sábado, 25 de mayo de 2019

El 25 de Mayo, fue el comienzo de un proceso revolucionario , hubo un antes y un después con el cambio de gobierno, pero no fue una revolución propiamente dicha ( Prof. Gabriel Di Meglio)

La siguiente es una entrevista al profesor e investigador Gabriel Di Meglio, quien rompe con algunos supuestos arraigados sobre el 25 de Mayo de 1810 y que a raíz de investigaciones toman un nuevo cariz.

-En las escuelas es muy importante la presencia de la Revolución de Mayo, pero me parece que se maneja una visión bastante tradicional.
Por eso queríamos preguntarte qué nuevos aspectos de la Revolución se están investigando; cuáles son, si las hay, las miradas nuevas de los especialistas. ¿Hay una vuelta sobre el estudio de estos tiempos históricos?

-Gabriel Di Meglio: Bueno, me parece que el tema de la Revolución de Mayo es un tema que nunca se abandona porque como mito fundacional de la Nación siempre se vuelve a revisar. Pero creo que la proximidad del bicentenario hace que se ponga más atención que la habitual. En los últimos años se revisaron muchas cosas con respecto a las miradas más clásicas, propias de la vida escolar más tradicional.

Creo que la nueva mirada se ha impuesto bastante en el mundo académico, pero no fuera de él. Por ejemplo, la idea de que no es una revolución de los criollos contra los españoles, ni de emancipación nacional. Sobre todo porque en realidad lo que hoy tiene consenso en
el mundo académico es que en 1810 no existía la Nación Argentina, es una construcción posterior a la Revolución. Entonces no podemos asumir el relato según el cual los criollos estaban hartos de la dominación de los españoles y querían quitársela de encima, y así, independizar la Nación. Esta versión es muy difícil de sostener hoy con evidencia histórica. Y, en particular, la idea de Nación que tienen los criollos tampoco es muy clara en Mayo de 1810, se irá armando después de la Revolución. Una idea fuerte también, quizás más renovadora, es la idea de que la Revolución de Mayo es el principio de una revolución y no el final.

En general, la efeméride es la Semana de Mayo hasta el 25, y el 25 es la conclusión. Pero el 25 es simplemente el principio, así como la Revolución Francesa no termina con la toma de la Bastilla, empieza con la toma de la Bastilla, digamos con la Asamblea Nacional, y es
sólo el comienzo de un proceso revolucionario. Acá, salvando la distancia entre las dos revoluciones, es lo mismo; es decir, 1810 es simplemente el principio de un proceso revolucionario. De hecho, podemos discutir mucho si el 25 de Mayo es una revolución o no, en realidad es más bien un cambio de gobierno.

-Los objetivos se van a ir definiendo de a poquito y después...

-Gabriel Di Meglio: Se van a ir radicalizando, como suele ocurrir en muchas revoluciones. A medida que pasa el tiempo se van proponiendo cambios más fuertes. Entonces, la revolución dura al menos 10 años. Eso también se discute, ¿cuándo termina?.

Es fácil saber cuándo empiezan las revoluciones pero no cuándo terminan ¿no? 


- Duró por lo menos hasta 1820, sin duda. Ahí sí uno puede ver que hubo cambios revolucionarios y que esa sociedad que era de una manera en 1810, en la década de 1820 es distinta.sin duda. Ahí sí uno puede ver que hubo cambios revolucionarios y que esa sociedad que era de una manera en 1810, en la década de 1820 es distinta. […] Hay cambios muy grandes, por empezar de una sociedad de súbditos de un rey, de una monarquía, se pasa a una república de ciudadanos. Más allá de que esto sea un cambio lento en realidad, claramente considerarse parte de una monarquía o de una república es un cambio muy radical.

E: Vos decías que los revolucionarios se van volviendo más revolucionarios, y también los contrarrevolucionarios se van volviendo más reaccionarios y las distancias aumentan a medida que la revolución avanza...

-Gabriel Di Meglio: Sí, la Revolución tiene dos momentos muy claros. Hay un momento bastante radical (por decirlo de algún modo, radical en el sentido de que busca cambios fuertes) que va de 1810 a 1815, y es la época marcada por la idea de crear una república, de la independencia, de imponer la libertad, creo que el ejemplo más claro
de esto es la Asamblea del año XIII , que dice "no más títulos de nobleza, no más inquisición, no más tortura", todo este tipo de medidas libertarias aunque limitadas, claro, porque por ejemplo la esclavitud sigue existiendo. Lo cierto es que había un espíritu de
transformación. Ahora, a partir de 1815 los sectores que dirigen la revolución son más conservadores, de hecho el Congreso de Tucumán que declara la independencia saca una proclama que dice "Fin de la revolución, principio del orden". Y eso marca un poco ideológicamente este segundo momento.


Otro cambio fundamental es que la economía, que antes estaba totalmente articulada en todo el Virreinato del Río de la Plata con la Ciudad de Potosí, con la guerra de la Independencia queda totalmente transformada y pasa a ser una economía que se vuelca hacia el mercado mundial, ya no español, sino Atlántico en general, y eso va a generar transformaciones grandes para todas las provincias. Otro punto clave, el sector dominante de la economía, que en la colonia era el grupo de los grandes comerciantes, cambia y va a pasar a los estancieros, y esto tiene un peso muy grande para la Argentina en tanto país. 

-Del mismo modo, hay otros quiebres como la incorporación de nuevos actores  es que sectores que antes no participaban en las discusiones sobre los destinos de estos territorios pasan a hacerlo, en un lugar subordinado, en general. 

-Di Meglio: En muchos lugares rioplatenses, las clases populares pasan a ser parte de la política, y eso es un cambio sustancial. Además de que trajo algunos cambios concretos, por ejemplo en el sentido de que en el mundo colonial la desigualdad es legal; la sociedad revolucionaria sigue siendo desigual, pero salvo por una esclavitud que se mantiene, todas las otras desigualdades legales se abolen, y eso también para la gente que lo vivió fue significativo. Una cosa más que me parece importante es que fue una revolución muy grande, porque para los que la vivieron lo fue.
Entonces, los historiadores estamos sentados en nuestro escritorio: “Esto cambió, esto no me parece tanto…”, pero para los que la vivieron, y no sólo los sectores dirigentes, es un antes y un después.
-Sin dudas, 1810-1820 fue un verdadero vendaval en las transformaciones de la vida de la gente. Y eso es fundamental, cómo 
la gente percibe lo que ocurre, para ellos hubo un antes y un después. 


Bicentenario : Pasado y presente de Buenos Aires, en clave de Mayo /
coordinado por Susana Wolman. - 1a ed. - Buenos Aires : Ministerio de
Educación - Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2010

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