miércoles, 19 de agosto de 2015

EN ALGUN MOMENTO LA CLASE POLITICA VA A TENER QUE HACER ALGO PARA NO SEGUIR DETERORIANDOSE , NO ME INTERESA APROVECHAR EL PODER PUBLICO NI ENTRAR EN LA CORRUPCIÒN,TENGO LA CONCIENCIA TRANQUILA, SI NO DEBERIA RENUNCIAR ( CARLOS RUCKAUF,1999)

La siguiente es una entrevista que le realizaran en el diario La Nación a Carlos Ruckauf en 1999 cuando aspiraba a ser electo a gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

En 1975 como ministro de Trabajo fue como el responsable de la firma de  del decreto que  ordenó a las Fuerzas Armadas “aniquilar el accionar de los elementos subversivos” en 1975 , dictàmenes que luego hizo suyo el Proceso de Reorganización Nacional, la dictadura que derrocò a Isabel Peròn el 24 de Marzo de 1976 para legitimar  la persecución ,el  secuestro, tortura y desaparición de 30 mil  argentinos.

Fue ministro y vicepresidente de Carlos Saúl Menem, y gobernador de la provincia de Buenos Aires. En esta gestiòn realizò u
na de sus frases màs fuertes cuando propuso como forma de combatir el delito:" Hay que meter bala a los delincuentes".

Ya a sabiendas que dejaba la vice presidencia asumida en 1995 como compañero de formula de Carlos Menem, según la descripción de la Naciòn, Ruckauf::”Se siente muy sólido, dueño de una conducta irreprochable. Dice que le fastidia cuando ponen a todos los dirigentes en la misma bolsa, y ofrece su propia trayectoria como prueba de que en política los buenos también existen”.

El era la prueba que los políticos buenos existen, no buscaba la gloria , no apenas aspiraba a ser reconocido por el pueblo. Es màs se sentía:
”Disconforme con la ambigüedad y banalidad políticas del puesto de vicepresidente, siente que donde pudo desarrollar acciones consensuadas fue desde la presidencia del Senado”, aclaraba

 Con una irreprochable humildad , confirmaba que no soñaba con llegar a manejar el paìs , o en realidad que :”Una cosa es soñar y otra tener conciencia del momento histórico. En cuestiones de Estado siempre pienso qué es lo mejor y trato de no poner el carro delante del caballo. Cuando al comienzo de su segundo mandato Menem dio una serie de nombres de presidenciables, incluyó el mío y yo me acerqué para decirle que Luego admitiò que “ le gustaría” conducir el paìs”, aunque confesaba casi como un lamento:”no sé si la historia me va a dar ese lugar. Yo no me voy a desesperar”.

Sobre Menem opinaba: “Es un tipo bárbaro. Que nadie se equivoque. Jamás trata mal, nunca lo escuché insultar. Ni siquiera da órdenes: sugiere, escucha, deja trabajar... Después hace lo que se le ocurre, pero primero escucha.

En la repregunta, el periodista le inquiere: Y con semejantes virtudes, ¿por qué usted eligió quedarse con Duhalde?

-Eso no significa que no pueda reconocerle todas esas cosas y que valore su capacidad de conducción.

-Entonces sí quisiera ser presidente. ¿A quién elegiría como vice?

-Seguramente elegiría a un gobernador y que a la vez tuviera ambiciones de algo más. Ahora, en la provincia de Buenos Aires llevo a un muchacho (N. del R.): se refiere a Felipe Solá) que quiere ser gobernador y a mí eso me parece bárbaro.

-¿Se podría decir que Menem no tuvo suerte con los vicepresidentes que eligió?

-Al contrario, al contrario. También se podría pensar que Menem es un hombre de tanta personalidad y convicciones que elige vicepresidentes de alto nivel de exposición y que tienen sus propias aspiraciones. Èl es de los que creen, y lo dice permanentemente, que a los tibios los vomita Dios. Por eso respeta a los tipos con personalidad y que le plantean las cosas de frente. Ninguno de nosotros dos (se referia a Duhalde y a si mismo) hizo algo con lo que él pueda sentirse herido. Hemos seguido nuestros propios designios y discutimos aquellos temas en los que pensábamos distinto. Por ejemplo, acompañé la política de transformación económica, pero discutí con Cavallo por la injusticia social.

Usted admitió en alguna ocasión que nunca fue profundamente nada: ni peronista ortodoxo, ni peronista renovador, ni menemista. ¿Es así?

-Que no era menemista lo dije antes de que Menem me nombrara ministro de Interior. Por eso, cuando Fernández Meijide dice que yo no puedo renegar de mi pasado menemista miente.

-¿Sí es ahora profundamente duhaldista?

-No, yo soy peronista. Duhalde y Chiche saben que siempre digo lo que pienso. No me voy a volver ahora síeduardista.

Por otro lado, entre sus convicciones estaba la de ser un hombre , honesto,fiel, l
uchador y “profundamente honesto”.

-¿No tiene jubilación de privilegio?, le preguntaban

Con firmeza lo negò:”¡No! Hace 11 años que abrí ese debate en un programa de Neustadt y Grondona, y presenté un proyecto de derogación de esas leyes que, por supuesto, no me votaron, y casi me matan. Al año siguiente me nombraron embajador en Italia y Santiago de Estrada me notificó que yo, con 44 años, podía jubilarme como ministro. Lo rechacé. Y, como yo, hay un montón de gente que también lo rechazó”.

Reiteraba que jamàs se lo podìa considerar un politico comun, era un modelo de alguien que no queria lucrar con la funcion publica, relataba que :” Anoche mismo, en televisión, Grondona decía que en este país no había modelos en la política”.

Refutando esa falacia, replicaba :”¿Cómo que no hay modelos? Yo no cobro jubilación de privilegio, viejo.

Pedía que esa “excepción “ que representaba se sepa:”Es bueno que esta sociedad materialista reconozca que en diez años de jubilación yo podía haber cobrado 400 lucas. No pido que me aplaudan por eso, pero al menos no digan que todo el mundo es igual”.

Asimismo para confirmarlo aseguraba que:” no soy un tipo miedoso”·, no tenia motivos:”Tengo la conciencia tranquila. No me van a encontrar en temas de corrupción, ni aprovechando el poder público. Yo puedo explicar todo lo mío. Si no pudiera, debería renuncia”.

En el reportaje se aludió  al doble discurso y vaivenes de los políticos :”¿Cuál es el costo real de que un político hoy apoye a alguien y mañana se cruce a la vereda de enfrente?

-En mi caso, siempre defendí las mismas ideas, por momentos sustentadas por un hombre y en otros casos  representada por uno distinto. La otra cuestión es que en la Argentina alguna vez va a haber que permitirle a la gente que elija y que no opte. Hoy, con las listas sábanas, en la Argentina no se puede elegir.

En algún momento, la clase política va a tener que hacer algo para no seguir deteriorándose. Cuando uno plantea este tipo de cuestiones lo miran como a un bicho raro, como diciendo: pobre, está alterado, ya se le va a pasar... Pasaron 11 años desde que yo plantee por primera vez el tema de las jubilaciones de privilegio y todavía estamos como entonces, o peor, forcejeando. Los políticos tenemos que asumir una posición diferente, pero realmente todo va a empezar a cambiar cuando la sociedad empuje el cambio.

Fuente:
Carlos Ruckauf. ¿Cómo que no hay modelos?, La Naciòn, 11 de Julio de 1999
http://www.lanacion.com.ar/211691-carlos-ruckauf-br-como-que-no-hay-modelos


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