sábado, 25 de abril de 2015

ARGENTINA ES UNO DE ESOS RAROS PAÍSES DONDE CASI TODO EL MUNDO SABE QUE LA MAYORÍA DE LOS POLÍTICOS Y MUCHOS PERIODISTAS, POLICÍAS Y JUECES POSEEN BIENES MILLONARIOS Y LLEVAN UNA VIDA RUMBOSA QUE NI SI PROCEDENCIA FAMILIAR NI MUCHO MENOS SU SALARIO LO JUSTIFICAN (2004)

El artículo publicado en 2004, describía la situación  socio política argentina:”Desde hace al menos una década, en Argentina -un país que produce alimentos para una población diez veces mayor que la suya- muere medio centenar de niños por día por causas vinculadas con la desnutrición. Por otra parte, la violencia de los delincuentes organizados y de la policía (la mayor parte de las veces íntimamente ligadas), se ha cobrado ya centenares de vidas; quizá miles, si se registrara sistemáticamente lo que ocurre a diario en todo el país, en particular en las grandes aglomeraciones en que viven los millones de marginados sociales”.

Néstor Kirchner, el candidato “tapado”, el menos  conocido,  el adalidad del saliente mandatario provisional Eduardo Duhalde había logrado acceder a la presidencia de la Nación con un porcentaje bajísimo de votos, casi sin quererlo. Con fuertes decisiones como la renovación de la Corte Suprema, había estabilizado su poder y de a poco recuperar algunos puntos de la devastada economía que heredó de manera indirecta por parte de Fernando De la Rúa.

Sin embargo el 1 de abril tuvo su primer jacqueo fuerte. Días antes un joven de clase media alta de San Isidro, Axel Blumberg había sido asesinado y gracias a la   movilización de su padre, Juan Carlos, cerca de 100.000 personas salieron a las calles  en Buenos Aires y  frente al Congreso de la Nación (tomando como bandera lo sucedido con Axel)  de reclamar  por el “fin de la violencia y la inseguridad”, tal como escribió Carlos Gabetta en la edición del Cono Sur del diario Le Monde diplomatique:"En sólo dos o tres días, azuzada desde una serie de medios de comunicación vinculados con la derecha política, pero evidentemente angustiada por una situación real, la clase media argentina, que no se movilizaba desde que los bancos decidieran el `corralito`, en diciembre de 2001, volvió a hacer sentir su presencia en las calles”.

Como decía Gabetta, la situación era “real”, no era parte de ninguna ficción o “sensación”.Pensamientos diamentralmente opuesto a los de Aníbal Fernández que buscò constantemente minimizar lo que la gente vivía día a día en todo el país. La inseguridad se palpaba, se sentía y se veía.

Había otros fenómenos vinculados a “mafias”, grupos organizados que con el visto bueno de los políticos funcionaban sin que nadie atinara a mover un dedo.Eran entre otros ,según denunciaba Gabetta. :”El juego legal y clandestino, el narcotráfico, la prostitución y una serie de delitos organizados, desde los secuestros de personas hasta el asalto a bancos ("negocios" que mueven miles de millones anuales).

Agregaba que los “negocios” están en :”Diverso grado en manos de dirigentes políticos, jueces, policías y delincuentes comunes que se reparten el trabajo, según el caso y la ocasión, de otorgar licencias, recaudar, proteger, extorsionar, falsificar sumarios y estadísticas, liberar zonas´ o presos de las cárceles para delinquir y hasta encontrar chivos expiatorios -los famosos perejiles para asumir delitos ajenos”.


Los responsables, consignaba el cronista se manifestaban en “mafias político-judiciales” que se distribuyen las”enormes sumas recaudadas entre los autores materiales de los diversos delitos y ´suben´ por la escala jerárquica”. Eran “socios” :el comisario de la seccional y los altos jefes policiales, jueces y políticos”, revelaba en el mensuario.


En una mezcla de lamento y decepción el enviado del periódico francés, admitía:” Esta descripción no es en absoluto original. Al contrario, la conciencia que de este fenómeno existe entre los ciudadanos y los medios de comunicación constituye quizá su aspecto más escandaloso: “Argentina es uno de esos raros países donde casi todo el mundo sabe que la mayoría de los dirigentes sindicales o políticos y muchos periodistas, policías o jueces poseen bienes millonarios y llevan una vida rumbosa que ni su procedencia familiar ni mucho menos su salario justifican”. Algunos de estos personajes suelen aparecer en las portadas de la prensa "rosa" abriendo las puertas de sus mansiones y exhibiendo sus riquezas.


Lo que sucedía era parte de la herencia dejada por la dictadura. Los militares se encargaron por un lado de aniquilar a la sociedad en varios puntos: a la represión. Desaparición  y tortura, se sumaron  una enorme deuda externa y un aparato productivo semidestruído. Se habían unido para concretarlo:”Un entramado mafioso-policial y de servicios de inteligencia (del Estado, de las fuerzas armadas, de la policía) llevados al extremo.

En veinte de años de democracia, apuntaba:” Tanto los gobiernos radicales como peronistas que le sucedieron no sólo no se preocuparon por desactivar, sino que aprovecharon con el mayor desparpajo, restituyéndole un antiguo socio: los llamados "punteros" políticos (eran caudillos que lograban adhesiones mediante dos sistemas: “El  reparto de  prebendas y favores, al que condicionaban con los “aprietes”(promesas e intimidaciones)”. Para los partidos políticos esos serviles punteros  representaban una” fuente de recaudación importante”.

Un punto màs que sobresaliente, no había que olvidar, precisaba Gabetta:” En democracia, también se corrompió un sector importante del aparato judicial”.

Reproducido por el sitio rebelión.org en la nota veía algo evidente:” El conjunto de la sociedad está harto de la situación, del problema de la inseguridad. Aunque era esperado, el estallido social, podría haberse producido de todos modos, en este momento o en cualquier otro”.

No especulaba sin embargo a la hora de señalar que hubo agitadores:”la derecha política y mediática”, no escatimaron  sus recursos y aprovecharon el caso Blumberg , sin decirlo abiertamente para “Responsabilizar al gobierno actual ante la opinión pública por el problema de la inseguridad”.
Kirchner, aseguraba el periodista estaba seguro de su lucha para hacer de Argentina "Un país serio". Pero para alcanzar la meta había que oponerse a  “intereses concretos:” En el caso de la seguridad, se trata de cortar de un tajo la relación políticos-policías-delincuentes”, reclamaba.
Era posible si Kirchner realmente se disponía a hacerlo, se imponía erradicar a las mafias.Sabia que el resultado concreto ser alcanzaría confrontando la “feroz oposición de la mayoría de los dirigentes de su propio partido, que no dejarán de aliarse puntualmente en esa batalla con el radicalismo y la derecha.Era necesario prestar atención a esas fuerzas políticas y mediáticas; una “coalición de intereses que no puede desestimarse”.
Como culminación del análisis entendía que a pesar de todo caso Blumberg mostraba  que buena parte de la sociedad argentina está más madura que hace veinte años, cuando se recuperó la democracia.

Habían ayudado a esa maduración “la reacción de distintas organizaciones sociales y políticas y de parte de los medios de comunicación que ante el intento de la derecha de apropiarse de la bandera de la seguridad, desbarató la opción“. Esta vez se mantenía vigente, existían reservas para profundizar el intento de transformar el país.

Finalmente recalcaba su idea que todo dependía de la voluntad de Kirchner, a él le va la alternativa del triunfo o el fracaso en la tarea de reformar la política.



Fuente: 
Gabetta, Carlos; 20 de abril del 2004 ."Argentina: La hora de la verdad para el gobierno de Néstor Kirchner"

http://www.rebelion.org/hemeroteca/argentina/040420gabetta.htm

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