Tato Bores se fue de gira hace 21 años. Su
legado para la historia argentina son, fueron y serán sus monólogos, su marca
registrada con los que, con ironía, se río y criticó a los políticos de turno,
además de hacernos reflexionar sobre la lamentable repetición de la realidad en
nuestro país, los extractos de sus monólogos que se reproducen a continuación, no hacen otra cosas que confirmar que: ¡ Tato es eterno!!!!!!!!!
En 2001 uno de sus
guionistas, Santiago Varela recopiló “El gran monólogo nacional” (los últimos
veinte años de la historia argentina), recuperando la famosa creación de Tato (
la forma en que los dijo y la impronta que dejó fueron de alguna forma , un
invento de Tato)con agudeza verificó el país calesita donde todo lo que ya
ocurrió, volverá a ocurrir o como lo expresó alguna vez “Escucho los discursos
de los políticos y me parece estar escuchando un disco rayado”.
De los 20 años que toma Varela, tomaré solamente algunos
puntos de la década del 90 cuando la fiesta menemista refundió al país.
Así en 1997, con el frac, la peluca, el habano y su kilométrica
velocidad señalaba con ironía: “ Hoy
gracias a la flexibilización laboral, el obrero podrá salir de su casa y en lugar
de encontrarse con un día monótono , siempre igual al anterior, podrá toparse
con situaciones novedosas , tales como que ése día , en lugar de volver como
siempre a su casa, deberá quedarse a laburar doce horas y al día siguiente
también…. o no, porque a lo mejor trabaja nada más que una hora , pero al otro
día puede volver a trabajar diez … o ninguna.., o quizá lo manden a otra
sucursal que queda a tres horas de viaje en tres colectivos ( aquí la alusión
la hace en forma elíptica a las grandes
cadenas de supermercados que crecieron en los 90 , fueron parte de la concentración económica
y la destrucción de los pequeños almacenes, parte de la postal de los barrios
durante muchos años).
Seguía Tato con su crítica a las empresas que hacían lo que
querían y a los políticos que los
dejaban actuar sin respeto al trabajador. Otra posibilidad es que tal vez
llegue a su trabajo y su jefe le anuncie que sus vacaciones comenzaron hace exactamente media
hora.¡Que las aproveche! pero que vuelva al día siguiente porque, a lo mejor,
lo contratan , eso sí, por menos salario, basado en que siempre es mejor poco
que nada. Y así todos los días.., sábados, domingos incluidos.
Es evidente que éste es un sistema que permite una vida mucho más
excitante y rica en aventuras que la vieja y rutinaria manera de trabajar , repetía Tato Bores, siempre con ironía
juzgando negativamente a quienes se servían de la escasa oferta laboral para
basurear a jóvenes , ancianos y a quienes poseían baja capacitación y a la
clase media (sectores que sufrieron en especial las “bondades “ de la convertibilidad
sería el camino a la estabilidad , según anunciaba Cavallo en su lanzamiento).
Ya en 1998, contaba Tato una anécdota que si bien es
ficticia tenía muchos puntos de contacto con la realidad, la seguridad no era
un fenómeno inusual hace casi 20 años “ Salgo de mi casa, cierro la puerta,
saludo al empleado de seguridad, hago un gesto a la cámaras de seguridad, salgo a la calle, me cruzo con el
policía y justo al dar vuelta a la esquina, me engancha un chorro, me pone un
fierro en la nuca y me deja en bolas en medio de la calle.
-El tema no es que te afanen los chorros- me dijo otro
chorro que, como habia llegado tarde, se quedó sin nada. Pensá que para
nosotros se trata de la única fuente de ingresos genuina. El problema es cuando
aparecen los del gobierno, supuestamente honestos y en nombre de algo llamado “plan
económico”, que en realidad es un plan de ajuste permanente, te mete la mano en
el bolsillo.
En otro diálogo ficcionado pero, nuevamente con enlazado íntimamente con la realidad. Un
estudiante de ciencias económicas le recriminaba a Roque Fernández ( ex titular
del Banco Central y sucesor de Domingo Cavallo en el ministerio de Economía
hasta el fin del segundo gobierno de Menem) . Fernández se quejaba que recibían
demasiadas críticas y pocas propuestas “Basta de críticas-imploró Roque-, que
de críticas tenemos los containers llenos, lo que necesitamos son ideas”.
-
De acuerdo, intervino el
estudiante. A ver, dígame qué prefiere hacer : ¿ terminar con la evasión fiscal
para que los peces gordos, que son los que más evaden, paguen lo que le corresponde, o aumentarle el 21% de IVA a la leche.
- - Bueno, contestaba el
ministro, fiel continuador de las ideas
de Cavallo, encontrar a los evasores lleva tiempo, en cambio la leche se sabe
está en las góndolas.
-
- -Qué es mejor, insistía el
estudiante ¿ suprimir la insistente y costosísima propaganda oficial en la que se muestra a gobernantes
inaugurando hospitales y escuelas que después no pueden funcionar por falta de
guita para pagar a los médicos y a las maestras , o aumentarle el 21% de IVA al transporte?
-
Fernández en aquel momento
( se puede cambiar el nombre y el gobierno , pero la respuesta es la misma o
muy similar en cuanto al absurdo y en cuanto al derroche de dinero público en
gastos innecesarios y la falta de presupuesto para servicios básicos como la educación
y la salud).
- -Bueno, esas publicidades
son una fuente de trabajo: vecinos que van de claque ( a aplaudir), actores que
hacen de médicos sonrientes,… mucha gente.
Cerraba Tato Bores en 1998
con una reflexión que era a su vez un lamento “ Una de las cosas que se observan en esta Buenos Aires cambiante es que las cosas, como
es de esperar, cambian, pero como no es de esperar, empeoran”.
Fuente: Varela, Santiago: “
El Gran monólogo nacional” ( los últimos veinte años de la historia
argentina), Planeta, Buenos Aires, 2001.
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