lunes, 30 de enero de 2017

La dictadura miltar ,El Estado terrorista, no se limitó a eliminar físicamente a su enemigo político sino que, a la vez, pretendió sustraerle todo rasgo de humanidad, adueñándose de la vida de las víctimas y borrando todos los signos que dieran cuenta de ella, su nombre, su historia y su propia muerte.

Cuál fue el legado de la dictadura implantada el 24 de Marzo de 1976, qué huellas dejó en la sociedad?

Ante la propuesta y posterior de dar “marcha atrás” por parte del gobierno nacional, cambiando el 24 de Marzo como  el día de conmemoración del golpe cívico militar del Proceso de Reorganización Nacional ; simbolizando así ,según su pensamiento, la necesidad de borrar y minimizar   su carácter extraordinario y el imperativo de "no olvidar" expresado en el  informe "Nunca Más"  y en el Juicio a las Juntas. Y sumado  a  las declaraciones del director de la Aduana, Juan José Gómez Centurión afirmando que la última dictadura "no fue un plan sistemático para desaparecer personas, ni un genocidio", agregando que "no fueron 30 mil", sino 8.000 los desaparecidos durante ese período, negando además que la Dictadura haya llevado a cabo un genocidio. Vale recordar un texto explicativo publicado en 2010 sobre el cual pueden ser refutados tanto la errática decisión del gobierno macrista como los argumentos de Gómez Centurión

¿Cuáles fueron las notas distintivas del terrorismo de Estado? ¿Por qué esta expresión da cuenta de lo específico de la última dictadura militar? ¿Qué fue lo que permitió afirmar que se trataba de un acontecimiento novedoso en la larga historia de violencias políticas de la Argentina? Vamos a detenernos en algunos de sus rasgos característicos. En primer lugar, lo propio del terrorismo de Estado fue el uso de la violencia política puesta al servicio de la eliminación de los adversarios políticos y del amedrentamiento de toda la población a través de diversos mecanismos represivos. Miles de personas encarceladas y otras tantas forzadas al exilio, persecución, prohibiciones, censura, vigilancia. Y, fundamentalmente, la puesta en marcha de los centros clandestinos de detención . 

Según explica Pilar Calveiro en su libro Poder y desaparición se trató de una cruel «pedagogía» que tenía a toda la sociedad como destinataria de un único mensaje: el miedo, la parálisis y la ruptura del lazo social. En segundo lugar, el terror se utilizó como instrumento de disciplinamiento social y político de manera constante, no de manera aislada o excepcional. La violencia, ejercida desde el Estado, se convirtió en práctica recurrente, a tal punto que constituyó la «regla» de dominación política y social. 

Se trató, entonces, de una política de terror sistemático. En tercer lugar, ese terror sistemático se ejerció con el agravante de ser efectuado por fuera de todo marco legal –más allá de la ficción legal creada por la dictadura para justificar su accionar (ver pregunta Nº 4). Es decir, la violencia política ejercida contra quienes eran identificados como los enemigos del régimen operó de manera clandestina. De modo que la dictadura no sólo puso en suspenso los derechos y garantías constitucionales, y a la Constitución misma, sino que decidió instrumentar un plan represivo al margen de la ley, desatendiendo los principios legales que instituyen a los estados modernos para el uso de la fuerza del Estado. 

Se violaron así las normas para el uso legítimo de la violencia y el Estado se transformó en el principal agresor de la sociedad civil, la cual es, en definitiva, la que consiente y legitima el monopolio de la violencia como atributo de los estados modernos. En cuarto lugar, el terrorismo de Estado que se implantó en la década del setenta en Argentina deshumanizó al «enemigo político», le sustrajo su dignidad personal y lo identificó con alguna forma del mal. Una de las características fundamentales de la dictadura argentina consistió en criminalizar al enemigo a niveles hiperbólicos: la figura del desaparecido supuso borrar por completo toda huella que implicara alguna forma de transmisión de un legado que se caracterizaba como peligroso. La sustracción de bebés también puede ser pensada como una consecuencia de esta forma extrema de negarle dignidad humana al enemigo político . Es decir que una característica distintiva del Estado terrorista fue la desaparición sistemática de personas. El Estado terrorista no se limitó a eliminar físicamente a su enemigo político sino que, a la vez, pretendió sustraerle todo rasgo de humanidad, adueñándose de la vida de las víctimas y borrando todos los signos que dieran cuenta de ella, su nombre, su historia y su propia muerte. 

En quinto lugar, el uso del terror durante la última dictadura militar tuvo otra característica definitoria: dispuso de los complejos y altamente sofisticados recursos del Estado moderno para ocasionar asesinatos masivos, de mucho mayor alcance que aquellos que podían cometer los estados del siglo XIX. 

Por último, el Estado terrorista, mediante la internalización del terror, resquebrajó los lazos sociales y distintos grupos, sectores sociales, formas de pertenencia y prácticas culturales comunes, fueron desgarradas: ser joven, obrero, estudiante, pertenecer a un gremio, representar a un grupo, fueron actividades «sospechosas» frente al Estado. Si defender y compartir ideas junto a terceros con objetivos en común implicaba la desaparición, la pauta que comenzó a dominar en las prácticas sociales más básicas fue la de un individualismo exacerbado que continuó manifestándose más allá del 10 de diciembre de 1983; y que a su vez permitió el avance en la destrucción de conquistas sociales fundamentales a lo largo de las décadas del ochenta y el noventa. En estas seis características podemos resumir algunos rasgos definitorios del terrorismo de Estado, un régimen que se inscribe en la compleja historia política de la Argentina y que, al mismo tiempo, parece no tener antecedentes en esa misma historia.

Fuentes:  

Pensar la dictadura de Estado en Argentina, Preguntas, Respuestas y Propuestas para su enseñanza Ministerio de Educación de la Nación Argentina.Primera edición marzo de 2010 © 2010.

Para Gómez Centurión, la última dictadura "no fue un plan sistemático para desaparecer personas", ámbito Financiero 30 de Enero de 2017

http://www.ambito.com/871028-para-gomez-centurion-la-ultima-dictadura-no-fue-un-plan-sistematico-para-desaparecer-personas

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