Perlitas de la Historia
jueves, 13 de marzo de 2025
Todavía esperamos saber quiénes fueron los responsables materiales y políticos, quiénes decidieron hacer estallar la embajada de Israel sin importarle la muerte de los otros ( Jorge Cohen, sobreviviente, 2015)
En 2015 al titular la nota sobre el atengtado a la AMIA, el diario El Mundo de España subrayaba :" Familiares de atentado a la embajada israelí piden justicia en Buenos Aires", pasaron diez años y nada ha cambiado, los familiares y sobrevivientes siguen griutando Justicia, algo a lo que las autoridades han hecho oìdos sordos en estos 33 años, sòlo hubo promesas vacìas
La comunidad judía.prosigue el artìculo atribuye a Irán y a Hizbollla la planificación y ejecución de este atentado y el realizado contra la AMIA en 1994.
En su reseña sintetizaban :"Supervivientes y familiares de víctimas del atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires realizaron este martes un acto en el que conmemoraron los 23 años del hecho, que dejó 22 muertos,y renovaron su petición de justicia"
En Arroyo y Suipacha , donde se emplazaba la sede diplomàtica el sitio donde se emplazaba la sede diplomática que explotò el 17 de Marzo de 1992 se realizò un acto que empezó a las 14:45 , hora en que ocurrió el atentado el 17 de marzo de 1992, y su principal discurso estuvo a cargo de Jorge Cohen, sobreviviente del ataque y quien trabajaba en la embajada.
"Todavía esperamos saber quiénes fueron los responsables materiales y políticos, quiénes decidieron hacer estallar esta casona en el norte de la ciudad, sin importarle la muerte de los otros", enfstizò Cohen.
En sus palabras, el sobreviviente, que prefiere ser llamado "testigo", afirmó que su misión es que la causa "no muera en el olvido y describió que la impunidad y el dolor en los ataques "se modelaron juntos, como una sola roca".
"¿Acaso nos hemos cruzado? ¿Nos hemos cruzado con ellos en la calle más de una vez sin saberlo?", se preguntó Cohen y exclamó "¡maldita impunidad!" a viva voz, resaltò
Por su parte, Lea Kovensky, tambèn sobrviviente de la masacre, puso el acento en cuatro palabras :"Memoria, testimonio, reclamo y justiciaW" fueron los términos en los que el sobreviviente hizo hincapié durante su discurso en reclamo de justicia,
"
Eso, el olvido, es lo que más nos preocupa, que la sociedad no tenga presente lo que pasó y no lo viva como algo que nos pasó a todos, independientemente de los que sufrimos el impacto directo", dijo Covensky.
El atentado a la embajada israelí en Buenos Aires precedió al ataque contra la mutualista judía AMIA, que ocurrió en 1994 y dejó un saldo de 85 muertes.
La comunidad judía atribuye a Irán y a Hizbulá la planificación y ejecución de ambos atentados.
Gabriel Pichón, arquitecto que estaba haciendo una obra de arreglos en el edificio de la embajada al momento del ataque, también sobrevivió aquel día y hoy se unió a la petición de memoria y justicia de sus compañeros y familiares de las víctimas.
"Si no se hubiera olvidado este atentado y no se hubiera mezclado con el atentado a la AMIA, creo que no hubiera sucedido ese segundo atentado", afirmó Pichón.
Durante el acto, Dorit Shavit, la embajadora israelí en Argentina, leyó los nombres de 22 de las víctimas fallecidas, ya que el resto de los muertos nunca fueron identificados, y familiares de las víctimas dejaron una ofrenda frente a las placas conmemorativas.
Fuente: Diario el Mundo ( España), 17/3/15
https://www.elmundo.es/internacional/2015/03/17/5508a2ace2704ef7018b4576.html.
martes, 4 de marzo de 2025
DÌA DE LA MUJER:“NO MATAR EL SENTIMIENTO PATRIO CON LA INDIFERENCIA CÌVICA O LA TOLERANCIA INDEBIDA" (ROSARIO VERA PEÑALOZA)
Rosario Vera Peñaloza, cultora protagónica de una nueva escuela, posaba su mirada en la preponderante importancia por la mejora del desempeño docente y el ineludible compromiso del Estado para con la educación infantil. Sus grandes obsesiones: La Reforma Escolar Argentina, los Jardines de Infantes y La Formación Docente.
Rosario Vera Peñaloza nació el 25 de diciembre de 1873 en La Rioja. El pueblo de Atiles, que en tiempos precolombinos fuera el principal asentamiento nativo de la región,
Fue la menor de cuatro hermanas., quedó quedar huérfana de muy chica y fueron sus tías quienes le enseñaron las primeras letras, debiéndose trasladar a San Juan para iniciar sus formales estudios primarios, pues en su pueblo no existían establecimientos educativos, desaparecidos tras las guerras civiles en medio de la puja entre unitarios y federales.
Nieta paterna de Francisco Nicolás Vera y Herrera, fue miembro de una familia de hacendados riojanos, emparentada con las tradicionales familias del lugar: los Ávila, los Sánchez de Balderrama, los Vergara y los Peñaloza; y precisamente fue bisnieta de Nicolás Peñaloza, quien por vía del primer matrimonio de este, fue el abuelo del general Ángel Vicente «Chacho» Peñaloza.
La Constitución Nacional de 1853 dejó librada a las provincias la educación primaria y considera como atribución del Congreso Nacional la de proveer al progreso de la ilustración, dictando planes de instrucción general y universitaria. No había en el país bibliotecas públicas, el material escolar era casi desconocido y los maestros improvisados por falta de escuelas normales. En algunas provincias las aulas carecían de pupitres, pizarrón y lápices y los docentes recurrían a cuero de vacunos y hojas de ciertas plantas para que, sobre ellas, los escolares escribieran las primeras letras con espinas o maderas duras. Estas «eran las generales de la ley» para todas las escuelas de la patria, y obviamente la natal provincia riojana de Rosario Vera Peñaloza no fue la excepción.
En la década del ochenta del siglo XIX se produce la promulgación de la Ley 1420, que constituye la culminación de un complejo proceso histórico, como resultado del cual aparecían las ideas democráticas y liberales que pueden percibirse debajo de todos los esfuerzos de integración del país y modernización de sus instituciones.
Con la aprobación de la Ley 1420 se hizo necesario adecuar las estructuras provinciales en concordancia con ese cuerpo legal y a partir del creado Consejo Nacional de Educación, las provincias tomaron un impulso propio, destacándose entre ellas la acción educativa de algunas provincias como nuestra Mendoza, pero muy especialmente La Rioja, Entre Ríos, Buenos Aires y Córdoba. Desde allí Rosarito, realizó una notable labor actualizando los programas de estudio para la carrera de maestra jardinera, que no existía en nuestro país. Difundió el trabajo manual en las escuelas primarias para que los chicos desarrollen habilidades prácticas. Fue discutida, perseguida y cesanteada en distintos momentos de su vida. Dijo una vez:
ç
«Siempre es lenta la marcha de las ideas nuevas. Hay siempre lucha hasta que el público las acepta y todos los que llegan a ser discípulos de tal innovación tienen que soportar críticas y advertencias injustas».
«Creo en el Magisterio Argentino y en su obra; a ellos, Los Maestros corresponde formar las generaciones capaces de mantener siempre encendida la lámpara votiva que dejaron a nuestro cuidado los que nos dieron Patria para que jamás se apague en el alma Argentina y para que sea el faro que ilumine los senderos». Textual de Rosario en el «Credo Patriótico», al cual el Instituto Nacional Sanmartiniano le confirió el Primer Premio, después de haberse formado.
En 1884 regresó a su tierra natal, e ingresó a la Escuela Normal de La Rioja, fundada ese mismo año por las maestras norteamericanas, Annette Haven y Bernice Avery. Allí realizó los estudios secundarios y cursó la carrera de magisterio, recibiéndose de Maestra Normal en 1888. En 1892 se dirigió a Paraná (Entre Ríos), para proseguir con su formación obteniendo el título de Enseñanza Superior en 1894. En la Escuela Normal de Paraná fue alumna de Sara Eccleston (oriunda de Filadelfia), otra de las maestras invitadas por Sarmiento para expandir la educación en Argentina. En aquella célebre institución entrerriana creada en 1870 bajo la presidencia, precisamente, del mismo Domingo Faustino Sarmiento, comenzó su actuación profesional en el Departamento de Aplicación. En dicha escuela también estudió Trabajo Manual, Dibujo y Pintura, Ejercicios Físicos, Modelado, Tejido de Telares, Grabado, Corte y Confección y Artes Decorativas.
Más allá de sus múltiples cargos y tareas docentes, en Paraná, La Rioja, Córdoba y Buenos Aires, la veta educadora que transversalizó su existencia, se expresó en numerosos libros, conferencias, cursos para docentes, fundaciones escolares y tareas asistenciales, resultado de sus observaciones y diálogos con colegas de todo el país, recreados y convertidos en estrategias docentes y material didáctico para su soñada reforma metodológica, finalmente expresada en la creación del Museo Argentino para la Escuela Primaria y Pre-escolar, «su mayor tributo a la Patria».
Con enorme patriotismo, sostenía Rosario: «Creo en el amor a la Patria, que inspiró a nuestros próceres para darnos independencia y libertad, y en la bandera celeste y blanca…, que no será abatida mientras palpite un corazón argentino…»
Escribió 25 libros[1], en su mayoría inéditos. Militaba con su palabra, pero más con la acción: hacía mucho y hablaba poco. Fue incansable fundadora de museos y jardines de infantes en todo el país. Ocupó 22 cargos públicos. Fue maestra en muchas provincias. Hizo del país un aula.
Pero otro de sus legados, fue su decálogo patriótico: Y como aquellas máximas sanmartinianas quedaron grabadas para siempre:
2. Amar a la patria más que a si mismo.
3. No jurar en su santo nombre falsamente.
4. Conmemorar sus glorias.
5. Honrar a la madre patria en todos los actos de la vida.
6. No matar el sentimiento patrio con la indiferencia cívica o la tolerancia indebida.
7. No realizar acto alguno que mengue la propia dignidad. Quien se dignifica a si mismo, dignifica a la patria.
8. Cuidar los bienes del estado más que de los propios.
9. Buscar y practicar siempre la verdad.
10. No desear jamás tener otra nacionalidad.
11. No ambicionar los derechos de las demás naciones ni mucho menos pretender su dominio y dar a la Argentina capacidad para no ser superada ni vencida.
Murió un 28 de mayo de 1950 en La Rioja a los 77 años de edad. En su testamento quedó expresamente plasmado su altruismo. Donó todo lo que poseía, hasta su vieja hamaca. Resulta interesante destacar el Artículo N° 6 de dicho testamento (textual):
«No teniendo herederos forzosos, renuncio mis derechos de autor en beneficio de la entidad Nacional, Provincial o Privada, como ser la Junta de Historia y Letras de la Rioja, a la que ya le tengo ofrecido mis trabajos, que hiciere la publicación; pero si ésta fuere el gobierno Nacional o Provincial y la publicación produjera algún beneficio, de éste se destinará lo necesario para servir de base a la fundación de una escuela que llevará el nombre de mi tía y madre de crianza, doña Jesús Peñaloza de Ocampo, en el pueblo de Malanzán donde he pasado mi infancia._ Esta escuela será politécnica, en ella se dará a la niñez tares variadas, que sirvan para despertar vocaciones y desarrollar aptitudes latentes en cada uno, enseñando el aprovechamiento del material que brinda el medio ambiente, las flores intensamente aromáticas para la preparación de extractos, la arcilla que es de primera calidad para facilitar las creaciones plásticas, las fibras, las numerosas materias de la zona para la preparación de bases de juguetes para que el mismo niño los haga. Podían ser base de estos juguetes los modelos de cuyo mecanismo, es autor Ricardo Ocampo, ejecutados bajo mi dirección e idea que tienen por finalidad despertar las vivencias del niño y cultivar su capacidad creadora, al mismo tiempo su venta será una fuente de ingreso para el sostenimiento de la escuela».
Reconocimiento
En su memoria, el 28 de mayo, fecha de su fallecimiento, se festeja el Día Nacional de los «Jardines de Infantes» y del «Docente de Nivel Inicial» instituido por Ley 27.059, sancionada el 3 de diciembre de 2014.Ç
Fuente: Rosario Vera Peñaloza, maestra ejemplo que perdura en el tiempo, Direcciòn Nacional de Escuelas ( Mendoza), s/f.
martes, 4 de febrero de 2025
A 100 años de la gira de Boca por Europa y el nacimiento del jugador nùmero 12
La Gira del 25 no sólo lo convirtió en el primer equipo argentino en jugar en Europa, también provocó la gran explosión de popularidad en todo el país y el mundo.
La Gira del 25 de Boca por Europa marcó un antes y un después mucho antes de que el Boca del Toto Lorenzo o el de Carlos Bianchi conquistaran el mundo. Por esos años, en el Río de La Plata se disputaba por esos años la supremacía en el fútbol sudamericano. Uruguay había sido campeón olímpico en 1924 y Argentina, que era el gran rival en los torneos sudamericanos, quería mostrar sus dientes de manera internacional y armar un equipo para florearse por Europa. Sin embargo, por una razón o por otra, siempre terminaba echándose para atrás.
"Vamos nosotros", dijo Boca, que recibió el apoyo de todo el fútbol argentino y en 1925 emprendió un viaje sin retorno, que no sólo lo convirtió en el primer equipo argentino en cruzar el Atlántico, sino que provocó la gran explosión de popularidad xeneize en todo el territorio nacional y llevó sus colores al resto del mundo.
Hoy, a 100 años 95 años del comienzo de la gira, vale el homenaje.
El viaje épico
“Los aficionados están en el deber de despedir dignamente la primera embajada deportiva argentina que surcará el océano para hacer conocer en la vieja Europa la potencialidad de nuestro más popular deporte. Saludemos a los bravos footballers que llevan tan alta misión deportiva y patriótica”, dijo el diario Crítica, a modo de convocatoria para la despedida.
Y más de 10.000 personas asistieron. “Nunca una concurrencia más numerosa que la de anoche al puerto, a despedir una delegación sportiva”, escribió el diario La Nación.
Boca partió el 4 de febrero a bordo del transatlántico Formose, hizo una escala en Montevideo y llegó a Vigo el día 27. Y tras una escala en Santos, llegó de regreso al país en el Mosella el 12 de julio, poco más de cinco meses después.
Jugadores propios y prestados
Boca llevó una delegación de 17 jugadores, con doce propios y cinco prestados por otros equipos para que representen al país con los colores azul y amarillo; dos dirigentes; un hincha que hacía de utilero, masajista y todo lo que fuera necesario; y un periodista, Natalio Botana, enviado por Crítica.
En el viaje de ida, para no perder la forma, los futbolistas se entrenaban en la cubierta. De hecho, el número 5 xeneize Mario Busso se lesionó a bordo de barco y durante la mayor parte de la gira lo reemplazó Luis Vaccaro, que se había sumado prestado por Argentinos.
5-1-3
A pesar del agotador viaje, Boca debutó el 5 de marzo con una victoria por 3-1 ante el Celta de Vigo. Luis Cerroti tuvo el privilegio de convertir el primer gol argentino en Europa y también el segundo, a los 2 y 57 minutos del partido.
Era tanta la expectativa por ver al equipo argentino que la cancha desbordó con 25.000 personas y el juego estuvo parado 16 minutos durante el primer tiempo porque se vino abajo el techo de una fábrica vecina donde había gente mirando el partido, con un saldo de dos muertos y 26 heridos.
En total, Boca ganó 15 de los 19 partidos disputados entre España, Alemania y Francia, empató uno y perdió apenas tres. Antonio Cerroti y Segundo Médici fueron los únicos que estuvieron en los 19, mientras que Manuel Seone fue el goleador con 12 y lo siguió Cerroti con 10.
"Voy a hacerle un gol de 25 metros", desafió Tarasconi ante la prensa, antes de enfrentar al Espanyol que tenía en sus filas al famoso arquero Zamora. Hubo polémica, lo trataron de argentino bocón. Pero Tarasca cumplió con un zapatazo que superó a "El Divino" y pudo "verse" a través de los gráficos de los goles que hacía cada día el diario Crítica.
Una curiosidad: en el 1-0 al Real Madrid, el árbitro detuvo el partido a los 10 minutos para que los jugadores saludaran al rey Alfonso.
Una intoxicación en un banquete organizado la noche previa a la revancha con Celta llevó a la primera derrota; y luego, otras dos caídas polémicas en el País Vasco sobre el cierre de la gira por España, llevaron a que los franceses desistieran de la invitación y Boca partiera para Alemania, donde volvió a recuperar su brillo y no volvió a caer por el resto de la gira. "Los malabaristas del fútbol", los llamaron.
Antes de pegar la vuelta, tras la levantada, el equipo finalmente se presentó en Francia con una goleada 4-2 a un seleccionado de Paris.
El Jugador Nº 12
"En la gira nació otro mito, el del jugador número 12, Victoriano Caffarena", cuenta Germán Origuela, autor del libro "La gira del 25, historia gráfica de la gira por Europa". Es que Toto, como le decían, vendió una propiedad para ayudar a costear el viaje, cubrió los gastos de varios jugadores y durante esos cinco meses ofició de masajista, utilero, aguatero, delegado, técnico, posaba para las fotos en la formación. Se hizo amigo de los futbolistas, organizó salidas recreativas en el barco y en las distintas ciudades. "El jugador número 12", empezó a llamarlo Cerroti, mucho antes de elegirlo como padrino de uno de sus hijos.
Por esa gira, siempre contó Alberto J. Armando que se hizo hincha de Boca durante su infancia en Córdoba, mucho antes de convertirse en uno de los presidentes más importantes de la historia del club. No por nada en 1955, en el 30 aniversario de la gira, le entregó una plaqueta a Caffarena para reconocerlo oficialmente como el Jugador Nº 12.
En los libros del club, aparece que Toto se hizo socio en 1922, tres años antes de la gira, también fue creador en 1926 de La marcha de Boca (le pidió a Italo Goyeche un himno y este lo compuso) y luego fue escribano del club durante muchos años.
Caffarena murió el 13 de agosto de 1972, pero el mito que él comenzó no paró de crecer.
Explosión de popularidad
Al tiempo que empezaron a sumarse las victorias, "la gente se abarrotaba en las radios de la calle Florida y en el diario La Prensa para escuchar los partidos de Boca", cuenta Origuela, quien en su libro muestra cómo los medios de Argentina y el mundo reflejaron ese viaje por Europa. "Los diarios marcaban la epopeya. La gira fue un antes y un después. Boca ganó prestigio y lo terminó de llevar a todos los rincones del país", asegura.
Más de 25.000 personas recibieron a la delegación en su regreso en el puerto de Buenos Aires. Los jugadores fueron subidos en andas y, “como una procesión, fueron para el viejo estadio de madera, que se llenó para la ocasión”, dice Sergio Brignardello, fundador y ex presidente de la Subcomisión de historia del club. “En el recibimiento hasta había jugadores y dirigentes de River”, asegura Origuela.
"Una anécdota, un mito, cuenta que cuando Boca llega al puerto, en otro barco había una persona maravillada con la recepción, y era Einstein, que estaba llegando al país. Pero verificamos fechas y no coincidía", agrega Brignardello.
El campeón de honor
Un año después, la Asociación declaró a Boca campeón de honor y los jugadores recibieron sus medallas. El título aparece hoy resaltado en las actas de la AFA (fojas 131 y 137 del Consejo Directivo del 28/7/1926) que está reproducida en el libro de Origuela. "Le sacamos una foto para que no se escape", cuenta con una sonrisa, sobre la que es una de las 69 estrellas del escudo.
Fuente: Scandolo R." La epopeya que marcó la historia de Boca".Diario Olè, 7 de Junio de 2020
lunes, 3 de febrero de 2025
Instrucciones para ser una Idishe Mame
¿Querés ser una verdadera madre judía? ¿Querés saber cuánto tenes de madre judía? Acércate a la primera carrera universitaria de IDISHE MAME. Donde Mirta Goldstein con su pasión, amor y conocimiento, te hará vivir una y mil peripecias. Donde conectarás con tu Idishe mame interior. Instrucciones para ser una Idishe Mame es un homenaje a todas las madres (sean idishes o no).
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Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 6320-5350
sábado, 18 de enero de 2025
La enseñanza y el aprendizaje del Holocausto ofrecen un conocimiento sobre un hecho que desafió la esencia de los valores humanos , asimismo nos da la oportunidad de entender algunos de los mecanismos y procesos que dan lugar a los genocidios ( IHRA, 2019)
Al conmemorarse un nuevo Día Internacional de Conmemoración en memoria de las víctimas del Holocausto puesto por la ONU en 2006 en recuerdo a la liberaciòn del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau , la Dra. Kathrin Meyer, Secretaria Ejecutiva de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto ( IHRA . segùn sus siglas en inglès ), subrayaba citando a Göran Persson en la inauguraciòn d el Foro Internacional de Estocolmos obre el Holocausto en el año 2000 «Pasó una vez. No debería haber pasadonunca, pero pasó. No debe ocurrir de nuevo,pero podría. Por este motivo, la educaciónsobre el Holocausto es fundamental».
En ese sentido, llevaban a cabo una publicaciòn en la que mencionaban " Recomendaciones de IHRA para la enseñanza y el aprendizaje del Holocausto".
¿ Por què enseñar sobre el Holocausto?, interrogaban . Además de proporcionar conocimiento sobre un hecho que desafió la esencia de los valores humanos, la enseñanza y el aprendizaje del Holocausto ofrece la oportunidad de entendera lgunos de los mecanismos y procesos que dan lugar a los genocidios y a las decisionestomadas por las personas para acelerar, aceptar o resistir a los procesos de persecución yasesinato. Se debe además comprender que estas decisiones fueron tomadas en algunoscasos en circunstancias extremas.La sección titulada ¿Por qué enseñar sobre el Holocausto? aborda todo esto enprofundidad. La comunidad educativa puede hacer uso de ello para enmarcar esteacontecimiento histórico, teniendo en cuenta su influencia en el presente. La enseñanzay el aprendizaje del Holocausto proporcionan una oportunidad excelente para fomentar elpensamiento crítico, la conciencia social y el propio crecimiento personal
Es esencial considerar la mejor manera de abordar el estudio del Holocausto para que sea significativony relevante para los estudiantes teniendo en cuentasus contextos nacionales. ç
El presente capítulo estádestinado a proporcionar ayuda a los responsablespolíticos, directores de escuelas, educadores y otros actores educativos para formular los fundamentos para la enseñanza y el aprendizaje sobre el Holocausto compartiendo una variedad de objetivos que el estudiodel Holocausto puede abordar. Este aspecto es especialmente relevante para los Estados miembros deIHRA que se han comprometido con la enseñanza y elaprendizaje del Holocausto en sus respectivos países.La enseñanza y el aprendizaje del Holocausto ofrecen una oportunidad esencial para fomentar el pensamiento crítico, la conciencia social y el crecimientopersonal. El Holocausto, un acontecimiento decisivo para la historia del mundo,trascendió fronteras, afectó a todos los segmentos de la sociedad y ocurrió en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Décadas después, las sociedades continúan lidiando con la memoria y la historia del Holocausto, en la trama de losdesafíos contemporáneos. Entre ellos encontramos el antisemitismo y la xenofobia persistentes, los genocidios que se están cometiendo en el mundo, la actual crisisd e refugiados y las amenazas contra las normas y valores democráticos. Esto esparticularmente relevante en lo que respecta al ascenso de regímenes de corte autoritario, así como de corte populista o movimientos extremos dentro de lasdemocracias (liberales).
Los educadores en ámbitos formales (como colegios) e informales (como museos u otras entidades similares) pueden involucrar a los alumnos a través del abordaje histórico fundamentado en los hechos en un contexto interdisciplinar. Si bienel Holocausto fue un acontecimiento único en el lugar y en el tiempo, fueun acontecimiento humano que suscita cuestiones complejas: sobre la responsabilidad individual y colectiva, el significado de la ciudadanía activa,y sobre las estructuras y normas sociales que pueden volverse peligrosascontra grupos determinados y la sociedad en su conjunto.
Asismo se puntualizaban los argumentos principales para la enseñanza del Holocausto, señalando que " El Holocausto fue un intento sin precedentes de asesinar a todos los judíos europeosy, por consiguiente, extinguir su cultura; así, desafió fundamentalmente la esencia de losvalores humanos". Del mismo modo, el estudio del Holocausto revela que los genocidios son más un proceso que sepuede confrontar e incluso detener, que un acontecimiento espontáneo e inevitable.El Holocausto ha demostrado cómo una nación puede hacer uso de sus estructura sburocráticas, procesos y conocimientos técnicos, a la vez que capta a numerosossectores de la sociedad para implementar políticas a lo largo del tiempo que van, desde la exclusión y discriminación hasta el genocidio.
Ahondaban dede la IHRA que el Este estudio puede fomentar el desarrollo por parte de los alumnos de un entendimiento de los mecanismos y procesos que conducen a los genocidios, así como generar una reflexión sobre la importancia del Estado de Derecho y las instituciones democráticas. Esto permitea los alumnos identificar las circunstancias que pueden amenazar o erosionar estasestructuras, y reflexionar sobre su propio papel y responsabilidad en la salvaguardia deestos principios, con el objetivo de prevenir las violaciones de Derechos Humanos quepueden súbitamente devenir en atrocidades masivas.
La enseñanza y el aprendizaje del Holocausto son una oportunidad para el análisis delas decisiones y acciones tomadas (o no tomadas) por una variedad de personasen un incipiente periodo de crisis. Esto debe actuar como un recordatorio de quelas decisiones tienen consecuencias, independientemente de la complejidad de lasituación en la que se tomen. El Holocausto involucró a un gran número de individuos,instituciones, organizaciones, y agencias gubernamentales a escala local, nacional,regional y global. El análisis de las acciones realizadas o no realizadas en diferentes niveles durante el Holocausto suscita cuestiones complejas sobre la forma en la que losindividuos y grupos respondieron a los eventos del Holocausto. Independientemente desi el enfoque se centra en los cálculos políticos de las naciones o en las preocupacionescotidianas de los individuos (incluidos el miedo, la presión social, la avaricia o laindiferencia, entre otras), es evidente que las dinámicas que se percibían comofamiliares y corrientes condujeron a resultados extraordinarios.
Agregaban que la enseñanza y el aprendizaje del Holocausto pueden ofrecer a los alumnos una formamás crítica de interpretar y evaluar manifestaciones y representaciones culturalesde este acontecimiento y, de ese modo, minimizar el riesgo de manipulación. En numerosos países, el Holocausto se ha convertido en un tema o motivo comúnmente reflejado tanto en la cultura popular como en el discurso político, a menudo a través dela representación en los medios de comunicación.
Añadìan que " La enseñanza y el aprendizaje delHolocausto pueden ayudar a los alumnos a identificar la distorsión e inexactitud cuandose utiliza el Holocausto como un recurso retórico al servicio de agendas sociales,políticas y morales.
"El estudio del antisemitismo en el contexto de la ideología nazi evidencia lasdiferentes manifestaciones y ramificaciones de prejuicios, estereotipos, xenofobiay racismo. El antisemitismo ha persistido tras el Holocausto y existen evidenciasque demuestran que se encuentra en aumento. La enseñanza y el aprendizaje delHolocausto generan un espacio en el que examinar la historia y la evolución delantisemitismo, un factor esencial que hizo posible esta atrocidad. El análisis de las diferentes herramientas utilizadas para promover el antisemitismo y el odio, incluidos losdiscursos, la propaganda, la manipulación de los medios de comunicación y la violenciacontra grupos determinados, permiten a los alumnos entender los mecanismos utilizadospara dividir a las comunidades", reflexionaban .
Concluìan resaltando que la enseñanza y el aprendizaje del Holocausto permiten a los alumnos fomentar la conmemoración de las víctimas, que se ha convertido en una prácticacultural en numerosos países. Como parte del plan de estudios, los alumnos pueden participar en días y eventos de conmemoración, tanto locales como internacionales. La conmemoración no debe remplazar al aprendizaje, ya que el estudio del Holocaustoes esencial para adquirir los conocimientos necesarios, entender la importancia delos eventos actuales de conmemoración y continuar con esta práctica cultural en el futuro. Asimismo, la conmemoración también puede fomentar que los participantes se comprometan con la tarea emocional que se encuentra integrada en el estudio de ladelicada y traumática historia, creando así un espacio para la reflexión filosófica, religioso política, que a menudo es difícil incluir en el plan de estudios.
lnternational Holocaust Remembrance Alliance ( 2019) . Reconocmendaciones para la enseñanzas y aprendizaje del Holocausto, Biblioteca Nacional de Maestros, Buenos Aires.
lunes, 13 de enero de 2025
MARÌA ELENA WALSH INFLUYÒ EN NUESTFRO AMOR POR EL PAÌS , EN NUESTRA CELEBRACIÒN DEL VERANO CON JAZMINES, EN NUESTRA RAZÒN SOLIDARIA y EN NUESTRA NOSTALGIA DEL PAISAJE DE LA INFANCIA
Marìa Elena Walsh, falleciò hace 14 años, dej+ò su huella como pooeta, escritora, cantautora, dramaturga y compositora argentina, fue una luchadora por los derechos de la mujer. Si bien se hizo famosa por su literatura infantil, descolló en varios géneros.
En una entrevista de 2010 fue indagada sobre ¿Qué novedad considera Ud. que presentaron sus poemas respecto de esa producción literaria anterior?
Creo que la novedad fue que no tenían ningún carácter docente ni moralista ni eran aplicadas al programa escolar. Era un concepto revolucionario el pensar que la versificación no tenía porqué tener un contenido didáctico.ç
En 1964 era un concepto novedoso. (Aquí la autora se sonríe recordando su ponencia en las Jornadas Pedagógicas de la Organización Mundial de Enseñanza en 1964 titulada: La poesía en la primera infancia. Los conceptos expresados en dicho trabajo tienen aún vigencia: «Pensemos que nuestros niños, desprovistos de abuelas tradicionales o nodrizas memoriosas, lo primero que oyen y aprenden son los jingles publicitarios. De lo que se deduce que una de las actuales nodrizas del niño es la televisión, y que de ella absorbe las más precarias formas de versificación, música y atropello de la sintaxis. Una seudopoesía destinada no a despertar sus sentimientos y su imaginación, sino a moldearlo como consumidor ciego de un orden social que hace y hará todo lo posible por estupidizarlo.; el niño no tiene más camino que el que le abran con segura mano sus maestras del Jardín de Infantes.»
En la misma entrevista Walsh respondiò acerca del " acto de escribir para los niños".
-Significa en definitiva ‘reconstruir’, recoger piezas dispersas de un gran rompecabezas. Reconstruir o reinventar una tradición rota o fragmentada. Reconstruir datos dispersos de la propia infancia. Reconstruir la infancia de los niños actuales, amenazados en su inocencia por toda una sociedad insensible. Reconstruir de alguna manera la relación a menudo defectuosa entre padres e hijos: un verso, una canción pueden ser lazos de reunión. La poesía es en definitiva reconstrucción y reconciliación, es el elemento más importante que tenemos para no hacer de nuestros niños ni robots ni muñecos conformistas, sino para ayudarlos a ser lo que deben ser: auténticos seres humanos"
Hoy se habla de un «boom» de la literatura infantil y juvenil. ¿Cómo ve este fenómeno en la Argentina, este movimiento editorial que hay? ¿Está al tanto de lo que se ha producido para chicos en los últimos años? ¿Por qué carriles está transitando?
No estoy al tanto de todo, mi opinión va a ser un poco frívola, un poco «light» como son todas las opiniones en nuestro país. Conozco parcialmente y aprecio algunos autores como Graciela Montes, Laura Devetach, Elsa Bornemann, Ema Wolf, Gustavo Roldán y Ricardo Mariño. La escritura fue un fenómeno de la democracia, donde apareció mucha literatura infantil que estaba guardada y que decidieron publicar. A mí me parece bueno, porque cuanto mayor sea la producción vamos a tener más posibilidad de que haya obras de calidad. Si te gustó esta entrevista a Maria Elena Walsh, seguí conociendo más de esta gran artista en la Biografía de María Elena Walsh más completa, fruto de mi investigación sobre su vida y su obra.
Por otro lado, sobre su personalidad en la TV pùblica afirmaban que" Si algo puede decirse de María Elena es que detestaba la improvisación y la imprecisión. Volvía sobre temas que había repasado durante la noche, recordaba los nombres, agregaba recuerdos, detalles, olores, sabores, deslumbramientos. Cuando terminamos le mostré el manuscrito y ella lo revisó con la misma dedicación. Eran pequeñas correcciones hechas con lápiz, con esa inconfundible letra impecable que la caracterizaba.
"María Elena solía decir que ella no escribía para los chicos, sino desde su propia infancia. Del mismo modo puede decirse que no escribía para las mujeres sino desde su absolutamente consciente y aprendida condición de mujer".
-¿A quiénes considera que llegó su influencia de forma más pura? ¿A músicos y educadores, a escritores?
-A todos y todas y mucho más allá. Influyó en nuestro amor por el país, en nuestra forma de mirar los árboles, en nuestra celebración del verano con jazmines, en nuestra piedad, en nuestra razón solidaria, en la celebración de la gracia y en nuestra nostalgia del paisaje de infancia. No hay distinción de influencias en esto. Solo que muchas veces nos olvidamos de celebrarlo.
-Haciendo repaso de su carrera, se podría decir que María Elena vivió muchas vidas, exploró todas sus posibilidades artísticas y no tenía miedo a incursionar en ningún género, ¿considera que fue feliz o este salto de una inquietud a otra era parte de su inconformismo?
-Yo creo que no existen artistas o intelectuales genuinos que no sean inconformistas. El espíritu crítico y su expresión es parte constitutiva del arte que no es florero, del conocimiento que no es genuflexo (puesto de rodillas), del intelectual que no se deja seducir por el poder. Hay una canción memorable donde María Elena habla de la felicidad, la Canción del jardinero Adán Mírenme, soy feliz entre las hojas que cantan cuando atraviesa el jardín , el viento en monopatín. Cuando voy a dormir ,Cierro los ojos y sueño Con el olor de un país florecido para mí.
María Elena Walsh: “La inspiración no existe: todo es trabajo”Archivo Abierto 1 de febrero, 2023 TV Pùblica.
Massuh G . ( 2020)María Elena nunca se pensó como una misionera filantrópica, era una artista nata", www.cultura.gob.ar
Textura del disparate, Entrevista a Marìa Elena Walsh, Revista Imaginaria 285
martes, 31 de diciembre de 2024
MURIO JORGE LANATA, SU VIDA CONTADA POR ÈL MISMO
Con la partida ayer de Jorge Lanata, se fue un periodista innovador, incisivo,polèmico, inteligente, provocativo y confrontativo.
Su vida contada por èl, la publica INFOBAE.
Jorge Lanata se enteró de que había sido adoptado cuando tenía 55 años y sus padres ya habían muerto. Era un periodista consagrado cuando las certezas que tenía se convirtieron en dudas. Sus confesiones, sus visiones, su infancia, sus consejos periodísticos, sus intimidades y su trayectoria profesional. ¿Quién era Jorge Lanata para Jorge Lanata?
Jorge Ernesto Lanata nació en Mar del Plata el 12 de septiembre de 1960. Cuando tenía tan solo unos pocos meses se mudó a Sarandí con sus padres. Luego supo la verdad de ese viaje
Jorge Lanata decía que era periodista porque tenía preguntas. Decía que no había sido un funcionario político, un servidor religioso ni una personalidad crítica porque carecía de respuestas. Se posicionaba en la antítesis del periodismo militante, de aquellos que disponen de reparos y justificaciones prestos a ser aplicados. Explicaba que en su repertorio periodístico solo tenía preguntas por hacer. Decía que era periodista porque había cosas que no sabía. “Preguntar es un modo de desobedecer, de cuestionar. Al objeto o al sujeto que está ahí se le pregunta: ¿sos lo que decís?, ¿sos lo que mostrás?, ¿qué sos? Preguntar es cuestionar y cuestionar es conocer”, firmó en el libro 56 -publicado en junio de 2017-, que escribió para homenajear sus cuarenta años dedicados al periodismo y para revelar pliegos de sus intimidades.
La primera oración de su autobiografía de 410 páginas solapada en un catálogo de su obra es una confesión resumida en dos palabras: “Soy adoptado”. Lo supo cuando tenía cincuenta y cinco años, y acumulaba tres décadas abocadas al periodismo. El germen de su oficio quedó envuelto y atrapado en sus primeras memorias: la patria de la infancia. “Toda mi vida pensé que mi vínculo -¿mi necesidad?- con el periodismo tenía que ver con una enfermedad de mi madre, víctima de un tumor cerebral que lesionó su centro del habla: ella no podía hablar. Mamá no podía responder, yo preguntaba. Ahora sé que ella no era ella, o sí lo era pero de otro modo, y que mis preguntas intuían un secreto que busqué sin proponérmelo, casi toda mi vida. Si ‘ellos’ no eran ellos, yo ¿era yo? La pregunta es idiota”.
El 30 de marzo de 2012 la por entonces presidenta Cristina Kirchner celebró el 25 aniversario de Página/12 en el edificio del Espacio Memoria y Derechos Humanos ex ESMA con un discurso que duró 37 minutos y donde omitió el nombre de su fundador, Jorge Lanata. Del recuerdo de esa omisión, desprendió una seguridad: “Durante veinte años trataron de borrar mi nombre de Página/12, con la estalinista y oportuna ayuda del Estado: creo que no pudieron. Escuché, sobre mí mismo, las historias más increíbles; algunas me dieron rabia, otras, tristeza. Dijeron que nunca fui periodista, que es lo único que fui”, graficó. Para Lanata, Lanata solo fue un periodista.
Insistía que lo era porque tenía preguntas por hacer. Lo supo desde chico. Las preguntas simulaban la única forma de conversación que podía mantener con su madre. Se llamaba María Angélica Álvarez. Estaba casada con Ernesto Eduardo Jaime Lanata. Vivían en Sarandí. Fueron padres de un hijo único, Jorge, que había nacido en Mar del Plata, donde sospechosamente permanecieron un tiempo luego de simular un embarazo. La infancia que el hijo recuerda fue siempre “en la parte pobre de Avellaneda”, o como describió alguna vez: un barrio de trabajadores, una clase media baja “acostumbrada a laburar”.
"Mi mamá tuvo un tumor
"Mi mamá tuvo un tumor cerebral cuando era chico y en mi casa siempre me decían: ‘Vamos a festejar tu cumpleaños cuando tu mamá se cure’, y ella nunca se curó", contó Jorge sobre su infancia
Ella no trabajaba. Al menos él careció de recuerdos de ella trabajando. Tampoco la recordaba caminando o hablando. O, directamente, sana. Su padre terminó el secundario en un colegio nocturno mientras trabajaba de mecánico dental. Rindió libre la carrera de odontología: se recibió de dentista de adulto, cuando su hijo ya no vivía con él. Jorge se había ido de su casa para vivir con su tía Nélida y su abuela Doña Carmen en un hogar emplazado en General Chenault 117, lugar donde se crió. Fue su segunda adopción, un suceso que descubrió de grande. Resabios que mamó de su abuela, una mujer que no sabía leer ni escribir pero había aprendido a disimularlo. “Cuando yo pasaba un límite decía: ‘Dejalo, es chico, cuando sea grande va a entender’. Cuando somos grandes, entendemos”, narró.
Lanata, el periodista exigente y generoso que nunca dejó de brillar
Su vida se había partido en abril de 1968: un tumor cerebral y una posterior operación dejó a su madre con el lado derecho del cuerpo paralizado de por vida y una lesión eterna en el centro del habla. Dejó de formular palabras. Emitía sonidos. Solo podía balbucear. La comunicación oral se restringía al “sí” o “no”. Entendía lo que escuchaba. Nada más. Tenía ojos verdes que usaba para reírse, una mano izquierda por donde expresaba sus sentimientos y había edificado un lenguaje humorístico que le valía para sostenerse. “Yo aprendí de mi mamá que hay que sobreponerse a la dificultad, sea cual sea. Yo no tuve una mamá que mirara mi boletín del colegio o que me preparara el desayuno. Nunca fui a cenar con mi mamá afuera de la casa, ni nos fuimos de vacaciones a algún lugar, y sin embargo pude sentir su amor y darle el mío”, dijo sobre la persona más significativa que atravesó su vida.
“No sé si creo en el destino, a veces creo que soy un ángel y otras compruebo que soy un idiota -suscribió-. Pero si buscara un argumento para creer en el destino, me sobra este: a mis cuatro años mi madre tuvo un tumor cerebral que dejó paralizada la mitad derecha de su cuerpo, no podía formar palabras, aunque las comprendía, y vivió así toda mi vida. Pero no era mi madre, aunque fue mi destino”. Su madre biológica había sido otra. Una que nunca conoció.
Con el tiempo concibió una duda existencial sobre esa mujer que visitaba algunos días de la semana, con la que almorzaba o cenaba en silencio, que vivía postrada o en silla de ruedas y que había absorbido el tiempo de su figura paterna. Jorge tenía preguntas que nunca preguntó: “Pensé muchas veces: ¿por qué no se quiere morir? ¿por qué quiere vivir así? No se quería morir. Ella vivió con mi papá hasta que mi papá murió y luego vivió conmigo y con mi tía, su hermana”, relató.
Su primer trabajo fue a los catorce años en Radio Nacional. Su papá Ernesto debió ir a firmar el contrato dado que su hijo era menor
María Angélica murió en 2004. Ernesto había muerto mucho tiempo antes. Jorge odió a su papá: “Era un tipo cabrón, estaba mal de la cabeza”. Los conflictos eran frecuentes y álgidos: una tensión que los mantuvo en la cornisa de los golpes de puño. Dejó de discutir con él cuando ya no lo tenía. Aprendió a quererlo en el recuerdo. El tiempo contribuyó a la sanación de ese vínculo. Había dedicado su vida a ser más esposo que padre. Vivió con ella y sin su hijo el resto de su vida. Él no cuestionó nunca esa decisión: “Con la enfermedad de mi mamá, mi casa era una casa triste. Yo siempre respeté de mi papá que se quedara cuarenta años y que cuidara a mi vieja, que no la abandonara en un asilo”, dijo. Recordaba siempre una anécdota insignia: la vez -la única- que fueron a comer afuera. Fueron una noche a una pizzería en Sarandí, a una cuadra de la cancha de Arsenal. No hablaron mucho durante esa cena, ni durante esas vidas. Asumió haber vivido la época en la que los hijos no se hablaban con los padres.
Aceptó que su papá había hecho lo que pudo con él. Lo fue comprendiendo cada tarde en cada ausencia, hasta que el tiempo de vidas simultáneas se le terminó una noche en un hospital del Parque Centenario. “Yo no sé en qué museo se exhiben los padres normales. Mi familia no fue para nada normal, pero creo que en toda familia el amor y el odio están a flor de piel. Y entendemos a nuestros padres cuando ya se fueron. Es una lástima, y es injusto. Pero también es cierto que nunca nadie se va del todo: el doctor Lanata se murió hace más de treinta años y yo pienso en él casi todos los días. Películas de Gardel y olor a madreselvas. Feliz día, viejo”, celebró en una de sus editoriales por tevé.
La pizzería fue su única vez solos y juntos. No fueron al cine ni a ningún otro lado. Los cumpleaños no se festejaban. Las celebraciones debían esperar a que María Angélica se recuperara. No había espacio para la felicidad. Pero papá Ernesto estuvo disponible para aceptar la solicitud de un Jorge adolescente. Cuando su hijo tenía catorce años, se acercó a las oficinas de Alberto Suárez Castro, gerente de Radio Nacional, para firmar el contrato laboral de Jorge. “No recuerdo muchos detalles del asunto pero sí un detalle típico de la Argentina: la radio dependía de la Secretaría de Comunicaciones y no había vacantes en la planta; me contrataron como ‘violinista de la Orquesta Juvenil’, en la que había lugar, afectado al informativo”, describió.
Era un pibe ávido, intrépido, sediento. Su interés por los hechos noticiosos y las palabras escritas tienen cimientos en su primera infancia, en sus miserias afectivas y económicas. Escribió: “Cambiaba caños por libros usados para hablar de la pobreza sino para que se entienda cómo, desde ahí, se puede ver el mundo. Me formé con los restos de un naufragio: revistas viejas, libros insólitos, diarios de viaje, seguí la lógica de bibliotecas ajenas”.
Jorge Lanata - Padres e infancia
En un comedor pequeño y oscuro de su segunda casa halló entre el polvo y el olvido tomos de la Enciclopedia Espasa-Calpe. Invirtió ahí toda su curiosidad y voracidad lectora. Uno de los tomos tenía la letra T. Se interesó particularmente por Tutankamón. Sus padres -el vacío de un reparo paterno- ocupaban sus pensamientos. “Una vez, no puedo saber la edad, dibujé en una hoja de cuaderno sobre la mesa del comedor dos tumbas. Una ruta que terminaba en dos tumbas. Mis padres, escribí, y rompí el papel. Ahora me pregunto si eran ellos, o los que no conocí nunca”, confesó.
La primera biblioteca que visitó en su vida pertenecía a su tío Dionisio: la había heredado de un escritor colombiano que pasó su exilio en Buenos Aires, José Antonio Osorio Lizarazo. Mientras su rutina daba vueltas en círculo entre Avellaneda y Sarandí, visitaba el mundo durante esas horas de lectura. No era su única vía de escape. En el fondo de la casa de su abuela, piezas desvencijadas que una década atrás habían albergado a inquilinos pasajeros se convirtieron en un museo de desperdicios: repuestos automotores, chatarras, ruinas, dos limoneros, un gallinero, infinidades de papeles para leer. Libros, diarios y revistas a merced. Vendía cañerías, pedazos de plomo, metales, botellas, placas de bronce cerca del arroyo Sarandí para comprar más libros en diagonal a la esquina de la fábrica de Duperial.
Ignoraba que estaba madurando su vocación. Su primera nota fue una tarea de colegio. Tenía diez años. “Tienen que traer para mañana una biografía breve de Conrado Nalé Roxlo”, indicó el docente a cargo. El personaje en cuestión era -describió Lanata- “un simpático poeta menor, de esos que en la escuela nos enseñaron a odiar bajo la obligación de ser leídos”. La bibliografía era escasa y ajena. No había forma de encontrar nada sobre este no solo poeta, sino también escritor, periodista, guionista, libretista, dramaturgo y humorista. No se resignó. Lo buscó en el lugar donde no podía ausentarse: la guía de teléfono.
-¿El señor Conrado Nalé Roxlo?
-Sí…
-Me llamo Jorge Ernesto Lanata y soy alumno del colegio San Martín de Avellaneda. La maestra nos pidió que averiguáramos algo sobre su vida y no lo encuentro en ningún lado, ¿usted me podría contar su vida?
-Sí, sí… cómo no. Puede poner que escribí el Martín Fierro… No, no, eso no lo pongas…
"La preocupación por las palabras
"La preocupación por las palabras a la hora de escribir no es estética, es funcional: una nota bien escrita se entiende", expresó en su libro "56"
Colmena fue la primera revista en la que vio su nombre impreso. Era una tirada estudiantil y mensual. Tenía doce o trece años. Precisó que entrevistó a René Favaloro y al embajador de Ecuador en el Instituto Antártico, que cubrió un rodaje de la película Rolando Rivas, taxista, y que indagó en la experiencia de un miembro de Alcohólicos Anónimos. “Aprendí rápido que nadie es dueño de lo que se publica: de algún modo, mis notas de Colmena llegaron a un periódico local: La Ciudad, de Avellaneda. Y empezaron a publicarlas”, contó. Por entonces, incorporó un talento inútil: leía los textos al revés casi de corrido. Solo le sacó provecho de esa singular destreza quien escribió un perfil en la Universidad del Salvador. Jorge Lanata no fue al título sino “el hombre que leía al revés”.
Empezó en Radio Nacional a escribir boletines informativos. Aprendió a escribir con dos dedos y sin mirar en una Olivetti Lexicon 80. Cuando no trabajaba, seguía escribiendo: escupía poemas, pensaba novelas inconclusas, inventaba radioteatros que nunca se publicaron, componía canciones, colaboraba en las revistas Siete Días y Antena. Produjo también un programa de folclore que lo expulsó del periodismo en los años oscuros. “El programa se llamaba Los caminos del folklore y era conducido por uno de Los Arroyeños, Chany Inchausti”, apuntó en el libro 56. Era 1976, año brutal para la historia argentina. El diálogo se cita textual.
-Lanata, hay un problema -me detuvo en un pasillo del tercero el gerente artístico de la radio.
-Sí.
-Usted pautó para el programa de esta semana un tema de Mercedes Sosa.
-Sí.
-Dice la palabra “pobre”.
-¿Perdón?
-Dice la palabra “pobre”. Hay que levantarlo.
No pudo dimensionar el grado de estupidez de la censura. Durante la dictadura anestesió su pulsión periodística. Fue mozo de un bar hasta que la democracia volvió en forma de elecciones y él en forma de cronista. Hilvanó Radio Belgrano, productor de un programa de Eduardo Aliverti, jefe de redacción de la revista El Porteño e integrante de una cooperativa de periodistas independientes en tiempos de recomposición democrática hasta que el 26 de mayo de 1987 salió su primer hijo: Página/12. “Estaba en el tope de la carrera gráfica: no había heredado el diario de ninguna familia patricia y tenía que darle órdenes a una redacción que, en promedio, era mayor de edad que yo. Pero soy periodista y traté de seguir escribiendo en el diario como una especie de redactor especial”, remarcó.
Tuvo cinco parejas estables: Patricia
Tuvo cinco parejas estables: Patricia Orlando, Andrea Rodríguez, Silvina Chediek, Sara Stewart Brown y Elba Marcovecchi. Tuvo dos hijas: Bárbara y Lola
Definió que “la mejor manera de armar un diario es no haberlo hecho antes; no sólo todo es nuevo sino que puede volver a ser definido: ingenuo y original a veces van de la mano”. Tenía veintiséis años, “esa edad en la que uno cree que sabe y se anima a patear las puertas”. Había nacido como un diario de contrainformación que rompía con los cánones periodísticos establecidos: apeló a un lenguaje menos formal, más creativo. “La idea era revalorizar un periodismo más ‘literario’, más cuidado, en la convicción de que una nota debe estar bien escrita para que se entienda”, expresó.
En Hora 25 -programa de radio que se emitió en Rock & Pop de lunes a viernes en la última hora del día entre 1990 y 1993- se recibió de audaz entrevistador. Decía que nunca hay que escribir las preguntas antes de hacer una entrevista: “La mayoría de las veces los periodistas toman las entrevistas como la ratificación de opiniones propias; no les preocupa conocer al entrevistado sino tener razón sobre lo que piensan de él. El entrevistado, así visto, es una especie de tesis a demostrar, en la que no tiene ninguna posibilidad de salirse de la escena que fijó el periodista. Un diálogo es dinámico y sorprendente; si se escriben las preguntas es porque se imaginan las respuestas, ergo, no hay sorpresa alguna”.
“El reportaje -sostuvo- es un juego de seducción en el que debo propiciar que el entrevistado se equivoque: que cuente lo que no pensaba decir. Escribir de antemano las preguntas es, también, un modo de no escuchar las respuestas. Las palabras tienen música, componen una melodía. Los géneros literarios existen en las tiendas literarias”.
El éxito televisivo lo conoció en Día D. Renunció a Página/12 y volvió a la gráfica en el nuevo siglo con la revista Veintiuno, que al año siguiente se llamó Veintidós, que al año siguiente se llamó Veintitrés y así quedó hasta su pronta extinción. Data 54 fue una experiencia digital fugaz. Fundó Crítica con un magro presagio: lo presentaba como el “último diario de papel”. Su circulación duró dos años. Su estrella resurgió en la televisión. En 2012 desembarcó en el Grupo Clarín con la columna en la página 2 del diario, el programa Periodismo Para Todos en Canal 13 y Lanata sin Filtro en Radio Mitre. Su audiencia era masiva y su atril de premios, nutrido. Había pasado ya los cincuenta años. Estaba en el olimpo del periodismo argentino.
"Soy periodista porque no sé",
"Soy periodista porque no sé", sentenció Jorge Ernesto Lanta, ganador de innumerables premios, fundador de dos diarios, creador de un estilo
Decía que la mejor definición para la cabeza de una nota la escuchó por ahí: “Es lo primero que le contarías a un amigo al llegar de viaje”. Decía que para saber si una nota es buena “debemos preguntarnos qué recordamos de ella”. Decía con énfasis que no hay malas notas sino malos periodistas: “Shakespeare duerme en todos, debemos tener la sensibilidad de descubrirlo. El portero del edificio de casa oculta a Shakespeare: amó, huyó, soñó, desesperó. Se conoce desde el cerebro, se cuenta desde el estómago o el corazón”.
Tenía reparos en el avance de la tecnología. Su intuición lo llevó siempre a desafiar nuevos formatos: él se consideraba un profesional pero prefería jugar a divertirse. Sostenía que había reglas básicas del periodismo que soportarían el paso del tiempo: “Buscar la verdad que conmueva, inspire y permita agregar puntos de vista”. Usaba una metáfora para resguardar el principio primordial de las cosas: “Los niños juegan cada día con juguetes más sofisticados, pero una rama sigue siendo una espada”.
Aunque fundó dos diarios, aborrecía la burocracia institucional: odiaba las relaciones públicas y le daban fobia las reuniones de más de cuatro personas. Creía, paradójicamente, que los diarios no eran necesarios. Jorge Luis Borges, citó Lanata, decía que el periodismo estaba destinado a la desaparición: “Bastaría, en lugar de diarios, con un periódico bimensual, ya que todos los días no se producen hechos sensacionales. En la época grecolatina se leían libros y no se perdía el tiempo en tonterías”. En su libro casi autobiográfico, rescata un diálogo entre Borges y Ernesto Sábato, que también estaban de acuerdo con él -o él estaba de acuerdo con ellos-.
Borges: -Nadie piensa que deba recordarse lo que está escrito en un diario. Un diario, digo, se escribe para el olvido, deliberadamente para el olvido.
Sabato: -Sería mejor publicar un periódico cada año, o cada siglo. O cuando sucede algo verdaderamente importante: “El señor Cristóbal Colón acaba de descubrir América”. Título a ocho columnas.
Borges (sonriendo): -Sí… creo que sí.
Sabato: -¿Cómo puede haber hechos trascendentes cada día?
Borges: -Además, no se sabe de antemano cuáles son. La crucifixión de Cristo fue importante después, no cuando ocurrió. Por eso yo jamás he leído un diario, siguiendo el consejo de Emerson.
Jorge Lanata - Cómo se recuperó de su adicción a la cocaína
Engendró la idea durante años. Registró la marca “cada tanto” por si alguna vez conseguía darle forma y funcionalidad a esa visión de publicar un diario no diario. “El consumo diario de información es parte de una ficción del mercado que necesita la venta diaria de publicidad. ‘Cinco muertos en una ruta de Mendoza’ no le cambiará la vida a nadie sino a los cinco desdichados que ya no podrán leerlo”, reflexionó. Lo pensaba como un gesto de autenticidad con el lector: “Un diario ‘cada tanto’ sería uno que blanquee su pacto de lectura con el público: voy a contarte algo cuando sea verdaderamente importante hacerlo. Así, ese diario podría salir una vez al año o treinta, o una vez cada quinquenio”. Nunca lo hizo. Comprendió con pena que era un producto insostenible en términos financieros.
Alguna vez se preguntó cuál época había sido su época. No se sentía parte del nuevo periodismo y tenía resistencias para adaptarse a la era digital. Alcanzó la conclusión de que su época había sido la de la reconstrucción de la democracia. “Decíamos en Página que lo que nos diferenciaba de los demás diarios era que dejaríamos de salir después de un golpe”, sostuvo.
Guardaba respuestas para aquellos que lo acusaban de haber alterado sus inclinaciones políticas, su ideología, su cosmovisión. Apelaba a un relato de Bertolt Brecht, Historia del señor Keuner. El protagonista se cruza con un amigo que no ve hace treinta años y le dice “estás igual”. El hombre, deprimido, le rezonga: “¿Igual que hace treinta años? Una desgracia”. “Debo confesar que he cambiado -advirtió-. Sería horrible tener el rostro pálido del amigo del señor. La coherencia es, para parte de los argentinos, un valor estático a mantener. Que alguien no cambie, no aprenda, no se equivoque, no reformule, durante décadas, es una virtud”. Y recurría a una frase de Borges, otra vez. “El decurso del tiempo cambia los libros”, decía el escritor. “Imagínense, entonces, lo que hará el tiempo con las personas”, dijo el periodista.
Confesó haber consumido ocho gramos de cocaína por día durante diez años durante la década del noventa. En el segundo tratamiento de desintoxicación lo dejó. Pero con el cigarrillo nunca pudo. Decía ser “tímido e inseguro” y que aunque aprendió a sobreponerse, el retraimiento lo acompañó siempre. Decía que durante muchos años cada vez que veía una ventana con una luz encendida imaginaba que esa podía haber sido su casa. Escribió que nunca tuvo una habitación y que detestaba la alegría con horarios, la felicidad fingida e instantánea de los cumpleaños. Él que nunca tuvo uno. “Yo no quise ser periodista para ver el mundo sino para entrar en él”, dijo.
Estaba internado en la Fundación
Estaba internado en la Fundación Favaloro desde el martes 31 de octubre a causa de una neumonía. En la misma clínica había recibido en 2015 un trasplante renal cruzado, el primero en toda Latinoamérica
Hubo una pregunta que no quiso hacer nunca. Liliana, su prima, le contó que había escuchado de voz de su papá Emilio algo referido a una adopción. Hizo periodismo y fue a las fuentes: la única viva, su tía. Carmen Billy Lanata -le pusieron Billy por Billy the Kid y le decían la Negra- le develó la verdad: “Mamá había tenido un parto fallido de mellizos y, por amigos de Mar del Plata, tomaron contacto con una partera: mi madre era una chica rica del interior de la provincia, madre soltera. La Negra no recordaba el apellido, cree que mi fecha de nacimiento era la verdadera, mamá venía fingiendo un embarazo y pasó una temporada en Mar del Plata hasta que volvió conmigo. Me hizo jurar que nunca iba a contarlo. Y después me dijo que todos lo sabían”.
Él sospechaba que las manos de pianista de Bárbara, su hija mayor, no eran parecidas a las manos con las que se comunicaba su mamá Angélica. Había trabajado con la verdad durante cuarenta años y había vivido cincuenta y cinco años sumergido en una mentira. Muchas de sus respuestas se convirtieron en preguntas: “En mis últimas décadas de periodismo hemos tirado ministros, hemos llevado decenas de casos a la justicia, hemos investigado como muy pocos lo hicieron. Sin embargo, no sé sinceramente si en mi caso vale la pena buscar: la mayoría deben estar muertos. Tal vez, finalmente, sea yo quien viene de ningún lugar, o, para decirlo de otro modo, sea el camino que fui”.
“Soy adoptado, acabo de enterarme, desde entonces en mi cabeza no hay verdad para otra cosa. Evitar este dato echaría sombra sobre todos los demás. Esto soy ahora, nacido nuevo de preguntas”, escribió en las primeras líneas del libro que publicó a sus 56 años. Ocho años después, Jorge Lanata murió sin haber preguntado jamás quiénes fueron sus padres biológicos.
Del Moral, Milton ( 2024). La vida de Jorge Lanata contada por él mismo: “Yo no quise ser periodista para ver el mundo, sino para entrar en él”, INFOBAE, Buenos Aires.
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