Hacia fines de 1987, el presidente
Raúl Alfonsín, promovió un programa destinado a abrir la economía en forma gradual. Entre las propuestas, se
encontraban levantar los obstáculos legales a la inversión privada en áreas
reservadas al Estado, modificación y revisión de los subsidios a las
empresas privadas; ajuste de tarifas públicas, reducción de las
restricciones cuantitativas a las importaciones, la reforma económica
y liberalización del mercado, se
esperaba llevarían a la reducción del déficit fiscal y por lo tanto, la inflación.
A fin de lograr el apoyo de los distintos sectores y comenzar a concretar las privatizaciones, el ministro de Obras y Servicios Públicos, Rodolfo Terragno, concurrió en Abril de 1988 en forma voluntaria a la Cámara de Senadores con el objeto de exponer y debatir la política del área
El gobierno radical, hizo hincapié en la incapacidad estatal para afrontar las inversiones que las empresas requerían, tanto para emprender la demanda existente como para satisfacer su modernización tecnológica. El plan preveía tratar, por un lado lo concerniente a la rentabilidad de de las empresas públicas ante un horizonte que contemplaba su depreciación progresiva y. por el otro, dejar en claro que no se buscaba la privatización total, sino una apertura a la participación del capital privado en las mismas.
Se proyectó la venta del
40% de las acciones de Aerolíneas Argentinas y ENTEL a dos firmas de capital
mixto Scandinavian Air Lines (SAS) y Telefónica
de España De la misma manera, el
presidente Alfonsín y su equipo proyectaba entregar el 9% de las acciones a los
empleados de las empresas, conservando el Estado el 51% de las acciones
Los cuestionamientos
surgidos desde el justicialismo, estuvieron en: Falta de una licitación pública
internacional en el proceso de negociación con las firmas extranjeras y en el
caso de ENTEL, el hecho que la Argentina absorbiera la deuda.
El ministro Terragno
justificó su posición:” Es lo que le conviene al vendedor, de esta manera se
obligará al comprador a un mayor desembolso y a una mayor inversión
en efectivo”
Entre los críticos a la
política de privatizaciones, estuvo el senador Eduardo Menem que dijo conocer
las pérdidas que han dado las empresas, pero_ enfatizó:” De lo que pueden estar
seguros es que el justicialismo, no le ha puesto ni
les pondrá jamás la bandera de remate, porque está en juego la soberanía del
Estado”
Fuentes: Radicales y peronistas:El
Congreso Nacional entre 1983 y 1989
( Liliana de Riz, Centro Editor para América
Latina, Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
de Buenos
Aires., 1994)
UN GRAN TRAIDOR, EL Y SU HERMANO carlos..devenido en presidente luego...al que no hay que olvidar..
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