viernes, 1 de noviembre de 2013

EN 1983 VIMOS LA RECUPERACIÒN DE LA DEMOCRACIA COMO UNA ESPERANZA, PERO LA DEMOCRACIA NO ES SOLO PONER EL VOTO EN LA URNA; SIGNIFICA TAMBIÉN IGUALDAD PARA TODOS Y ACÁ HAY UNA GRAN DESIGUALDAD (ADOLFO PÉREZ ESQUIVEL, 2003)

En 2003, Argentina festejaba 20 de años de democracia. Una vez más empezaba a salir de una crisis social política y económica, Néstor Kirchner había sido electo presidente con un escaso porcentaje de votos – había perdido en la primera vuelta con Carlos Menem, que al ver que en el ballotage no conseguiría las adhesiones buscadas, renunció a su candidatura. Esta renuncia sólo buscó no legitimar en las urnas su derrota e irse aparentando que todavía era posible en el futuro aspirar a un tercer mandato.
En ese contexto fue entrevistado por la Revista Encrucijadas perteneciente a la UBA, el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel 1)

Se le preguntó – ¿Qué significó para usted aquel 30 de octubre de 1983?
–Para todos aquellos que estuvimos luchando, que asumimos un compromiso para la recuperación del proceso democrático, lógicamente vimos la recuperación de la democracia en 1983 como una esperanza. Pensamos que las dirigencias políticas habían aprendido la dura lección del pueblo.
Teníamos esperanza en un candidato como Alfonsín, aunque también empezamos a comprender ciertas cosas, como que había negociado con los militares o que las leyes de Punto Final y Obediencia Debida ya estaban armadas. Por ejemplo, varios dirigentes políticos de los dos grandes partidos, el radicalismo y el peronismo, estaban tratando de arreglar y de consensuar las cosas con los militares.
Luego cuando se le solicitó una definición de la democracia, expresó en forma crítica:” la democracia no sólo es poner el voto en una urna, la democracia significa un derecho de igualdad para todos. Y acá hay una gran desigualdad.
Como ejemplos dio las leyes de Punto Final y Obediencia Debida dictadas por el gobierno de Raúl Alfonsín y los indultos de Carlos Menem, tanto a los jerarcas de la dictadura militar como a los líderes guerrilleros responsables –cada uno bajo un nivel de responsabilidad- de la violencia de la década del 70 en Argentina.
Entre los errores cometidos por los organismos de derechos humanos con el retorno de la democracia, señaló :”nosotros cometimos muchos errores en los organismos de derechos humanos. Porque podríamos haber formado una fuerza política distinta. Pero no lo hicimos, pensando que los dirigentes políticos habían aprendido la lección que le costó mucha sangre a un pueblo. Lamentablemente, no fue así.
De todas maneras consideró que” Ahora el pueblo aprendió la lección”, se pueden” construir espacios", otro punto fundamental de la democracia.
El fundador  y titular del Servicio Paz y Justicia de Argentina (2), afirmó que Argentina vive bajo dominación y que la misma es “cultural”, por donde comienza, dado que si nos dominan culturalmente perdemos lo esencial que es ser pueblo. Nuestra identidad, nuestros valores, nuestra espiritualidad, nuestra historia. Enseguida reiteró su visión de la democracia, reafirmando que eso la democracia no tiene nada que ver con poner el voto en una urna”.
En Encrucijadas, Paola De Titto interrogó a Pérez Esquivel -¿Qué le reprocha a Raúl Alfonsín?
–Yo creo que Alfonsín tuvo todas las posibilidades tanto nacionales como internacionales para enfrentar todo esto. No sé si por falta de coraje o porque lo había negociado todo, pero así fueron las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Por ejemplo, en el caso de Rico [1], Alfonsín no quiso escuchar a nadie pues él pensaba que con su manejo político era suficiente, pero ahí se equivocó y se transformó en cómplice.
Yo me pregunto, cómo un presidente se va a reunir con un golpista y luego decir “La casa está en orden” y “Felices Pascuas”. Yo estaba en Plaza de Mayo y sentí angustia. Todos decíamos: está matando la democracia y el derecho de un pueblo.
Ante el requerimiento de la entrevistadora ,Pérez Esquivel esbozó un balance con lo actuado por los presidente Carlos Menem y Fernando De la Rúa con respecto a los derechos humanos
-Sobre Carlos Menem, opinó:” Menem fue un hombre que entregó el país y fue cómplice en todo. Hasta sacó los indultos”. Por su parte:”De la Rúa fue un hombre que estuvo condicionado a las políticas del menemismo. Y esto lo llevó a un fracaso en donde se había saqueado a un país.
Finalmente reflexionó sobre la memoria y su visión de ésta del pueblo argentino:”Yo siempre digo que tenemos que tener memoria, pero memoria no para quedarnos en el pasado. La memoria nos debe iluminar el presente, porque es a través del presente donde podemos generar un futuro”.
Fuentes:
1) DE TITTO,Paola.”CONSERVAR LA DEMOCRACIA” ENTREVISTA A ADOLFO PÉREZ ESQUIVEL, publicada en Revista ENCRUCIJADAS ( UBA) DICIEMBRE DE 2003, DOSSIER 20 AÑOS DE DEMOCRACIA http://www.uba.ar/encrucijadas/diciembre_3/dossier.htm2)En 1980,Adolfo Pérez Esquivel, es galardonado con el Premio Nobel de la Paz en virtud de su compromiso con los pobres y oprimidos de Latinoamérica..http://www.serpaj.org/historia_institucional.php?cat=11&doc=Historia%20Institucional3)El Servicio Paz y Justicia de Argentina( SERPAJ) es una organización social, de inspiración cristiano-ecuménica, que tiene como finalidad promover los valores de la Paz, la Noviolencia y una cultura fundada en el reconocimiento pleno a los Derechos Humanos. Junto a los Secretariados Nacionales de Serpaj Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Colombia, El Salvador y Uruguay, el Secretariado Nacional de Argentina conforma el SERPAJ-América Latina, quien, como organización de tercer grado, es miembro consultivo del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas y es entidad consultiva de UNESCO. Recibió en 1987, el Servicio Paz y Justicia obtiene el premio UNESCO por su tarea en favor de la Educación por la Paz y los Derechos Humanos
http://www.serpaj.org/historia_institucional.php?cat=11&doc=Historia%20Institucionalç4) Luego del juicio a las juntas militares en 1985 se profundizó la tensión entre el gobierno de Raúl Alfonsín y las Fuerzas Armadas. Las sospechas y las acusaciones que pesaban sobre muchos militares por haber realizado crímenes de lesa humanidad generaron un estado de malestar en las filas castrenses. Con el objetivo de atenuar las quejas de los militares, en diciembre de 1986, el gobierno sancionó la llamada “ley de punto final”, que limitaba la acción de la justicia y fijaba plazos de 30 y 60 días para nuevas denuncias y procesamientos a militares. Sin embargo, esta decisión no logró frenar las exigencias de los uniformados quienes querían una solución política definitiva para el juzgamiento de aquellos graves delitos.
En Córdoba, a mediados de abril de 1987, durante la celebración católica de la Semana Santa, el mayor Ernesto Barreiro, acusado de torturas en el centro clandestino de detención “La Perla", se negó a hablar y se declaró en rebeldía. En Buenos Aires, el coronel Aldo Rico se sumó a la rebelión y ocupó la Escuela de Infantería de Campo de Mayo. El repudio de la sociedad fue masivo y se demostró en movilizaciones de todas las fuerzas políticas y sindicales en defensa de la democracia. Luego de cuatro días de tensión, el domingo de Pascua, el Presidente de la Nación anunció a la multitud, reunida en la Plaza de Mayo, la rendición de los sublevados. Fue allí donde Alfonsín pronunció su frase “La casa está en orden y no hay sangre en la Argentina”.
http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=14714




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