jueves, 18 de enero de 2018

María Elena Walsh desdeñó los oropeles de la fama, despreció las operaciones de marketing, cuando fue necesario jugarse demostró que sabía ser valiente; pero por sobre todas las cosas le dio alegría a la gente, alegría auténtica y liberadora

María Elena Walsh, se fue de gira el 10 de Enero de 20111, el periodista Rogelio Alaniz describió su vigencia intergeneracional:" Lo primero que debo decir es que mis hijos disfrutaron de sus canciones. Mi nieto las está empezando a disfrutar. A los hijos y los nietos de mis amigos les pasó más o menos lo mismo: crecieron escuchando “La vaca estudiosa”, “Manuelita la tortuga”, “Marcha de Osías”, “El show del perro salchicha”.

Se me ocurre que millones de personas vivieron experiencias parecidas, al punto que, sin exagerar, podría decirse que desde los años sesenta a la actualidad el universo de la infancia está poblado por las imágenes de sus poemas y el tono de su voz. ¿Cuántos chicos se durmieron escuchando sus canciones? ¿cuántos dejaron de llorar gracias a la magia de su voz y sus poemas?. .

El respeto hacia María Elena Walsh  y la posibilidad de unir un  dialogo entre padres, hijos y abuelos  ameritaban un agradecimiento :"Por todas estas pequeñas maravillas, le estamos infinitamente agradecidos. Por haberles dado alegría a nuestros chicos, por haberles educado la sensibilidad, la inteligencia, el buen gusto. Sin las canciones de María Elena y las páginas de Mafalda, seguramente la vida de nuestros hijos sería mucho más pobre", reconocía.


Ponderaba a María Elena Walsh por  su capacidad de hacer con sus canciones y poesía docencia  :" le enseñó a los chicos a pensar, a sentir, a desarrollar el espíritu critico, a mirar a los otros y sobre todas las cosas, a reírse, no de los otros, sino de ellos mismos" ".Eso es lo que pasaba, sus canciones invitaban a reír, a jugar, a tomarse de las manos y a quererse. Escuchar sus poemas era un antídoto contra la mala onda, el egoísmo, la agresividad, la violencia", agregaba admirado,

​Si bien aclaraba que no pecaba de ingenuo​ y no creía que  gracias a un puñado de canciones infantiles el ser  humano dejará de ser injusto por haber disfrutado de esos poemas. Pero, aseguraba que en esta vida, donde existen el odio, la violencia, la injusticia, estas pequeñas creaciones del corazón alientan la esperanza de que es posible un mundo más justo y que, a pesar de todo, el ser humano siempre es capaz de dar lo mejor de sí.

No voy a sobreestimar los efectos que pueden causar en una sociedad las canciones de María Elena, pero tampoco los voy a subestimar, salvo que alguien suponga que la poesía no provoca ninguna consecuencia sobre las sociedades y el corazón de los hombres. El amor, la ternura, los sentimientos nobles no alcanzan para hacer una sociedad más justa, pero no hay sociedad justa sin esos sentimientos.

Pienso en María Elena y recuerdo un poema de Borges que dice que personas como ella son las que  están salvando al mundo. Se refiere apersonas que no ejercen el poder, que no lo exhiben, no lo disfrutan, y, sin embargo, con sus pequeños actos permiten que el mundo sea un
lugar digno de ser vivido. María Elena simplemente nos recuerda con su presencia el poder de la poesía, un poder singular, casi invisible, ajeno a la dominación, muchas veces poco efectivo, pero necesario y, en circunstancias límite, indispensable.

María Elena Walsh escribió relatos, poemas, con Leda Valladares se propuso renovar el folklore pero, si se me permite, yo me atrevería a decir que su gran hallazgo, su aporte decisivo a la poesía fueron las llamadas canciones infantiles. cuya virtud precisamente fue que los pudieron disfrutar los niños y los grandes. Ese fue su talento, su maravilloso y original aporte. Hasta ese momento, hasta el momento en que empezó a escribir lo suyo, las canciones para niños eran canciones pavotas, en  algunos casos tontas, en todos los casos viejas, y con algunas, realmente, los chicos no perdían nada si no las escuchaban. Llegó María Elena y todo cambió. Los lobos, los osos, las tortugas, las vacas, los monos, se transformaron en personajes deliciosos, encantadores. Como el personaje de la fábula, María Elena humanizaba todo lo que tocaba: un gato, una nube, un perro, una gaviota, un oso, una naranja. Sus canciones no asustaban, divertían y enseñaban a pensar, a ser solidarios, a querer, a no avergonzarse de los buenos sentimientos. En ninguno de sus poemas hay consejos,
recomendaciones del estilo “maestro Ciruela”.

María Elena “no baja línea”, pero quienes participan de su universo aprenden a reírse, a ser solidarios, compasivos y, por sobre todas las cosas, buenos. María Elena Walsh no sólo escribió canciones infantiles. Temas como “El vals municipal”, “Réquiem de madre” “Serenata para la tierra de uno”, “Los ejecutivos”, “Como la cigarra”, son memorables porque han sabido identificarse con un tiempo, con la sensibilidad de una generación o de varias generaciones. Siempre he
escuchado sus canciones, he leído sus poemas y, como ocurre con estas cosas, algunos me gustaron más que otros, pero a mi modesto criterio el poema más logrado, el que llega más lejos y golpea más fuerte es “Eva”. He leído varios poemas a Eva Perón, pero de todos ellos, por lejos, el mejor es el de María Elena.

No sé que pensaba ella políticamente, no le conozco compromiso partidario, pero me consta que era progresista, que siempre defendió las causas justas, que su voz fue una de las primeras en romper elsilencio de la última dictadura y que en los años cincuenta, al igual que Cortázar o Yupanqui, se fue de la Argentina porque no soportaba al peronismo, en particular la obsecuencia, el servilismo, la
alcahuetería, el desprecio y el manoseo de la cultura. Sin embargo, esta mujer que no fue peronista -y que seguramente en algún momento fue antiperonista- se dio el lujo o tuvo la grandeza espiritual de
escribir el mejor poema a la mujer más controvertida pero más significativa de nuestro imaginario popular. Nadie, si se me permite, ha dicho de Evita cosas tan lindas, tan duras y tan verdaderas, Nadie
ha hablado con tanta sinceridad y tanta honradez. Es extraño nuestro país, la mejoras palabras sobre Facundo Quiroga las escribió Sarmiento, su enemigo; la mejor biografía de Sarmiento la hizo un
católico conservador como Manuel Gálvez; la biografía más emotiva de Lisandro de la Torre la escribió un comunista; el mejor poema a Eva lo hizo una mujer que no era peronista. ¿Es el mejor? Claro que lo es. Y es bueno porque carece de la idolatría de los incondicionales y del resentimiento de sus enemigos. María Elena escribe con furia y con dolor. Evita la desborda y la excede. Asume todas las contradicciones, las del personaje e incluso las suyas propias. “No sé quién fuiste pero te jugaste/ Torciste el Riachuelo a Plaza de Mayo/ metiste a las mujeres en la
historia/ de prepo, arrebatando micrófonos/ repartiendo venganzas y limosnas/ Bruta como un diamante en un chiquero/ ¿Quién va a tirarte la última piedra?”.

María Elena no se priva de nada en ese poema, por eso es grande, porque desde la poesía encuentra una verdad que seguramente no pudo hallar en la política o la historia. “Tener agallas como vos tuviste/ fanática, leal, desenfrenada/ en el candor de la beneficencia/ pero la única que se dio el lujo de coronarse por los sumergidos”.

María Elena Walsh murió fiel a sí misma. No son muchos en este mundo los que pueden jactarse de ello. Discreta, noble y valiente. Vivió sus ideas, su arte y su sexualidad asumiendo todas las consecuencias. Desdeñó los oropeles de la fama, despreció las operaciones de marketing. Cuando fue necesario jugarse demostró que sabía ser valiente; pero por sobre todas las cosas le dio alegría a la gente, alegría auténtica y  liberadora.

Por todo ello estoy, estamos, agradecidos. Cómo no estarlo si fue una mujer justa en el sentido más pleno de la palabra. Por supuesto que la vamos a extrañar. Sus canciones, sus poesías, estarán con nosotros, será una manera poética de tenerla cerca, de saber que nos acompaña.María Elena Walsh ha muerto, pero no ha desaparecido, no la borraron y, por supuesto, no fue sola a su propio entierro: todos nosotros la acompañamos, algunos llorando con lágrimas, otros llorando en
silencio, pero todos llorando limpias lágrimas de tristeza.

No todo su obra fue dirigida al publico infantil, como tampoco sus opiniones. Se animó a criticar a la Justicia, demándole equidad , imparcialidad y sensibilidad :" Señora de ojos vendados,con la espada y la balanza a los justos humillados no les robes la esperanza.Dales la razón y llora porque ya es hora.".

A la dictadura argentina le espetó en su artículo "Desventuras en el país Jardín de Infantes”, su doble moral , la absurda censura y prohibición a libros y obras que ellos suponían peligrosos por
contener palabras y hechos que eran parte de la realidad " no se justifica que a los honrados sobrevivientes del caos se nos encierre en una escuela de monjas preconciliares, amenazados de caer en penitencia en cualquier momento y sin saber bien por qué. El abuso puede ser controlable mediante una coherente reglamentación, pero es preferible mil veces correr los riesgos que entraña la
libertad, por lo mucho de positivo que engendra, que asustamos a priori para ser pobres pero honrados, niños pero atrasados, que no es lo mismo que puros. En cambio los tortuosos mecanismos que paralizan preventivamente la cultura sí contaminan y achatan a toda la familia social y no sólo le
vedan el acceso a las grandes ideas sino que generan fracaso, reyertas e hipocresía... vicios poco recomendables para una familia.

Es verdad que si bien en un principio apoyó la carpa blanca docente instalada en contra de los recortes menemistas a la educación en abril 1997, casi llegando a fin,de año a los gremios docentes, les pidió que la levantasen " su permanencia es tan intolerable como inofensiva", criticaba.

A la vez la calificaba de Intolerable por autoritaria, ya que piensan usurpar indefinidamente espacios públicos". Les pedía reflexionar y abocarse de lleno a la tarea de enseñar Porque necesitamos maestros que representen la contracara del bazar de frivolidad y cholulismo que a muchos abochorna y ustedes fomentan de tal modo que ya parece una finalidad y no un medio".

A la pena de muerte como castigo ejemplificador" propuesto por el menemismo, se opuso terminantemente , recordaba la historia donde sabios de todo orden "hombres doctos o brutales ( así los  llamaba supieron con certeza qué delito merecía la pena capital". Esos "hombres probos" , se creyeron dueños de la verdad.Siempre supieron que yo, no otro, era el culpable. Jamás dudaron de que el castigo era ejemplar". Conociendo la historia, María Elena Walsh, alertó las consecuencias que había aparejado esa decisión:" Cada vez que se alude a este escarmiento la Humanidad retrocede en cuatro patas."

Como sintesis, vale rescatar el homenaje que le hizo la revista Imaginaria :" Excedió el campo estrictamente literario del libro para chicos, pues exploró con éxito diversas formas de expresión como el periodismo, la canción, el teatro, el cine y el teleteatro. Es una de los pocos
intelectuales de su época que encaró con decisión y lucidez la tarea de intentar una reubicación del escritor respecto de los medios masivos. Su actitud ante el folklore y la música popular nacionales
superó el mero intento de investigación y preservación de formas expresivas, pues esas formas fueron incorporadas a su poética como elementos activos y modernos, despojados de toda intención ‘pintoresquista’.

Fuentes:

María Elena Walsh (1930-2011), In Memorian, revista Imaginria 285, 11de Enero de 2011
Alaniz, Rogelio, Querida María Elena. Diario El Litoral,Sta. Fé, Santa Fé, Argentina, 15 de Enero de 2011.

La muerte de María Elena Walsh. El texto completo del artículo “Desventuras en el país Jardín de Infantes”, Clarín 11 de Enero de 2011

María Elena Walsh, "La carpa también debe tomarse vacaciones", La Nación, 21 de Diciembre de 1997

Scabuzzo, Claudio ,"La pena de muerte", La Terminal ( Rosario, Santa Fé) 17 de Marzo de 2009.


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