La periodista María Moreno toma como punto de partida el suceso ( se suicidó luego de un enfrentamiento-combate en septiembre de 1976, luego que un centenar de soldados del Ejército rodearan con tanques, autos y hasta un helicóptero la casa de la calle Corro, donde estaba reunida la secretaría política de Montoneros).
A través de documentos y testimonios de sobrevivientes, y "Carta a mis amigos", menos conocidas que su "Carta a la Junta". Combinación y cruce de géneros, el libro es principalmente una investigación sobre la verdad en su dimensión para-judicial, sus metáforas y el nuevo valor del testimonio.
Dice Moreno en "Oración " (editado por Random House)" Rodolfo Walsh escribe sobre Vicki con una precisión abrumadora, como si intentara más el ademán científico que el impacto de la retórica para dar cuenta de una verdad en detalles. Lo fija a través de dos textos: uno, Carta a Vicki, escrito cuando ya la corresponsal estaba muerta, y otro, Carta a mis amigos, escrito para sus compañeros de militancia, que él traduce a “amigos” tal vez en el sentido político-militar de que hay amigos y enemigos.
Carta a Vicki forma parte de los papeles secuestrados por el grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) que allanó su casa de San Vicente. Una sobreviviente, Lila Pastoriza, pudo verla durante su cautiverio y arrancó esas páginas, que luego entregó a la viuda del escritor, Lilia Ferreyra. Consta de tres partes donde se consigna el día en que fueron escritas, registro que marca las sucesivas distancias cronológicas del acontecimiento trágico. En esas pausas puede sospecharse el espacio ganado por el dolor y donde la herramienta familiar —la escritura— parece volverse impotente pero continua.
En tanto,Carta a mis amigos, difundida entre los exiliados tres meses después de la muerte de Vicki, tiene el tono de un adelantarse a los hechos; en este caso, los de la interpretación, y hasta puede decirse que es una orden de interpretación. El texto construye en su ascetismo un padre personaje que se recupera y se asume como autor y lo hace sin anotar las pausas ni el horario que escanden Carta a Vicki pero que, en aquello que parece haber escrito de un tirón, deja la huella de ese sobreponerse como un triunfo más sobre su enemigo —Walsh imaginaba la máquina de escribir como un arma—.
Walsh , escribe, como siempre, para desbaratar los planes de silenciarlo, pero también con la necesidad perentoria por inscribir a la hija en un quién es quién de un sino radicalmente distinto al original que hace el catálogo de los privilegiados: “Fue a militar a una villa miseria. Era su primer contacto con la pobreza extrema en cuyo nombre combatía. Salió de esa experiencia convertida a un ascetismo que impresionaba. Su marido, Emiliano Costa, fue detenido a principios de 1975 y no lo vio más. La hija de ambos nació poco después. El último año de mi hija fue muy duro. El sentido del deber la llevó a relegar toda gratificación individual, a empeñarse mucho más allá de sus fuerzas físicas. Como tantos muchachos que repentinamente se volvieron adultos, anduvo a los saltos, huyendo de casa en casa. No se quejaba. Sólo su sonrisa se volvía un poco más desvaída. En las últimas semanas varios de sus compañeros fueron muertos; no pudo detenerse a llorarlos [...]”.
Según interpreta Moreno, hay que leer en voz alta esta letanía biográfica, la enumeración que intenta una síntesis de imágenes capaz de descomponer en muchos otros el verbo “militar”, verbo taimado que define la acción ante un enemigo, que en su forma sustantiva es la misma palabra (militar): “pobreza extrema en cuyo nombre combatía”, “sentido del deber”, “relegar toda gratificación”, “no se quejaba”. Es el modo de decir que la vida que Vicki se había quitado ya no le pertenecía y que ahora que ella era una compañera muerta, no había tiempo para detenerse a llorarla. A escribir o a morir.
Moreno, María :" Oración, Carta a Vicki y otras elegías políticas", Literatura Random House, Buenos Aires, 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario