viernes, 7 de febrero de 2014

LA NECESIDAD DEL ESTADO ADQUIRIENDO RADIO BELGRANO FUNDADA EN RAZONES DE DEFENSA NACIONAL Y CONCEPCIÓN ESPIRITUAL, ESCONDÍA SU CLAUSURA POR MOTIVOS POLÍTICOS (1947)

El nombre y la historia de Jaime Yankelevich están ligados a los medios de comunicación en Argentina. Gracias a su espíritu emprendedor y la influencia de sus antecesores norteamericanos como David Sarnoff y William Paley, logró ser el dueño de la  primera cadena de radios en nuestro país, así como más delante de un multimedios y el “fundador de la televisión”

Andrea Matallana, autora de Jaime Yanikelvich, la oportunidad y la audacia, editada por Capital Intelectual, en un nuevo libro de serie Paisanos, entiende que Yankilevich,llegado desde Bulgaria a las tierras que acogieron a la inmigración judía., supo transformar el  hambre y la pobreza sufridas desde niño y  traducirlas en emprendimientos. 

Si bien la radiofonía estaba en sus inicios, Jaime Yankelevich comprendió la necesidad de expandir el mercado y mejorar la programación. Durante esos años, las emisoras comenzaron a salir del modelo de experimentación inicial  para volcarse paulatinamente a un modelo profesional
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En 1927, cuando Yankilevich se hace cargo de Radio Nacional, el mayor desarrollo del sistema radiofónico de América del Sur lo poseía la Argentina. Había 150.000 aparatos receptores en el país. Dos años después la cifra había subido a 500.000, convirtiendo a la Argentina en la tercera nación importadora  del hemisferio occidental. El hecho llamó la atención en Estados Unidos, donde destacaban el modelo de un  sistema abierto, que permitía a cualquier ciudadano adquirir una licencia, hacía que el broadcasting, se expandiera con rapidez  en Buenos Aires,  donde  se hallaba la  mayor  concentración de habitantes, aun cuando el mercado potencial era más grande en el interior.

Radio Nacional fue el primer gran invento de Jaime Yankilevich que capitalizó sus conocimientos adquiridos sobre la importancia e influencia futura del ya no tan incipiente medio de comunicación, permitiéndole organizar  diferentes asociaciones de radiodifusores en nuestro país, además de ser el impulsor y conductor del Primer Congreso Continental de Broadcasting. Basado en la venta de publicidad extendió su negocio, comprando emisoras en otros puntos del país concretando la primera cadena argentina”, formalizada en 1937.

Matallana analiza y memora las dificultades y confrontaciones encontradas por Yankilevich con los gobiernos. En 1933, un decreto del Poder Ejecutivo impidió utilizar la  palabra Nacional en actividades privadas, obligando a Radio Nacional a adoptar un nuevo nombre. Luego de  un concurso entre oyentes nació Radio Belgrano.
Años después, en los años 40, las radios empezaron a mirar al exterior. Surgió de esta manera la idea de constituir la Unión Panamericana de Broadcasting. La oposición del gobierno de Ramón Castillo  hizo que la organización fuera descartada.

Un nuevo choque se produjo en 1941, fue otra vez por orden del presidente Castillo, debido  a que desde su  Ministerio del Interior prohibieron un homenaje al mandatario norteamericano, Franklin Roosvelt. El jefe de Estado argentino adujo que no tenían permiso para la emisión  y declaró el Estado de sitio con el propósito de suprimir la propaganda a favor de las potencias aliadas en la II Guerra Mundial.El New York Times, se mostró perplejo por la negativa , aunque admitió que un cٌconclave similar, pero a favor del Eje, también había sido prohibida por la situación internacional del momento.

Las injerencias gubernamentales persistieron luego de la Conferencia Radiofónica realizada en la ciudad de El Cairo, cuando Radio del Estado inauguró su Escuela del Aire con un discurso del nuevo Director de Correo y Telecomunicaciones, Adrián Escobar.
Escobar declamaba su intención  de  incorporar la radio a la enseñanza primaria oficial para educar y desterrar el analfabetismo. Sin embargo y curiosamente, Radio del Estado sólo  podía ser escuchada en Buenos Aires.

Matallana, señala en el libro que el denominado “problema de la radiodifusión” fue una constante desde los inicios de la década del cuarenta, con diferentes ribetes, los gobiernos buscaron controlar las emisiones de radio_ la televisión no existía aun en Argentina. Un ejemplo que trae la autora fue el decreto emitido en 1940 para determinar la expansión de nuevas emisoras al interior del país, se manifestaba que se “impulsaba  la creación de nuevos servicios y la  realización de una reestructuración técnica”.

La decisión sufrió un duroas cuestionamientos en el Congreso. Se acusó  al gobierno de tener intereses políticos, otros revelaban que el gobierno había pactado  con algunos de los posibles permisionarios: “no era aventurado manifestar que ya se conocen los nombres de las personas que resultarán permisionarios, señalaba un diputado socialista. Los concursos se realizaron en diciembre de 1940, y a pesar de que el Congreso intentó impugnarlos en 1941, fueron confirmados.

Uno de los legisladores, el  diputado de la Unión Cívica, Raúl Cisneros expresó su temor a que se concrete un monopolio comercial. Sólo tres cadenas operaban (Splendid, El Mundo y Belgrano), y en tiempos de la Segunda Guerra esto representaba un problema ya que la radio era un medio de “contacto espiritual”. Por tal motivo el control del Estado con un “sentido altamente nacionalista” era fundamental.

El problema radiofónico tuvo su desenlace durante el  primer peronismo. En el caso de Yankelevich, la resolución de esta tensión trajo aparejada  implicancias  que databan  desde finales de la década de 1930. Según Matallana, Jaime Yankelevich pareció ser el elegido por el gobierno de Farrell, y con posterioridad por el de Juan Domingo Perón, para vehiculizar los cambios añorados en la radiofonía argentina.

Yankilevich buscó en aquel momento reforzar su vínculo con el gobierno militar, en parte, se basaba en el vínculo del dueño de Radio Belgrano  con  Eva Duarte, la futura esposa de Perón  y futura jefa espiritual de la Nación.
Evita dio sus primeros pasos actorales en Belgrano en 1937, cuando actuaba con el conjunto Remembranzas y, posteriormente, como animadora de un concurso cinematográfico auspiciado una de las revistas especializadas en Radio. Luego de pasar por Radio el Mundo, volvió  a Belgrano, primero acompañada por un galán de la época y después_ gracias a su relación con uno de los generales cercanos al poder- con una publicitada emisión de La amazona del destino.

Por los  micrófonos  de Belgrano habló  el presidente de la Nación, Pedro Pablo Ramírez, dirigiéndose al país con motivo de la celebración del 12 de octubre. El libro cita la a  la revista Antena  en cuyo comentario destaca   “merece señalarse  que ello comporta como deferencia a un broadcasting que tanto se ha preocupado siempre porque en su onda se deje escuchar la palabra de los que deben estar en contacto directo con sus pueblos”.

Los miembros del gobierno asumido tras el golpe de Estado del 4 de Junio  de 1943, fueron habituales visitantes de radio Belgrano. Perón visitó los estudios , donde fue agasajado por las autoridades quienes le ofrecieron un vino de honor luego de recorrer las dependencias de la casa y escuchar una audición de la orquesta de Francisco Lomuto´”, publicaba Antena en Diciembre.
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Llegado  1944, Eva Duarte protagonizaría el  radioteatro Hacia un futuro mejor, un homenaje a la revolución del 4 de junio que se emitía tres veces al día.

Una de las características del movimiento que se estaba forjando fue el intento  de controlar la radiofonía a través de leyes y regulaciones expresadas fundamentalmente en el denominado Manual de Instrucciones para las Estaciones de Radiodifusión, que determinaba la manera de  regular los contenidos de las programaciones. El texto enfatizaba la función de control que el Estado debía tener por sobre los  intereses comerciales y privados que manejaban la casi totalidad de las emisoras. El Manual reglamentaba no sólo la cantidad de espacios orales que debían tener las  radios, sino también el numero de radioteatros episódicos que se  podrían transmitir en cadena. Esta regulación restringió de manera severa los modos de funcionamiento de las radios.

En 1947, ya con Perón afianzado como presidente y líder, se emitió por Radio Belgrano un discurso donde el mandatario despedía a su esposa  que partía hacia Europa. La alocución fue interferida por una voz que decía “no le crean nada,son todas mentiras”. De inmediato el hecho se propagó y la  repercusión de las “expresiones condenatorias hacia el Presidente” fijó la inmediata clausura de la emisora. A partir de ese momento Jaime Yankilevich fue presionado para que cediera su licencia al Estado.

Por  resolución de la Dirección de Radiodifusión Nro. 3222, la emisora fue suspendida en sus operaciones. Un mes después, se levantó la medida, pero simultáneamente se declararon caducas las licencias otorgadas a Jaime Yankelevich para la comercialización.En Agosto de ese mismo año, el empresario hizo una presentación al Poder Ejecutivo ofreciendo la venta al Estado de su red

Finalmente el Estado  aceptó la oferta  que como subrayó en una nota reservada del Ministro de Comunicaciones, Oscar Nicolini, dirigida al presidente del Consejo Económico Nacional la “adquisición llenaría una perentoria necesidad del Estado fundada en elementales razones de la defensa nacional y concepción espiritual’’.

En realidad, Nicolini, disfrazó con la compra de la radio y sus componentes la clausura por motivos políticos. De este modo se aseguraban poder seguir utilizando los aparatos transmisores, en lugar de tener que comprar nuevos para montar emisoras técnicamente expropiadas.
Pocos meses después,el gobierno declaró  la caducidad de varias de las emisoras que Yankelevich poseía en el interior del país, denunciando un monopolio de Radio Belgrano sobre el conjunto de las emisoras de radio en Argentina.
En pocos meses los demás concesionarios devolvieron las frecuencias al gobierno. Tal fueron los casos de El Mundo y Splendid antes de que finalizara el año 1947.
Luego de vendidos los activos al Estado, en julio de 1948 Yankelevich fue electo Presidente de la InterAmerican Association of Broadcasters.  Esto confirmaba su importante posición en el del desarrollo de la radiofonía americana, a la vez que lo colocaba en una situación compleja. Desde 1945, esta entidad venía denunciado el avance del gobierno de Perón sobre la libertad de prensa, cosa que había sido sostenida por Yankelevich al menos hasta que el mismo  le compró la licencia de sus emisoras, nombrándolo luego Director General de Radiodifusión( administrador de  todas las emisoras nacionales). Este hecho ocurrido en 1948, representó un duro cruce de críticas entre la InterAmerican…y la Asociación de Radiodifusoras Argentinas (ADRA), ambas presididas por Yankelevich, quien  negó su apoyo a la denuncia contra el gobierno del general Perón. La entidad interamericana separaría a ADRA de su institución y solicitaría la renuncia como Presidente del ex dueño de Radio Belgrano.
La situación política condicionó el desarrollo de los negocios de Yankelevich en la radio pero no impidió que le surgieran nuevas oportunidades . En medio del fuego cruzado entre las radiodifusoras y el gobierno, los objetivos de expansión del empresario estaban puestos en la nueva tecnología de la televisión, para lo cual fue el encargado de analizar los costos y traer los primeros equipos transmisores.
De la mano y del cerebro de Yankilevich La TV comenzó transmisiones en  1951; sin casualidades fue el 17 de Octubre. La TV, el “moderno milagro”, mostró el  festejo del día de la Lealtad con  Eva Duarte y Juan Domingo Perón dirigiéndose al pueblo y a los descamisados convocados en la plaza. En su libro La televisión criolla, Mirta Varela reseña  que el “eco en los medios fue escaso, con excepción de la transmisión del 17 de octubre, que era además la reaparición de Evita en público. Como señala la autora, el elemento que aparece más visible ante la prensa es la “espectacularidad de los equipos transmisores” y de la antena emisora que se erige en el Ministerio de Obras Públicas del gobierno nacional
Con su nuevo emprendimiento en funcionamiento, en febrero de 1952, Jaime Yankelevich, el inventor de la radio ya la TV  en la Argentina, moría en Buenos Aires. En los homenajes en los medios, se destacaba  “nos deja su más grande conquista, la televisión”. O como anunció  The New York Times  “El pionero de la industria de la radio en la Argentina, había muerto luego de una larga enfermedad, después de haber abierto la primera estación de televisión en el país”.
En la finalización del libro Andrea Matallana, recuerda que  al  momento de su  partida Jaime Yankelevich tenía 58 años. Había realizado una brillante carrera que, concluye :significó la formación y consolidación de la industria del entretenimiento, en una “aventura del ascenso social” que lo levó desde un humilde negocio en la avenida Entre Ríos a la construcción de un imperio en la industria del entretenimiento en la Argentina del siglo XX.

Fuente:
Matallana, Andrea, Jaime Yankelevich, la oportunidad y la audacia. Editorial Capital Intelectual, 2013



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