En 1995 Macri
fue electo con solamente 36 años titular de los xeneizes derrotando a la
dupla Antonio Alegre – Carlos Helller en los comicios. En los 10 años de
gestión ellos habían sacado a Boca de la virtual desaparición, no sólo el club
estaba quebrado económicamente, la Bombonera, el estadio estaba cerrado por su
pésimo estado de conservación y la pésima situación financiera.
Si bien durante
la gestión Alegre – Heller los títulos deportivos fueron pocos, se los reconoce
como los responsables de la recuperación institucional. Por otro lado Antonio
Alegre, máximo dirigente entre 1985 y 1995, fue valorado por ser “cultor
del perfil bajo” y de poca exposición pública una vez una vez retirado de la
vida política del club.
En tanto la
llegada de Mauricio Macri a Boca, no fue considerada como uno más, no era un
empresario más, tampoco accedía a dirigir un club cualquiera, arribaba a la
entidad de mayor arraigo popular, una vidriera excepcional tanto en lo nacional
como en lo internacional.
Así también lo
entendieron Ariel Scher y Pablo Chiappetta en su artículo El juego del
poder, publicado en la Revista Noticias apenas una semana después
del triunfo macrista.“Con 36 años es acaso el prototipo nacional
más evidente de qué significa ser exitoso en estos días de la historia:
un hombre joven, elegante y acaudalado que acaba de llegar a la
presidencia de Boca nada menos que por el voto de la gente, un personaje
emblemático del modelo socioeconómico que signa la época, alguien que,
como pocos, expresa que se necesita tener para vencer en los años finales del
siglo veinte”.
En la descripción resaltaban las
virtudes que posicionaron a Mauricio Macri dejando de lado su condición de
hincha:”Ganó el dueño de la plata, ganó el que se opuso a los que no
ganan, ganó la estética personal, ganó al que impusieron los medios (la
presencia de Macri en la prensa fue arrolladora en la semana previa a los
comicios y el oficialismo saliente denunció que parte de esa prensa estuvo
comprada). Ganó el candidato que más se ajusta al tipo de conciencia colectiva
que hoy caracteriza a la Argentina. No es responsabilidad de Macri que la
sociedad funcione así, aunque él es personero de los victoriosos de este
tiempo. Por eso los votos”.
Era evidente, señalaron
en El juego del poder que había que
ser ingenuo para creer que
los espacios públicos que genera el deporte sirven exclusivamente para
“canalizar pasiones”. Se sabía que desde hace mucho que las cosas son
distintas. El objetivo del hoy jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires,
era otro:”El “poder” era la palabra que repitieron usaron Scher y Chiapetta.
Su meta era que Boca le sirviera
de trampolín para conseguir un alto cargo. Se hablaba de la AFA como primer
paso para llegar después a la política nacional, como finalmente lo hizo:”Hoy
nada limita la posibilidad de Macri para acumular poder en la Argentina. El
fútbol espeja la realidad y Boca es el espejo más grande. En estos días el
poder tiene para Macri la forma redonda de una pelota, concluían,
Finalmente cerraban con la una pregunta que ratificaba lo escrito
en los párrafos anteriores:. ¿Alguien puede asegurar cuál será la próxima
jugada?”.
Aires.
Scher,
Ariel y Chiapetta, Pablo.“El
juego del poder”, Revista Noticias,
nº 989 del 10 de diciembre de 1995, citado en “Cuando Macri fue
elegido presidente” Archivo TEA y DeporTEA: http://blogsdeteaydeportea.com/contenidos/2492-cuando-macri-fue-elegido-presidente.html
Diario los
andes, Mendoza, 24 de febrero de 2010 “Murió Antonio Alegre, ex presidente del club” http://www.losandes.com.ar/notas/2010/2/24/un-474210.asp
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