jueves, 10 de julio de 2014

MARADONA PUEDE COMPETIR CON JÓVENES DE 20 AÑOS, EN CAMBIO NO PUEDE LUCHAR CONTRA MATUSALENES COMO HAVELANGE Y GRONDONA QUE SON OPORTUNISTAS Y CENTINELAS DE LA HIPOCRESÍA ( MARIO BENEDETTI, 1994)

Mario Benedetti usó su pluma no sólo para iluminar con su prosa y su poesía la literatura, supo también opinar sobre fútbol, así el 6 Julio de 1994, el día que la selección argentina retornó al país tras su eliminación del mundial de Estados Unidos, escribió en el diario “El País” de España su defensa a Maradona, borrado de ese mundial por habérsele encontrado efedrina en su orina. La palabra borrado es la exacta, no se lo separó del plantel al conocerse el doping positivo en una maniobra más que turbia Havelange, entonces presidente de la FIFA determinó junto con Julio Grondona que el “diez” cometió un ilicitico no excarcelable y no cabían para el trabajos comunitario, fue la excusa perfecta para eliminar a una piedra a un jugador que opacaba la estrella de los dirigentes y osaba hablar en su contra.

Benedetti en forma elíptica llamaba a Grondona y Havelange los “centinelas de la hipocresía” y recordaba otro hecho relevante extra futbolístico ocurrido como consecuencia del Mundial 94, la muerte del colombiano Andrés Escobar, asesinado por la mafia (“barbarie como sostiene Benedetti) porque se había hecho un gol en contra. El autor uruguayo comparaba el suceso de Escobar con lo que le habían hecho a Maradona “El autogol de Maradona se llama, aparentemente, efedrina, o sea, esas gotitas inofensivas que todos los resfriados del mundo nos hemos echado alguna vez en la nariz para atenuar el humor nasal y los estornudos”, había sido de manera distinta un crimen de otra mafia.

En su memoria estaba el doping positivo del jugador español Calderé, que también había consumido efedrina, pero en México 86 y fue absuelto. Para Benetti el quit de la cuestión pasaba por otro lado: seguramente Calderé, para su fortuna, no se había enfrentado al capo Joáo Havelange, ni había reivindicado al Sur contra el Norte, ni le había regalado su camiseta a Fidel Castro.

La realidad indicaba que Maradona había cometido un “pecado original e irredimible” haber nacido en el barrio bonaerense Villa Fiorito, en medio de la pobreza más cruda, y haberse elevado desde allí, sin otra base que su talento para hacer malabarismos con la pelota, esa fue la causa por la que le “cortaron las piernas”, como dijo en su famosa frase entre lagrimas en la entrevista que le hizo Adrián Paenza, la primera después de conocida la sanción.

Cuarenta y ocho horas después de su eliminación del equipo el Pelusa dijo, con su líanqueza (franqueza en el vocabulario corriente) de siempre "No me han matado, y no me matarán”, ¿Sabes por qué? Porque yo les he dado de comer a ellos, los de la FIFA”, enseguida les espetaba”, en cambio ellos a mí no me han dado nada”.

Maradona daba a entender que los dirigentes decidían detrás de un escritorio “ellos no han jugado una sola vez al fútbol y no saben qué se siente al estar dentro el campo".

El único que anhelo había manifestado el capitán de la selección a sus 33 años era poder demostrarles a sus hijas que podía “luchar contra jóvenes de 20 años", Benedetti coincidía con Maradona:”esto último lo confirmó ampliamente. Pero en cambio quedó claro que no puede luchar contra oportunistas como Julio Grondona, el presidente de la AFA (Asociación del Fútbol Argentino), que, en lugar de organizarle defensa y apelación, no vaciló en expulsarlo del plantel”, con aquella determinación la selección argentina quedó “despojada de su figura más brillante”.


Grondona, señalaba el autor fallecido en 2009 , lo abandonó y lo dejó virtualmente a merced de un político disfrazado de dirigente de fútbol como Havelange que se servía de su puesto para manejar negocios multimillonarios, y también fuera de la cancha para enfrentar a los rivales argentinos: Bulgaria y Rumania.

“Quedó igualmente claro que, si bien puede competir con jóvenes de 20 años, en cambio no puede luchar contra Matusalenes como Havelange”, un ave de rapiña de “consolidada vergüenza del deporte mundial”, tal como lo acusaba al brasileño que estuvo casi 25 años al frente de la FIFA a la que convirtió en una multinacional.

Havelange, ex mandamás de la Confederación Brasileña de Deportes desde 1963 hasta 1975 había sido reelecto pocas semanas atrás en la máxima jerarquía de la FIFA en la que sería su última cadencia cuando dejó el poder a su exsecretario general, Joseph Blatter, cargo en el que se mantiene. En pos de su objetivo describía Benedetti:”maniobró y maniobró hasta que el candidato alternativo le dejó el campo libre“.

Ex nadador olímpico en los Juegos de Berlin 1936 y ex waterpolista en Helsinki 1952, transformó Havelange a la FIFA, le brindó su impronta comercial , promovió la publicidad en los estadios, en las indumentarias y firmó fastuosos contratos con la televisión y empresas de la talla de Coca Cola, Visa y Mc Donalds, entre otras generando ingresos millonarios en dólares.

En el final del artículo Benedetti volvía a hacer un paralelismo entre la mafia y Havelange, lo igualaba al “Padrino” y lo denunciaba de ser un ladrón, se lamentaba:”es una pena que no haya control antidopaje para dirigentes de fútbol, ya que en el caso de este padrino le sería detectado un espectacular positivo de truhanería”.

Fuente: Benedetti, Mario: “Maradona sí, Havelange no”, El País (España), 6 de Julio de 1994

http://elpais.com/diario/1994/07/06/opinion/773445610_850215.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario