jueves, 16 de enero de 2014

EL FÚTBOL FUNCIONA COMO ANESTESIA COLECTIVA, COMO DROGA SOCIAL QUE ES APROVECHADA POR LOS POLÍTICOS DEMAGOGOS QUE ENGAÑAN Y ESTAFAN AL PUEBLO EN TEMAS DE MAYOR IMPORTANCIA (MARIO BENEDETTI,1964)

El fútbol fue y es utilizado por los gobiernos para darle a la población “pan y circo”. Se les asegura que será una forma de brindarles alegría. Para ello, se invierten millones en propaganda, sirviendo además como plataforma para grandes negociados (venta de derechos de televisión y radio, publicidad ,entre otros).
Son numerosos los ejemplos: el Mundial 78 en Argentina, fue funcional a los intereses de la dictadura militar. Videla, Massera y Agosti acompañados por el general Lacoste y una parafernalia mediática, buscaron asociar la imagen del país al  orden, la alegría y la precisión en la organización. Demostraron _ afirmaban _ que fue el triunfo de la verdadera Argentina, no la de la “distorsionada imagen” que mostraban en el exterior, que era simplemente una “campaña  anti- argentina", una "difamación”.

Menos conocido fue lo que ocurrió en la "Copa de Oro" o "Mundialito" disputado en Uruguay entre fines de 1980 y principios de  1981, la FIFA  convocó  a las selecciones campeonas del mundo hasta ese entonces: el local, Alemania, Italia, Brasil y Argentina. Inglaterra, ganadora  en 1966, se negó a participar y fue reemplazada por Holanda, sub campeona en 1974 y 1978.

Según Andrés Varela y  Sebastián Bednarik, autores del documental “Mundialito”, Por un lado los”·cráneos del golpe uruguayo de 1973 buscaron plebiscitar su mandato” Bajo la falsa excusa de modificar la constitución, buscaron en verdad legitimar su mando en las urnas. Por eso El “Mundialito les vino como “anillo al dedo”: las elecciones eran el 30 de noviembre de 1980, un mes antes de lo que, no dudaban, sería una gran fiesta azuzada por el himno proselitista que clamaba: “Sí por el progreso, y sí por la paz”.

El rol de la FIFA no fue menor, aunque el expresidente de esa entidad Joao Havelange  ante los cineastas haya negado cualquier complicidad “No hago política, sino deporte. Hay que respetar a quien está en el gobierno, sea bueno o malo. No es mi decisión. El fútbol, en todos los países, actuó de esa manera y por eso es respetado y deseado”.Claro que en la inauguración no dejó de  aplaudir  a la “buena gente” que lo había posibilitado, mientras los ojos del presidente de facto Aparicio Méndez se achinaban de felicidad bajo sus gruesos lentes.
Su sucesor, Joseph Blatter,  al recordar la Copa del Mundo de 1978, su primera como dirigente subrayó:”Quedé muy feliz con el título de los argentinos, pues hubo una reconciliación del pueblo con el sistema político”, es decir que la FIFA desde “afuera”, había contribuido a esa “reconciliación”.En 2013  el actual  secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, contradijo a sus colegas y corroboró los dichos del autor de la “borra de café” admitiendo que “demasiada democracia puede ser un obstáculo para organizar un Mundial de Fútbol"

La idea del fótbol como "opio", fue expresada ya en 1964, hace 50 años, Mario Benedetti escribió un artículo para el diario  uruguayo“Época”, llamado “Esa anestesia llamada fútbol”.  El escritor y poeta  rioplatense describe el comportamiento de  la hinchada “En las tribunas a medida que la jugada progresa, la gente se va incorporando, poniéndose tensa, para estallar finalmente  en un alarido estremecedor”. Enseguida se pregunta ¿Cuál es el secreto impulso de esa reacción colectiva?, lo que equivale a interrogar ¿qué es lo que genera el fútbol.  ¿Se trata únicamente de un salvaje estallido o hay también una extraña asunción de la posible belleza, del innegable interés humano?.

Su respuesta la da en el párrafo siguiente: Tal vez haya de todo un poco.  No es casualidad el interés que despierta en todas las capas sociales, en donde todos se unen. En palabras de Benedetti: es quizás el “único nivel” de nuestra vida ciudadana en que el acaudalado vicepresidente de directorio no tiene a mal “hermanarse en el alarido con el paria social”.

Desmintiendo a Havelange y Blatter en relación a que fútbol y política  no  se mezclan, Benedetti en su nota deja en claro su postura” Hace mucho que el deporte tiene entre nosotros, el significado de una anestesia colectiva.  Tal vez no haya habido premeditación, pero lo cierto es que a los poderosos este frenesí popular, este barbitúrico social, les vino al pelo, porque sirve para olvidar las incumplidas promesas de los jerarcas, la injusticia y las componendas del resto de la semana. Para decirlo en términos futboleros: una violencia que tiene permiso para rozar el travesaño pero que obligatoriamente debe salir desviada.

Más adelante, Mario Benedetti, confirma su teoría: el pueblo queda exhausto, desahogado, vacío.  Su voz, enronquecida por los goles, los penales errados, las expulsiones injustas, ya no está para reclamar reformas agrarias, cambios de estructura, justicia social.  La cuota de agresividad se le agotó en sus diatribas a los jueces de línea , y es muy poca la que le queda para renegar de quienes realmente lo explotan, lo engañan, lo estafan, en rubros por cierto más graves que un penal no cobrado.

Una vez que los hinchas retornan a la realidad_ continúa -nadie percibe que las distancias sociales han sido reestablecidas.  Eufórico, enronquecido y amnésico, el obrero vuelve a su casa colgado en el colectivo. Mientras tanto  el   político con su “extraña y sórdida lucidez “que da la “demagogia”, ve claramente el sentido usufructuable de esas fatigas y las remata convirtiéndose él mismo en dirigente deportivo y retorna  a su hogar situado en un barrio acomodado viajando en un auto con chapa oficial y con custodios.
Su postura la  acentúa reflexionando:” El deporte, como tal, es el gran inocente de esta historia.  Sería realmente saludable que el pueblo practicara y presenciara el fútbol como distensión, como higiene física y mental, como entretenimiento.  No es en cambio tan saludable que lo practique o lo presencie como principal razón de su vida, como el sólo orgullo nacional, como única válvula de escape”.

Sabe que fútbol tiene su buena red de intereses creados, aunque - como narra-: para muchos hablar en estos términos configura un sacrilegio de esa cultura física.  Sin embargo, exhorta  a la gente que no se deje engañar:”En un momento en que la crisis golpea cada vez más fuerte, la desocupación extiende su vigencia, la corrupción invade nuevas zonas y el gobierno parece cada vez más incapaz y atomizado; en este instante desgraciado y confuso que vive el país, el pueblo debe prestar a cada tema la atención que se merece, la importancia que realmente tiene. Dentro de ese panorama, el fútbol no parece ser el tema más urgente”.

Fuentes: 
Benedetti, Mario.”Esa anestesia llamada fútbol”( diario Época, 20 de octubre de 1964), citado en Blog de Opiniones 7/1/2014 http://iyepes.wordpress.com/2010/05/26/esa-anestesia-llamada-futbol-mario-benedetti/

El Mundial 1978, una pantalla para esconder las atrocidades de la dictadura, INFOBAE, 17/5/2013 http://www.infobae.com/2013/05/17/711109-el-mundial-1978-una-pantalla-esconder-las-atrocidades-la-dictadura



Dubesarsky, Alejandro, “El Mundial ´78 significóٌó la reconciliación del pueblo con el sistema político”. Perlitas de la Historia 26/6/13http://perlitasdelahistoria.blogspot.com.ar/2013/06/el-mundial-78-significo-la.html



Prevéndola , Juan Ignacio. La otra cara del Mundialito. El Gráfico, Enero de 2010, citado en El Gráfico 22/2/11



http://www.elgrafico.com.
ar/2011/02/22/C-3348-la-otra-cara-del-mundialito.php


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