domingo, 21 de octubre de 2012

EL CEMIDA. LOS MILITARES DEMOCRÁTICOS DURANTE LA DICTADURA


Hubo otros militares durante la dictadura, fueron soldados que se opusieron al Proceso de Reorganización Nacional. Fueron militares cuyo objetivo mayor, no fue combatir la “subversión” y perseguir toda idea opositora a las ideas de la “moral occidental y Cristiana”.
Por el contrario, desde  el  Centro de Militares para la Democracia Argentina (CEMIDA), formado en 1984, se sintieron “avergonzados  de  la  impunidad  de  algunos  delincuentes  que  con  su  accionar  pretendieron  mimetizarse  con  las  instituciones  que  su  conducta  había  deshonrado”.

El 15 de noviembre de 1984, a poco más de un año de la elección de Raúl Alfonsín como presidente constitucional, quedó constituido el CEMIDA, con metas claras:” el  CEMIDA buscó recuperar ese espíritu nacional y continental con que fueran creadas las fuerzas armadas (FFAA): al calor de las luchas por la independencia y en ferviente subordinación de su accionar a la voluntad del pueblo”.

De la misma manera la entidad, enfatizó su misión hacer:” conocer  a  la  opinión   pública  y   en  particular  a  los  oficiales  de  las  Fuerzas  Armadas,  la  existencia  de  un  pensamiento  militar  genuinamente  constitucionalista  opuesto  a  toda  manifestación  militar  que  exceda  los  límites  de  lo  legal,  lo  moral  y  lo  ético”.

Claro, que el camino no fue fácil, su ex presidente antes de la disolución este año, el excoronel Horacio Ballester, relató los obstáculos que sortearon:” Se pagó caro esa participación; al Tte. Cnel Alberte, por ejemplo, lo tiraron por una ventana del sexto piso, el Tte. Devoto de la Marina desapareció, el Cnel. Perlinger estuvo 7 años y medio preso sin haber sido acusado absolutamente de nada”.Ballester confirma que él mismo padeció secuestros:” durante la dictadura de Lanusse la Policía Federal me secuestró en Ezeiza, estuve desaparecido unas horas, aunque no me torturaron. Tuve arrestos domiciliarios y en el batallón de Arsenal de Boulogne”.La
misma sede del CEMIDA,  penas diez días después de haber sido creado, fue volada por una bomba”

Sin dejar lugar a dudas, Ballester enfatizó que actuó de acuerdo a su conciencia.” Nadie está obligado a cumplir órdenes ilegales. Las torturas, las violaciones, el robo de bebés no tienen nada que ver con las funciones del Ejército”, confirmando también lo que fue el llamado Plan Cóndor:”la metodología aplicada, los secuestros, torturas y demás, no eran resultados de un loquito o una mente trastornada que cometía la violación, la tortura y el asesinato, sino que era un sistema implementado ni siquiera a nivel nacional, sino internacional, todas las dictaduras de Latinoamérica fueron apoyadas por Estados Unidos”. 

En otra oportunidad el coronel Ballester, señaló su coincidencia con la
afirmación que el golpe del 24 de Marzo de 1976, no fue sólo militar, sino, que tuvo un carácter  "cívico-militar" porque, de acuerdo a su criterio "en los golpes de Estado los militares somos el mascarón de proa de un barco que manejan otros”.
Otra dificultad fue la escasa repercusión que tuvo el CEMIDA en sus comienzos:” A fines del ´83, las únicas voces militares que se escuchaban eran en apoyo al Proceso: militares en actividad y retirados. Nosotros queríamos hablar pero nadie nos hacía caso. Pensamos que si nos organizábamos nos iban a escuchar, pero sólo en el exterior, realmente nos escucharon: nos pusieron esa bomba y aparecieron los medios. Salimos en Le Monde de París, el Spiegel de Alemania occidental, The Baltimore Sun en EEUU, en las radios de Escandinavia. En fin, somos más conocidos en los medios de afuera que acá en Argentina.
Si los medios nacionales no les prestaron atención, el comportamiento del expresidente Menem, fue peor, ninguneó y despreció al CEMIDA, su política fue acorde con la decisión de indultar a los  jerarcas procesistas en pos de la “pacificación nacional”.
Recién en el gobierno de Néstor Kirchner, fueron reconocidos y se les restituyeron los grados militares que se les habían quitado por haber defendido los Derechos Humanos. Un ejemplo de ello, fue lo acontecido con el coronel Juan Jaime Cesio, a quien se lo honró con el ascenso a general y la representación de los atributos en el sable con su nombre grabado en él y el uso del uniforme.
Juan Jaime Cesio, ha sido reivindicado en su “ética profesional y humana”, señalaron en aquel momento.

Con gran  valentía otro miembro del CEMIDA, el ya fallecido Capitán José Luis D’ Andrea Mohr, retó a duelo al ex canciller Cristino Nicolaídes, cara a cara, calificó de “cobardes asesinos” a los militares represores y de “héroes” a las Madres de Plaza de Mayo. El mismo fue autor de dos libros en defensa de la democracia:” “Obediencia de Vida” donde desmonta la teoría auto justificatoria de los militares del “obedecer ciego, sordo y mudo”. Y  también, “El escuadrón perdido” una extraordinaria investigación sobre como 129 soldados fueron secuestrados y desaparecidos mientras prestaban servicio militar durante la dictadura genocida del 76.

La resistencia y honor del CEMIDA, les valió de parte de Osvaldo Bayer, la comparación con:” el gobierno de la nueva Alemania posnazista, que justamente eligió a los pocos oficiales que se habían jugado contra Hitler, (30 de enero de 2010).

Desde su fundación el CEMIDA, participó activamente en los juicios por las violaciones de los derechos humanos. Ya en 1985, participaron en el juicio a la Junta y también lo hicieron en los Juicios por la Verdad, cuando todavía no habían sido derogadas las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final en Bahía Blanca. Por el caso Scilingo  el coronel Ballester, declaró  en conferencia televisiva ante la justicia de España. También por la masacre de Fátima. “Ahí fui espectador, testigo presencial del secuestro de dos chicas que después sus cadáveres aparecieron en Fátima. Estuve en los juicios de Corrientes y Neuquén, y en la ESMA por Febres”, señaló Ballester.

Un rol protagónico, tuvo el general Benjamín Rattenbach, autor del informe de análisis y crítica del comportamiento inhumano y repudiable de los comandantes en la guerra de Malvinas. Su hijo, el también general Augusto Rattenbach, denunció en 2006, la “adulteración “de la publicación:” el informe intentó ser tapado por una conspiración de silencio, pero logró saltar el cerco de la censura para estallar en los titulares de todos los medios del país .La Comisión de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades en el Conflicto del Atlántico Sur" que presidía el teniente general Benjamín Rattenbach,  ,había sido encargado por la última junta militar del "Proceso" y debía tener carácter secreto, pero en forma inesperada una versión del texto apareció publicada en la revista Siete Días, lo cual contribuyó a potenciar la de por sí explosiva dureza de su letra, que entre otras cosas recomendaba, para juzgar a los responsables de Malvinas, tener presente el artículo del Código de Justicia Militar que impone la pena de muerte a quien entrega una plaza sin pelear.

Para Rattenbach hijo, la información se cambió intencionalmente para alivianar los cargos del desempeño de Alfreo Astíz que durante el conflicto se rindió sin presentar batalla

En forma parecida, se pronunció el  Coronel retirado José Luís García, uno de los principales asesores que trabajaron en el informe crítico.  Entrevistado en Abril de este año por la revista 2016, a raíz de los 30 años de la  invasión, de la “aventura irracional”; como la definió y la desclasificación del informe, destacó la cobardía de los altos mandos que no estaban en el lugar de combate Por otro lado, resaltó el heroísmo de los soldados.
En el mismo reportaje García manifestó:”Mi incógnita es saber dónde está el informe sintético que elaboró Rattenbach en disidencia con el oficial, que la Junta guardó en secreto acciones.

Por último, como reconocimiento a la labor, valen recordar algunos puntos: En su edición del 24 de julio de 1987, el diario Pagina 12 publicó un dibujo humorístico acerca de esta asociación de «díscolos» oficiales. Un subalterno sentado frente a una máquina de escribir le pregunta a un superior: «Y a ese militante del CEMIDA... ¿bajo qué cargos le metemos 30 días de arresto?».
Y el jefe responde: «Póngale por apología de la democracia».
El chiste explica con sólo 21 palabras el sentimiento que ellos provocan en los altos mandos de las Fuerzas Armadas
.
En 2011, el historiador Daniel Mazzei, publicó su libro “EL CEMIDA Militares  argentinos para la transición democrática (Capital Intelectual) sintetizando su obra los describe como”Un grupo de hombres de armas  que se reunió en el Centro de Militares para la Democracia Argentina (CEMIDA) con el fin de postular un modelo distinto del militar, respetuoso de las instituciones democráticas y de la voluntad popular”.
En su investigación, Mazzei, permite conocer y valorar la actuación de ese grupo de hombres que_ habiendo resistido y desobedecido durante la dictadura el sistema represivo y los dictámenes de la doctrina de la seguridad nacional_ abrieron con su testimonio el camino para que en Argentina fuera posible la existencia de "otros militares", leales al orden constitucional, respetuosos de los derechos humanos y subordinados a los mandatos popular”.
 EL CEMIDA, surgió luego de la dictadura más sangrienta de la historia del país. Se trató de un proceso marcado por las debilidades de una sociedad que había sido devastada, por las vacilaciones de los actores políticos y por las reacciones corporativas de unas Fuerzas Armadas que no se resignaban al cambio. En este contexto conflictivo, en el que la democracia fue constantemente amenazada y desestabilizada.
Finalmente en Marzo de este año, el CEMIDA, se disolvió, Horacio Ballester y Augusto Rattenbach anunciaron, en una carta abierta,  que el  Centro de Militares para la Democracia Argentina (Cemida),  consideraba que  su ciclo de vida, al igual que su misión estaban
cumplidas

Ballester y Rattenbach enumeraron  con concisión lo ocurrido en los 27 años del Cemida:”  plena subordinación de las instituciones militares al control civil; enjuiciamiento y condena de los uniformados por la comisión de delitos atroces y aberrantes violatorios de elementales derechos humanos; desligamiento respecto de la añosa influencia norteamericana sobre los institutos castrenses

El actual embajador argentino en Guatemala, Ernesto López, sintetizó la valentía del CEMIDA” fue una epopeya de la consecuencia y de la dignidad dedicada a mostrar que otras Fuerzas Armadas eran posibles en nuestro país, y a trabajar incansablemente por ello. Lo hicieron con un coraje y una entrega infrecuentes, empujados por el afán de mantener en alto los únicos fundamentos sobre los que valía la pena pelear por esa meta: la defensa de la democracia y del sistema de valores que inevitablemente debe acompañarla, a sabiendas de que eso, en las condiciones que había dejado la dictadura del Proceso, estaba íntimamente conectado con la búsqueda de un modelo de país que rechazara cualquier tipo de inclusión internacional subordinada y con el rescate de la Memoria, la Verdad y la Justicia. ¡Y vaya si cumplieron!!

Lejos de rendirse,  los integrantes del CEMIDA, anunciaron la organización  del “CENTRO DE MILITANTES PARA LA DEMOCRACIA ARGENTINA, que podrá incorporar a todo habitante dispuesto a colaborar en la construcción de un modelo político Nacional y Popular, que sea continuador del accionar y los valores de la asociación madre.

Fuentes: CEMIDA, Diarios Pagina 12, Clarín y La Nación.
Editorial Capital Intelectual,
webs: Pagina Digital, Género periodístico, Prensa FILATINA.
Revista 2010, Revista 2016, NotiO, memorias de la Tierra, Agencia TELAM y Profesor Alberto Chiarenza

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