Eduardo Duhalde, sostuvo que tuvo que hacerse cargo de la Argentina, aceptó a
regañadientes, “debí” asumir el
gobierno, asegura en el prólogo a “El Nuevo Rumbo: Memorias del
Incendio”·, donde en su parte inicial, relata sus primeros cuatro meses de
gestión.
Es verdad, como dice, que el país que tomó estaba “deprimido”. El 1º de
enero de 2002 “no permitía abrigar ninguna ilusión”, estaba devastado, sumido
en la pobreza, en un pozo del que todos los políticos eran cómplices. La
corrupción política , se unió a la mentira, a la desidia para que el grito del “que se
“vayan todos” se escuchara estridente,
Por un lado a partir de Diciembre de 2001,
quedaron a la vista de todas las miles
de familias de clase baja que reclamaban
por poder tener solamente pan mientras acudían a las ollas populares que ya eran una
costumbre. Por el otro, la clase media golpeaba las puertas de los bancos
que habían confiscado sus ahorros. Fue allí, cuando luego de la renuncia de De
la Rúa y otros 3 presidentes que huyeron a la responsabilidad, Duhalde logró
el objetivo que las urnas le negaron,
llegó a la primera magistratura.
El ex vicepresidente de la Nación de Carlos Menem entre 1989 y 1991y ex gobernador
de la Provincia de Buenos Aires entre 1991 y 1999, se mostraba dispuesto a
trabajar dado que “Sólo había espacio para el sacrificio. Para la entrega”.
Argentina vivía en la visión del también ex intendente, de Lomas
de Zamora, diputado y senador:”una situación inédita”.
Entendía la realidad, era en una “sociedad que posee una irresistible tendencia
a las soluciones fáciles y rápidas”, decía. Asimismo, Duhalde admitía en público, la verdad revelada en la
que se incluía:”Nos gustan –sobre todo a los políticos- las
palabras prometedoras más que las apelaciones al esfuerzo”.
Hasta Abril de 2002” logramos detener la
caída, sentar las bases del nuevo rumbo, ponerlo en marcha y comenzar a apagar
el incendio, manifestaba Duhalde , para luego elogiar a quienes lo acompañaron:
fueron dueños de un
”coraje y patriotismo” para asumir tamaña responsabilidad.
Dos consigna supremas lo alentaron poner de
pie y en paz a la Argentina. Para ello, trazó tres objetivos básicos:”
fortalecer las instituciones, pacificar el país y sentar las bases de un nuevo
modelo económico y social.
Claro, Nada hubiera sido posible sin él, el líder
del sur de la Provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde que, en palabras textuales:”Asumí el reclamo
y me propuse ser la bisagra entre la dirigencia de la vieja política y una
nueva.
Es decir. fueron él y sus compañeros de rumbo los que “refundaron la Argentina.
Fuente:DUHALDE, DUHALDE(Del prólogo de El Nuevo Rumbo I: Memorias del Incendio)
Fuente:DUHALDE, DUHALDE(Del prólogo de El Nuevo Rumbo I: Memorias del Incendio)
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