martes, 24 de octubre de 2017

HAY UN SOLO CAMINO: DEMOCRACIA O TOTALITARISMO, ES DECIR, DESARROLLO O DECADENCIA, SÓLO EL DIÁLOGO SIN IMPOSICIONES LOGRARÁ SER EL FUNDAMENTO PARA UN ORDEN SOCIAL JUSTO ( RAÚL ALFONSÍN, 1980)

Con la elección de Alfonsín como presidente argentina el 30 de Octubre de 1983 ,empezaba una nueva etapa en Argentina y una necesaria refundación , el retorno a la democracia y el fin de la de la dictadura , significó demostrarles a los militares que " las urnas no están bien guardadas" sino en especial porque se hizo necesario refundar literalmente el país. Poner en vigencia nuevamente la Constitución ( había sido reemplazada por el Acta del Proceso que daba luz verde a las desapariciones y torturas), liquidar el poder del partido militar, recomponer las instituciones. Como sostuvo Jorge Kehiayan en 2016 Los siete años de dictadura militar habían logrado anestesiar a una importante parte de la sociedad. "Entre exilios y desapariciones había “eliminado” a un supuesto enemigo" En ese contexto surge la figura de Alfonsín, el candidato que mejor la demanda de salir de la oscuridad y unir las partes de un rompecabezas que estaba desarmado.

Había recibido Alfonsín, en palabras de Edgardo Mocca, "una herencia que unía la criminalidad estatal con una profunda reestructuración económica, social y cultural de nuestro país: la desindustrialización de la economía, el fortalecimiento de los grupos financieros, la pauperización y el abandono social de grandes masas de personas, el debilitamiento de la clase trabajadora y de sus organizaciones sindicales constituían el marco en el que recuperábamos la democracia política. La idea misma de Estado era pensada con desconfianza y temor después de su empleo como maquinaria de persecución y muerte".
Fracasó en la política económica . No supo y no pudo enfrentar y desmantelar a las corporaciones económicas que , beneficiadas por la "pata civil" de la dictadura, es decir Martínez de Hoz, los hermanos Alemann y Domingo Cavallo que se negaron a abandonar el status quo , los beneficios recibidos) ,al sindicalismo que le hizo 14 paros generales ( muchos de ellos se aliaron con Menem y se callaron ante las privatizaciones y contratos basuras).Cometió un error grave: las leyes de obediencia debida y punto final ( producto de la negativa de los militares a su juzgamiento , dado que, repetían , habían librado una " guerra sucia" contra la subversión)., leyes en las que luego Menem , se apoyó para, bajo el eufemismo de la pacificación nacional dictar los indultos .

De todos modos, Alfonsín mantuvo su coherencia en su política democrática. Tres años antes de la huída de la dictadura, en 1980 volcó en el libro“Cuestión Argentina”, sintetizando sus ideas y proponiendo el camino seguro para el abordaje de una democracia duradera pero también efectiva, eficaz y conducente para el desarrollo del país y el bienestar del pueblo argentino", recordaba Carlos D. Luque en 2010 en el diario El Litoral.
Decía Alfonsín: “La democracia no es un lujo. Es la primera condición. Pero es cierto, debemos explicar por qué a pesar de los graves acontecimientos producidos entre 1973 y 1976 ( se refería por un lado a la creciente violencia que tuvo como partícipes principales a los grupos guerrilleros: Montoneros , la izquierda peronista; la Triple A, la derecha ´peronista y el ERP, de extracción marxista. Por el otro a la falta de control de Perón, , considerado el Salvador de la patria hacia la violencia; la designación de una incapaz Isabel Perón como presidenta y la falta de apoyo de sectores de la sociedad civil y política que "golpearon las puertas de los cuarteles), hoy -y aún más hoy- nosotros exigimos la vigencia de la democracia”.
Sus principios rectores expresados en el libro fueron “Es la primera condición para los trabajadores argentinos que únicamente con el diálogo democrático y sin imposiciones lograrán tener el fundamento para un orden social justo”.
Criticaba y llamaba a la reflexión a "los sectores medios entre los que muchos pensaron que les convenía cambiar las garantías democráticas por una mal entendida ‘protección’, y hoy ya han comprobado que el remedio fue peor que la enfermedad”. Así como a los los jóvenes, quienes reiteradamente ven frustradas sus aspiraciones por una sociedad que los margina y los rechaza. Con ellos podremos dialogar nuevamente sobre la democracia como fundamento de una sociedad abierta y moderna que asegure la igualdad real de oportunidades”.
Culminaba la introducción  remarcando los aciertos del gobierno de Illia, derrocado por la Revolución Argentina y el general Onganía, predecesor en ideas y actos del Proceso de Reorganización Nacional:“En este libro voy a hablar claro para reivindicar a esa democracia (y me refiero a la democracia de 1963-1966, esa que no tuvo ni detenidos políticos ni presos gremiales, que no recuerda un solo desaparecido, un solo ausente. Esa Argentina en la que los asalariados participaban crecientemente del ingreso nacional, que poseía una universidad floreciente y una prensa libre). Ese es el ejemplo, esa es la Argentina posible".
“Y si el argumento de que es justa no fuera suficiente, demostraremos también que es más eficaz para alcanzar el desarrollo de nuestro pueblo. Y a quienes no les importe que sea justa y eficaz y la descarten por cálculo o interés personal que cierren ya este libro. Estas reflexiones no son para ellos, los únicos enemigos de la Argentina”.
“¿Quién fija en una democracia los límites del disenso? Nadie más que el pueblo a través de sus representantes. Sólo los autócratas establecen los límites de la libertad para los demás. No nace una democracia sana con una libertad coartada. Por lo demás, esos límites ya se establecieron. Están en la Constitución Nacional (como si fuera poco). No hace falta más”, subrayaba el también fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en 1975.
Consultado por qué consideraba que su propuesta sería eficaz, Alfonsín respondió “Voy a contestar de una manera sencilla. No soy un analista político, soy un político. Estas no son las ideas de un observador. Son las decisiones de un actor”. Luego con vehemencia añadió “Se quiere una democracia fuerte, ¿verdad? Aquí hay un camino. A mi juicio, el único posible. Quienes tengan otras soluciones, que rápidamente las expresen en forma pública al país”.Advertía en 1980 quien sería derrocado por un golpe económico cuya cabeza visible fue Carlos Menem ..."Podrá haber otras soluciones, pero decisión a tomar hay una sola: democracia o totalitarismo, es decir, desarrollo o decadencia, no hay tiempo que perder, ya está casi agotado. Yo mismo que propongo estas ideas no sé por cuánto tiempo más tendrán validez".
Enfatizaba su proposición  con un anhelo ( ndr: que a la luz de la realidad actual, entiendo no ha sido leído ni comprendido) “Sabremos, por fin, lo que quiere decir democracia, porque ya no será un slogan impunemente manoseado, ni una enfermiza competencia por el voto del pueblo, sino una forma de vida y filosofía, que impone la obligación de proteger la dignidad del hombre frente a los abusos de poder del Estado y del poder económico y, en última instancia, la única forma de garantizar el desarrollo nacional”.

Cerraba Luque su artículo dejando claro que el expresidente había sido falible, sin embargo se hacia necesario " Reivindicar a Raúl Alfonsín, como bien ha dicho Gargarella, no implica hacer un culto de la austeridad o de la pobreza sino elogiar la presencia, imprescindible en lo que a mí concierne, de ciertas ataduras morales de la grandeza de un hombre que lo único que hizo fue hacer un culto de la política".

Fuentes:
Luque, C.La democracia según el pensamiento del doctor Raúl Alfonsín", El Litoral ( Corrientes)31 marzo 2010
http://www.ellitoral.com.ar/131116

Kehiayan, J. "
Democracia para construir, diario Armenia, 18 de Octubre de 2016
http://www.diarioarmenia.org.ar/democracia-para-construir/
Mocca, Edgardo"Treinta años después", Página 12, 3 de Noviembre de 2013
https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-232779-2013-11-03.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario