miércoles, 11 de enero de 2017

TATO BORES IRÓNICO SOBRE LAS ´BONDADES´ DE LA FLEXIBILIZACIÓN LABORAL :" EL OBRERO PUEDE DEJAR LA MONOTONÍA Y TOPARSE CON SITUACIONES NOVEDOSAS,QUIZÁ LLEGUE AL TRABAJO Y LE ANUNCIAN QUE SUS VACACIONES EMPEZARON HACE MEDIA HORA.QUE LAS APROVECHE,AL DÍA SIGUIENTE QUIZÁ LE DIGAN QUE VUELVE Y LO CONTRATAN PARA TRABAJAR POR DIEZ O DOCE HORAS Y POR UN SALARIO MENOR,SIEMPRE BAJO LA EXCUSA QUE POCO ES MEJOR ES QUE NADA (1997)

Tato Bores se fue de gira hace 21 años. Su legado para la historia argentina son, fueron y serán sus monólogos, su marca registrada con los que, con ironía, se río y criticó a los políticos de turno, además de hacernos reflexionar sobre la lamentable repetición de la realidad en nuestro país, los extractos de sus monólogos que se reproducen a continuación, no hacen otra cosas que confirmar que: ¡ Tato es eterno!!!!!!!!!

En 2001 uno  de sus guionistas, Santiago Varela recopiló “El gran monólogo nacional” (los últimos veinte años de la historia argentina), recuperando la famosa creación de Tato ( la forma en que los dijo y la impronta que dejó fueron de alguna forma , un invento de Tato)con agudeza verificó el país calesita donde todo lo que ya ocurrió, volverá a ocurrir o como lo expresó alguna vez “Escucho los discursos de los políticos y me parece estar escuchando un disco rayado”.

De los 20 años que toma Varela, tomaré solamente algunos puntos de la década del 90 cuando la fiesta menemista refundió al país.
Así en 1997, con el frac, la peluca, el habano y su kilométrica velocidad  señalaba con ironía: “ Hoy gracias a la flexibilización laboral, el obrero podrá salir de su casa y en lugar de encontrarse con un día monótono , siempre igual al anterior, podrá toparse con situaciones novedosas , tales como que ése día , en lugar de volver como siempre a su casa, deberá quedarse a laburar doce horas y al día siguiente también…. o no, porque a lo mejor trabaja nada más que una hora , pero al otro día puede volver a trabajar diez … o ninguna.., o quizá lo manden a otra sucursal que queda a tres horas de viaje en tres colectivos ( aquí la alusión la hace en forma elíptica a las  grandes cadenas de supermercados que crecieron en los 90  , fueron parte de la concentración económica y la destrucción de los pequeños almacenes, parte de la postal de los barrios durante muchos años).

Seguía Tato con su crítica a las empresas que hacían lo que querían y a los  políticos que los dejaban actuar sin respeto al trabajador. Otra posibilidad es que tal vez llegue a su trabajo y su jefe le anuncie que sus  vacaciones comenzaron hace exactamente media hora.¡Que las aproveche! pero que vuelva al día siguiente porque, a lo mejor, lo contratan , eso sí, por menos salario, basado en que siempre es mejor poco que nada. Y así todos los días.., sábados, domingos incluidos.

Es evidente que éste es un  sistema que permite una vida mucho más excitante y rica en aventuras que la vieja y rutinaria manera de trabajar ,  repetía Tato Bores, siempre con ironía juzgando negativamente a quienes se servían de la escasa oferta laboral para basurear a jóvenes , ancianos y a quienes poseían baja capacitación y a la clase media (sectores que sufrieron en especial las “bondades “ de la convertibilidad sería el camino a la estabilidad , según anunciaba Cavallo en su lanzamiento).

Ya en 1998, contaba Tato una anécdota que si bien es ficticia tenía muchos puntos de contacto con la realidad, la seguridad no era un fenómeno inusual hace casi 20 años “ Salgo de mi casa, cierro la puerta, saludo al empleado de seguridad, hago un gesto a la cámaras de  seguridad, salgo a la calle, me cruzo con el policía y justo al dar vuelta a la esquina, me engancha un chorro, me pone un fierro en la nuca y me deja en bolas en medio de la calle.
-El tema no es que te afanen los chorros- me dijo otro chorro que, como habia llegado tarde, se quedó sin nada. Pensá que para nosotros se trata de la única fuente de ingresos genuina. El problema es cuando aparecen los del gobierno, supuestamente honestos y en nombre de algo llamado “plan económico”, que en realidad es un plan de ajuste permanente, te mete la mano en el bolsillo.

En otro diálogo ficcionado pero, nuevamente con  enlazado íntimamente con la realidad. Un estudiante de ciencias económicas le recriminaba a Roque Fernández ( ex titular del Banco Central y sucesor de Domingo Cavallo en el ministerio de Economía hasta el fin del segundo gobierno de Menem) . Fernández se quejaba que recibían demasiadas críticas y pocas propuestas “Basta de críticas-imploró Roque-, que de críticas tenemos los containers llenos, lo que necesitamos son ideas”.
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       De acuerdo, intervino el estudiante. A ver, dígame qué prefiere hacer : ¿ terminar con la evasión fiscal para que los peces gordos, que son los que más evaden, paguen lo que le corresponde, o aumentarle el 21% de IVA a la leche.
-     - Bueno, contestaba el ministro, fiel continuador de las  ideas de Cavallo, encontrar a los evasores lleva tiempo, en cambio la leche se sabe está en las góndolas.
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-       -Qué es mejor, insistía el estudiante ¿ suprimir la insistente y costosísima propaganda oficial  en la que se muestra a gobernantes inaugurando hospitales y escuelas que después no pueden funcionar por falta de guita para pagar a los médicos y a las  maestras , o aumentarle el 21% de IVA al transporte?
-          Fernández en aquel momento ( se puede cambiar el nombre y el gobierno , pero la respuesta es la misma o muy similar en cuanto al absurdo y en cuanto al derroche de dinero público en gastos innecesarios y la falta de presupuesto para servicios básicos como la educación y la salud).
-          -Bueno, esas publicidades son una fuente de trabajo: vecinos que van de claque ( a aplaudir), actores que hacen de médicos sonrientes,… mucha gente.

Cerraba Tato Bores en 1998  con una reflexión que era a su vez un lamento  “ Una de las cosas que se observan en esta  Buenos Aires cambiante es que las cosas, como es de esperar, cambian, pero como no es de esperar, empeoran”.


Fuente: Varela, Santiago: “  El Gran monólogo nacional” ( los últimos veinte años de la historia argentina), Planeta, Buenos Aires, 2001.

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