Además resaltaba que en América Latina la:”corrupción política, financiera y económica,
recorre nuestro territorio como una endemia
y con muy mal pronóstico para su erradicación”. En ese sentido, recordaba
algunos ejemplos, como los enojos del ex Presidente Carlos Menem con la prensa y con aquellos que afirmaban que
en Argentina hay corrupción;”la
corrupción existe en todo el mundo”, decía.
En respuesta el catedrático, le enrostraba que no tenía
en cuenta dos factores de gran importancia: a) el monto o cuantía que implica la corrupción y b) la impunidad de que gozan los corruptos. En
Argentina son escasos los funcionarios
corruptos que han pasado por los estrados judiciales para rendir cuentas de sus
negociados o tráfico de influencias. Muchos
menos son los que han pagado sus culpas con prisión y -mucho menos aún- los que se han visto obligados a devolver los dineros robados al pueblo
que a diario se sumerge profundamente en la miseria, gracias precisamente, a
los funcionarios ¨que se quedan con los impuestos
de la población”. Textualmente dice “gracias a los funcionarios venales que se quedan con las gabelas de
la población
Según señalaba Rodríguez Kauth en el comienzo del siglo XXI
en América Latina los gobiernos ya no eran “dictatoriales, aunque sí “elitistas y conservadores, teñidos
con un cierto halo de “populismo”.
Por un lado, se observaba un crecimiento de los
de los medios de prensa. Por el otro, había una característica entre los
mandatarios; el “afán de exhibicionismo”.
En tanto, en su visión, interpretaba al afán
de exhibicionismo como una “perversión política de los poderosos para con sus
súbditos.”.
Otras de las
fuertes críticas que se establecían en la nota del autor puntano eran los
pedidos de enormes sacrificios laborales y económicos que les hacían los
políticos a los ciudadanos comunes,
mientras los mismos veían simultáneamente las fastuosas mansiones dónde
vivían. A su entender, En muchos casos
es innegable, para la percepción popular, que esa exhibición es producto del “enriquecimiento ilícito de los funcionarios”.
Si bien, el
académico, no veía nada nuevo bajo el sol, dado que desde siempre roban,
corrompen, asesinan, torturan, trafican influencias, etc, hoy se hace “despiadadamente”, aunque no tengan
necesidad de tantos bienes dionisíacos, para no sentir los efectos de la culpa.´
La conclusión a la
que arribaba Rodríguez Krauth era que los gobernantes, de este modo se sienten “semidioses, habitan el
Olimpo de la impunidad, donde reina su voluntad”, Por arriba
de ellos está la nada,
entonces convierten a su capricho en ley,
muchas veces en forma “tiránica “veces
aunque bien escondidos y cobijados bajo una “máscara de democracia formal”. Se asumen omnipotentes, olvidándose de la moralidad del hombre. Ellos y su “pléyade
de obsecuentes cortesanos conforman una familia perversa, modifican la Ley a su placer sin importarles el
resto, llegando a un “delirio sin límites que puede romper todas las barreras, no solamente
de la legalidad, sino también de la racionalidad”.
Fuente: Rodríguez Kauth,Ángel "Corrupción e impunidad: dos
estilos
de cultura política latinoamericana", Revista Probidad,Edición Catorce, mayo-junio/2001 http://www.revistaprobidad.info/014/art10.html
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