Muchos de los que lo conocieron, lo describieron como un "nene
grande", para el periodista Ezequiel Fernández: “Bonavena no era
simplemente un boxeador”el autor de "Diganme Ringo”, la biografía de Oscar
Natalio Bonavena
A pesar de pasar una buena parte de su carrera en Estados Unidos y peleó no solamente con Muhammad Alí, sino también con Joe Frazier o con George Chuvalo “Ringo no fue campeón mundial, su estilo carecía de sutilezas, perdió sus peleas más recordadas y, muchas veces, fue más hábil con la lengua que los puños. Sin embargo, su nombre tiene una estatura mítica que acaso ninguno de los grandes campeones mundiales del boxeo argentino alcanza a igualar, tanto por su vida extravagante como por su violenta muerte en los días de plomo de 1976.
Boxeador, cantante, modelo, showman, personaje y comparsa del jet-set, Bonavena fue ante todo un producto inventado por sí mismo”, expresa Fernández Moores en un pasaje de la obra, donde con su estilo inconfundible recorre la vida “del peso pesado de pies planos que irritó y fascinó por igual a las masas con sus triunfos deportivos, sus declaraciones extraboxísticas y su voz aflautada cantando el Pío Pío”.
Fernández Moores, cuyo su libro fue editado en 1992 y reeditado en 2016, señaló : “ con esta obra sentí que estaba bien así, algo que creo se relaciona mucho con que mi mirada sobre el personaje no cambió, Ringo es para mí una figura increíble, que resiste a los años, un tipo de un barrio de tangueros que hoy es recordado por los metaleros, y que a partir de la transmisión de padres a hijos, logró que el “aguante Bonavena”, continúe vigente, sea algo de los pibes.”
A pesar de pasar una buena parte de su carrera en Estados Unidos y peleó no solamente con Muhammad Alí, sino también con Joe Frazier o con George Chuvalo “Ringo no fue campeón mundial, su estilo carecía de sutilezas, perdió sus peleas más recordadas y, muchas veces, fue más hábil con la lengua que los puños. Sin embargo, su nombre tiene una estatura mítica que acaso ninguno de los grandes campeones mundiales del boxeo argentino alcanza a igualar, tanto por su vida extravagante como por su violenta muerte en los días de plomo de 1976.
Boxeador, cantante, modelo, showman, personaje y comparsa del jet-set, Bonavena fue ante todo un producto inventado por sí mismo”, expresa Fernández Moores en un pasaje de la obra, donde con su estilo inconfundible recorre la vida “del peso pesado de pies planos que irritó y fascinó por igual a las masas con sus triunfos deportivos, sus declaraciones extraboxísticas y su voz aflautada cantando el Pío Pío”.
Fernández Moores, cuyo su libro fue editado en 1992 y reeditado en 2016, señaló : “ con esta obra sentí que estaba bien así, algo que creo se relaciona mucho con que mi mirada sobre el personaje no cambió, Ringo es para mí una figura increíble, que resiste a los años, un tipo de un barrio de tangueros que hoy es recordado por los metaleros, y que a partir de la transmisión de padres a hijos, logró que el “aguante Bonavena”, continúe vigente, sea algo de los pibes.”
-¿Cómo presentarías sintéticamente a Ringo?
Una de las mejores definiciones sobre Ringo no es mía, sino de Martín Becerra, que alguna vez afirmó: “Bonavena fue mediático antes que se inventara esa palabra”. Era una persona terriblemente mediática, conocía el poder de los medios, y jugó mucho con eso, era mucho más que un boxeador. Veinte años atrás cuando escribí la obra, y hoy con esta reedición, sigue sorprendiéndome mucho su conciencia sobre el poder de los medios, en un momento donde eso no estaba para nada claro.
-¿Además de su visión sobre el poder mediático qué otras cosas consideras centrales para que Ringo continúe siendo un ídolo popular?
Hay cosas que solo el tiempo ayuda a medir, porque, obviamente, hay muchos ídolos populares que han tenido reconocimientos muy fugaces, solo aquellos 15 minutos de fama de los que habla Andy Warhol. Si solo sos mediático, la cosa no funciona en el tiempo porque no se sostiene, pero Ringo sostenía todo en el ring, ganara o perdiera, dejaba todo ahí, tenía una enorme habilidad para bancarse las piñas de tipos que posiblemente eran mejores que él. Era un guapo, y esa sensación prendió mucho en mucha gente.
Cuando Ringo muere se realiza un entierro popular y multitudinario, frente a eso, Rodolfo Terragno, en la revista Cuestionario, que ya estaba cerrando por el golpe, se preguntaba: ´¿tanto dejó este tipo, si finalmente, era simplemente un boxeador?´ Yo creo que Terragno ahí se quedó corto, porque Bonavena no era simplemente un boxeador, era algo más, por ese vínculo que logró trazar con los medios y con la ciudad de Buenos Aires, un lazo muy fuerte y muy intenso, que además él conocía muy bien.
- ¿Y más allá de los detalles de la crónica policial cómo analizas su final?
Yo creo que el ocaso de su carrera, algo sobre lo que tenía plena conciencia, debe haber jugado algo, pero centralmente creo que el problema allí fue que Parque Patricios se le expandió al mundo, y él no estaba en Parque Patricios, estaba en Reno, en la casa de un mafioso vinculado a la prostitución y al juego, intentando seducir a su mujer.
Una de las mejores definiciones sobre Ringo no es mía, sino de Martín Becerra, que alguna vez afirmó: “Bonavena fue mediático antes que se inventara esa palabra”. Era una persona terriblemente mediática, conocía el poder de los medios, y jugó mucho con eso, era mucho más que un boxeador. Veinte años atrás cuando escribí la obra, y hoy con esta reedición, sigue sorprendiéndome mucho su conciencia sobre el poder de los medios, en un momento donde eso no estaba para nada claro.
-¿Además de su visión sobre el poder mediático qué otras cosas consideras centrales para que Ringo continúe siendo un ídolo popular?
Hay cosas que solo el tiempo ayuda a medir, porque, obviamente, hay muchos ídolos populares que han tenido reconocimientos muy fugaces, solo aquellos 15 minutos de fama de los que habla Andy Warhol. Si solo sos mediático, la cosa no funciona en el tiempo porque no se sostiene, pero Ringo sostenía todo en el ring, ganara o perdiera, dejaba todo ahí, tenía una enorme habilidad para bancarse las piñas de tipos que posiblemente eran mejores que él. Era un guapo, y esa sensación prendió mucho en mucha gente.
Cuando Ringo muere se realiza un entierro popular y multitudinario, frente a eso, Rodolfo Terragno, en la revista Cuestionario, que ya estaba cerrando por el golpe, se preguntaba: ´¿tanto dejó este tipo, si finalmente, era simplemente un boxeador?´ Yo creo que Terragno ahí se quedó corto, porque Bonavena no era simplemente un boxeador, era algo más, por ese vínculo que logró trazar con los medios y con la ciudad de Buenos Aires, un lazo muy fuerte y muy intenso, que además él conocía muy bien.
- ¿Y más allá de los detalles de la crónica policial cómo analizas su final?
Yo creo que el ocaso de su carrera, algo sobre lo que tenía plena conciencia, debe haber jugado algo, pero centralmente creo que el problema allí fue que Parque Patricios se le expandió al mundo, y él no estaba en Parque Patricios, estaba en Reno, en la casa de un mafioso vinculado a la prostitución y al juego, intentando seducir a su mujer.
Bonavena , se sabe, murió, por meterse con Jos
Conforte el dueño del más calificado prostíbulo del Estado de Nevada ,
disfrazado de Casino. El estilo arquitectónico del "Mustang Ranch" era
colonial mexicano de fuerte influencia prehispánica. Tenía 54 habitaciones de
un lujo cuasi obsceno.
Dentro del edificio con galerías, mayólicas y altos
arcos colombinos, vivían las 60 mujeres cuyos servicios "regulares"
se pagaban cien dólares por un tiempo no superior a la media hora. Pero
"la casa" también ofrecía " las famosas orgías romanas de
Calígula" -el lujurioso y sanguinario Emperador de Roma-, cuyo costo
ascendía a 500 dólares por huésped. Para entrar , cada persona debía demostrar
a los corpulentos y severos porteros que llevaba consigo un mínimo de 200
dólares cash. Joe Conforte delatado por la corporación de sus más antiguos
competidores había sido sentenciado a cinco años de prisión por querer sobornar
a un fiscal cuando su prostíbulo era ilegal. Tras recuperar la libertad bajo
fianza veintidós meses después , el negocio quedó a nombre de su esposa, la
señora Sally Conforte. En esa transferencia de bienes figuraba
también el contrato de Oscar Bonavena. Ringo junto a su amigo Julio
Morales quien lo venía acompañando desde Buenos Aires, compraron un
"trailer" por 12.500 dólares para vivir en lo que aquí se conoce como
"camping" a unos cuatro kilómetros del Mustang Ranch.
Bonavena realizó una sola pelea bajo la obligación
de ese contrato: fue el 27 de Febrero de 1976 ante Billy Joiner, a quien
desganadamente le ganó por puntos negándose a ponerlo nocaut. En nuestra última
charla telefónica después del combate, Bonavena me confesó: "Esto es un
circo, amigo. Alrededor del ring hay mesas con platos de faisanes trufados,
champagne, putas hermosas vestidas de gala, millonarios con guardaespaldas,
camareras prácticamente en bolas sirviendo, risotadas, todo el mundo fuma
habanos , cigarrillos o marihuana… es una cagada, un desastre, ¿Quién puede
pelear así? Ah,- recordó azorado- si sobre el ring haces algo que no les gusta
te tiran con comida, con una pata de cordero . Pan y Circo, viejo. Yo aquí
no peleo más…".
La frase :” Yo aquí no peleo más” no significó el total
alejamiento de Conforte m ni tampoco romper el contrato, si acercarse a Sally,
la esposa de Conforte , que al enterarse sobre el enojo su amenaza de romper el contrato, trató de calmarlo. Le regaló 7000 dólares de
su bolsillo y le facilitó conseguir los documentos de identidad como residente
definitivo de los Estados Unidos, algo muy difícil y valorado. Para ello lo
hizo "casar" con una de sus chicas, Cheryl Anne Rebideaux de 24 años,
apodada “Daysi; una de las prostiturtas del Mustang Ranch" que era
nada menos que la novia de William Ross Brymer, el guardaspaldas
personal de Joe Conforte. Brymer había sido boxeador profesional, visitó
levemente algunas prisiones por "amenazas a una mujer",
"tenencia de narcóticos" y "asalto a mano armada". No veía
del ojo derecho a raíz de un desprendimiento de retina, siempre estaba armado,
odiaba a Ringo y una vez haciendo guantes quiso sobrepasarse hasta que Bonavena
le metió un cross de izquierda y lo puso nocaut en el gimnasio. Esto
naturalmente aumentó su rencor.
El 21 de Mayo, comiendo con un amigo argentino, los
matones de Conforte y Brynner , le dejaron una señal mafiosa que marcaría el fin
de la vida de Bonavena .
El 22, Bonavena, apareció de nuevo por el Mustan Rannch.
-Eh,.. Oigan bien ustedes, estúpidos guardaespaldas
de cuarta, voy a entrar de cualquier manera.- amenazó Ringo desde la calle
frente a la puerta del "Mustang Ranch", sabiendo que alguien le
apuntaba desde lo alto.
. - Te conviene irte amigo.- le respondió John
Coletti desde una amplia mirilla de la puerta principal.
No hubo tiempo para más. William Ross Brymer
con una escopeta Remington 30-08 le disparó desde lo alto y una de las seis
balas descargadas le atravesó el corazón.
Su cuerpo llegó a Buenos Aires , donde desde hacía 2
meses gobernaba la dictadura del Proceso
de Reorganización Nacional , fue velado en el Luna Park, el ídolo aunó a 15 mil
personas que al grito de “asesinos”, repudiaban a Conforte y sus secuaces , en
contra del pensamiento de muchos que lo ligaron a Videla, Massera y Agosti,
primeras caras visibles de los responsables del genocidio con la desaparición
de treinta mil personas.
El carisma de Bonavena tuvo su correlato tanto en su
vida como en su muerte y velatorio, Fue carismático para derrotar a Alí en la dialéctica
y hacerlo enojar cuando lo llamó “Clay”, fue carismático cuando usó la remera
que decía “Las Malvinas son argentinas” y fue carismático cuando llenó el Luna
cuando enfrentó a Peralta. Las 15 mil personas alabandolo, sumado a la hinchada
de Huracán cantando “ somos del
barrio de la quema, somos del barrio de Ringo Bonavena y una estatua que lo
homenajea, en su barrio, Parque Patricios.
Fuentes:
Fernández Moores, E. ( 2016)“Bonavena no era simplemente un boxeador”, Revista Palabras, Buenos Aires
Cherquis Bialo E. ( 2019) A 43 años del día en el que la mafia del juego y la prostitución asesinó a Ringo Bonavena, Infobae, Buenos Aires.
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