En honor día del
maestro, los homenajeo enfatizando dos
puntos que son la base primordial para la convivencia en la sociedad: la educación y el diálogo , por ello, seleccioné distintos
puntos del trabajo “ El diálogo docente” José Antonio Hernández Guerrero con
los que me identifico, ya que con muchos de estos valores, aprendí y recuerdo a
quienes fueron mis grandes docentes ( de alma) , con quienes compartí además del aula,
charlas de todo tipo que me marcaron y
me sirvieron para aplicar en la vida
Si pretendemos que los alumnos estén interesados, los
profesores deberemos decir cosas interesantes. Por eso, lo primero que hemos de
hacer durante la preparación del programa y de cada una de las clases es
estudiar a los oyentes para acomodar la información, para conectar los razonamientos,
las imágenes y, en general, el lenguaje con sus intereses y con sus
expectativas. Hemos de intentar ver el mundo con los ojos de los alumnos y, en
cierta medida, hemos dejarnos invadir por sus esperanzas y por sus temores.
Del mismo modo y
recalcando lo fundamental del diálogo,
puesto acá en el aprendizaje, en el ámbito educativo, pero que se debe extender a todos los sectores
de la sociedad :“ La enseñanza es un proceso de ´diálogo´, es un espacio de
comunicación, de intercambio de conocimientos y de ideas, en el que intervienen
de forma activa varios interlocutores. Es un género que, por lo tanto, está más
Es un género que, por lo tanto, está más próximo a la conversación que al
discurso oratorio.
Al hablar de diálogo Hernández Guerrero, no se refiere
solamente al habla, como lo expresa en el párrafo anterior, sino también a
escuchar al alumno:” las nuevas técnicas y los modernos instrumentos son
positivos, importantes y hoy, si quieren, imprescindibles, pero a condición de
que nos ayuden a intensificar el contacto, el diálogo entre el profesor y los
alumnos.
Destaca cuatro factores principales de este peculiar diálogo
son cuatro que enumera siguiendo un orden de importancia:
- los destinatarios: los alumnos; los emisores: los profesores; los
lenguajes: el científico, el técnico, el español y los extranjeros; los contenidos: las
asignaturas.
El diálogo es una actividad mediadora consiste en
proporcionar claves válidas para que los alumnos lean textos y lean la vida;
escriban textos y escriban sobre la vida.
Se trata, por lo tanto, de crearles el deseo –el ansia- de
seguir aprendiendo y, sobre todo, de seguir creciendo humanamente, de mirar el
horizonte futuro como una oportunidad, como una autoexigencia permanente.
Los profesores hemos simpatizar, sintonizar y sincronizar
con los alumnos. Si vamos a hablar, por ejemplo, sobre matemáticas, física, química,
historia, filosofía, lingüística o sobre literatura, deberemos usar sus
coordenadas sociológicas y culturales como si se tratara de los márgenes y de
las pautas del papel sobre el que anotamos las ideas que vamos a exponer y las palabras
que vamos a emplear. Hemos de tener claro que el objetivo último, más que
enseñar, es aprender y más que aprender es aprender a aprender.
En consecuencia, es más importante desarrollar destrezas que
proporcionar informaciones o, en otras palabras, las informaciones sirven en la
medida en la que desarrollan habilidades para seguir adquiriendo informaciones.
.
El profesor, de igual manera que el actor teatral,
representa un personaje. Hace el papel de profesor: no es un amigo o un colega.
Es necesario que se identifique con el personaje y que crea el mensaje que pretende
transmitir. En la preparación del discurso docente, el profesor que pretenda
que su palabra sea creíble, deberá seleccionar aquellas ideas que ilustran o
explican su vida, aquellos mensajes que sean coherentes con sus propios
testimonios profesionales.
El profesor no sólo es el intermediario que transmite unos conocimientos,
sino que constituye el principal modelo a imitar. Los mensajes fundamentales
que reciben el alumno y, probablemente, las enseñanzas que se le quedarán más
grabadas son sus actitudes vitales y sus comportamientos humanos y
profesionales. Uno de los factores de la formación humana de los alumnos es el
ejemplo. La teoría desnuda no es suficientemente eficaz cuando se pretende
moldear la mentalidad, la sensibilidad, las actitudes y los comportamientos
profesionales y sociales. Nuestra propia experiencia nos muestra cómo nos
persuaden más las conductas ejemplares que las rigurosas argumentaciones
Los profesores somos -hemos de ser- unos comunicadores
capaces de explicar a la sociedad, en la medida de lo posible, los
conocimientos científicos y técnicos que acumulamos y disfrutamos sobre nuestros
privilegiados e importantes conocimientos. Por eso, además objetivos, rigurosos,
precisos y exactos, hemos de ser claros, críticos y, en la medida de lo
posible, interesante, amena y divertida.
Hernández Guerrero José Antonio :" El diálogo docente", Alicant, España Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2015.
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