lunes, 27 de octubre de 2014

LOS MILITARES VINIERON CON EL PRETEXTO DE RESTAURAR LA TRANQUILIDAD, INSTAURAR EL ORDEN, ACABAR CON LA VIOLENCIA Y LA CORRUPCIÓN ; Y SE OCUPARON DE IMPONER EL TEMOR CORROMPIENDO TODO, HASTA LAS PALABRAS MÁS SAGRADAS Y LOS JURAMENTOS MÁS SOLEMNES, DESATARON UNA REPRESIÓN MASIVA , ATROZ E ILEGAL ( RAÚL ALFONSÍN, 26 DE OCTUBRE DE 1983)

En el  discurso pronunciado por el Dr. Raúl Alfonsín  e1 26 de Octubre de 1983 faltando cuatro días para  las elecciones presidenciales que  terminarían con los siete  años de la dictadura en Argentina, se observan confrontaciones entre  la realidad vivida bajo el autoritarismo del Proceso de  Reorganización Nacional que estaba en retirada y  la libertad   que daría la democracia en el futuro  cercano.

En ese sentido, Alfonsín comienza  dirigiéndose a los “argentinos” buscaba generar una inclusión. Apelaba a que con el final de la dictadura  terminen  la “inmoralidad y la prepotencia” como así  el” miedo y la represión” impuestos con el golpe del 24 de Marzo de 1976. Enfatizando su posición el candidato radical repetía la palabra “se acaba... se acaba”, es decir que marca que el suceso se  concretaría en lo inmediato.

A su vez,  el   candidato radical, referente en la lucha por los Derechos Humanos (fue uno de los fundadores de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos), recalcaba que con la democracia se acabarían  la prepotencia y el miedo”, características del gobierno de  facto: los “uniformados”, como los llama.

El acto se hizo en la Plaza de la República, en el Obelisco, un lugar que marcaba una diferencia. Si la Plaza de Mayo era sinónimo del encuentro (y despedida) de Perón con su gente, para la UCR ahora era el centro porteño, la ubicación y la  toma simbólica de la  propiedad. Aquella tarde  se reunieron miles de personas, las cifras variaron en forma sustancial  según los medios: . Para los organizadores hubo 1.500.000 personas. En cambio para el diario La Época fueron 420.000. Para La Voz los congregantes fueron  500.000. Tiempo Argentino y Ámbito Financiero contaron 600.000 ,  el Cronista Comercial Buenos Aires Herald y la agencia DyN contabilizaron  800.000 y La Prensa vio casi un millón (969.000).

En contraposición a la dictadura que tuvo como primer presidente a Jorge Videla, Alfonsín  aseguraba  que con su arribo a la conducción de la Argentina nacería otro país. Reiteraba  el verbo “vamos”,  simbolizando  en este caso a toda la sociedad sin exclusiones. Sin embargo, la responsabilidad no sería solamente del gobierno,  era necesario construir en base a la solidaridad y esfuerzo (opuestos al plan económico iniciado por José Martinez de Hoz que había dejado “hambre en el hombre común, el obrero y  fábricas muertas”, además de  generar  el” imperio del dinero sobre el esfuerzo de la producción, favoreciendo intereses espurios, de adentro y de afuera que se encaramaron en el poder”. Criticaba así el modelo económico, los socios civiles, la “represión financiera” que ligó a las grandes empresas nacionales con las multinacionales extranjeras.

La idea democrática de Alfonsín incluía a todos los argentinos  contra lo que habían generado los militares. Si ellos habían asumido prometiendo (“Vinieron con el pretexto, según el discurso) “eliminar la corrupción y terminaron corrompiendo todo.

El “todo” significaba no sólo la libertad y el aparato productivo, sino también las palabras” más sagradas”. Ellas eran  la vida y el respeto a una sepultura, derechos que se conculcaron  mediante  las torturas y desapariciones y mediante la  violencia  que trajo como consecuencia  una represión masiva, atroz e ilegal.

A la ilegalidad, la llegada  de la democracia le respondería con el retorno al estado de derecho que regiría a la Argentina tanto  desde el 10 de Diciembre, día previsto para la asunción del gobierno electo, como así para todas las generaciones”, remarcando la identificación con el  respeto a las leyes ( con la referencia explícita  al  preámbulo de la Constitución Nacional que señala  que se asegurarán: “los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”.

En ese sentido el recitado del preámbulo de la Constitución Nacional, recurso  con el que Alfonsín  cerró cada acto de su campaña manifiesta  la contraposición a lo realizado por las  Fuerzas Armadas que la quebrantaron destruyendo el país con intolerancia y la violencia

Asimismo la democracia para Alfonsín significaba “ responsabilidad” frente a la a “irresponsabilidad “con la que había actuado Leopoldo Galtieri durante la guerra de Malvinas y a su vez  la recuperación de la autoridad.

La  misma que había entrado en crisis primero con Isabel Perón y luego con los militares que impusieron el temor a la inmensa mayoría de los argentinos se restablecería con el dialogo , es decir  con  la capacidad para “conciliar, la aptitud para convencer y no para vencer”, se lograría con el consenso del pueblo encabezado por él, pero en donde todos tendrían participación, se gobernaría con mucha firmeza para impedir que vuelvan a triunfar los “profetas de la prepotencia y de la violencia” apodos dados a los responsables del Proceso de Reorganización Nacional , los componentes de la tres Fuerzas Armadas  que se sucedieron en el poder

Otro objetivo de la democracia pregonado por Alfonsín era la recuperación de la educación  que había sido destruida por  la” intolerancia y la prepotencia que llevaron a la persecución de docentes y, científicos (aludiendo a la Noche de los Bastones Largos de 1966 durante el gobierno del general Juan Carlos Onganía, como así a la política similar llevada a cabo por la Triple A y por los militares, sucesivamente).

La síntesis de la  visión  democrática de Raúl Alfonsín se basaba en el trabajo mancomunado  donde todo obstáculo seria sorteado con  la” voluntad inmensa del pueblo quese pone a trabajar”. Se clausuraría  “definitivamente el camino a la prepotencia y la violencia y la destrucción”.

A su vez  entendía el futuro presidente  que la  fraternidad y la solidaridad entre los argentinos (los gobernantes y el pueblo, ambos   unidos), serian los pilares , “no como una declaración, no como instrumento demagógico (mucho más que un impulso ético.), sino enmarcándolas en la acción, como  un propósito político en el sentido más profundo de la palabra”. Enfatizaba así que no sería solamente una” promesa vacía”.

A ello añadía en el discurso:” la construcción y la defensa de la Argentina la haremos marchando juntos, aceptando en libertad las discrepancias, respetando las diferencias de opinión, admitiendo sin reparos las controversias en el marco de nuestras instituciones”. De nuevo el camino no era la violencia, ni la prepotencia, ni menos el desprecio. Sí en cambio el respeto, el dialogo , la concordancia. En virtud de , como afirmaba” así y sólo así podremos lograr la unión que necesitamos para salir adelante

Como culminación, Raúl Alfonsín,  jefe de estado argentino entre 1983 y 1989, proponía dejar de lado la antinomias _ simbolizado en el enfrentamiento entre radicales y peronistas_ para retomar la idea propuesta por Perón y Balbín, máximos representantes de esos partidos en los comienzos de los ´70 ,  viejos rivales y enemigos políticos se abrazaron y  apoyaron  mutuamente, unidos bajo el principio de” enfrentar el imperialismo en nuestra patria o para apoyar solidariamente a los países hermanos que sufran sus ataques”.

Fue el comienzo de una cuasi utopía, la apertura de la primavera alfonsinista  que soñó para los argentinos que con la democracia se “come, se cura y se educa”, se logró la vuelta a la vigencia de la constitución, al estado de derecho y al debate en el marco de un Parlamento  abierto

Hoy queda pendiente el  “renacimiento de los argentinos”, que se dio en forma parcial en aquel “momento más decisivo del último siglo”. Es verdad que no existen “iluminados” que nos vengan a explicar cómo se construye la República”, como quiso Alfonsín. El “régimen más oprobioso”, no es más que un terrible recuerdo 31 años después. Ni en ante el desgobierno de los últimos días del 2001 y comienzos de 2002 el ejército  la” secta” de uniformados” “matones” osaron aparecer  para “decirnos lo que tenemos que hacer con la patria”.

Sí es una enorme falencia, una grave falta , que haya lugar 31 años después para una “bandera de justicia social” que solamente  se levante sin  que se construya con la realidad.

A 31 años quedan no pocos resabios de improvisación que traen como consecuencia que la Argentina continúe  debilitándose en” luchas internas. No se hizo  demasiado trabajo que se carezca de la unidad.

Si bien se alcanzó la libertad, los políticos se ocupan todos los días en que “meramente se declame la libertad.

A 31 años de manera y con métodos diferentes  a los que impuso la dictadura subsiste el”silencio, la represión y el miedo”

Fuentes:

La Restauración de la Democracia:1983-10-27 - Raúl Alfonsín


http://www.beerandpolitics.com/discursos/raul-alfonsin/la-restauracion-de-la-democracia/856

Seone, María,”En el cierre de campaña de la UCR, a Alfonsín todavía lo daban perdedor”, Clarín 28/10/2008
http://edant.clarin.com/diario/2008/10/28/um/m-01790853.htm

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