domingo, 17 de noviembre de 2019

LA DEMOCRACIA NO SÓLO SE EDIFICA,SI NO HAY QUE SABER QUÉ SE EDIFICA, NUNCA SERÁ UN RÉGIMEN ACABADO,SE CONSTRUYE Y RECONSTRUYE DE MANERA PERMANENTE( HUGO QUIROGA)

 Al analizar en 2005, la democracia instalada en 1983, Quiroga aseguraba que transita por un complejo y ambiguo proceso que revela, al mismo tiempo, signos  favorables de consolidación y rasgos preocupantes de imperfección  institucional. 

Se ha afirmado, por un lado, el principio de legitimidad democrática y, por otro, no se han superado las deficiencias institucionales y las profundas desigualdades sociales que representan serios desafíos para la estabilidad de la democracia, agrega.

 Al  unir el fin  de la dictadura con la vigencia del Estado de derecho, Quiroga, subrayaba" la llegada a la democracia tras  el derrumbe de la dictadura militar de 1976 permitió a la sociedad
argentina ingresar en un nuevo período democrático con un horizonte de esperanza que la movilizó tras la prosecución de dos grandes objetivos: la renovación del sistema político y la reorganización de la economía. El éxito del período de transición que comenzó en 1983, tanto en su faz política como en la económica, iba a depender en gran medida de la interacción de ambos procesos. A partir de entonces una demanda de orden -político y económico- se instaló con intensidad en una sociedad que deseaba organizar su capacidad de convivencia, luego de tantos años de retroceso y frusturaciones.

   Con la democracia consolidada, el investigador de la Universidad Nacional de Rosario y de la Universidad Nacional del Litoral señalaba que han surgido nuevas demandas en la sociedad y ellas tienen que ver con la búsqueda de igualdad social, con los deseos de seguridad, con la eliminación de la corrupción y con la calidad de las instituciones públicas, especialmente con aquellas que imparten justicia.

  En tal sentido, explicaba “La experiencia histórica nos ha enseñado que la democracia no sólo se edifica sino que hay que saber que se edifica; lo significativo en este proceso es reconocer el sentido de esa construcción para mejorar sus formas, para hacerla más habitable. No obstante, esa construcción parecerá siempre inconclusa. La democracia nunca será un régimen acabado, logrado. Se construye y reconstruye de manera permanente; prevalece así un movimiento de reconstrucciones parciales.

  Subrayaba Quiroga que la democracia no puede ser más que una realidad inacabada y la reconstrucción de un régimen democrático es siempre una empresa colectiva, a la que deben converger tanto la amplia mayoría de los ciudadanos como la totalidad de los partidos políticos.

  A partir de 1983, observaba ,pareciera que los ciudadanos y dirigentes argentinos se han puesto de acuerdo sobre el sistema político bajo el cual desean vivir, sobre el modo de vida
que han juzgado mejor. La unión de estas convicciones es el más sólido escudo que pueden encontrar las acciones de los actores antidemocráticos y es la mejor defensa de un proyecto de vida público y colectivo.

  Quiroga entendía   que La democracia que renace en 1983 no es ajena a las realidades y condiciones de su pasado, es decir, de un pasado que le da origen y condiciona pero que, a su vez, puede terminar siendo transformado por ella. Asimismo, la fragilidad de nuestro pasado democrático repercute en la capacidad actual del sistema político para crear mejores condiciones de estabilidad. Pasado, presente y futuro de un mismo proceso histórico, abierto y en movimiento... Comprender las
acciones contemporáneas es situarse en la perspectiva de un presente activo en su relación al pasado y con la mirada expectante hacia el futuro.

Fuente:
Quiroga, H. (2005). La reconstrucción de la democracia argentina. Dictadura.

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