A pocos días de del comienzo de la edición número veinte a disputarse en Brasil veremos que hay conductas y patrones que lejos de haberse erradicado, continúan y se repiten de igual o similar manera.
Como apoyo a esta afirmación, Juan José Sebrelli señaló:"El fútbol y la Copa Mundial también están vinculados con la política, el espectáculo deportivo ha sido usado por el poder político como compensación simbólica de las miserias de la vida cotidiana”.
En tanto, Pablo Llonto, periodista y abogado, autor de La vergüenza de todos, donde hurga la cara oscura de la Copa Mundial de Fútbol jugada en Argentina, reflexionó sobre el objetivo de su libro, era necesario abrir los ojos “fuimos parte de un país entre ciegos y enloquecidos, que creyó que la patria era la pelota, y la pelota, la patria. Un país que durante mucho tiempo negó el rol que ocupó como sociedad en la dictadura. Se lamentó que recién :"muchos años después se entendió que necesitábamos una mirada crítica sobre qué papel habíamos jugado como sociedad”.
Un rol importante jugó en aquella época el director técnico de la selección, César Luis Menotti, por un lado con un pasado de militancia política dentro del partido comunista y por el otro defensor del fútbol vistoso, bien jugado como lo demostró con el campeonato obtenido con Huracán en 1973, título que le sirvió para ser electo en 1974 para llevara cabo un programa que incluía no solamente la dirección técnica, sino también un trabajo ordenado y organizado dentro de la AFA con la selección.
Como analiza en su trabajo, Menotti fue funcional a los planes de la dictadura creó un :”discurso nacional basado en las ideas de tradición, continuidad cultural un regreso a las raíces". Creyó que la mejor manera de entender el riunfo fue verlo como un"tributo al viejo y adorado fútbol argentino". A su vez puso el acento en el “nosotros”, incluyendo a los ciudadanos en el éxito.
Parecida fue la estrategia de los militares usando como slogans publicitarios como "En el Mundial usted juega de argentino’” o el himno de la Copa que con ritmo marcial repetía “Veinticinco Millones de Argentinos, jugaremos el mundial”. Se intentaba mostrar a un país unido. La demagogia funcionó, se logró que en todo el país, en casas particulares y edificios públicos brillaran las banderas celestes y blancas , fue casi un” documento de identidad “, sugirió Abel Gilbert, co-autor de"Terror y la Gloria".
Juan José Sebrelli, en su libro"Buenos Aires: vida cotidiana y alienación", se opone a la tríada en donde se vinculan el fútbol, el espectáculo y el negocio, manifestaba su enojo al ver la masificación, estupidización y pensamiento a crítico que generaba este deporte. A fines de los años 70 observaba que Argentina era un país con “serias carencias de viviendas, escuelas, hospitales y obras de infraestructura”, por lo que era imposible justificar el desmesurado gasto, los millones que se utilizaron millones en construcciones faraónicas, en fastuosos estadios y en la televisación del mundial.
En sintonía con Sebrelli, el secretario de Hacienda Juan Alemann, aún formando parte del equipo económico de José Martinez de Hoz que aplicó medidas que llevaron al país a desindustrializarse y endeudarse fuertemente, subrayó antes de la competencia:“el Mundial es como un enorme elefante blanco, que es monumental y hermoso, requiere muchos cuidados y demanda extraordinarias cantidades de dinero, pero nadie sabe para qué sirve”. Alemann recibió en su casa una bomba cuando Argentina convirtió el cuarto gol ante Perú que le permitía a nuestro país la clasificación para la final.
Desde distintas partes del mundo, en especial en Francia, se advirtió lo que sucedía en el país y se llamó a boicotear el mundial. Se alertó sobre lo que ocurría con las violaciones a los derechos humanos. El diario satírico L’épique editado por el Comité de Boicot a Argentina (COBA) , parodiando su homónimo de circulación en el país galo ,escribió :Argentina 78,la masacre continúa… ¡que siga el juego . Otro reclamo del centro de la organización del boicot pedía “No al fútbol entre los campos de concentración”.
Aunque parezca incoherente al boicot se opuso el partido comunista francés, marcaba que lo fundamental era “que la imagen del país sea convincente, demostrativa de la vigencia de la libertad, la paz y el trabajo fecundo que el gobierno se empeña en mostrar a los turistas, los ‘hinchas’, dirigentes y periodistas que vengan con motivo del certamen, así como para quienes no lo hacen y siguen empeñados en algunos países en desalentar la concurrencia, porque insisten en querer demostrar lo contrario” (extraído de Política Obrera, 10/5/78)
Otro partido de izquierda, el PST, se sumó a la disidencia en la obstrucción: . “La campaña en el exterior, se caracterizó por la táctica equivocada y utópica del boicot y por las exageraciones e precisiones sobre la realidad represiva que padecemos” (Opción, 7/78).
Casi veinticinco años después admitían su grave error:”Esta corriente se ilusionaba con participar en una apertura política de la dictadura. Así, creyó conveniente destacar que “la esposa del presidente Videla también participó de este hecho positivo y gran avance de la mujer. Ella también fue a la cancha”, sostenían en uno de sus órganos de difusión.
El testimonio de Adolfo Pérez Esquivel, futuro Nobel de la Paz, vale como reflejo de la significancia del Mundial y los sentimientos encontrados, liberado dos días antes de la final de su cautiverio en la Unidad 9 de la Plata, recuerda_ como él lo llamó _”el nudo de una contradicción para muchos incomprensible”. "En la cárcel, como los guardias también querían escuchar los partidos, el relato radial nos llegaba por altoparlantes. Era extraño, pero en un grito de gol nos uníamos los guardias y los prisioneros. Me da la sensación de que en ese momento, por encima de la situación que vivíamos, estaba el sentimiento por Argentina."
Los análisis posteriores y citas de aquel año, resaltan la capacidad de hipnotizar a la que se llevó el fútbol:” Silencio, terror, ignorancia y, en más de un caso, complicidad, se unieron para que una sociedad hipnotizada por un Mundial conviviera con el horror. "Creo que el Mundial y las Malvinas son los dos grandes traumas que aún no pudo resolver la sociedad argentina", manifestó hace pocos años el periodista Abel Gilbert.
Para la dictadura, la conquista fue un momento maravilloso las posibilidades de perpetuarse crecían como así el sueño de seguir con su Proceso de Reorganización nacional ad eternum. Fue el presidente Videla, máximo jerarca y representante del Ejército en la Junta Militar quien en la cena de clausura efectuada en el Plaza Hotel, arengó :”El pueblo argentino no reniega de su presente y vive con alegría, diría yo, con heroica alegría, la posibilidad de un futuro promisorio". Ese futuro promisorio seria la continuación de la represión y las desapariciones que formaron parte del enorme engranaje de las operaciones de disciplinamiento, control y estricto acatamiento que los "salvadores de la patria" buscaron y consiguieron en un alto porcentaje.
Tal cual concluyó Pagina 12, a poco de conmemorarse los 30 años del golpe de Estado del 24 de Marzo de 1976:”. Cambian o se repiten algunos nombres, lo que perdura es la misma capacidad de mimetizarse que tienen el fútbol y la política. Bajo dictaduras o en democracia. Siempre ocurrió así”.
Fuentes:
http://www.elortiba.org/mundial78.htmlPrensa Obrera,1269, 23/5/13
http://prensa.po.org.ar/po1269/2013/05/23/el-boicot-al-mundial-de-1978/#sthash.yfPQRpaN.dpuf
Boicot de la copa mundial de fútbol. Argentina (1978)
http://www.red-redial.net/recurso-385.html
Dowle. Stephanie, LaCopa!Mundial!1978:La!manipulación de la Junta ante el mundo
http://deepblue.lib.umich.edu/bitstream/handle/2027.42/85260/sdowdle.pdf?sequence=1
http://deepblue.lib.umich.edu/bitstream/handle/2027.42/85260/sdowdle.pdf?sequence=1
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