En 2007, la Dra. Carmen González docente de la Universidad
Católica de Santa dedescribpía sus sensaciones sobre Malvinas, en primer
lugar a partir de los recuerdos de una niña de once años en 1982
"Aceptamos eufóricos ´recuperamos nuestras Malvinas´!
Aceptaba que lo
vivido entre Abril y Junio de 1982 en su preadolscenecia estaba todo
teñido de celeste y blanco lo
cotidiano de los días. En la escuela se hablaba de la guerra, en la
televisión se hablaba de los muchachos heroicos que defendían nuestro suelo de los
históricos
intrusos, en las calles las banderas se mostraban en las
ventanas como trofeos de nuestra identidad. Participé, como tantos niños y
adultos, de las campañas que recogían abrigos, chocolates y cartas
para nuestros soldados. En fin, viví los meses de guerra como si
se tratara
de un hecho valioso para la Patria.
Con dolor, dureza y una crítica de la que no se excluye, se
preguntaba a A 35 años la gesta ¿realmente los argentinos comprendimos el valor
de aquello?. Cuando miro hacia atrás sólo recuerdo la euforia de la plaza de
Mayo aplaudiendo la invitación de la que todos nos hicimos parte: “si quiere
venir, que vengan…”. Cuando vuelvo a mirar ahora no dejo de ver en
aquella
postura triunfalista el mismo espíritu infantil de nuestro
modo ser bargentinos: podemos contra el mundo, somos los mejores. Casi
con el mismo entusiasmo con el que nos embanderamos para alentar a
la selección de fútbol, nos pintamos de Patria para combatir
cualquier nacto que consideramos “colonialista”. ¿Será que ni en 1982
ni ahora comprendemos el valor de las cosas?.
No buscaba el perdón para quienes la ética poco les importó y dejaron a sus soldados a la buena de Dios, tampoco pretendía echar un manto de neblina para los ingleses que hundieron el Crucero General Belgrano fuera de aguas juridisccionales. Su búsqueda se centraba en levantar la mirada e imitar la experiencia que se manifestaba Treinta y cinco años después en los encuentros que se daban dándose entre ex combatientes
argentinos y británicos donde no existe la categoría de enemigos sino de antiguos adversarios." L a experiencia de haber estado en situación de
matar al otro por la propia vida pero que a ambos afectó de manera
imborrable, los coloca en la misma vereda mirando la experiencia de la
guerra. El absurdo de una guerra por la defensa de una idea, por más
valiosa que fuera la “idea” de Patria o de Soberanía.
Tomando el testimonio del ex combatiente Oscar Ledesma, que
en la mañana del 28 de mayo estuvo en el combate de Darwin Hill,
le dice a la viuda del Teniente Coronel Herbert Jones, muerto por sus
manos: “Siempre tuve como pendiente el poder decirle, mirándola a
los ojos, que su esposo cayó como un valiente soldado y que su
ocasional adversario le honra cotidianamente con el mayor de los
respetos al igual que a todos los caídos”. ¿No es ésta la mejor lección
que los ex combatientes de Malvinas pueden darnos? Ante la muerte y el
horror de una guerra no hay buenos o malos: hay seres humanos que
sufren de manera indescriptible.
En 2007, la Dra. Carmen González docente de la Universidad
Católica de Santa dedescribpía sus sensaciones sobre Malvinas, en en primer lugar a partir de los recuerdos de
una niña de once años en 1982 "Aceptamos eufóricos ´recuperamos nuestras
Malvinas´!
Aceptaba que lo
vivido entre Abril y Junio de 1982 en su pre adolscenecia estaba todo
teñido de celeste y blanco lo
cotidiano de los días. En la escuela se hablaba de la guerra, en la
televisión se hablaba de los muchachos heroicos que defendían nuestro suelo de los
históricos intrusos, en las calles las banderas se mostraban en las
ventanas como trofeos de nuestra identidad. Participé, como tantos niños y
adultos, de las campañas que recogían abrigos, chocolates y cartas
para
nuestros soldados. En fin, viví los meses de guerra como si
se tratara de un hecho valioso para la Patria.
Con dolor, dureza y una crítica de la que no se excluye, se
preguntaba a A 35 años la gesta ¿realmente los argentinos comprendimos el valor
de aquello?. Cuando miro hacia atrás sólo recuerdo la euforia de la plaza de
Mayo aplaudiendo la invitación de la que todos nos hicimos parte: “si quiere
venir, que vengan…”. Cuando vuelvo a mirar ahora no dejo de ver en
aquella postura triunfalista el mismo espíritu infantil de nuestro
modo ser argentinos: podemos contra el mundo, somos los mejores. Casi
con el mismo entusiasmo con el que nos embanderamos para alentar a
la
selección de fútbol, nos pintamos de Patria para combatir
cualquier acto que consideramos “colonialista”. ¿Será que ni en 1982
ni ahora comprendemos el valor de las cosas?
Treinta y cinco años después . reflexionaba la docente , en los encuentros que continúan dándose entre ex combatientes
argentinos y británicos no existe la categoría de enemigos sino de
antiguos
adversarios; la experiencia de haber estado en situación de
matar al otro por la propia vida pero que a ambos afectó de manera
imborrable, los coloca en la misma vereda mirando la experiencia de la
guerra. El absurdo de una guerra por la defensa de una idea, por más
valiosa que fuera la “idea” de Patria o de Soberanía.
Tomando el testimonio del ex combatiente Oscar Ledesma, que en
la mañana del 28 de mayo estuvo en el combate de Darwin Hill,
le dice a la viuda del Teniente Coronel Herbert Jones, muerto por sus
manos: “Siempre tuve como pendiente el poder decirle, mirándola a
los ojos, que su esposo cayó como un valiente soldado y que su
ocasional adversario le honra cotidianamente con el mayor de los
respetos al igual que a todos los caídos”. ¿No es ésta la mejor lección
que los ex
combatientes de Malvinas pueden darnos? Ante la muerte y el
horror de una guerra no hay buenos o malos: hay seres humanos que
sufren de manera indescriptible.
Cuando, a 35 años de aquel histórico y triste día de nuestra
historia argentina, la realidad política nos encuentra enfrentados por ideales
o valores que no son absolutos, me pregunto si los ex combatientes no tienen
algo para enseñarnos, ¿no será ya momento de que en memoria del dolor por ellos
vivido, zanjemos cualquier “grieta”, dejemos de “atrincherarnos” y
recompongamos la unidad nacional. Es la Patria por la que ellos dieron sus
vidas. Se lo debemos. Sería el mejor homenaje a nuestros Héroes de Malvinas.
Cuando, a 35 años de aquel histórico y triste día de nuestra historia argentina, la realidad política nos encuentra enfrentados por ideales o valores que no son absolutos, me pregunto si los ex combatientes no tienen algo para enseñarnos, ¿no será ya momento de que en memoria del dolor por ellos vivido, zanjemos cualquier “grieta”, dejemos de “atrincherarnos” y recompongamos la unidad nacional. Es la Patria por la que ellos dieron sus vidas. Se lo debemos. Sería el mejor homenaje a nuestros Héroes de Malvinas.
Fuente:
Dra. Carmen González, "La lección de los Ex Combatientes de Malvinas Universidad Católica de Santa Fe 3 de abril de 2017
https://www.ucsf.edu.ar/la-leccion-de-los-ex-combatientes-de-malvinas/
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