A 30 años del atentado a la embajada de Israel: "la justicia no hace su papel, no investiga, no profundiza, no se encarga de buscar a los responsables" ( Lea Kovensky, sobreviviente)

El atentado a la embajada de Israel, del cual el 17 de Marzo se cumplen treinta años fue parte de la impunidad que reinó durante el gobierno menemista y un eslabón adicional del terrorismo que aterrizó en Buenos Aires en 1992 con el atentado a la embajada de Israel y como consecuencia de la falta de investigación y falta de responsables provinó en 1994 el atentado a la AMIA. Al cumplirse 12 años, en 2004, Carlos Susevich, padre de Liliana, perecida en el atentado y hasta su muerte, la voz de los familiares,mantuvo su postura de atacar a Irán :"Los familiares no vamos a comprar la historia que nos quieren vender de que la autoría de los atentados está esclarecida. La rechazamos. Tenemos la amarga sospecha de que la sangre de nuestros muertos sirvió para saldar facturas impagas de oscuros negocios y que el ocultamiento deliberado de esa verdad responde a compromisos políticos difíciles de desentrañar”, sostuvo en obvia referencia al En 2009, el entonces embajador de Israel, El embajador de Israel, Daniel Gazit, reclamó por el esclarecimiento del atentado a la embajada de ese país perpetrado aquí en 1992, mientras el Gobierno nacional reconoció su "dolor y frustración" por no lograr aún ese objetivo, pero reiteró su "indeclinable compromiso" para castigar a los culpables. "El atentado no fue esclarecido, hay culpables que no están enjuiciados y responsables que permanecen libres", dijo Gazit en el acto por los 17 años del ataque que mató a 29 personas. El diplomático advirtió entonces que "imponer justicia es obligatorio y esclarecer los hechos, desenmascarar y castigar a los asesinos es parte de nuestro deber para con las víctimas y sus familiares". Al cumplirse veinticinco años, Lea Kovensky , quien fuera secretaria de la embajada declaró: " no puedo cerrar el agujero que me queda porque la justicia no hace su papel, no investiga, no profundiza, no se encarga de buscar a los responsables... ese agujero que sólo se cerrará cuando se haga justicia". Kovensky relató los primeros momentos , cuando el desconcierto y el shock por la explosión, la confundieron:" En medio del caos reinante buscó desesperada una salida, que finalmente encontró a través de una ventana con los vidrios rotos. Descalza y cubierta de polvo y sangre, fue trasladada en brazos hasta una zona segura". Colaboradores y policía ayudaron en la búsqueda de sobrevivientes, ayuda a ellos , en la remoción de escombros y a sacar los cadáveres que quedaron de la que fuera la casona en Arroyo y Suipacha, provocando 29 muertos y cientos de heridos Envuelto en un halo de impunidad eterno, familiares y amigos de las víctimas del atentado a la Embajada de Israel recuerdan hoy a los fallecidos a 24 años de la barbarie. No hay a la fecha ningún detenido por el ataque perpetrado el martes 17 de marzo de 1992, en el que murieron 22 personas y otras 300 resultaron heridas. . La investigación de lo sucedido corrió por cuenta de la Corte Suprema, por haber sido un atentado contra una delegación extranjera. El expediente por la voladura de la embajada, en la que el Estado de Israel no figura como querellante, acumula 250 cuerpos. El número de víctimas fatales fue confirmado por el tribunal en la resolución del 23 de diciembre de 1999, "que tuvo por probado que el hecho fue causado por la explosión de una carga de pentrita y trinitrotolueno que había sido acondicionada en la parte posterior derecha del interior de una camioneta Ford F-100", según recordó el secretario penal de la Corte Esteban Canevari. En la resolución de 1999 la Corte también atribuyó el ataque a la Jihad Islámica, brazo armado del Hezbollah. En 2006, y por impulso de los familiares de las víctimas, la Corte compuesta por los jueces Enrique Petracchi, Elena Highton de Nolasco, Carlos Fayt, Juan Carlos Maqueda, Raúl Zaffaroni, Ricardo Lorenzetti y Carmen Argibay declaró la causa como "imprescriptible". Sin embargo, la investigación no avanza desde entonces. La investigación de lo sucedido corrió por cuenta de la Corte Suprema, por haber sido un atentado contra una delegación extranjera. El expediente por la voladura de la embajada acumula más de 250 cuerpos. El número de víctimas fatales fue confirmado por el tribunal en la resolución del 23 de diciembre de 1999, "que tuvo por probado que el hecho fue causado por la explosión de una carga de pentrita y trinitrotolueno que había sido acondicionada en la parte posterior derecha del interior de una camioneta Ford F-100", según recordó el secretario penal de la Corte Esteban Canevari. Quien fuera uno de los miembros de la Corte, Eugenio Zaffaroni, exmagistrado de la Corte Suprema, le dijo a una radio local que "los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA son dos grandes agujeros de la Justicia argentina". En 2012, quien a pesar de su avanzada edad, fue hasta su muerte el vocero de los familiares y amigos de las víctimas del atentado, Carlos Susevich, padre de Liliana, perecida en el atentado, dijoo. " Los años pasan y la masacre sigue impune. Fue provocada por una camioneta cargada de explosivos que estalló en la puerta de la Embajada de Israel y el grupo libanés Hezbollah aliado de Irán y Siria y enemigo jurado de Israel. Hezbollah se adjudicó el a sigue siendo el acusado de llevar a cabo el atentado, todas las pruebas lo llevan allí, se repitió en 1992 y se repite hoy a 30 años asó como el reclamo de Justicia desoído por los gobernantes. Finalmente en 2021, en un acto virtual , dada la pandemia,Alberto Romano, sobreviviente del atentado, enfatizó que pese al paso del tiempo y a los 29 años transcurridos aún no se ha hecho justicia, al tiempo que remarcó en la necesidad de encontrar la verdad, juzgar y encarcelar a los culpables. Romano sintetizó “nos pegaron a todos. Y lo que es peor, sin justicia nos seguimos pegando a nosotros mismos. Familiares y sobrevivientes exigimos justicia”. Fuente: Kollamn, Raúl ( 2004) Raúl: "Doce años de inoperancia”", Página12, Argentina