martes, 29 de marzo de 2016

LA DEMOCRACIA ASPIRA A LA COEXISTENCIA DE LAS DIVERSAS CLASES Y SECTORES SOCIALES, DE DIVERSAS CONCEPCIONES DE VIDA E IDEOLOGÍA, ES PLURALISTA LO QUE PRESUPONE LA ACEPTACIÓN DE UN SISTEMA QUE DEJA CIERTO ESPACIO A CADA UNO DE LOS FACTORES Y HACE POSIBLE ASI LA RENOVACIÓN DE LOS GOBIERNOS, LA RENOVACIÓN DE LOS PARTIDOS Y LA TRANSFORMACIÓN PROGRESIVA DE LA SOCIEDAD ( TESTAMENTO POLÍTICO DE RAÚL ALFONSÍN, 2008)

En su última aparición pública Raúl Alfonsín ( del que el 31 de Marzo se cumplen siete años de su partida ) dejó lo que fue definido como su “testamento político de Alfonsín”.

El 1 de Octubre de 2008 en la Casa Rosada, como invitado de la entonces presidenta Cristina Kirchner para homenajearlo erigiendo un monumento de honra a su persona y al hombre que supo ser_ como es llamado”, el padre de la democracia Argentina.

A pesar de cientos de errores, Raúl Alfonsín tuvo un rol saliente: la defensa de los derechos humanos, en momentos en que la dictadura había perdido prestigio social, aunque las co

rporaciones militares y económicas siguieran defendiendo lo actuado por la dictadura, tanto en la represión y “guerra sucia” como así en las medidas con las que se enriquecieron los grupos concentrados, a los que la política ideada por Martinez de Hoz como mayor exponente de la pata civil del Proceso de Reorganización Nacional.

Decía el presidente que recibió el mando de parte de Reynaldo Bignone , último miembro de la dictadura que encabezó el país desde el 24 de Marzo de 1976 y le entregó la banda a Carlos Menem, que unido a sus adversarios le soltó la mano, pergeñó un golpe de mercado para tomar el poder seis meses antes de lo que la constitución establecía.:”De todos los honores y privilegios que la vida me ha dado, y en verdad han sido muchos, por cierto jamás hubiera imaginado acceder a éste que se me concede, el de presenciar la inauguración de un monumento de mi persona. No lo hubiera imaginado, no lo hubiera permitido. Del mismo modo, tal cual rechacé invitaciones anteriores, en la actual circunstancia, desde luego que no interpreto que se realiza un homenaje a mi persona, sino a la democracia que logramos los argentinos.

En contra de los ultra personalismos , de quienes gobernaron alejados del diálogo genuino, sostenía:” Siempre creí y así lo dije en tantas oportunidades que es la misión de los dirigentes y de los líderes plantear ideas y proyectos evitando la autoreferencialidad y el personalismo; orientar y abrir caminos, generar consensos, convocar al emprendimiento colectivo, sumar inteligencias y voluntades, asumir con responsabilidad la carga de las decisiones”.

Enfatizando sus ideas anteriores, recalcaba que de nada servía un gobernante que buscaba perpetuarse en el poder para que sus seguidores sean soldados- súbditos :”"Sigan a ideas, no sigan a hombres", fue y es siempre mi mensaje a los jóvenes. Los hombres pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática”.

Al ver los bustos de los expresidentes notaba Raúl Alfonsín:”En esta galería de presidentes, conviven aquellos que expresaron e interpretaron esa voluntad del pueblo de forjar un destino propio, con aquellos que fueron impuestos o se impusieron por la fuerza, como consecuencia de la frustración de aquellos anhelos”.}

De todos modos, mostraba su alegría al observar que aunque en estos momentos encontrara más presidentes de facto que presidentes elegidos por el pueblo., la ecuación a partir de 1983 ha cambiado y con seguridad y esperanza anhelaba: “Esto es lo que notablemente ha cambiado a partir de 1983; no hubo ni habrá aquí más presidentes de facto”

Añadía en su legado :” Son las certidumbres que debemos evocar y a las que debemos rendir homenaje en estos 25 años que estamos cumpliendo de joven pero incompleta democracia. La democracia que tenemos es nuestra casa común; el hábitat y las normas que nos deben permitir desarrollar nuestras vidas más plenamente como individuos y familias, como sociedad y como pueblo que aspira a ser una nación. Veinticinco años después, nos toca mejorarla, fortalecer sus capacidades transformadoras y dar contenido real a la igualdad de oportunidades asegurando y expandiendo nuestras libertades”.


Su logro, su impronta más fuerte la dejó Alfonsín en la CONADEP y en el posterior juicio a las Juntas, símbolizados en el NUNCA MAS, que a su vez recalcaron los valores de la democracia, a la que Alfonsín defendió subrayando los logros y las falencias de los veinticinco años del retorno al Estadio de derecho:”“Democracia es vigencia de la libertad y los derechos pero también existencia de igualdad de oportunidades y distribución equitativa de la riqueza, los beneficios y las cargas sociales: tenemos libertad pero nos falta la igualdad. Tenemos una democracia real, tangible, pero coja e incompleta y, por lo tanto, insatisfactoria: es una democracia que no ha cumplido aún con algunos de sus principios fundamentales, que no ha construido aún un piso sólido que albergue e incluya a los desamparados y excluidos. Y no ha podido, tampoco aún, a través del tiempo y de distintos gobiernos construir puentes firmes que atraviesen la dramática fractura social provocada por la aplicación e imposición de modelos socioeconómicos insolidarios y políticas regresivas”.

Recordaba Alfonsín el día que asumió , el parte aguas entre la dictadura y democracia:” El 10 de diciembre de 1983, en mi primer mensaje ante el Congreso de la Nación como Presidente convoqué a todos los argentinos a una tarea común para constituir la unión nacional”

Sus propuestas para plasmarlo habían sido :”Era imprescindible luchar por un Estado independiente, que no podía subordinarse a poderes extranjeros, ni a grupos financieros internacionales, ni a los privilegios locales. La propiedad privada cumplía un papel importante en el desarrollo de los pueblos, pero el Estado no podía ser propiedad privada de los sectores económicamente poderosos”.

Añadía sobre los comienzos de su presidencia en un país devastado socialmente por las persecuciones indiscriminadas y el terrorismo de Estado signado por campos clandestinos de detención y treinta mil desaparecidos: “Era necesario buscar un consenso fundamental: la democracia aspira a la coexistencia de las diversas clases y sectores sociales, de las diversas ideologías y de diferentes concepciones de vida. Es pluralista, lo que presupone la aceptación de un sistema que deja cierto espacio a cada uno de los factores y hace posible así la renovación de los gobiernos, la renovación de los partidos y la transformación progresiva de la sociedad”

Una nueva definición sobre la democracia la brindaba Raúl Alfonsín a sus 81 años :” La democracia es previsible, y esa previsibilidad indica la existencia de un orden mucho más profundo que aquel asentado sobre el miedo o el silencio de los ciudadanos”. Asimismo explicaba :”La previsibilidad de la democracia implica elaboración y diálogo que no excluirá, sin duda, tempestuosos debates y agrios enfrentamientos de coyuntura que nutrirán al estilo republicano triunfante ya en el país”.

A poco de morir Alfonsín defendía sus métodos democráticos. Por un lado , decía:” La democracia no se establece sólo a través del sufragio ni vive solamente en los partidos políticos”. Por el otro hacía hincapié en rememorar su discurso inicial, la del diálogo con la sociedad, la de mirar para adelante sin rencores, pero dejando claro que no habría perdón para los militares:” Nuestro gobierno no se cansará de ofrecer gestos de reconciliación, indispensables desde el punto de vista ético e ineludibles cuando se trata de mirar hacia delante”.

Las bases de la democracia en la visión de Alfonsín se asentaban en : “La conciencia de la unión nacional, sostuvimos, será imposible la consolidación de la democracia; sin solidaridad, la democracia perderá sus verdaderos contenidos. Esta llama debe prender en el corazón de cada ciudadano, que debe sentirse llamado antes a los actos de amor que al ejercicio de los resentimientos”.


En retrospectiva, Raúl Alfonsín observaba: Sabíamos que la tarea exigiría tiempo, esfuerzos, sacrificios, claridad de ideas y una gran energía encauzada por un preciso sentido de la prudencia y el equilibrio, pero teníamos una ventaja: la experiencia nos había enseñado que, cada vez que perdimos la democracia, la inmensa mayoría de los argentinos terminó perjudicándose. También habíamos aprendido que los que estimulan la impaciencia para proponer la intolerancia y la violencia como remedios terminan favoreciendo los intereses del privilegio”.

En una crítica al modelo de Carlos Menem su sucesor que bajo el discurso del Estado elefantísitico , poco eficiente, poco moderno y deficitario privatizó los servicios públicos y se alió en relaciones carnales a Estados Unidos, manifestó:” Aprendimos que cuando el pueblo no decide sobre el gobierno, la nación y el pueblo quedan desguarnecidos frente a los intereses de adentro y de afuera”. La metodología era similiar a la utilizada por los militares:”Habíamos aprendido que existían fuerzas poderosas que no querían la democracia en la Argentina. Sabíamos que la reivindicación del gobierno del pueblo, de los derechos del pueblo para elegir y controlar el gobierno de acuerdo con los principios de la Constitución, planteaba una lucha por el poder en la que no podíamos ni debíamos bajar los brazos, una lucha que teníamos que librar y en la que teníamos que triunfar”.

La revitalización del pensamiento crítico fue uno de los pilares de la democracia alfonsinista:” En este planteo puede destacarse también el lugar central que tiene la cuestión de la transformación de nuestra cultura política; aquello que suele llamarse la "dimensión subjetiva" de la democracia. Y sabemos que el esfuerzo por crear bases estables y predisposiciones arraigadas para la convivencia democrática pasa necesariamente por superar las deformaciones asentadas en la mentalidad colectiva de nuestro país como herencia de un pasado signado por la frustración y el autoritarismo”.

Lamentaba Alfonsín los resabios de “: la intolerancia, la violencia, el maniqueísmo, la compartimentación de la sociedad, la concepción del orden como imposición y del conflicto como perturbación antinatural del orden, la indisponibilidad para el diálogo, la negociación, el acuerdo o el compromiso”, herencias de un pasado nefasto y que_ como sostenía el expresidente:” Han sido maneras de ser y de pensar que echaron raíces a lo largo de generaciones en nuestra historia. Y que por cierto, constituyen todavía hoy una de las principales rémoras y déficit con las que carga nuestra democracia”

Retomaba sus anhelo al diálogo y al fin de la prepotencia:” Propongo que todos lo intentemos, con la cabeza y el corazón en el presente y la mirada hacia el futuro. Porque los argentinos hemos vivido demasiado tiempo discutiendo para atrás. En política esto tuvo una expresión trágica durante décadas: la única forma que tenía la oposición para llegar al gobierno, era que le fuera mal al de turno, sin advertir que al dificultar la gestión a quien se derrotaba era a la Nación”.

Reiteraba hace siete años que existían a veinticinco años de recuperada la democracia , personajes con ambición desmedida :” canibalismo político”, según sus palabras:” Hoy todavía hay rastros de ese canibalismo político que ha teñido la práctica política. La política implica diferencias, existencia de adversarios políticos, esto es totalmente cierto. Pero la política no es solamente conflicto, también es construcción”

En un llamado a los sectores que apuntaban a sus propios intereses sin miramientos les exigía: “ La democracia necesita más especialistas en el arte de la asociación política. Los partidos políticos son excelentes mediadores entre la sociedad, los intereses sectoriales y el Estado y desde esa perspectiva hemos señalado que lo que más nos preocupa es el debilitamiento de los partidos políticos y la dificultad para construir un sistema de partidos moderno que permita sostener consensos básicos”

Pedía para terminar con esa situación :”Una generalizada voluntad nacional al servicio de lo que debieran ser las más importantes políticas de Estado expresada en la existencia de partidos políticos claros y distintos, renovados y fuertes, representativos de las corrientes de opinión que se expresan en nuestra sociedad”


Alfonsín veía en ciertos sectores: “ que no miran hacia atrás pero tampoco lo hacen hacia ningún lado. Los que ni siquiera tienen pensamiento propio”. Tomandio a Erich Fromm, en su libro "¿Podrá sobrevivir el hombre?", les endilgaba ser seres de un “ pensar inauténtico, de autómata, de aquel que cree que algo es verdad no porque haya llegado a esa convicción por el propio pensar, basado en observaciones o experiencias, sino porque se lo han sido "sugerido", porque le ha sido propuesto "...por fuentes que llevan consigo el peso de las autoridad, en una u otra forma.", modas y olas pasajeras, distintas formas de "pensamiento único". Esos eran los acomodaticios del poder, los que hoy adherían a un y mañana lo harían con otro de ideas opuestas, manteniendo una firmeza de “pensar inauténtico”.

Tomando ideas del intelectual italiano Norberto Bobbio, Alfonsín enfatizaba: "somos también lo que elegimos recordar". Y en defensa de su gobierno que buscó el consenso y diálogo con los diversos actores sociales que no quisieron escucharlo ( justicialismo, sindicatos, fuerzas armadas y corporaciones económicas), señalaba:Toda mi actividad política buscó fortalecer la autonomía de las instituciones democráticas y fortalecer le gobierno de la ley, para que la ley y el Estado de Derecho estuvieran separados de cualquier personalismo. Nuestro país tuvo un talón de Aquiles: no podíamos garantizar la alternancia democrática del gobierno”.

Culminaba el exgobernante:”El objetivo de toda mi vida ha sido que los hombres y mujeres que habitamos este suelo podamos vivir, amar, trabajar y morir en democracia”. A fin de concretar ese objetivo se imponía, decía Alfonsín :”Para ello era y es necesario que además de instituciones democráticas haya sujetos democráticos, porque sólo así pueden sobrevivir a sus gobernantes”.

En contra de eternizar personas y que sean meras figuras estancas alabadas sólo ahí sin recuperar sus ideas, sin criticarlas , concluía en su legado Raúl Alfonsín:”Lo bueno de las instituciones democráticas es que no necesitan efigies que las presidan, ni estatuas que les den su investidura. Pero si en algún rincón de sus edificios públicos es posible evocar a aquellos hombres y mujeres que las han presidido o que contribuyeron a defenderlas y ponerlas en movimiento al servicio de la sociedad, bienvenido sea".

Fuente :El testamento político de Alfonsín

http://www.laprensa.com.ar/NotePrint.aspx?Note=332988

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