lunes, 15 de agosto de 2016

EL HAMBRE NO ESPERA, PARA TERMINAR CON ESTA SITUACIÓN HAY QUE PRIVATIZAR LAS EMPRESAS ESTATALES , EN ESTAS CONDICIONES ES MÁS BENEFICIOSO ENTREGARLAS A SUS NUEVOS DUEÑOS QUE TENDRÁN QUE GASTAR DINERO PARA RENOVARLAS Y HACERLAS MÁS RENTABLES( CARLOS MENEM Y ROBERTO DROMI,1989)

En Agosto de 1989 el corresponsal en Argentina del diario español "El País", adelantaba algunas medidas que tomaría el presidente Carlos Menem  que había asumido un mes atrás. Con el visto bueno del Congreso, señalaba Carlos Ares:
"El Parlamento se dispone a aprobar la ley de Reforma del Estado y la de Emergencia Económica, que otorgarán al Ejecutivo facultades casi dictatoriales".

Todo en pos de terminar con el hambre en la Argentina, como lo había suscripto el primer mandatario ante los popes de las empresas que vendrían a invertir en el país :""El hambre no espera", les dijo Menem.

A su vez analizaba las decisiones en el plano económico de quien fuera electo mandatario el 14 de Mayo con casi 8 millones de votos y con un porcentaje cercano al 48% del electorado: "El peronista Carlos Menem, está dispuesto a someter a su enfermo país a la más profunda operación sin anestesia de que se tenga memoria.Los efectos de las primeras medidas de emergencia -aumentos de hasta el 1.000% en los servicios públicos- han sido la frutilla del postre del menú".

La "Reforma del Estado" , la privatización de empresas del Estado ( Un Estado elefantístico , como lo definían en aquellos años) traerían beneficios extraordinarios, aseguraba el ministro de Obras y Servicios Públicos, Roberto Dromi, impulsor del proyecto,"los nuevos dueños de las empresas tendrán que gastar dinero para renovarlas y hacerlas rentables", argumentaba. Terminar con esas erogaciones "improducentes" ( 5.500 millones de dólares  que pierden las empresas estatales", es ya una inversión", agregó.  La necesidad de la rápida intervención privada era sustentada , no había dinero ni para pagarle a los interventores designados por el mismo gobierno: "No tienen dinero para pagar los salarios, soportan huelgas continuas y no reciben ingresos", decía "El País". "En estas condiciones es más barato cerrarlas hasta que sean traspasadas a sus compradores", justificaba el ministro Dromi.

Menem era una "máquina demoledora" que avanzaba casi sin resistencia, ilustraba el diario español. Sólo encontraba críticas en de Saúl Ubaldini, líder histórico de la Confederación General del Trabajo (CGT), el mismo que había sido responsable de los 13 paros  generales en  contra del Gobierno de Raúl Alfonsín, 

En la vereda opuesta se hallaba el ministro de Trabajo , Jorge Triaca, también con un pasado como sindicalista en el gremio de los plásticos y que en el futuro ingresaría al exclusivo Jockey Club: "Es tiempo de concertación y no de confrontación", subrayaba,

Otra pequeña oposición la había encontrado Menem algunos  diputados peronistas, que llamaron al proyecto de Reforma del Estado como la " ley de disolución del Estado".Habían recomendado en la Cámara Baja algunas correcciones a las que el presidente se ocupó de vetar.

Los diputados discutían el texto que permitía  a los acreedores externos la capitalización de la deuda, opinaban "que cambiar bienes por papeles devaluados impedirá el ingreso de dineros fresco", informaba el diario español. 

A la par , los senadores, que ya habian aprobado la reforma del Estado, habían comenzaron a discutir la ley de Emergencia Económica que  entraría  en vigencia en  180 días. Gracias a la ley surgida de la crisis , el poder ejecutivo podrá reducir de inmediato unos 300 millones dólares en subsidios y bajará el programa de promoción industrial, que beneficia a cuatro provincias.

La ley permite a Menem y sus ministros despedir a los altos funcionarios del Estado que ocupan puestos políticos y se resisten ahora a renunciar sin indemnización. Con estas dos formidables herramientas en las manos -la hoz y el martillo-, el Gobierno podrá disponer libremente del Estado sin inconvenientes legales

Corrían peligro no sólo la energía, el gas, los teléfonos  y los ferrocarriles, entre otras 40 grandes empresas que controlaba el Estado. Los canales de televisión también estaban amenazados ante un inminete cierre :" Los canales 11 y 13 se consideran "técnicamente inoperables". Durante  60 días el gobierno solamente pagaría los sueldos los salarios. Si, vencido el plazo, no se demuestra que pueden funcionar sin pérdidas, las cadenas de televisión tendrán que cerrar", anunciaban.

De todos modos, avisaban desde España :" El Gobierno pactó con el diario Clarín, el de mayor venta y difusión, la cesión del canal 13 y designó a un representante de esa empresa en el directorio". Ante esta medida, los Los trabajadores denunciaron el acuerdo y el conflicto se extendió al canal 1 1.-La reacción de los sindicatos de periodistas y técnicos de televisión es, hasta ahora, la más fuerte entre las de los gremios afectados por los proyectos de privatización", revelaban,

En su discurso alabatorio de las bondades de la modernización y la entrada al primer mundo,Menem en una convocatorio que unió a la militancia y  a los máximos dirigentes de la derecha (  ellos ocuparían  los puestos importantes y compartirían sus planes con los grupos económicos más poderosos argentinos que se aliarán a los transnacionales), se erigía como el sucesor de Perón en los finales del siglo XX y principios del XXI: "Esto es lo que hubiera hecho Perón hoy". "El País", recordaba que el líder fundador del justicialismo  en 1945  -cuando Argentina era el granero del mundo- hizo todo lo contrario.

Preveía el país la situación a futuro: "El país, cuando se cumplan los primeros seis meses del Gobierno de Carlos Menem, ya no será el mismo. Los teléfonos, los principales ramales del ferrocarril, los aviones, las radios, la televisión, el petróleo, el carbón, el gas, el agua, la electricidad y una gran cantidad de productos derivados será vendido total o parcialmente a los capitales privados" que producirían una nueva crisis.

"El País", observaba las condiciones sociales en Argentina:"  En todos los barrios suburbanos, miles de familias comen gracias a las ollas populares, y en Buenos Aires, cada noche grupos de niños y adultos revuelven los cestos de basura y piden dinero "o algo para comer".

De todos modos, reproduciendo las promesas de Menem , notificaba que el gobierno no se desentendería de la coyuntura:" Para paliar el brutal ajuste se prevé la distribución de alimentos y medicinas gratuitas para los casi cuatro millones de argentinos ubicados debajo de la línea de pobreza absoluta, y de aumentos en los salarios mínimos a otros cinco millones incluidos dentro de esa categoría".

Fuente: Ares, Carlos:" Menem somete a Argentina a una cirugía sin anestesia", El País ( España), 10 de Agosto de 1989
http://elpais.com/diario/1989/08/10/internacional/618703202_850215.html



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