jueves, 17 de enero de 2013

"HA MUERTO EL DICTADOR, PERO NO LA DICTADURA" ( DOCTOR ERNESTO GIUDICI, 1932)

El 6 de Septiembre, el presidente Hipólito Yrigoyen, fue derrocado por el General José Félix Uriburu, “Von Pepe”, como fue apodado. Fue el final que ya había sido anticipado

Con la ruptura del orden constitucional, comenzó una etapa en la Argentina, en la que el Ejército decidía erigirse como “reserva moral y salvador de la patria”,apoyado por grupos civiles afines al conservadurismo, la oligarquía y el nacionalismo.

En la colección de Historia argentina publicada por Crónica en 1992, se describe al mandato del General de ideas profascistas como:”una revolución para beneficio de otro y un instrumento de la astucia política de los conservadores”.

En consecuencia, no logró nada de lo que se había propuesto y debió resignarse a dejarse rodear por quienes estaban en las antípodas  de sus ideales”. 

Durante el año y medio de su gestión,los problemas económicos y sociales aumentaron: creció la desocupación y por primera vez se vieron villas miserias.Además,intentó reformar la  estructura del Estado,sin conseguirlo. Sólo logró implantar impuestos a los riegos y las transacciones, así como una forma de control de cambios.

En relación a la educación, dejó sin efecto los logros de  Reforma Universitaria de 1918, promoviendo de esta manera, la más cruda reacción alentada por una oligarquía profesoral que se  correspondía con la que se aprestaba a manejar el país. En ese sentido,la presidencia de Uriburu está asociada históricamente a las más duras y bárbaras formas de represión.

Poco tiempo después de la caída de Uriburu, en 1932,el doctor Ernesto Giudici, publicó un libro que sería premonitorio en la ArgentinaHa muerto el dictador, pero no la dictadura”, sintetizando las contradicciones del primer hombre que atentó contra la Ley Sáenz Peña y el voto popular: 
“Juró el 8 de Septiembre de para defender la constitución,sin embargo, esto no fue “inconveniente para que fusilara en nombre de la llamada ley marcial”.

En coincidencia, con los escritos anteriores, Giudici agrega otros “éxitos”:”Nombró a Azar Anchorena para asegurar el funcionamiento de la Universidad y acabó anarquizándola de verdad,estableciendo un estatuto nuevo”.
Asumió censurando la corrupción Yrigoyenista, y la corrupción revolucionaria llegó al ejército y al pueblo, otorgando prebendas a los militares primero y poniendo al alcance del pueblo las carreras, los juegos de azar y el alcohol. Además fue generoso brindando puestos en el gobierno a todos sus familiares”.

La independencia judicial fue otra de las banderas enarboladas por Uriburu. A partir de Septiembre de 1930:”Auspició la inamovilidad de los jueces a través de sus reformas”, pero, ya en el poder ” echó a la calle a todo juez que, para no confundirse con los demás, levantó voz y la razón jurídica”.

Fuentes: Fascículo “La Dictadura de Von Pepe”, colección de la Historia Argentina, Diario Crónica- Editorial Hyspamérica, 1992




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