domingo, 28 de julio de 2013

LA CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD SON PARTE DE LA CULTURA POLÍTICA, LLEGANDO LOS GOBERNANTES A UN DELIRIO SIN LIMITES QUE PUEDE ROMPER TODAS LAS BARRERAS, NO SOLAMENTE DE LA LEGALIDAD, SINO TAMBIÉN DE LA RACIONALIDAD

 El siguiente texto fue escrito en 2001 analizando el fenómeno de la corrupción  en América Latina, haciendo hincapié en lo que sucedía en Argentina. Su autor el Profesor  investigador  de "Psicología Política", Ángel Rodríguez Kauth en su artículo “Corrupción e impunidad: dos estilos de cultura política latinoamericana”, publicado por la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis, sostenía  que “los argentinos tenemos el prurito de ser los mejores en todo lo que hacemos -o que no hacemos y, para ser consecuente con ello, hay que observar que Argentina es uno de los países que encabeza el ránking mundial de la corrupción”

Además resaltaba que en América Latina la:”corrupción política, financiera y económica, recorre nuestro territorio como una endemia y con muy mal pronóstico para su erradicación”. En ese sentido, recordaba algunos ejemplos, como los enojos del ex Presidente Carlos Menem con la prensa y con aquellos que afirmaban que en Argentina hay corrupción;”la corrupción  existe en todo el mundo”, decía. En respuesta el catedrático, le enrostraba que  no tenía  en cuenta dos factores de gran importancia: a) el monto o cuantía que implica la corrupción y b) la impunidad de que gozan los corruptos. En Argentina son escasos los funcionarios corruptos que han pasado por los estrados judiciales para rendir cuentas de sus negociados o tráfico de influencias. Muchos menos son los que han pagado sus culpas con prisión y -mucho menos aún- los que se han visto obligados a devolver los dineros robados al pueblo que a diario se sumerge profundamente en la miseria, gracias precisamente, a los funcionarios ¨que se quedan con los impuestos de la población”. Textualmente dice “gracias a los funcionarios venales que se quedan con las gabelas de la población

Según señalaba Rodríguez Kauth en el comienzo del siglo XXI en América Latina los gobiernos ya no eran “dictatoriales, aunque sí “elitistas y conservadores, teñidos con un cierto halo de “populismo”. Por un lado, se observaba un crecimiento de los  de los medios de prensa. Por el otro,  había una característica entre los mandatarios; el “afán de exhibicionismo”. En tanto, en  su visión, interpretaba al afán de exhibicionismo como una “perversión política de los poderosos para con sus súbditos.”.

Otras de las fuertes críticas que se establecían en la nota del autor puntano eran los pedidos de enormes sacrificios laborales y económicos que les hacían los políticos  a los ciudadanos comunes, mientras los mismos veían simultáneamente las fastuosas mansiones dónde vivían.  A su entender, En muchos casos es innegable, para la percepción popular, que esa exhibición es producto del “enriquecimiento ilícito de los funcionarios”.

Si bien, el académico, no veía nada nuevo bajo el sol, dado que desde siempre roban, corrompen, asesinan, torturan, trafican influencias, etc, hoy se hace “despiadadamente”, aunque no tengan necesidad de tantos bienes dionisíacos, para no sentir los efectos de la culpa

La conclusión a la que arribaba Rodríguez Krauth era que los gobernantes, de este modo se sienten “semidioses, habitan el Olimpo de la impunidad, donde reina su voluntad”,  Por arriba de ellos está la nada, entonces convierten a su capricho en ley, muchas veces en forma “tiránica “veces aunque bien escondidos y cobijados bajo una “máscara de democracia formal”. Se asumen omnipotentes, olvidándose  de la moralidad del hombre. Ellos y  su “pléyade de obsecuentes cortesanos conforman una familia perversa, modifican la Ley a su placer sin importarles el resto, llegando a un “delirio sin límites que  puede romper todas las barreras, no solamente de la legalidad, sino también de la racionalidad”.

Fuente: Rodríguez Kauth,Ángel "Corrupción e impunidad: dos estilos
de cultura política latinoamericana", Revista Probidad,Edición Catorce, mayo-junio/2001 http://www.revistaprobidad.info/014/art10.html


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