Aunque logró sobrevivir, calló su historia hasta hace apenas veinticinco años. Desde entonces ha vuelto a contarla allí donde estuvieran dispuestos a enfrentarse al horror de lo que en verdad sucedió, plasmó su historia de vida en el libro “Un día más de vida”.
En 2011 fue orador en el acto de recordación del Holocausto .Comenzó con una frase que, aunque es corriente escucharla, vale repetirla: la Shoah nunca debió haber sucedido. Criticaba en forma solapada a quienes sabían lo que ocurría, a quienes conocían las deportaciones y sabían adónde conducían las vías de trenes y miraron para otro lado.
Enseguida se preguntaba “¿Como explicarle al mundo lo que significa “Recordar la Shoah?”. Algunos tendrán vivo el recuerdo del día en que se enteraron leyendo un diario o escuchando la radio que 6 millones de judíos fueron eliminados en campos de exterminio por la feroz maquinaria Nazi. Los que no habían nacido para ese entonces, recordarán cuándo fue la primera vez que un amigo, o un pariente les habló de este nefasto acontecimiento. Recordarán también los libros, las películas, las escenas tantas veces narradas y hasta el testimonio de los sobrevivientes.
Luego, enfatizaba las razones para recordar qué sucedió en el Holocausto en general y en Auschwitz, como símbolo en particular.
El dolor estaba presente, la separación abrupta y bestial de su familia y los padecimientos de sus hermanos: " Para mí, recordar la Shoah, me lleva a revivir la muerte de mis padres, de quienes me separaron a la fuerza en la estación de trenes de Auschwitz".
La impotencia ante la degradación de el ser humano, era otro de los motivos para recordar, manifestaba Galante: " Para mí, Recordar es volver a ver a mis hermanas calvas y demacradas a través de una alambrada, sin poder hacer nada para ayudarlas. Recordar la Shoah, es para mi revivir el grito desesperado de las madres separándose de sus hijos para siempre y volver a escuchar una voz desgarradora que repetía: “Los hiyos ( hijos, utiliza la palabra en judeo español) a los viejos; los hiyos a los Vieyos ( viejos)”.
Los crematorios y la deshumazación era otra de los motivos: "Recordar la Shoah, es impregnarme del olor a carne humana quemada que invadía todo el campo y que nos acostumbramos a respirar.Recordar la Shoah es revivir el humo negro escapando intensamente por las chimeneas de los crematorios día y noche".
La cosificación de la persona estaba presente en todo momento:" Es seguir viendo el numero que tengo tatuado en mi brazo, con el que intentaron robar mi identidad y al que me enfrento todos los días.
Reiteraba el imperativo de recordar, una y otra vez era necesario no olvidar, sostenía Galante"Recordar la Shoah es volver a encontrarme con amigos colgando de una soga o desfalleciendo de hambre a mi lado. Recordar la Shoah es un par de zapatos que salvaron mis pies del congelamiento y es también el silbido de una bala que rozó mi nariz para impactar en la cara del hombre que estaba parado a mi lado.Recordar la Shoah es para mi volver a enfrentarme con el temor a la muerte con el que me despertaba cada mañana, y con el que cada noche me acostaba. Es volver a llorar por un pedazo de pan o una papa cruda. Recordar la Shoah es volver a vivir las selecciones, la mirada selectiva del doctor Mengele que decía despreciativamente ' Derecha´ o ' Izquierda' y saber que ' Derecha' significaba literalmente las cámaras de gas.
Resaltaba la trascendencia de elevar la voz "Creo que es importante que todos estemos hoy acá para recordar la Shoah, aunque no todos recordemos lo mismo. Yo recuerdo muchas cosas de Auschwitz. Recuerdo la barraca donde vivíamos hacinados de a siete en cada camastro y en donde cada mañana un compañero amanecía muerto. Recuerdo las rejas electrificadas, donde muchos jóvenes quedaron atrapados buscando el sueño de la libertad".
De todos modos, además del sufrimiento, Galante destacaba un punto sobresaliente "Hay algo que recuerdo por sobre todas las cosas y es la voz de los moribundos que antes de entregar su alma, me decían: – “Sálvate David. Sé fuerte. Salí de acá y cuéntale al mundo lo que viste, lo que nos han hecho y lo que nadie, ni en su peor pesadilla, podrá jamás imaginar. Sálvate y lleva tu recuerdo por el mundo, para que nuestra muerte no sea en vano y nuestra memoria sea honrada por las generaciones venideras. Sálvate para contar lo que has visto y puedas dar testimonio de este horror”.
Su misión era una , preservar el recuerdo del genocidio "Me toca a mí honrar la memoria de todos aquellos que me pidieron que esté aquí esta noche para contarles lo que allí pasó. Y no porque no sean importantes los libros, los diarios, las películas, los relatos y todas las pruebas documentales que existen, y que son fundamentales para mantener viva la llama de la memoria".
El , como todos los demás sobrevivientes dejaban su legado "Nosotros los sobrevivientes, estamos aquí para que el mundo siga recordando lo que nos ha tocado vivir. Los sobrevivientes somos la prueba viva de la masacre y el exterminio. Somos la prueba viva de lo que nunca nadie podrá negar".
Aunque era un fenómeno recurrente hablar del ' Holocuento´de un "fabuloso invento" y "engaño", las palabras del ex presidente iraní Ahmadinejad en 2006 se hicieron eco en todo el mundo, atacaba a Israel como estado judío, llamaba a exterminarlo y a la vez se ocupaba de impugnar el Holocausto, en especial la masacre de 6 millones de judíos. Al presidente iraní y a quienes disfrazaban el negacionismo llamándolo "revisionismo histórico", les gritaba " Los negacionistas no estuvieron allí. Ninguno de los que se llena la boca negando el holocausto ha estado en Auschwitz, en Treblinka, en Chelmno, en Sobibor. Somos la prueba viva de cualquier argumento que niegue a la Shoah. Ninguno de ellos ha vivido la muerte en un campo de exterminio, como lo hemos hecho los sobrevivientes.
Insistía remarcando "No queremos que nos nieguen. Queremos que se recuerde por siempre el dolor de lo que nos ha tocado vivir, y sobre todo, la tragedia de los que no han podido sobrevivir para contarlo".
Concluía su alocución rememorando que no era una cantidad ínfima y que rebatir esos números era una aberración " Son seis millones de vidas exterminadas. ¿En qué cabeza se puede negar tanto horror?.
Para finalizar dejaba su mensaje, con claridad acentuaba" Recuerden, siempre recuerden, porque olvidar es volver a matar a los mártires de la Shoah.
Fuente:Discurso de David Galante en el acto central del Día del Holocausto en Buenos Aires realizado el lunes 2 de mayo de 2011 http://esefarad.com/?p=22838
En 2011 fue orador en el acto de recordación del Holocausto .Comenzó con una frase que, aunque es corriente escucharla, vale repetirla: la Shoah nunca debió haber sucedido. Criticaba en forma solapada a quienes sabían lo que ocurría, a quienes conocían las deportaciones y sabían adónde conducían las vías de trenes y miraron para otro lado.
Enseguida se preguntaba “¿Como explicarle al mundo lo que significa “Recordar la Shoah?”. Algunos tendrán vivo el recuerdo del día en que se enteraron leyendo un diario o escuchando la radio que 6 millones de judíos fueron eliminados en campos de exterminio por la feroz maquinaria Nazi. Los que no habían nacido para ese entonces, recordarán cuándo fue la primera vez que un amigo, o un pariente les habló de este nefasto acontecimiento. Recordarán también los libros, las películas, las escenas tantas veces narradas y hasta el testimonio de los sobrevivientes.
Luego, enfatizaba las razones para recordar qué sucedió en el Holocausto en general y en Auschwitz, como símbolo en particular.
El dolor estaba presente, la separación abrupta y bestial de su familia y los padecimientos de sus hermanos: " Para mí, recordar la Shoah, me lleva a revivir la muerte de mis padres, de quienes me separaron a la fuerza en la estación de trenes de Auschwitz".
La impotencia ante la degradación de el ser humano, era otro de los motivos para recordar, manifestaba Galante: " Para mí, Recordar es volver a ver a mis hermanas calvas y demacradas a través de una alambrada, sin poder hacer nada para ayudarlas. Recordar la Shoah, es para mi revivir el grito desesperado de las madres separándose de sus hijos para siempre y volver a escuchar una voz desgarradora que repetía: “Los hiyos ( hijos, utiliza la palabra en judeo español) a los viejos; los hiyos a los Vieyos ( viejos)”.
Los crematorios y la deshumazación era otra de los motivos: "Recordar la Shoah, es impregnarme del olor a carne humana quemada que invadía todo el campo y que nos acostumbramos a respirar.Recordar la Shoah es revivir el humo negro escapando intensamente por las chimeneas de los crematorios día y noche".
La cosificación de la persona estaba presente en todo momento:" Es seguir viendo el numero que tengo tatuado en mi brazo, con el que intentaron robar mi identidad y al que me enfrento todos los días.
Reiteraba el imperativo de recordar, una y otra vez era necesario no olvidar, sostenía Galante"Recordar la Shoah es volver a encontrarme con amigos colgando de una soga o desfalleciendo de hambre a mi lado. Recordar la Shoah es un par de zapatos que salvaron mis pies del congelamiento y es también el silbido de una bala que rozó mi nariz para impactar en la cara del hombre que estaba parado a mi lado.Recordar la Shoah es para mi volver a enfrentarme con el temor a la muerte con el que me despertaba cada mañana, y con el que cada noche me acostaba. Es volver a llorar por un pedazo de pan o una papa cruda. Recordar la Shoah es volver a vivir las selecciones, la mirada selectiva del doctor Mengele que decía despreciativamente ' Derecha´ o ' Izquierda' y saber que ' Derecha' significaba literalmente las cámaras de gas.
Resaltaba la trascendencia de elevar la voz "Creo que es importante que todos estemos hoy acá para recordar la Shoah, aunque no todos recordemos lo mismo. Yo recuerdo muchas cosas de Auschwitz. Recuerdo la barraca donde vivíamos hacinados de a siete en cada camastro y en donde cada mañana un compañero amanecía muerto. Recuerdo las rejas electrificadas, donde muchos jóvenes quedaron atrapados buscando el sueño de la libertad".
De todos modos, además del sufrimiento, Galante destacaba un punto sobresaliente "Hay algo que recuerdo por sobre todas las cosas y es la voz de los moribundos que antes de entregar su alma, me decían: – “Sálvate David. Sé fuerte. Salí de acá y cuéntale al mundo lo que viste, lo que nos han hecho y lo que nadie, ni en su peor pesadilla, podrá jamás imaginar. Sálvate y lleva tu recuerdo por el mundo, para que nuestra muerte no sea en vano y nuestra memoria sea honrada por las generaciones venideras. Sálvate para contar lo que has visto y puedas dar testimonio de este horror”.
Su misión era una , preservar el recuerdo del genocidio "Me toca a mí honrar la memoria de todos aquellos que me pidieron que esté aquí esta noche para contarles lo que allí pasó. Y no porque no sean importantes los libros, los diarios, las películas, los relatos y todas las pruebas documentales que existen, y que son fundamentales para mantener viva la llama de la memoria".
El , como todos los demás sobrevivientes dejaban su legado "Nosotros los sobrevivientes, estamos aquí para que el mundo siga recordando lo que nos ha tocado vivir. Los sobrevivientes somos la prueba viva de la masacre y el exterminio. Somos la prueba viva de lo que nunca nadie podrá negar".
Aunque era un fenómeno recurrente hablar del ' Holocuento´de un "fabuloso invento" y "engaño", las palabras del ex presidente iraní Ahmadinejad en 2006 se hicieron eco en todo el mundo, atacaba a Israel como estado judío, llamaba a exterminarlo y a la vez se ocupaba de impugnar el Holocausto, en especial la masacre de 6 millones de judíos. Al presidente iraní y a quienes disfrazaban el negacionismo llamándolo "revisionismo histórico", les gritaba " Los negacionistas no estuvieron allí. Ninguno de los que se llena la boca negando el holocausto ha estado en Auschwitz, en Treblinka, en Chelmno, en Sobibor. Somos la prueba viva de cualquier argumento que niegue a la Shoah. Ninguno de ellos ha vivido la muerte en un campo de exterminio, como lo hemos hecho los sobrevivientes.
Insistía remarcando "No queremos que nos nieguen. Queremos que se recuerde por siempre el dolor de lo que nos ha tocado vivir, y sobre todo, la tragedia de los que no han podido sobrevivir para contarlo".
Concluía su alocución rememorando que no era una cantidad ínfima y que rebatir esos números era una aberración " Son seis millones de vidas exterminadas. ¿En qué cabeza se puede negar tanto horror?.
Para finalizar dejaba su mensaje, con claridad acentuaba" Recuerden, siempre recuerden, porque olvidar es volver a matar a los mártires de la Shoah.
Fuente:Discurso de David Galante en el acto central del Día del Holocausto en Buenos Aires realizado el lunes 2 de mayo de 2011 http://esefarad.com/?p=22838
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