Alfredo Palacios, entró en
la historia argentina al ser electo como el primer diputado socialista de América
Latina. Fue el impulsor de cientos de
leyes y proyectos, todas en relación a la defensa del ser humano: la reducción
del trabajo a 8 horas, el descanso dominical, la ley de divorcio y la protección
a la mujer ( tanto en su rol de trabajadora y como madre) y la prohibición de la trata de
niños y blancas, fueron algunas de ellas.
Entre sus escritos, se
halla uno de 1951 titulado “Mezclarse en la política” (Sobre la
actividad política y los que la ejercen):“Los hombres no tienen valor real
en la política sino cuando producen o realizan ideas sociales. La gente supone
que un político es capaz de todas las trampas y triquiñuelas, pues es convicción
general que la política es la organización de las ambiciones y los apetitos.
El mejor elogio que se puede hacer de alguien es que jamás se mezcló en la política. Esta es la política que,
como la industria, sirve para ganar dinero, y los que en ella intervienen
prefieren su partido (ndr: sacar su rédito), a la patria, siendo capaces de
jugar, como si fuera la túnica del Nazareno, el austero sayal de la República”
(Escrito
en Esteban Echeverría. Albacea del pensamiento de Mayo, 1951. Citado en “Alfredo
Palacios, primer diputado socialista de Hernán Brienza, Colección Fundadores de
la Izquierda
Socialista , Editorial Capital Intelectual, 2006).
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