En su primer
discurso destacó la legitimidad de su mandato donde todos habían votado,donde nadie
fue el dueño de la vida del otro y donde había que recomenzar desde cero en una
Argentina diezmada en sus valores fundamentales: la democracia, la educación y el
trabajo”. Fue allí donde pronunció su famosa frase:" Con la democracia,se come, se educa y se cura”.
Raúl Alfonsín, fue terminante en
su idea de romper el autoritarismo, la represión y soberbia con la que habían comandado
la Argentina los militares durante 7 años y sus consecuencias: "desocupación,
miseria, inmoralidad, decadencia, improvisación, falta de libertades
públicas, violencia y desorden”.
Terminar
con el verticalismo que habían impuesto las Fuerzas Armadas, fue uno de los grandes
objetivos expresados desde la presidencia de Raúl Alfonsín.Es por ello que el presidente
electo manifestó su intención de que:”el
gobierno nacional incita a lleva a cabo una cruzada horizontal y vertical de
democratización sobre la base de una acción renovada de los partidos políticos,
de las asociaciones intermedias y de cada uno de los ciudadanos, en forma de
permitir que los sistemas de fuerzas que anidan en la sociedad argentina se articulen
en una convivencia pacífica y creadora"
Esta es
una síntesis de aquél discurso
Ayer pudo existir un país
desesperanzado, lúgubre y descreído: hoy convocamos a los argentinos, no solamente en
nombre de la legitimidad de origen del gobierno democrático, sino también del
sentimiento ético que sostiene a esa legitimidad.Ese sentimiento ético
constituye uno de los más nobles movimientos del alma. Aún el objetivo de construir la unión
nacional debe ser cabalmente interpretado a través de la ética.
Ese sentimiento ético,que
acompañó a la lucha de millones de argentinos que
combatieron por la libertad y
la justicia, quiere decir, también, que el fin jamás justifica los
medios.
La justificación
de los medios en función de los fines implica admitir la propia corrupción, Pero,
sobre todo, implica admitir que no se puede dañar a otros seres humanos, que no se puede
someter al hambre a otros seres humanos, que no se puede exterminar a otros seres humanos,
con la ilusión de que ese precio terrible permitirá algún día vivir mejor a
otras generaciones.
No se puede dañar a otros seres humanos, que no se puede someter al hambre a otros seres humanos, que no se puede exterminar a otros seres humanos, ni se pueden gobernar sin la capacidad de prever,pero prever para un
tiempo comprensible y no para un futuro indeterminado.Los totalitarios piensan
en términos de milenios y eso les sirve para erradicar las esperanzas de vida
libre entre los seres humanos concretos y cercanos.
Si separamos a la política de
su arraigo en el tiempo, impedimos que lleguen a la Política
los ecos del dolor humano.
La justificación de los medios
por el fin constituye la apuesta demencial de muchos déspotas
e implica el abandono de la ética política.
La acción, ya sabemos, no
llevará a la perfección:La democracia es el único sistema que sabe de sus
imperfecciones.
La democracia será desde el
primer momento,una fuerza movilizadora. La democracia moviliza
siempre,mientras que el régimen desmoviliza.
A través del sufragio,el
pueblo tiene la forma de elegir a sus gobernantes y a sus representantes.No puede
elegirnos a través del motín.La violencia está inhabilitada para ser la forma permanente de manifestación del cambio.
La creencia en los métodos
violentos para tomar el poder y ejercerlo implica que son razonables los puntos de vista
de quienes manejan mejor las armas, o de quienes están más armados. Ese concepto fue
objetado ya desde 1890, y fue objetado en medio de una revolución. La violencia
era el régimen, y esa violencia del régimen no debía ser reemplazada
por otra de distinto signo, sino por el sufragio luchamos para defender el
derecho a elegir el gobierno, pero sólo para defender el derecho del pueblo a
elegirlo. Esa distinción rechaza desde siempre a la filosofía de la subversión.Pero
debe tenerse en cuenta que la Constitución y las leyes son subvertidas, también,
por minorías armadas, que reemplazan la ley por las balas,tanto a través del guerrillerismo,
como a través del golpismo. Por eso, señalamos categóricamente que combatimos
el método violento de las élites,derechistas o izquierdistas.
La democracia aspira a la
coexistencia de las diversas clases y actores sociales, de las diversas ideologías y de
diferentes concepciones de la
vida. Ser pluralista,presupone la aceptación de un
sistema que deja cierto espacio a cada uno de los factores y hace posible así la
renovación de los partidos y la transformación progresiva de la sociedad.
La Argentina pudo comprobar
hasta qué punto el quebrantamiento de los derechos del pueblo a elegir sus
gobernantes implicó siempre entrega de porciones de soberanía al extranjero, desocupación,
miseria, inmoralidad, decadencia, improvisación, falta de libertades
públicas, violencia y desorden.
Honorable Congreso:
La voluntad del pueblo, a
través de sus representantes, se hace presente hoy en este augusto recinto par dar
testimonio de que se inicia en estos instantes una nueva etapa de nuestra
vida nacional
Vamos
a vivir en libertad. De eso, no quepa duda
La democracia
es un valor aún más alto que el de una mera forma de legitimidad del poder,
porque con la democracia no sólo se vota, sino que también se come, se educa y
se cura.
El gobierno retoma su
tradición como defensor del estado de derecho y de las libertades
públicas y quiere decir, también, que los ciudadanos reasumen
el pleno ejercicio de sus responsabilidades
Nuestra filosofía se basa en
ideas distintas: la seguridad del Estado no puede sostenerse sobre la inseguridad de la
comunidad nacional. Nosotros privilegiaremos, por lo tanto,la plena vigencia de los
derechos humanos y la necesidad de desmantelar el aparato represivo.
La manera de restañar esas
heridas no puede girar en torno a venganzas o
resentimientos
que serían innobles en sí mismos, cuando no inmorales en muchos casos
La democracia
tampoco podría edificarse sobre la claudicación, actuando
como si aquí no hubiera
ocurrido nada.Se propiciará la anulación de
la ley de amnistía dictada por el gobierno militar y se pondrá en manos de la justicia
la importante tarea de evitar la impunidad de los culpables.
La justicia, asimismo, tendrá
las herramientas necesarias para evitar que sean
considerados del mismo modo
quienes decidieron la forma adoptada en la lucha contra la subversión, quienes
obedecieron órdenes y quienes se excedieron en su cumplimiento.
Más allá de las sanciones que
pudiera determinar la justicia, el gobierno democrático se empeñará
en esclarecer la situación de las personas desaparecidas.
No se puede vencer en el
terreno de la fuerza si se carece de la razón. Nosotros queremos
tener razón para ser fuertes
El país está enfermo de
soberbia y no está ausente del recuerdo colectivo la existencia de falsos diálogos, que, aun
con la buena fe de muchos protagonistas, no sirvieron para recibir
ideas ajenas y modificar las propias.
El gobierno democrático
cumplirá con la obligación constitucional de informar al pueblo sobre lo que ocurre en
el país.
El cumplimiento de esa
obligación constitucional implica que la oficialización de la mentira,de los secretos
inútiles y de las verdades a medias ha terminado en la Argentina.
El ciudadano común percibirá,
de la mañana a la noche la diferencia entre el autoritarismo y la democracia.Puedo
asegurar que seremos totalmente honestos, desde el punto de vista intelectual,
en la administración de los medios de comunicación en manos del Estado y que
ellos serán conducidos no solamente con limpieza administrativa sin o con limpieza
política, de modo que nunca más alguien tenga que rechazar o subvalorizar una
noticia por provenir de un canal
oficial y que nunca más nadie pueda suponer que se retacea la información
completa a que tienen derecho.
El diálogo no es nunca la
sumatoria de diversos monólogos sino que
presupone una actitud creadora e
imaginativa por parte de cada uno de los
interlocutores.
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