Hubo otros
militares durante la dictadura, fueron soldados que se opusieron al Proceso de
Reorganización Nacional. Fueron militares cuyo objetivo mayor, no fue combatir
la “subversión” y perseguir toda idea opositora a las ideas de la “moral
occidental y Cristiana”.
Por el
contrario, desde el Centro
de Militares para la
Democracia Argentina (CEMIDA),
formado en 1984, se sintieron “avergonzados de
la impunidad de
algunos delincuentes que
con su accionar
pretendieron mimetizarse con
las instituciones que
su conducta había
deshonrado”.
El 15 de
noviembre de 1984, a
poco más de un año de la elección de Raúl Alfonsín como presidente
constitucional, quedó constituido el CEMIDA, con metas claras:” el CEMIDA buscó recuperar ese espíritu nacional
y continental con que fueran creadas las fuerzas armadas (FFAA): al calor de
las luchas por la independencia y en ferviente subordinación de su accionar
a la voluntad del pueblo”.
De la misma
manera la entidad, enfatizó su misión hacer:”
conocer a la
opinión pública y
en particular a
los oficiales de
las Fuerzas Armadas,
la existencia de
un pensamiento militar
genuinamente
constitucionalista opuesto a
toda manifestación militar
que exceda los
límites de lo
legal, lo moral
y lo ético”.
Claro, que el
camino no fue fácil, su ex presidente antes de la disolución este año, el excoronel
Horacio Ballester, relató los obstáculos que sortearon:” Se pagó caro esa
participación; al Tte. Cnel Alberte, por ejemplo, lo tiraron por una ventana
del sexto piso, el Tte. Devoto de la Marina desapareció, el Cnel. Perlinger
estuvo 7 años y medio preso sin haber sido acusado absolutamente de nada”.Ballester
confirma que él mismo padeció secuestros:” durante la dictadura de Lanusse la Policía Federal me
secuestró en Ezeiza, estuve desaparecido unas horas, aunque no me torturaron.
Tuve arrestos domiciliarios y en el batallón de Arsenal de Boulogne”.La
misma sede del
CEMIDA, penas diez días después de haber
sido creado, fue volada por una bomba”
Sin
dejar lugar a dudas, Ballester enfatizó que actuó de acuerdo a su conciencia.” Nadie
está obligado a cumplir órdenes ilegales. Las torturas, las violaciones, el
robo de bebés no tienen nada que ver con las funciones del Ejército”,
confirmando también lo que fue el llamado Plan Cóndor:”la metodología aplicada,
los secuestros, torturas y demás, no eran resultados de un loquito o una
mente trastornada que cometía la violación, la tortura y el asesinato, sino que
era un sistema implementado ni siquiera a nivel nacional, sino internacional,
todas las dictaduras de Latinoamérica fueron apoyadas por Estados Unidos”.
En otra oportunidad el coronel Ballester, señaló su coincidencia
con la
afirmación que el golpe del 24 de Marzo de 1976, no fue sólo
militar, sino, que tuvo un carácter "cívico-militar"
porque, de acuerdo a su criterio "en los golpes de Estado los militares
somos el mascarón de proa de un barco que manejan otros”.
Otra
dificultad fue la escasa repercusión que tuvo el CEMIDA en sus comienzos:” A
fines del ´83, las únicas voces militares que se escuchaban eran en apoyo al
Proceso: militares en actividad y retirados. Nosotros queríamos hablar pero
nadie nos hacía caso. Pensamos que si nos organizábamos nos iban a escuchar,
pero sólo en el exterior, realmente nos escucharon: nos pusieron esa bomba y
aparecieron los medios. Salimos en Le Monde de París, el Spiegel de Alemania
occidental, The Baltimore Sun en EEUU, en las radios de Escandinavia. En fin, somos
más conocidos en los medios de afuera que acá en Argentina.
Si los medios
nacionales no les prestaron atención, el comportamiento del expresidente Menem,
fue peor, ninguneó y despreció al CEMIDA, su política fue acorde con la
decisión de indultar a los jerarcas
procesistas en pos de la “pacificación nacional”.
Recién en el
gobierno de Néstor Kirchner, fueron reconocidos y se les restituyeron los
grados militares que se les habían quitado por haber defendido los Derechos
Humanos. Un ejemplo de ello, fue lo acontecido con el coronel Juan Jaime
Cesio, a quien se lo honró con el ascenso a general y la representación de los
atributos en el sable con su nombre grabado en él y el uso del uniforme.
Juan Jaime
Cesio, ha sido reivindicado en su “ética profesional y humana”,
señalaron en aquel momento.
Con gran valentía otro miembro del CEMIDA, el ya
fallecido Capitán José Luis D’ Andrea Mohr, retó a duelo al ex canciller
Cristino Nicolaídes, cara a cara, calificó de “cobardes asesinos” a los
militares represores y de “héroes” a las Madres de Plaza de Mayo. El mismo fue
autor de dos libros en defensa de la democracia:” “Obediencia de Vida” donde
desmonta la teoría auto justificatoria de los militares del “obedecer ciego,
sordo y mudo”. Y también, “El
escuadrón perdido” una extraordinaria investigación sobre como 129 soldados
fueron secuestrados y desaparecidos mientras prestaban servicio militar durante
la dictadura genocida del 76.
La resistencia
y honor del CEMIDA, les valió de parte de Osvaldo Bayer, la comparación con:”
el gobierno de la nueva Alemania posnazista, que justamente eligió a los pocos
oficiales que se habían jugado contra Hitler, (30 de enero
de 2010).
Desde su fundación el CEMIDA, participó activamente en los juicios por las violaciones de los
derechos humanos. Ya en 1985, participaron en el juicio a la Junta y también lo
hicieron en los Juicios por la Verdad, cuando todavía no habían sido derogadas
las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final en Bahía Blanca. Por el caso
Scilingo el coronel Ballester,
declaró en conferencia televisiva ante
la justicia de España. También por la masacre de Fátima. “Ahí fui espectador,
testigo presencial del secuestro de dos chicas que después sus cadáveres
aparecieron en Fátima. Estuve en los juicios de Corrientes y Neuquén, y en la
ESMA por Febres”, señaló Ballester.
Un rol protagónico,
tuvo el general Benjamín Rattenbach, autor del informe de análisis y
crítica del comportamiento inhumano y repudiable de los comandantes en la
guerra de Malvinas. Su hijo, el también general Augusto Rattenbach, denunció en
2006, la “adulteración “de la publicación:” el informe intentó ser
tapado por una conspiración de silencio, pero logró saltar el cerco de la
censura para estallar en los titulares de todos los medios del país .La Comisión
de Análisis y Evaluación de las Responsabilidades en el Conflicto del Atlántico
Sur" que presidía el teniente general Benjamín Rattenbach, ,había sido encargado por la última junta
militar del "Proceso" y debía tener carácter secreto, pero en forma
inesperada una versión del texto apareció publicada en la revista Siete Días ,
lo cual contribuyó a potenciar la de por sí explosiva dureza de su letra, que
entre otras cosas recomendaba, para juzgar a los responsables de Malvinas,
tener presente el artículo del Código de Justicia Militar que impone la pena
de muerte a quien entrega una plaza sin pelear.
Para
Rattenbach hijo, la información se cambió intencionalmente
para alivianar los cargos del desempeño de Alfreo Astíz que durante el
conflicto se rindió sin
presentar batalla
En forma parecida, se pronunció el Coronel retirado José Luís García, uno de los
principales asesores que trabajaron en el informe crítico. Entrevistado en Abril de este año por la
revista 2016, a
raíz de los 30 años de la invasión, de
la “aventura irracional”; como la definió y la desclasificación del
informe, destacó la cobardía de los altos mandos que no estaban en el lugar de
combate Por otro lado, resaltó el heroísmo de los soldados.
En el mismo
reportaje García manifestó:”Mi incógnita es saber dónde está el informe
sintético que elaboró Rattenbach en disidencia con el oficial, que la Junta guardó
en secreto acciones.
Por último,
como reconocimiento a la labor, valen recordar algunos puntos: En su edición
del 24 de julio de 1987, el
diario Pagina 12 publicó un dibujo humorístico acerca de esta
asociación de «díscolos» oficiales. Un subalterno sentado frente a una
máquina de escribir le pregunta a un superior: «Y a ese militante del
CEMIDA... ¿bajo qué cargos le metemos 30 días de arresto?».
Y el jefe responde: «Póngale por apología de la democracia».
El chiste explica con sólo 21 palabras el sentimiento que ellos provocan en los altos mandos de las Fuerzas Armadas.
En 2011, el historiador Daniel
Mazzei, publicó su libro “EL CEMIDA Militares
argentinos para la transición democrática (Capital Intelectual)
sintetizando su obra los describe como”Un grupo
de hombres de armas que se reunió en el
Centro de Militares para Y el jefe responde: «Póngale por apología de la democracia».
El chiste explica con sólo 21 palabras el sentimiento que ellos provocan en los altos mandos de las Fuerzas Armadas.
En su investigación, Mazzei, permite conocer y valorar la actuación de ese grupo de hombres que_ habiendo resistido y desobedecido durante la dictadura el sistema represivo y los dictámenes de la doctrina de la seguridad nacional_ abrieron con su testimonio el camino para que en Argentina fuera posible la existencia de "otros militares", leales al orden constitucional, respetuosos de los derechos humanos y subordinados a los mandatos popular”.
EL CEMIDA, surgió luego de la dictadura más sangrienta de la historia del país. Se trató de un proceso marcado por las debilidades de una sociedad que había sido devastada, por las vacilaciones de los actores políticos y por las reacciones corporativas de unas Fuerzas Armadas que no se resignaban al cambio. En este contexto conflictivo, en el que la democracia fue constantemente amenazada y desestabilizada.
Finalmente en
Marzo de este año, el CEMIDA, se disolvió, Horacio Ballester y
Augusto Rattenbach anunciaron, en una carta abierta, que el Centro de Militares para la Democracia Argentina
(Cemida), consideraba que su ciclo de vida, al igual que su misión estaban
cumplidas
Ballester y
Rattenbach enumeraron con concisión lo
ocurrido en los 27 años del Cemida:” plena
subordinación de las instituciones militares al control civil; enjuiciamiento y
condena de los uniformados por la comisión de delitos atroces y aberrantes
violatorios de elementales derechos humanos; desligamiento respecto de la añosa
influencia norteamericana sobre los institutos castrenses
El actual
embajador argentino en Guatemala, Ernesto López, sintetizó la valentía del CEMIDA” fue una epopeya de la consecuencia y de la dignidad
dedicada a mostrar que otras Fuerzas Armadas eran posibles en nuestro país, y a
trabajar incansablemente por ello. Lo hicieron con un coraje y una entrega
infrecuentes, empujados por el afán de mantener en alto los únicos fundamentos
sobre los que valía la pena pelear por esa meta: la defensa de la democracia
y del sistema de valores que inevitablemente debe acompañarla, a sabiendas de
que eso, en las condiciones que había dejado la dictadura del Proceso, estaba
íntimamente conectado con la búsqueda de un modelo de país que rechazara
cualquier tipo de inclusión internacional subordinada y con el rescate de la
Memoria, la Verdad y la Justicia. ¡Y vaya si cumplieron!!
Lejos de rendirse, los integrantes del CEMIDA, anunciaron la
organización del “CENTRO DE
MILITANTES PARA LA
DEMOCRACIA ARGENTINA ”, que podrá incorporar a todo
habitante dispuesto a colaborar en la construcción de un modelo político
Nacional y Popular, que sea continuador del accionar y los valores de la
asociación madre.
Fuentes: CEMIDA, Diarios
Pagina 12, Clarín y La Nación.
Editorial Capital
Intelectual,
webs: Pagina Digital, Género
periodístico, Prensa FILATINA.
Revista 2010, Revista
2016, NotiO, memorias de la Tierra, Agencia TELAM y Profesor Alberto Chiarenza
No hay comentarios:
Publicar un comentario