miércoles, 29 de septiembre de 2021

A un año de la partida de Quino: Mafalda sigue siendo un fenómeno social vigente porque se escapó del recuadro ( Isabella Cosse, 2020)

Quino, se fue de este mundo , un 30 de Septiembre de 2020, en el año transcuirrido; Mafalda, su criatura , su fabulosa invención esas niña que con ironía y sapiencia supó criticar a la sociedad de los 60 y que , a pesar de los años transcurridos, sigue vigente, día a día sus dichos se replican y no pierden actualidad. Hace un año, , Isabella Cosse, autora del ensayo “Mafalda: historia política y social”, reflexiona sobre cómo el personaje de historietas continúa resignificándose tras la muerte de su creador. “Se volvió un fenómeno social porque se escapó del recuadro”, dijo. Mafalda, la tira de Quino que hace más de 55 años comenzó a interpelar las consignas de una época con una sagacidad que desbordó la temporalidad, reviste desde hace décadas como un mito imperecedero en la memoria social, aunque con la muerte del dibujante, hace dos meses, se perdieron las ocasionales reactualizaciones que ponían al personaje en diálogo con nuevos contextos, pese a que “la resignificación nunca fue monopolio del creador”, analiza Isabella Cosse, autora del ensayo Mafalda: historia política y social. Como pasa con los clásicos, que el escritor Italo Calvino definió alguna vez como aquellos textos que se releen una y otra vez para dar lugar a nuevas significaciones que iluminan la singularidad de cada época, la tira se insertó en el imaginario con su retrato de una sociedad renuente a asimilar la tramposa oferta de progreso de una modernidad que al mismo tiempo era cuestionada desde los movimientos revolucionarios de los 60 y el escenario de fricción impuesto por la guerra de Vietnam y el fantasma de la Guerra Fría. Con sus distintas representaciones de la clase media condensadas en un mosaico de personajes que se define por su mayor o menor condescendencia al “sistema” -desde el ambicioso Manolito que hoy podría ser releído como emblema meritocrático hasta la disruptiva Libertad o la propia Mafalda- la historieta construyó una trama polisémica que abasteció distintas retóricas ideológicas y simbólicas a lo largo de los años: todos ellas alentaron un fervor en el que se funden la evocación de la infancia y al mismo tiempo su condición de dispositivo crítico para interpretar una realidad que no ha cambiado sus coordenadas en el último medio siglo. Cosse, investigadora de Conicet-Universidad de Buenos Aires y del IDAES-Universidad Nacional de San Martín, desandó cada una de la configuraciones sociales que puso en circulación la creación de Quino y rastreó su impacto global en este ensayo que a pocos meses de la muerte del dibujante acaba de reeditar el Fondo de Cultura Económica. - Aunque ya hacía décadas que no la recreaba desde el dibujo, Quino solía reactualizar al personaje cuando en entrevistas o actividades públicas se lo ponía en la situación de imaginar “qué hubiera dicho Mafalda frente a…” , una frase que se completaba con la agenda de turno ¿Esa imposibilidad de “recontextualizarla” a través de la palabra implica pensar en que la muerte de Quino sella otras condiciones de evocación para Mafalda? - Es interesante pensar en eso porque la muerte de Quino modifica la relación del público con Mafalda. El personaje -la historieta- se vuelve su legado. Su obra perdurará en el tiempo por su propio valor, por su importancia artística y por su significación social. De todos modos, es importante notar que, en el plano social, no tendremos más nuevas intervenciones de Quino nutriendo las constantes actualizaciones, que ha caracterizado la historia de la tira. Esas intervenciones siempre fueron importantes pero la resignificación nunca fue monopolio del creador. Incluso más, con mucha frecuencia los nuevos sentidos, las apropiaciones, tuvieron autonomía respecto de Quino que en muchas ocasiones, las rechazó. Por solo recordar una ocasión, Quino impugnó, enojado, que Guille -el hermano de Mafalda que expresa las nuevas generaciones díscolas de los 70- fuera usado para unos “pines” de un grupo falangista en España. - En el libro sostenés que Mafalda no solo dialogó con el mundo en que surgió sino que además operó sobre esa realidad ¿De qué manera? - Mafalda se volvió un fenómeno social porque se escapó del recuadro. Saltó a la sociedad y operó, incluso sobre ella. Creo que movilizó identidades, sensibilidades, proyecciones que modelaron la percepción de diferentes grupos sociales y sujetos. Mafalda operó, el personaje en sí mismo, corporizando a una clase media intelectual, crítica, incluso, capaz de reírse y de criticarse a sí misma. Por supuesto existía la clase media previamente, pero lo que no existía es un prototipo, una figura, que convocase masivamente la significación que tenía y que iba a tener cada vez más este segmento social. Por el otro lado, Mafalda -la historieta- coloca en el centro a la complejidad de la clase media. A medida que el personaje va complejizándose, la historieta introduce nuevos protagonistas que expresan diferentes prototipos sociales. Por ejemplo, Susanita, la mujer burguesa, preocupada por el qué dirán, por los niños, la familia, el matrimonio; o el de Manolito, el inmigrante gallego, cuyo máximo objetivo es hacer dinero. Con estos prototipos diferentes la historieta compone una imagen de una clase media heterogénea a partir de las tensiones y las disputas que dividían a ese sector social y también a la sociedad argentina y no sólo a ellas porque es un fenómeno global. Es decir, la tira pone en juego una idea de la clase media atravesada por contiendas culturales y políticas que se materializan en los propios personajes aunque esto no impide que la clase media aparezca también como una unidad, una unidad en la diferencia. - ¿Cuánto dice de un artista o de la genialidad de una creación que un mismo mismo personaje pueda ser leído al mismo tiempo como representante de la pequeña burguesía y como emblema revolucionario o disruptivo? - En este punto, las increpaciones por izquierda o por derecha a Mafalda tenían que ver con las propias luchas, feroces en muchos momentos, sobre las posiciones políticas. Y eso revela la importancia de la historieta que, como decía una carta de un lector publicada en Siete Días, era para él y su grupo de amigos, el mejor editorial político. Entonces, concebirla pequeño burguesa suponía exigirle una mayor radicalidad y, a la inversa, pensarla subversiva era rechazar la contestación de los jóvenes. - Las viñetas de Mafalda acompañaron a lo largo del tiempo una diversidad de proclamas y demandas. En los últimos años, fue retomada incluso por los movimientos contrarios a la legalización del aborto, lo que generó una desmarcación tajante de Quino. ¿Cómo fue en líneas generales su posicionamiento frente a la emancipación de su creación? - Quino siempre vivió con cierta ambigüedad el hecho de que su historieta ya no le pertenecía por completo. Por un lado, le era difícil notar que los y las lectoras la creían, la creen, propia y piensan que no hay nadie mejor que ellos para interpretarla. Podemos ver una imagen de Mafalda en innumerables sitios, proclamas, edificios. Por el otro lado, la riqueza -el valor de la historieta- anida en esa capacidad de ser apropiada, resemantizada. Y sería imposible expedirse en cada caso. Diría que lo hacía cuando la apropiación tenía demasiada entidad y era muy abiertamente contraria a los sentidos que Quino le adjudicaba. - ¿Cómo confluyen el ingenio del dibujante para anticiparse a la realidad y leerla con esa condición de inmutabilidad y vigencia? - Quino solía decir que Mafalda seguía vigente porque los problemas que el personaje denunciaba seguían existiendo y que eso lo apenaba. Creo que en parte eso es así pero porque él trabajó especialmente sobre cuestiones emergentes en los 60 -las confrontaciones feministas, la centralidad de los jóvenes contestatarios, las contradicciones abiertas por las transformaciones socioculturales- y sobre dilemas universales –la lucha de los débiles contra los ricos, las confrontaciones entre padres y madres con su prole, la guerra y la paz- que, en efecto, perduran. Al pintar su aldea con tanta densidad, con tanta riqueza, con esa línea gráfica tan propia, Quino hizo un clásico. Fuente: Grosso Julieta. "Mafalda sin Quino: ¿qué será de la vida del gran personaje de historietas? INFOBAE, 14 de Diciembre de 2020 .

domingo, 19 de septiembre de 2021

Hace 100 años nacía Paulo Freire, el brasileño que cambió la forma de pensar la educación

El escritor y educador, autor de “Pedagogía del oprimido” y de un método novedoso de alfabetización en la década del sesenta, dejó una valiosa obra que sigue invitando a pensar. En 1963 Paulo Freire no tenía barba. Estaba casado, tenía hijos, 42 años. Había estudiado filosofía del lenguaje, había dado clases en la secundaria, había tenido destacados puestos de funcionario en materia educativa. Para ese entonces ya aplicaba en sus clases algo parecido a la teología de la liberación: en el Brasil de entonces, leer y escribir eran requisitos para votar. En 1963 sentía que era hora de dar el batacazo: ya tenía las herramientas para generar algo en la educación que no fuera simplemente reproducir las condiciones materiales de existencia, entonces él y una pequeña comitiva de docentes partieron hacia Angicos, en el centro del estado de Rio Grande do Norte, a 170 kilómetros de la populosa Natal. El objetivo era alfabetizar a 300 campesinos adultos en cuarenta horas de clases nocturnas. El método tenía que ver con contextualizar y personalizar la enseñanza, no trabajar con manuales y folletos donde debían aprender a deletrear “la baba de buey” y “la abuela vio la uva” sino que se hacía uso del mundo que rodeaba a los estudiantes para develar el vocabulario y construir sentido: “ladrillo”, “cemento”, “caña”, “tierra”, “cosecha”. No se trataba tampoco de que el educador transmitiera un saber, de arriba hacia abajo a sujetos pasivos que no cuestionan lo que ven, sino de socializar ese conocimiento para transformarlo durante el proceso de aprendizaje. No tenía que ver con memorizar y repetir, como se acostumbraba en ese momento, sino con pensar, criticar y crear. El experimentó funcionó. La iniciativa se conoció como “40 horas de Angicos” y se empezó a incorporar como programa educativo. Los campesinos concurrían a las clases con sus hijos. “Las palabras se proyectaban en la pared a través de diapositivas. Por ejemplo: ladrillo. Los profesores explicaron cómo se fabricaba, dónde se usaba, cuánto costaba, y con ello se trabajaban las letras y las sílabas”, cuenta María Eneida Araújo en una entrevista con Folha de S. Paulo. En ese entonces tenía seis años y era una de las tantas niñas angicanas que se alfabetizaban a la par de sus padres. Había más palabras: voto era una. Al fin de cuentas, Freire estaba formando ciudadanos críticos que debían ejercer la democracia. Pero duró poco: al año siguiente, en 1964, un golpe de Estado derrocó al presidente João Goulart instaurando una dictadura. Los militares llegaron a Angicas y prendieron fuego los cuadernos de los campesinos. En la ciudad de Recife, capital del estado de Pernambuco, un 19 de septiembre de 1921, nació Paulo Freire. Hijo de padre militar y madre ama de casa. Gracias a ellos y a sus tres hermanos —una maestra de primaria, un empleado comercial y un militar—, que empezaron a trabajar muy jóvenes, pudo dedicarse a estudiar. La concepción marxista del mundo llegó así, leyendo, pensando, estudiando. Los militares del golpe del 64 lo consideraban comunista. Lo fueron a buscar y lo metieron en la cárcel durante setenta días. Al salir se exilió, primero en Bolivia, y luego se instaló en Chile. Cuando llegó al país del sur se estaba discutiendo una reforma agraria. El objetivo era superar la crisis agrícola y redistribuir la tierra de una forma equitativa. El proceso se interrumpió en 1973, con otro golpe de Estado, el de Augusto Pinochet. Hasta ese momento se habían expropiado más de 6 millones de hectáreas En Chile Freire trabajó durante cinco años para el Movimiento de Reforma Agraria de la Democracia Cristiana y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Ahí publicó su primer libro, La educación como práctica de la libertad, de 1967, donde plantea la dicotomía entre “una educación para la domesticación alienada y una educación para la libertad”, es decir, “educación para el hombre-objeto o educación para el hombre-sujeto”. Entre ese año y el siguiente escribe su gran obra, Pedagogía del oprimido, en la primavera de 1968 mientras vivía en Santiago de Chile. La frase inicial, la dedicatoria que se volvió icónica, dice: “A los desarrapados del mundo y a quienes, descubriéndose en ellos, con ellos sufren y con ellos luchan”. La reforma agraria chilena, los exilios, las dictaduras nacientes, las organizaciones armadas y la Guerra Fría fueron elementos que influenciaron su escritura. “Experimenté la intensidad de la experiencia de la sociedad chilena, de mi experiencia en esa experiencia, que me hizo repensar la experiencia brasileña, cuya memoria viva había traído conmigo al exilio”, cuenta en Pedagogía de la esperanza: un reencuentro con la Pedagogía del oprimido (1992); habló “con amigos que me visitaron, lo discutí en seminarios, en cursos”, y uno de ellos “sugirió más moderación por mi parte en el afán de hablar sobre la Pedagogía de los oprimidos aún no escrita. No tuve la fuerza para vivir la sugerencia. Continué hablando apasionadamente del libro como si fuera, y de hecho estaba aprendiendo a escribirlo”. Según los investigadores José Eustáquio Romão y Natatcha Priscilla Romão, la primera edición fue doble: en inglés por el sello estadunidense Herder & Herder, y en español por la editorial uruguaya Tierra Nueva, ambas publicaciones de 1970. Siguieron las traducciones al italiano y al alemán en 1971, al portugués en 1972 y al francés en 1974. Ese año, 1974, fue la primera vez que su libro desembarcó en Brasil. El sello Paz e Terra publicó, según cuentan los investigadores, una “obra mutilada” que “contó con el conocimiento y el consentimiento del autor” para poder sortear la censura militar, texto que “continuó siendo publicado de la misma manera después de la redemocratización de Brasil, a partir de 1985, manteniendo las mutilaciones en más de 60 ediciones”. La base del libro es la pedagogía crítica. Freire toma postulados de la dialéctica hegeliana, del materialismo marxista y de la Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt para analizar al “sujeto colonizado” dentro del contexto latinoamericano. “Los hogares y las escuelas, primarias, medias y universitarias, que no existen en el aire, sino en el tiempo y en el espacio, no pueden escapar a las influencias de las condiciones estructurales objetivas”, escribe. En ese sentido, evidencia el clasismo del capitalismo y alumbra la lucha de clases como salida, critica fuertemente lo que él llama “educación bancaria” —la relación verticalista entre de que un “sabio absoluto” que deposita datos en la cabeza de un “ignorante absoluto”— y propone darle voz al oprimido para que se “historice” y así vuelva a escribir el mundo. Murió en 1997, a los 75 años, y aún así sus ideas no se apagaron. En su país, fue Secretario de Educación en Sao Paulo entre 1989 a 1992, diseñó grandes políticas educativas e influyó en organizaciones y movimientos sociales. En el mundo se colocó en la punta de una vanguardia intelectual que pedía repensarlo todo. “Freire no es solamente un hombre de su tiempo, sino que es un hombre que pertenece al futuro, por ser visionario y partidario de su esencia”, dijo Henry Giroux. Es que hoy, y como siempre, la educación es un campo permanente de batalla donde la disputa está, en palabras de Freire, entre “repetir el presente domesticado” o “construir un futuro revolucionario”. En el prólogo de Pedagogía del oprimido, el profesor brasileño Ernani Maria Fiori escribió que “el método de Paulo Freire es, fundamentalmente, un método de cultura popular; da conciencia y politiza. No absorbe lo político en lo pedagógico ni enemista la educación con la política. Las distingue sí, pero en la unidad del mismo movimiento en que el hombre se historiza y busca reencontrarse, eso es, busca ser libre”. Las últimas palabras que escribe Freire en este emblemático libro son, como todo buen revolucionario, de mucha esperanza: “Si nada queda de estas páginas, esperamos que por lo menos algo permanezca: nuestra confianza en el pueblo. Nuestra fe en los hombres y en la creación de un mundo en el que sea menos difícil amar”. . Sáliche,L: " Hace 100 años nacía Paulo Freire, el brasileño que cambió la forma de pensar la educación", Infobae, 19 de Septiembre de 2021

sábado, 18 de septiembre de 2021

“Día del respeto a la diversidad cultural: "La reformulación del 12 de octubre busca erradicar los prejuicios sociales sobre las poblaciones indígenas, afrodescendientes y migrantes a las que se busca revalorizar en su historia y presente, así como respetar y garantizar sus derechos"( Prof. Guillermina Oliveto)

Desde 2010 el 12 de octubre es el “Día del respeto a la diversidad cultural”. Se dejó atrás la idea de la existencia de “razas” humanas, forjada a partir de la conquista europea y los derechos derivados de ella. Las categorías raciales, creadas y naturalizadas, fueron instrumento para el dominio sobre las poblaciones indígenas (también de los esclavos africanos) y se articularon con aspectos económicos, políticos, religiosos, también de género, dando lugar a una matriz colonial de poder. En principio, raza se asoció al “otro”, a la condición de los indígenas como personas legítimamente subyugadas por naturaleza divina, en razón de criterios morales y religiosos. Posteriormente, se sumó el color de la piel y se elaboró una compleja taxonomía. La discriminación, el racismo y la xenofobia que aún circulan en la sociedad contemporánea son pervivencias de aquellas clasificaciones coloniales. La reformulación del 12 de octubre en términos del respeto a la diversidad cultural busca erradicar esos prejuicios sociales. Además, amplía la mirada sobre las alteridades que conforman la sociedad actual, evidenciando las múltiples poblaciones indígenas, afrodescendientes y migrantes a las que se busca revalorizar en su historia y presente, así como respetar y garantizar sus derechos. Asimismo, el 12 de Octubre en la Argentina, nos interpela a reflexionar sobre los efectos presentes de la esclavitud y la trata transatlántica de hombres, mujeres y niños africanos que fueron arrancados desde sus pueblos para recalar en las Américas. Fue por su trabajo forzado que se levantaron las viviendas, se alimentaron los niños y se fabricaron productos básicos para la vida en nuestro territorio. Lucharon y murieron por una patria que hicieron propia. Y sus descendientes no desaparecieron. Políticas de Estado que buscaron menoscabar su presencia propusieron esa matriz social europea que los invisibilizó y nutrió la efeméride del “Día de la Raza”, hoy y siempre desafiada por afrodescendientes que luchan por revertir las condiciones de desigualdad que impusieron el sistema de esclavitud, el patriarcado y la estructura de clases racializada y que nos afectan hoy como sociedad en términos de derechos humanos, de ciudadanía, de género y de racismo. Fuente: Oliveto, G.( 2020)..La diversidad cultural en la Argentina de hoy, Instituto de Historia Argentina y Americana "Dr. Emilio Ravignani", Buenos Aires ( Argentina) Guzmán, F. y Geler.L. ( 2020).Afrodescendientes en Argentina: 500 años de racismo y desigualdad.Instituto de Historia Argentina y Americana "Dr. Emilio Ravignani"Buenos Aires ( Argentina)

viernes, 17 de septiembre de 2021

Iom Kipur : reconstruir nuestro corazón para crear más espacio, así cuando termine el Día del Perdón , nos podamos ir con un corazón más compasivo y generoso ( Rabino Jaim Koritzinsky)

Durante los 10 días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur comenzamos a identificar los lugares de nuestro corazón, que están rígidos y necesitan más espacio y más flexibilidad. En Iom Kipur, nos sometemos a una cirugía cardíaca en nuestro corazón, para ensancharlo y reconstruirlo crean do nuestro corazón, crear más espacio, así cuando termine la operación de IomK ipur nos vayamos con un corazón más compasivo y generoso. Las primeras preguntas que tenemos que hacernos son: ¿qué causa el estrechamiento de nuestro corazón? ¿Que rigidaza sus paredes? ¿Qué necesitamos hacer para generar más espacio dentro de él ?. Perdonar a alguien es hacer más espacio en nuestro corazón. Ampliamos nuestro corazón para dar cabida dentro de nosotros al otro. La apertura y expansión de nuestros corazones, significan crear más espacio para aceptar a las personas diferentes con ideas diversas. Cuando tenemos más espacio, sentimos nuestros corazones más amplios y flexibles, significa que hemos comenzado el proceso de teshuvá- el proceso de regresar a nuestro ser más noble. Que las próximas 24 horas sean una oportunidad para ensanchar las arterias del corazón, para aumentar el flujo de sangre, para aumentar el flujo de amor, generosidad y aceptación. Y que cuando oigamos el intenso sonido del shofar al final de Iom Kipur, podamos sonreír con un gesto de satisfacción, mientras nos deseemos Shaná Tová y Gmar Jatimá Tova, un buen año, que seamos inscriptos en el. Libro de la vida con un compromiso renovado con la vida, pero sin ataques al corazón. ¡¡Gmar jatima tova!!!!! por Rabino Jaim Koritzinsky

jueves, 9 de septiembre de 2021

Rosh hashaná nos enfrenta a nuestra propia imagen, hoy debemos mirarnos al espejo con una mirada de sinceridad y recogimiento.

Rosh hashaná nos enfrenta a nuestra propia imagen, durante el año que pasó nos hemos mirado al espejo decenas de veces, hoy debemos mirarnos al espejo con una mirada de sinceridad y recogimiento. ¿Qué imagen vemos? ¿Vemos reflejados a nuestros padres? ¿Hemos sido fieles a su legado?. ¿Estarán ellos orgullosos de nuestro comportamiento durante el año que pasó?. ¿Estamos honrando su memoria? ¿Supimos discernir entre los momentos en que el amor los encegueció y nos dieron consejos erróneos de aquellos que fueron realmente pensados, madurados?. ¿Estamos educando a nuestros hijos de la misma manera que lo hicieron ellos o mejor?. ¿Qué imagen vemos reflejada en nuestro espejo? Vemos a nuestros maestros? ¿Aprendimos su lección? Hemos sido respetuosos de su autoridad o los hemos criticado sin conocer sus argumentos y sus objetivos pedagógicos?. ¿Los recordamos cuando aplicamos los conocimientos que nos han enseñado? ¿A quién vemos hoy en nuestro espejo? Vemos a nuestros hijos? Son hijos educados, respetuosos, cordiales? ¿Les enseñamos a valorar lo que tienen y a ayudar al que no tiene?. ¿A quién vemos hoy en nuestro espejo?. ¿Nos vemos a nosotros mismo? Cuantos años de vida nos queda?. ¿Cómo pensamos vivirlos?. ¿Qué legado dejaremos más allá de lo material?.¿Serán nuestras acciones recordadas para bien o para mal? En que se ha transformado nuestro espejo?. Hemos sido egoístas y narcisistas? ¿Quisimos ver solamente nuestra imagen?. O transformamos nuestro espejo en un elemento consagrado, en un objeto dedicado a compartir con los demás?. Cuando regreses hoy a tu casa y te mires al espejo, a ese que veas reflejado deséale shaná tova umetuká, que tenga un año bueno y dulce, Le Shaná Tová Tikatevu!!!! (Rab. Fabián. Werbin)