lunes, 27 de marzo de 2023

A100 años de su nacimiento: Marcel Marceau fue un mimo de excelencia y un héroe de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial

No todo el mundo sabe quién es Marcel Marceau, y mucho menos saben que fue un héroe durante la Segunda Guerra Mundial, condecorado oficial de la Legión de Honor francesa. Esta curiosa y desconocida historia es la base de Resistencia (Resistance, 2020), la más reciente película del venezolano Jonathan Jakubowicz. El primo del mismísimo Marceau, Georges Loinger, fue la cabeza de la Resistencia francesa y la fuente más confiable que utilizó el director y libretista para narrar la historia, pues siempre quiso entender cómo gran parte de su familia fue erradicada, simplemente, por ser judíos. Es una historia apasionante, sin duda, muy cercana al corazón del Jakubowicz, pero por sus propias decisiones, el film no termina de encajar completamente. La historia arranca el 9 de noviembre de 1938 en Munich el día del pogrom de noviembre , mal llamadop Kristallanch, preludioi del genocidio nazi en Elsbeth (Bella Ramsey) es testigo de la muerte de sus padres (Klára Issová y Édgar Ramírez, que no vuelve a aparecer pero su nombre se destaca en el cartel), a manos de los nazis, simplemente por ser una pareja de judíos. Un salto innecesario a Nuremberg en 1945 nos presenta al general George Patton (Ed Harris) frente a su batallón, leyendo un discurso sobre la historia extraordinaria de la que se acaba de enterar. Volvemos a 1938, pero esta vez a Estrasburgo, pueblo fronterizo con Alemania, donde Marcel Mangel (Jesse Eisenberg) tiene una presentación en un burdel, donde interpreta a Chaplin, aunque su padre diga que es Hitler y va a sacarlo del lugar, porque hay que trabajar al día siguiente en la carnicería de la familia, la que ha estado por generaciones. Marcel quiere ser un actor serio, no es un payaso. Por eso duda cuando su primo Georges (sí, el mismo que le contó la historia a Jakubowicz, interpretado por Géza Röhrig) le pide ayuda para unos niños judíos huérfanos, 123 para ser exactos, que vienen en un camión desde Alemania y cuyos padres fueron asesinados por los nazis. Y así es como se conecta la historia con ese fragmento del comienzo, pues en ese camión está Elsbeth, que establece de inmediato una conexión especial con Marcel. Abrumado por la cantidad de pequeños, Marcel se sienta en una esquina y empieza a hacer lo que mejor sabe hacer, mímica. En un abrir y cerrar de ojos, se vuelve el centro de atención y la diversión para todos los niños. La expresividad de Eisenberg siempre ha sido una característica del actor, y en este film está explotado adecuadamente en un papel que le queda tan bien. Sin duda, divierte y encanta en esos silencios, donde todo depende de su cara y su actuación. Mientras tanto, Hitler ha invadido Polonia y las alarmas les anuncian que la evacuación es obligatoria, el temido momento ha llegado y los nazis están cerca. ¿Qué hacer con los niños, entonces? Pues hay que refugiarlos: iglesias, familias, todos los que los puedan ayudar. En el proceso, Marcel y su hermano Alain (Félix Moati) se unen a la resistencia junto con sus amigas, Emma (Clémence Poésy) y Mila (Vica Kerekes), y el talento de Marcel para pintar le resulta útil para falsificar pasaportes, empezando por el suyo, en el que cambia su apellido por Marceau.} Fuente Velandia, J. C. Una historia no contada de Marcel MEl especvtador imaganario , Buenoos Aires, Argentina.

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