “Operación Festival de la Cosecha” (Unternehmen Erntefest).


Los alemanes habían planeado liquidar el ghetto de Varsovia en tres días, pero los combatientes del ghetto resistieron durante más de un mes. Incluso después del fin del levantamiento del 16 de mayo de 1943, judíos individuales que se ocultaban en las ruinas del ghetto continuaron atacando las patrullas de los alemanes y sus tropas auxiliares.


El levantamiento del ghetto de Varsovia fue el más grande, simbólicamente el levantamiento judío más importante, y el primer levantamiento urbano en la Europa ocupada por los alemanes. La resistencia en Varsovia inspiró otros levantamientos en ghettos (por ejemplo, Bialystok y Minsk) y campos de exterminio (Treblinka y Sobibor). En la era de la posguerra, el levantamiento del ghetto de
Varsovia simbolizó no sólo la resistencia judía ante los alemanes y sus colaboradores durante la Segunda Guerra Mundial, sino que también sirvió de señal de que los judíos ya no responderían pasivamente a quienes los persiguieran y aniquilaran. En la actualidad, la ceremonia de los Días del Recuerdo que conmemora las víctimas y los sobrevivientes del Holocausto se vincula con las fechas del levantamiento del gueto de Varsovia.


Fuente:
El Levantamiento del ghetto de Varsovia, Museo Memorial de Estados Unidos,
https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/warsaw-ghetto-uprising

sábado, 18 de abril de 2020

Jornada laboral de 8 horas para los adultos, prohibición de trabajar a menores de 14 años, la abolición del trabajo nocturno, el descanso no interrumpido de 36 horas por semana y la prohibición a aquellas industrias que perjudiquen la salud del trabajador( Manifiesto del primer día del trabajador en Argentina , 1890)

El jueves 1 de mayo de 1890, a las tres de la tarde, comenzó el primer
acto del día del trabajador en Argentina, el contexto histórico marcaba que fue bajo el gobierno de Juarez Celman y bajo una fuerte crisis económica, con una inflación y la especulación que llegaron a un nivel alarmante.

En ese contexto el grupo de exiliados políticos alemanes, perseguidos por el gobierno de Bismarck, se radicaron en Argentina habían fundado, el 1 de enero de 1882, un club socialista al que bautizaron "Verein Vorwärts"(significa unidos adelante). La asistencia se calculó entre 1500 y 2000 personas, una cifra importante para aquella época.

Fueron Dieciocho los  oradores, muchos de ellos extranjeros, hubo alemanes, franceses, italianos y españoles. En ese panorama Vorwärts decidió, en 1890 –de acuerdo a las directivas del Congreso Obrero Internacional celebrado en París- conmemorar, en todos los países, la fecha del 1 de mayo 
( hoy hay países que tomaron otro día para la celebración- recuerdo), la denominaron "fiesta internacional de obreros". La celebración sería el puntapié inicial de la creación de una federación de obreros en el país  así  como la edición de un periódico, canal de difusión de las ideas de los obreros.


El manifiesto que dieron a conocer revelaba sus objetivos: lograr una jornada laboral de 8 horas para los adultos, la prohibición de trabajar a menores de 14 años, la abolición del trabajo nocturno (salvo en los casos en que la producción no pudiera discontinuar), la prohibición del trabajo de la mujer, el descanso no interrumpido de 36 horas por semana, la prohibición a aquellas industrias que
perjudiquen la salud del trabajador, la supresión del trabajo a destajo y por subasta y la inspección minuciosa de -por parte del Estado y de los propios obreros- fábricas y talleres. Reclamaba que todas estas disposiciones se implementasen a través de leyes de alcance internacional.

El manifiesto finalizaba con un "¡Viva el 1 de mayo de 1890! ¡Viva la Emancipación Social!".
Como en los días anteriores la patronal había advertido que se descontaría el día de trabajo a aquellos que faltasen por ir al acto, y en muchos casos se los despediría. Se abrió una colecta para auxiliar a todos aquellos que les alcanzaran semejantes sanciones. Se lograría recaudar 120 pesos.

Todas las peticiones señaladas más arriba fueron elevadas a la Cámara de Diputados para su discusión, cosa que el cuerpo nunca trató. En agosto de 1892 el expediente fue archivado.

Como se mencionó, uno de los resultados del mitin, fue la decisión de editar un periódico, que se llamaría "El Obrero". Saldría por primera vez el 1 de diciembre de 1890. Entre sus principales colaboradores estaba Germán Avé Lallemantun  ingeniero alemán llegado a la Argentina en 1870 y terminaría radicándose en San Luis en la búsqueda de oro y petróleo. Fue el primero en usar dinamita en Argentina.

Y posiblemente, como en la vida nada es casual, en 1872 se casaría con Enriqueta Lucero, quien pasaría a la historia como la protagonista de la primera huelga docente que hubo en el país, en noviembre de 1881, quien tuvo la osadía de desafiar, desde San Luis, al funcionario a cargo de Educación: Domingo F. Sarmiento, Superintendente de Escuelas

Adrián Pignatelli "1º de mayo de 1890: La Recoleta fue sede de la primera conmemoración
del Día del Trabajador en la Argentina, Infobae , 1 de Mayo de 2018 .

sábado, 4 de abril de 2020

"Ser de Boca es un regalo de Dios” ( Antonio Cafiero, 2010)


   Ayer, 3 de Abril, Boca cumplió 115 años Boca, sin dudas, el equipo más popular de la Argentina y el que mayores pasiones ( a favor y en contra despierta), tiene y tuvo muchos hinchas famosos, entre ellos estuvo Antonio Cafiero, activo participante del peronismo en particular y de la política nacional en general durante casi 50 años. En 2010 fue entrevistado por la revista Un Canio, en la que describió su fanatismo, dejando una frase marcatoria de su pasión la Ser de Boca es un regalo de Dios”


  Empezaba antes de que se le hiciera la primera pregunta: “ hincha de Boca, hincha de Boca se nace. No cualquiera puede ser hincha de Boca, tiene que reunir condiciones: amor y fidelidad a sus colores, fervor, ánimo ganador, sentirse parte de una mayoría popular y de un proyecto colectivo”. “Es una concepción de vida”, resumía.

  Cafiero agregaba que la afirmación no entraba en discusión, aunque “Quizás, admitiría, que el único que se le parece al boquense es el de Racing, porque compartimos una magia especial que no tienen otras instituciones. Pero, los de Boca tenemos, cómo decirlo… una gracia, un don, como un regalo que nos hizo Dios. Y si no tenés esa gracia, estás jodido: no podés ser hincha de Boca”. Se suele decir que el fútbol es una religión ( en la realidad tiene muchos puntos en común, cuando se analiza el fanatismo y las prácticas:” Yo soy creyente; si no lo fuera, tampoco sería de Boca. Ser de Boca y ser creyente es lo mismo”

  Tal es la pasión que tuvo Antonio Cafiero, fallecido en 2014 a los 92 años que en su libro "Militancia sin tiempo" incluyó un capítulo La pasión boquense, donde narra la historia de pasión “bostera”. Asegura que nació de Boca, aún cuando su padre, un hincha fanático de River, hizo todo lo posible para evitarlo. El padre del ex ministro peronista gobernador de la Provincia de Buenos Aieres, embajador y legislador lo asoció a River, de chiquito lo llevó a la vieja cancha de tablones de madera de Libertador y Tagle y nunca dejó de pagarle la cuota societaria, por lo que hoy Cafiero ostenta la extraña condición de ser socio vitalicio de las dos instituciones archirrivales.

  –¿Cómo se dio cuenta de que quería ser de Boca y no de River como su padre?

  –Porque, como te dije, nací con esa gracia. Yo iba con él a la cancha de River y estaba más pendiente del Alumni, donde informaban cómo iba Boca. Cuando tenía siete años, me agarró el metejón futbolero y Boca era el equipo más popular. Quería tener en mi cuarto la lámina del Boca campeón de El Gráfico y me enteré de que el repartidor de leche lo había comprado. Se lo pedí y quedamos que me lo traería a la mañana siguiente. Me levanté a la cinco de la madrugada y me senté en el umbral de casa a esperar a que pasara el carro. Papá me vio, me preguntó por qué no estaba durmiendo, le inventé cualquier excusa y, en secreto, me hice de mi primer póster del Boca campeón.

  –¿Cómo se lo terminó confesando?

–Se lo oculté durante mucho tiempo, pero un día le dije “mirá viejo, no quiero ir más a la cancha con vos, me hice socio de Boca y desde ahora los domingos voy a ver a Boca”. A los 18 años, en 1940, me asocié al club. A mi papá le propuse un pacto: cuando River jugara de local, yo lo acompañaba; y cuando era al revés, él me acompañaba a mí. Ese pacto lo mantuvimos vigente durante cuarenta años. Pero, en atención a mi padre, no renuncié a seguir siendo socio de River. Fue una de esas decisiones no pensadas que duran toda la vida. En aquella época, mi ídolo era Francisco Varallo, que se había iniciado en Gimnasia y Esgrima La Plata y, por pasarse a Boca, dejaron de saludarlo y perdió amistades. Varallo formó parte de un terceto típico de Boca: jugaba de 9 con Delfín Benítez Cáceres (un paraguayo al que apodaban El machetero) y de 10, Roberto Eugenio Cherro, el máximo goleador de la etapa amateur. Pero Varallo era famoso por su estilo efectivo. Me gusta compararlo con Palermo, no por su juego aéreo, sino por la tenacidad con la que buscaba el gol o porque desconcertaba a las defensas adversarias en espacios reducidos. Tenía una estrategia fenomenal: en determinado momento, Varallo se hacía el rengo, como si lo hubiesen lastimado, entonces lo ponían de puntero, en la línea de salida. En ese momento clave, la defensa adversaria se descuidaba porque lo creía debilitado, pero al tipo le pasaban la pelota y salía corriendo a toda velocidad. En 1931, en un partido contra River, el arquero le atajó un penal, pero Varallo lo atropelló y metió el gol igual. ¡Se armó un escándalo! Hasta creo que suspendieron el partido. Era un guerrero.

–Dejemos los recuerdos futbolísticos y volvamos a su padre ¿cómo reaccionó cuando le contó que se hizo de Boca?

  –No le quedó otra que aceptarlo. Y cuando me sacaba una buena nota en el colegio me llevaba a ver a mi equipo. Eso sucedía una vez al año. Pero a él no le gustó nada, como no me gustó a mí cuando un hijo mío me dijo que se había hecho hincha de River.

  –Todo vuelve, dice mi abuela.

  –A mí me volvió. Yo tengo diez hijos; con todos intenté que se hicieran de Boca y fracasé. Tengo hijos de Boca, River, Vélez, San Lorenzo… Un menú variado.

  –¿Alguna vez su pasión por Boca le hizo cometer algún acto irracional?

  –La peor fue cuando nació Cecilia, una de mis hijas. Mi mujer esperaba familia, pasaban los días, no se producía el parto y yo, que aguardaba el nacimiento con cierta indiferencia, me empecé a preocupar: “no vaya a ser que esta hija nazca justo el día de la final”. Es que justo había una final, y Boca podía salir campeón. Pasó lo que intuí y tuve que optar entre quedarme con mi mujer en el sanatorio o ir a la cancha a ver la final.

  –Y usted hizo lo segundo.

  –Eso hice. No sé si me explico: yo dejé a la señora sola en el sanatorio, le dije que me llamaba el Presidente, que iba y volvía. Pero a mí no me llamaba el Presidente, me llamaba Boca. Esa tarde salimos campeones, después vinieron los festejos y a eso de las nueve de la noche dije “la pucha, seguro debe haber nacido la bebé y yo acá en la cancha, mi mujer me mata”. Salí disparado para el sanatorio y cuando llegué, mi hija ya hablaba. Mi mujer nunca me lo perdonó, no me lo recriminó porque era muy suave, pero siempre le quedó la espina. Al otro día, Borocotó publicó en El Gráfico un sueltito que decía que en el momento que Boca salía campeón nacía una hija del ministro Cafiero y que yo, en homenaje al campeonato, le iba a poner Justa Victoria. ¡Mirá si le iba a poner Justa Victoria! Fue un poco irracional de mi parte, pero así es la pasión. La pasión brota de un sentimiento en el que juegan factores psicológicos que no son explicables.

  –¿Esa misma pasión por Boca se entrometió en sus actividades como funcionario?

  –En 2000 tenía una reunión importante en México como presidente de la Coppal, justo cuando Boca jugaba la final de la Libertadores contra el Palmeiras. Estaba arriba del avión y en la escala en Brasil me bajé. No tenía hotel ni entrada para la cancha, pero me mandé igual. Esa llegué a la cancha y me encontré con alguien que me dio una. Entré, me tocó la popular y de pronto me vi en medio de La 12, y los muchachos fumando cosas… Entre que los muchachos estaban parados y el humo que largaban, no veía nada, así que me subía a los costados de la butaca con la ayuda de alguien y cuando me cansaba me bajaban. Así vi todo el partido, mientras me preguntaba qué se estaba fumando ahí. Al otro día viajé a México.

  –Pero lo más común es que las personas cambien de pareja, revisen sus creencias religiosas y hasta se alejen de su patria. Sin embargo, no cambian de camiseta. ¿Cómo explica este fenómeno?

–Para eso no hay explicaciones racionales, es una pasión y punto. La pasión no tiene sentido, y en mi caso fue producto de la gracia de Dios. Ysi Dios quiso que yo fuera fanático de Boca, para mí está todo resuelto.

Fuente :Mainelli, María Fernanda, UN CAÑO #30 – Octubre 2010