miércoles, 18 de marzo de 2020

A 75 años de la capitulación nazi :” EL fin de la guerra significó iniciar un camino para intentar comprender la siniestra dimensión de los crímenes que ocurrieron, la naturaleza de esa pesadilla y lo oscuro que resulta el fantasma de la guerra del hombre contra sí mismo, más allá de las justificaciones que utilicen los seres humanos para convencerse de sus motivaciones ( Jack Fuchs, 2006)


El fin de la Segunda Guerra Mundial y todo el proceso que llevó a la  capitulación nazi, para Jack Fuchs  no encuentra explicación
En 2005 , interrogaba , ¿Cómo fue posible que la población alemana estuviera preparada para tanto sacrificio? ¿Qué ocurrió con la población local para que entrara en semejante delirio y se entregara a matar y morir de una manera tan horrorosa? .
Ahondaba Fuchs :"Una vez más intento entender cómo los alemanes no sintieron alivio una vez que no tuvieron que seguir viendo morir a sus hijos en el frente. ¿Qué razones hicieron que el final de la guerra no fuera considerada por ellos una liberación?. ¿ POr qué la población que lo acompañó? Desde los hombres disciplinados, los profesionales, los intelectuales hasta los abnegados padres de familia, ¿qué los llevó a apoyar tanta destrucción?. por qué  la población  acompañó a Hitler?
Al firmar de la capitulación proclamada 8 de mayo de 1945, De Gaulle, afirmó :  “La guerra está ganada, la victoria está aquí”,La Alemania fascista, derrotada por el Ejército Rojo y las fuerzas de nuestros aliados, se ha dado por vencida y ha accedido a la capitulación incondicional”, dice Stalin. “En nuestra larga historia no ha habido nunca un día más magnífico que éste”, por su parte fue el pronunciamiento Winston Churchill. y finalmente “ “Las banderas de la libertad ondean en toda Europa”, proclamaba Harry Truman.
Horas antes  Donitz, sucesor de Hitler, anunciaba a su pueblo: “el 8 de mayo a las 23.00 callan las armas”. Los alemanes que, en su gran mayoría, hasta días antes de la capitulación incondicional habían seguido con ferviente fanatismo al partido nacional-socialista parecen sentir que se trata de una derrota y no de una liberación del dominio de la violencia y de un sistema caracterizado por el desprecio de la vida humana.
La guerra no transcurre ni termina de la misma manera para todos. Pasaron 61 años (al  momento de la escritura del artículo, hoy ya son 75 años) de la derrota del nazismo. El 8 de mayo de 1945 llegaba a su fin el horror. Recuerdo esa sensación, al bajar del tren en el que nos transportaban para asegurarse de que no quedaran testigos vivos, cuando la aviación aliada bombardeó la locomotora. Me sentía entre los muertos, a pesar de estar vivo. En medio de la confusión, caminé por la campiña bávara y caí rendido en una granja. Durante días una familia alemana me dio de comer y me llevó al hospital que los aliados habían instalado en un monasterio. Así pasé los primeros días y meses del fin de la guerra. Había perdido a todos los míos en Auschwitz. Estaba vivo, a pesar de haber sido sentenciado a morir como otros millones de personas.

El fin de la guerra significó para mí, como sobreviviente, el comienzo de un duelo que me acompaña hasta hoy. También significó iniciar un camino para intentar comprender la siniestra dimensión de los crímenes que ocurrieron, la naturaleza de esa pesadilla y lo oscuro y estremecedor que resulta el fantasma de la guerra del hombre contra sí mismo, más allá de las infinitas justificaciones que utilicen los seres humanos para convencerse de sus motivaciones. Es esa la guerra que está detrás de todas las demás.


Jack Fuchs: “El fin de la Segunda Guerra Mundial, Página 12, Buenos Aires, 8 de Mayo de 2006


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