jueves, 21 de junio de 2018

CON EL ATENTADO A LA AMIA, EL ESTADO ARGENTINO, NOS ABRIÓ LA PUERTA DE INGRESO A SU GUARIDA MAS PERFECTA, EL LABERINTO DE LA IMPUNIDAD (MEMORIA ACTIVA, 2008)

Plaza Lavalle, a metros del Palacio de Tribunales, fue el primer centro de reunión de los Familiares y amigos afectados por el atentado a la AMIA producido el 18 de Julio de 1994, desde aquel momento los reclamos son repetidos: el pedido de Justicia, el cese de la impunidad a autores materiales del hecho, como así a sus cerebros y a quienes se encargaron de modo intencional de tapar la investigación. Hay que hurgar en el archivo para demostrar que a casi 25 años y , aunque hayan pasado seis presidentes la esperanza se diluye , en los medios de comunicación la masacre del 18 de Julio ocupa pocas líneas ,al igual que en la televisión, la radio y en los nuevos medios, en soledad, solos familiares y allegados, aun con sus diferencias y posturas ideológicas opuestas siguen firmes, si bien, como escribí antes, con menos fuerzas, con mayor molestia hacia gobernantes y adalides que se prometen y no cumplen .

En Mayo de 2003, bajo la presidencia de Eduardo Duhalde y con Néstor Kirchner ya electo, el filósofo Tomas Abraham, .denunciaba a la Justicia Argentina por no cumplir con su deber, aunque lamentaba que el comportamiento era repetido. “La conducta de la justicia argentina ya ni siquiera es materia de discusión”, sostenía. Abraham, alegaba que el atentado a la AMIA ya no era solamente la explosión, el atentado , pasaba a ser, según sus palabras el “Crimen colectivo de la AMIA” que funcionaba como un ejemplo, un testimonio de la denegación de Justicia, un mal hábito de los jueces y abogados responsables de investigar y condenar a quienes desde las altas esferas del país, se habían encargado que la denegación de justicia sea una realidad:” Nueve años de encubrimiento dan testimonio de esto”. Abraham añadió a la cancillería argentina como otro de los que obstruyeron desde su lugar el crimen “ La irresponsabilidad de la política exterior argentina, su aventurerismo, la desorganización del sistema de seguridad paralelo a su corrupción estructural, son responsables de los crímenes de hace 10 años.”, decía sin medias tintas.

Por su parte, el 18 de Julio de 2008, al cumplirse 14 años del atentado-masacre de Pasteur 633, desde Memoria Activa, ejemplificaban el trato recibido y los caminos equivocados que les habían hecho tomar con un “laberinto”Un laberinto es “Un lugar formado por calles, caminos, encrucijadas, del que es muy difícil encontrar la salida, después de 14 años somos casi expertos en recorrer laberintos y sin embargo todavía no encontramos la salida”, deploraba.

El recorrido por el laberinto comenzó el 18 de julio de 1994 y fue de manera brutal, ya que “no sólo arrancaban partes de nuestras vidas de una de las formas más violentas y terribles que pueda imaginar la mente humana”, decía refiriéndose al atentado ocurrido a las 9:53 de una mañana con cielo plomizo, sino que además el “Estado Argentino” nos abría la puerta de ingreso a su guarida más perfecta, el laberinto de la impunidad”, delataba.

Las peripecias y obstrucciones fueron muchas, para que el laberinto siga sin salida:” Un laberinto de papeles y palabras. Un laberinto de discursos y denuncias, un laberinto oscuro, lleno de calles y puertas espurias que se fueron cerrando una a una frente a nuestras narices”.


Todo había sido pergeñado, no había casualidad en el tejido del laberinto: “ninguna calle ni encrucijada de este laberinto fue creada al azar, cada una de ellas fue una construcción, pensada, planeada y organizada por cada uno de los constructores: empezando por los sucesivos gobiernos de turno, y terminando con todas las instancias gubernamentales y comunitarias que se replican mágicamente a imagen y semejanza de ellos.

Como un espejo de la actuación de la justicia en los casos de corrupción que, a pesar de tenerse pruebas se dilatan en el tiempo hasta expirar los plazos legales y quedar sin condena y casi olvidada en la sociedad:” Cambian los estilos, los grados de participación… pero el laberinto de la impunidad sigue en construcción”

El laberinto comenzaba con Menem, que dio la orden de que no se investigara a Kanoore Edul y la consiguiente pista siria , allí se construyó la entrada al laberinto. Anzorreguy, Galeano, y el ex comisario Palacios, para ejecutar la orden de Menem, comenzaron la construcción de sus primeras calles.No podían sostenerlo solos, el mundo los estaba mirando. Y entonces necesitaron conseguir cómplices para inventar culpables a través de la pista de los policías bonaerenses, para cerrar la causa AMIA.

Para poder hacerlo era necesaria la participación en el complot de los ex fiscales Mullen y Barbaccia, de los secretarios del Juzgado de Galeano, Spina, Velazco y De Gamas, de la Comisión Bicameral, del ex presidente de la DAIA Rubén Beraja, y de Telleldín, quien ya se encontraba preso por ser el último poseedor de la trafic que explotara en la AMIA.
El Juicio oral que se realizó desbarató esta “mentira oficial”.
La sentencia del tribunal dejó en claro que los policías no eran culpables de haber participado en la masacre en la AMIA. Pero aún no sabíamos por qué necesitaron construir la historia oficial.
Hoy, 14 años después, tenemos más en claro que el gobierno de Menem y sus cómplices tejieron esa mentira con el fin de cerrar la investigación de la conexión local.
El juicio oral contra los encubridores, que el juez Lijo debe elevar lo antes posible, deberá sacar a la luz cómo se tejieron estas complicidades.

Los gobiernos subsiguientes de De la Rúa y Duhalde sostuvieron la mentira  para continuar con la impunidad.
El gobierno de Néstor Kirchner asumió inicialmente un compromiso con la causa AMIA reconociendo la responsabilidad del Estado Argentino por la falta de seguridad y por la denegación de justicia.

Para nosotros la responsabilidad del Estado no termina en el reconocimiento. El Estado debe cumplir con los compromisos internacionales que asumió ante la OEA, debe cumplir con los compromisos ante nosotros, debe plasmarse día a día en cada acción del actual gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, en cada mensaje, hasta que la causa AMIA quede esclarecida, hasta que los asesinos intelectuales y materiales y todos los cómplices y encubridores vayan a la cárcel.

Lamentablemente este laberinto tiene muchas puertas de entrada y seguimos sin vislumbrar alguna puerta de salida.
Hoy, a 14 años, no hay un solo preso por el asesinato de 85 personas.
Hoy, a 14 años, no hay un solo preso por aquellos que quedaron heridos.
Hoy, a 14 años, no hay un solo preso por el encubrimiento que posibilitó no llegar a la verdad ni a la justicia.

Con un dejo de esperanza , aseguraban :”Estamos aquí porque aún creemos,, y por más que tejan y tejan los hilos de la impunidad vamos a estar ahí, en la vereda de enfrente, trabajando por la justicia.

Hoy intentamos recrear en esta plaza un laberinto, uno que aún no tiene salidas, pero nunca se sabe, la vida es versátil y la impunidad no siempre triunfa.

Para cerrar, reiteraban la idea de los “constructores de la impunidad” que necesitaron de una guarida, un refugio, alguien que los ampare, los encontraron en las altas esferas del país , de la justicia y de personas que por su lugar debían defender la causa y fueron quienes “brindaron sobre los escombros, por dentro de y por eso crearon el laberinto, para que nada ni nadie los alcance.
Lo de ellos es guarida, y lo nuestro es esta plaza. Lo de ellos es guarida y lo nuestro es búsqueda, búsqueda de verdad y de justicia, porque sólo con verdad y justicia se podrá destruir el laberinto.


Fuentes:
Acto en Plaza Lavalle, discurso de Tomas Abraham19 de mayo de 2003 –

Acto por los 14 años del atentado, discurso de Memoria activa 2008



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