martes, 19 de febrero de 2019

La grandeza de de La Historia Oficial , radica en trascender tiempos y lugares,no habla sólo de algunos acontecimientos vividos durante la dictadura, sino que plantea cuestiones profundas: " ¿quiénes somos verdaderamente?, ¿por qué es necesario recordar?

A pocos días de la entrega de los premios Oscar, surge el recuerdo de la Historia Oficial, que en 1986 fue la primera película argentina galardonada por la Academia.

La Historia Oficial fue concebida y plasmada en un momento  especial del país, con la democracia recuperada y planteando espinoso y casi “ tabú “ para la sociedad de la primavera alfonsinista que ya conocía las aberraciones de la dictadura plasmada en el Nunca Más y , al momento de la filmación, el Juicio a las Juntas.

Reflexionaba el periodista Gustavo Noriega :“Quizás ninguna otra vez como en este caso el cine nacional conectó con su época de manera tan clara como La historia oficial lo hizo con la recuperación democrática y el develamiento de los horrores de la represión. A través de su personaje central, Alicia (Norma Aleandro), una profesora de historia de colegio secundario que descubre con espanto que su hija adoptada es hija de desaparecidos y fue apropiada ilegalmente, la sociedad argentina de los ochenta encuentra una representación que la exculpabiliza y la convierte en testigo más que en protagonista.


La decisión del director Luis Puenzo y la guionista Aída Bortnik de contar la historia del secuestro de bebés a través de una madre apropiadora y no siguiendo la búsqueda de una abuela fue clave. La refundación democrática argentina necesitaba una historia que legitime a la sociedad y la deje por fuera de la violencia que había arrasado al país desde comienzos de la década del 70 y que no se había detenido hasta el desastre de Malvinas. La película de Luis Puenzo cumplía inconscientemente con ese rol de manera brillante.


La Historia Oficial empezó casi como un sueño mínimo. Todavía reinaba la censura de la más sangrienta dictadura cívico-militar que sufrió nuestro país y escribir un guion de esas características podía parecer poco más que un ejercicio. "Empecé a tipear el primer texto durante la Guerra de Malvinas. Y en el verano del '83 me junté con Aída (Bortnik) para hacer el guion. El plan original era registrarla en 16 mm. y hacerla en forma clandestina porque no nos iban a autorizar ni locos a
filmar eso. También pensamos en concretar una coproducción con España por un tema económico y de amparo internacional", revelaba Puenzo hace algunos años.

En síntesis, grandeza de La Historia Oficial , radica en trascender tiempos y lugares, dado que no habla sólo de algunos acontecimientos argentinos de finales de los setenta y principios de los ochenta, sino que plantea cuestiones de gran profundidad independientemente de los coordenadas geográficas y las referencias cronológicas en las que nos encontremos: ¿quiénes somos verdaderamente?, ¿por qué es necesario recordar?, ¿cómo la maquinaria del poder influye en nuestras vidas?, ¿qué peso tienen las mentiras en cada uno de nosotros?, ¿qué sentido posee la solidaridad?, ¿podemos
mejorar el mundo?

Fuentes

02/04/2015
La historia oficial, un símbolo del regreso de la democracia . Diario UNO, 2 de Abril de 2015

La historia oficial, 30 años después: las contradicciones del gran clásico del cine argentino del regreso de la democracia , INFOBAE 11 de Septiembre de 2018







No hay comentarios:

Publicar un comentario