El 8 de Julio de 1989 Menem asumía la presidencia de la Argentina. Como testimoniaba en 1999 Pacho O´ Donnell en el prólogo al libro" Universos de mi tiempo" escrito por el mismo exmandatario :"luego que Alfonsín comprendiera su imposibilidad para continuar gobernando y le solicitara que asumiera anticipadamente tal responsabilidad”.
Mario O Donnell – tal su verdadero nombre- transcurridos diez años de gobierno veía en aquel acto, un acto cuasi heroíco, ya que lo hizo oponiéndose a la opinión de sus personas más cercanas:” El doctor Menem aceptó, a pesar de los consejos en contrario, por patriotismo y por su íntima convicción de que era el único capaz de enfrentar el caos en que se debatía nuestra patria”.
Ese “compromiso” observado por O Donnell que ocupara el retorno de la democracia diversos cargos como secretario de Cultura de la Ciudad durante el gobierno de Raúl Alfonsín, senador, secretario de Cultura de la Nación y embajador en Bolivia y Paraguay bajo el gobierno de Carlos Saúl Menem. Y entre otras funciones la dirección del instituto de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego con el kirchnerismo, enfatizaba luego de estudiar a fondo el periodo estar seguro de que el doctor Menem será recordado como “El Gran Transformador” ya que es indudable que la Argentina que él recibió, es sorprendentemente, y para bien, distinta a la que dejó".
A Menem los 10 años al frente del país no lo habían cambiado, seguía siendo sencillo y humilde, conservaba el espíritu de su Anillaco natal, del pueblito de la Rioja:”Nuestra Argentina puede sentirse muy orgullosa de que sus instituciones y sus ciudadanas y ciudadanos hayan consagrado a un hombre salido de uno de los pueblos más pobres de una de sus provincias más humildes, en reconocimiento de sus virtudes, como su presidente constitucional”.
Recordaba O Donnell su sensación de su primera visita a Anillaco para conocer in situ el origen del presidente:” Debo confesar que la primera vez que visité Anillaco sentí una profunda emoción”. Habia quedado onbnubilado de la sencillez Solo entonces tomé cabal conciencia de cúanta pasión y cúanto esfuerzo le habían sido necesarios a Carlos Saúl Menem para llegar hasta donde llegó. A cúantas dificultades había tenido que sobreponerse desde su origen y cuánta claridad hubo siempre en sus objetivos y en las vías para lograrlo”.
Menem no era solamente el "gran transformador de la Argentina", era el "heredero" de Juan Domingo Perón, en especial por su lucha por la justicia social :” La vida y la obra de Menem son justicialistas por espíritu y por metodología. Lo son por su capacidad de acción, su vocación transformadora, su pasión por la justicia social. Un peronismo que siempre abrevó en las fuentes teóricas de su fundador”.
Iba más allá todavía había superado a su mentor porque :” Comprendió la necesidad de adaptarse a las cambiantes y novedosas particularidades de los noventa”.
Y si hay algo que Carlos Menem ha demostrado es su talento para comprender a las personas en sus vibraciones más íntimas, pero también a la política nacional e internacional, no sólo en la caleidoscopía de su presente, sino más aún en la prospectiva de su futuro”.
Menem, sostenía O Donnell , había sido tan sabio que su obra merecían un calificativo de alto nivel:” Ha sido, en muchos sentidos, un visionario”. El proceso de privatización era un modelo a seguir:” El beneficio de la transferencia de las empresas estatales a la esfera privada, el proceso más drástico y más efectivo de América latina y de todos lo países emergentes, fue el aumento de la eficiencia productiva de nuestro país y el consiguiente mejoramiento de nuestra capacidad explotadora, que ha sido sumamente significativa durante la década del 90”.
Su grandilocuencia para modernizar la Argentina dejando en manos de expertos el manejo de las empresas estatales, era palpable:” Las privatizaciones también disminuyeron decisivamente las corruptelas derivadas de la falta de compromiso y de vigilancia de ellos directivos de las empresas estatales.
Menem recalcaba o Donnell, fue “El Gran Transformador “. No había dudas:”Su carácter, y su gobierno lo reflejó, ama la audacia, la equidad, la innovación”. Ello, y sus obras de gobierno como suele ser la historia, le serán reconocidos en grado superlativo desde la perspectiva del futuro, cuando no dejará de valorarse la que fue”
Cuando se transitaban los últimos meses del inicio de la Revolución Productiva, afirmaba:”Estoy seguro, una de sus máximas aspiraciones de demócrata, justicialista y republicano: entregar la banda presidencial a un sucesor elegido en el respeto de la Constitución Nacional.
Las falencias eran menores, entendía:”Los logros superaron con mucha amplitud los defectos, a pesar de que se ha querido inventariar como fracasos circunstancias que, en gran parte, responden a condiciones que excedían a nuestra Argentina. Por ejemplo, la desocupación y exclusión, principalmente”.
La desocupación y exclusión, eran temas menores, dado que Argentina era parte del mundo y estos fenómenos se presentan también en el Primer Mundo (del que Argentina era parte :”A nadie se le escapa que ambos son problemas que aquejan a todos los países del mundo. La desocupación, contrariamente a lo que sucedía en otras épocas, no disminuye con el mayor desarrollo económico, sino que, por el contrario, la modernización de la industria y del agro determina que el trabajo humano sea reemplazado por maquinarias de avanzada”.
Agregaba que :" la exclusión es una consecuencia también de la exigencia tecnológica que expulsa trabajadores de un sistema productivo que necesita sutiles especializaciones que son las que a su vez impiden reinserciones que antaño era fáciles”.´
Si como había expresado:” Las privatizaciones también disminuyeron decisivamente las corruptelas derivadas de la falta de compromiso y de vigilancia de ellos directivos de las empresas estatales”, gracias al acuerdo entre el empresariado y el gobierno menemista hicieron que se pusiera término al perverso y gravoso sistema de “seguro de desocupación” que significaba el irresponsable sobreempleo por parte del estado. A partor de eso podía compromenderse la exclusión, era el mal menor que habían generado las privatizaciones.
Ratificando lo que Pacho o Donnell veneraba, en su discurso en cadena nacional del 8 de Julio de 1999, Menem
Menem alegaba que dejaba una :”Argentina e creíble y previsible en todo el mundo porque cumplimos con nuestros pactos y respetamos los acuerdos internacionales”.
Pidió a sus sucesores mantener la misma línea:” Espero que los gobiernos futuros sepan honrar los compromisos asumidos."
Menem terminaba su etapa como presidente, pero seguiría trabajando por los argentinos, se mostró "dispuesto a trabajar por el país" su vocación ciudadana no le permitía otra cosa, recordó que la política "es la vida" que eligió.
Fuentes:
Cuando Pacho O`Donnell le escribía la historia a Menem, Plaza de Mayo.com 20/12/2011
http://www.plazademayo.com/2011/12/cuando-pacho-odonnell-le-escribia-la-historia-a-menem/
Menem advirtió sobre el regreso a la demagogia, La nación 9/7/1999
http://www.lanacion.com.ar/145157-menem-advirtio-sobre-el-regreso-a-la-demagogia
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