domingo, 10 de enero de 2016

INSEGURIDAD :EN LUGAR DE APELAR BANALMENTE A MITOS EXCULPATORIOS, LOS POLÍTICOS DEBEN ABANDONAR LA POLÍTICA DEL TERO Y NO JUSTIFICAR SU INACCIÓN E IMPOTENCIA QUE PROMOCIONA EL DELITO, LA PROBLEMÁTICA SE RESUELVE ABORDÁNDOLA CIENTÍFICAMENTE, SIN FALSOS IDEOLOGISMOS ( NOVIEMBRE DE 2015)

La filosofa Diana Cohen Agrest escribía en Clarín el 16 de Noviembre último sobre la inseguridad, llamaba a los políticos a tomar el toro por las astas y hacerse responsable de la situación. Pedía que no escondan la cabeza ( con la metáfora del tero) y que tomen medidas serias que no caigan en promesas vacías.

La inseguridad, uno de los ejes de las campañas electorales fue discutida por los candidatos en diferentes oportunidades. Mientras que Mauricio Macri, finalmente electo presidente señalaba que “en las calles ha aparecido el miedo, que está asociado al lamentable avance del narcotráfico", aseguraba que uno de las soluciones era "radarizar la Argentina" poniendo " equipos profesionales para terminar con esos que están arruinando nuestro país”.

Sin definiciones precisas sostenía que"La inseguridad es un drama en todo el país" y que para poner fin al flagelo se imponía la necesidad de "un plan integral" para combatirla.Era necesario , de la misma manera, según Macri se refirió valorizar la" educación pública". Entre sus exigencias se encontraba que los jueces "no suelten a los delincuentes a los cinco minutos". 

Asimismo entendía como una posible solución que la policía "sea dignificada".Macri cuestionaba que ser parte de las fuerzas de seguridad se haya convertido "en una salida laboral de emergencia", cuando los efectivos "están arriesgando su vida para combatir a una delincuencia cada vez más violenta", 

En tanto, quien fuera el candidato oficialista, Daniel Scioli defendía sus logros en la materia: "Estoy convencido y los resultados lo demuestran que no hay promesas ni fórmulas mágicas para combatir la inseguridad”, dijo Scioli al presidir el egreso de 4.000 policías durante un acto que encabezo en la escuela “Juan Vucetich” y en el que estuvo acompañado por el Secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.

En su discurso, Scioli aseguró que desde que decretó la emergencia en seguridad en abril de 2014 “los homicidios en ocasión de robo bajaron a la mitad” según datos de la Procuración de la Suprema Corte.

A su vez reiteraba uno de sus slogans de campaña:" Estamos transformando la policía de la provincia de Buenos Aires pero Argentina necesita también que el Poder Judicial se involucre cada vez más como parte de la solución de esta preocupación ciudadana que es la seguridad”.

Cohen Agrest, madre de Ezequiel Agrest, de 26 años, asesinado en Julio de 2011 en el barrio porteño de Caballito de dos balazos al intentar defender a una amiga de un ladrón armado cuando se preparaba para filmar un corto con unos compañeros de la escuela de cine criticaba los dichos de Scioli:"No hay promesas ni fórmulas mágicas para combatir la inseguridad”, sentenció Scioli durante la campaña como a modo de axioma incuestionable. Otros recurren al salvoconducto de decir que el asesinato existió siempre, desde Caín y Abel. O quienes se quieren quitar el problema de encima con palabras políticamente correctas repiten: “Educación, educación y más educación”. 

Seguía en su articulo aportando datos :" las cifras parecerían confirmar ese nihilismo securitario: desde el año 2000, más de 8 millones de víctimas de homicidio hace de la violencia interpersonal la causa de muerte global más importante que todas las guerras combinadas durante ese período".

Apoyaba sus palabras en un estudio publicado en Agosto por el Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge llamado“Cómo reducir los homicidios en un 50% en los próximos 30 años”, 

Cohen Agrest citaba a Manuel Eisner, investigador del brasileño Instituto Igarapé que se focalizaba en los tres factores comúnmente citados como aquellos que incidirían en el alza de homicidios. 
Sobre el primero de los factores, la concentración urbana, el informe señala que la mitad de la población mundial vive en sociedades donde se cometen apenas el 10 % de los homicidios globales y que no hay pruebas de que las sociedades urbanizadas sean necesariamente más violentas (Hong-Kong, Japón, Suiza y los Países Bajos, Canadá o Singapur). En contrapartida, los homicidios se concentran geográficamente: casi la mitad se cometen en solo 23 países que suman el 10 por ciento de la población global, la mayoría localizados en Sudáfrica, en el Caribe y en Latinoamérica, cuyos países lideran el crecimiento del delito. El informe concluye que la concentración urbana no incide en las tasas de homicidios.

Agregaba en relación al paper de la Universidad inglesa:" En cuanto a la desigualdad de ingresos, los estudios que comparan países en un momento del tiempo constataron que los niveles de homicidio se corresponden con los niveles de desigualdad de ingresos medidos por el coeficiente de Gini, que es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno)",

Advertía Cohen Agrest: "este modelo que funciona para comparar países sincrónicamente deja de ser eficaz cuando son medidos en estudios longitudinales, esto es, a lo largo del tiempo. Las tasas de homicidios descienden en Singapur aunque crece el nivel de desigualdad, inversamente a México o, si atendemos a las supuestas políticas de inclusión, a la Argentina. El crimen creció en Brasil en épocas en las que la desigualdad económica bajaba. Mientras tanto, la desigualdad aumentó pero la delincuencia bajó en los Estados Unidos de los 90’. 

En sus conclusiones, explicaba la columnista :"El informe concluye que no hay evidencias empíricas de que la baja de la desigualdad cause o sea acompañada por una baja de las tasas de homicidio".

Más adelante observaba el tercer factor analizado : la ausencia de instituciones confiables y legítimas. Allí se encontraban sociedades con altas tasas de asesinatos (Honduras, Brasil, Jamaica, Venezuela o Sudáfrica), en ellas "los homicidios se asocian al dominio del territorio o un ajuste de cuentas. Este regreso a la justicia por mano propia impulsa a los jóvenes varones a ir armados". Las sociedades con índices elevados de homicidios, señala el informe, sufren sin excepción un sistema de justicia criminal disfuncional, que incluye altos niveles de impunidad para quienes delinquen. Y este sí es un factor relevante a la hora de evaluar la tasa de violencia criminal en un país.

Añadía :" El informe cita como ejemplo una situación que bien podría ser trasladada a la Argentina, donde de cada 10 homicidios, apenas de 5 se conoce el autor: en Honduras, sólo el 3 por ciento de los autores de homicidios cometidos entre 2010 y 2013 fueron condenados. El “costo promedio” de matar es de 6 meses de prisión, una vez admitido que el promedio de la pena de prisión es de 15 años. En cambio, en Inglaterra y Gales, donde 79 de cada 100 homicidios terminan con condena, hay muchísimos menos homicidios. En suma: los países con altos niveles de impunidad tienen también tasas de homicidios más altas. 

Culminaba Cohen Agrest reclamando como primer punto:" En lugar de apelar banalmente a mitos autoexculpatorios, los dirigentes deberían abandonar la política del tero que explica el delito por la desigualdad o por el narcotráfico, reduccionismo que justifica la inacción y hasta la promoción del delito por parte de un Estado que se declara impotente frente a una problemática que, cuando es abordada científica y no ideológicamente, puede ser resuelta"

Demandaba en virtud de la observación que los índices de homicidio declinan cuando la corrupción desciende y se mejora la legitimidad del Estado a través de instituciones confiables, hacer efectivo el Estado de derecho basado en la aplicación de la ley, la protección a las víctimas, sentencias rápidas y justas como también cárceles dignas". La conjunción de ellos es fundamental para la reducción sostenible de la violencia letal", argumentaba.

Al lugar común al que apelaban los politicos “Educación, educación, educación” respondía :" es una condición necesaria pero no suficiente: sin un ejercicio del derecho justo todo otro abordaje –urbanización, cambios culturales, desarrollo económico, políticas preventivas- serán frágiles y no sustentables".

Sintetizando su idea requería un tratamiento serio, no basado en declamaciones ni en "esconder la cabeza" cuando realmente es necesario y no hacer un reduccionismo de la problemática. Es necesario leer y escuchar los trabajos realizados con el aval de las universidades : Abordar el problema de la seguridad con una perspectiva científica y no ideológicamente", así " puede ser resuelta", afirmaba Cohen Agrest.

Fuentes: 

Cohen Agrest, Diana:" 
Inseguridad: no a la “política del tero”, Clarín 
16/11/15http://www.clarin.com/opinion/Homicidios-Corrupcion-Desigualdad-Impunidad-Narcotrafico_0_1468653161.html

Macri: "La inseguridad es un drama en todo el país, TN
http://tn.com.ar/politica/macri-la-inseguridad-es-un-drama-en-todo-el-pais_53914726 de Octubre de 2014 

Rosario3:"Scioli, Macri y Massa se cruzan por la inseguridad y la economía", 26 de Septiembre de 2015
www.rosario3.com/noticias/Scioli-Macri-y-Massa-se-cruzan-por-la-inseguridad-y-la-economia-20150926-0035.html




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