Paulo Freire dedica su libro “Cartas a quien pretende enseñar”
(reeditado por Siglo XXI)a los docentes: Les propone dejar de lado los tabúes de la práctica educativa, busca
generar un diálogo a partir de la experiencia,
recuperar el valor de la transmisión,
De lo contrario postula :”los profesores, como sus clases serán “débiles y vacilantes”, es decir vacíos y sin dejar huella.
Freire defiende la necesidad de una autoridad que
permita la confianza del maestro en sus propios saberes y convicciones y en su capacidad para vincularse con los alumnos y proponerles otros mundos posibles.
De la misma manera que lo hace en todas sus obras,
adhiere a la idea del pensamiento crítico, “Ser leído,
discutido, criticado, mejorado, reinventado por sus lectores, ése debe ser el
sueño legítimo de todo autor”.
Freire
creador del término
“castración de la curiosidad”, enfatizó
durante su vida la negatividad de este comportamiento, a no dejar que la persona
indague, busque y sea libre de pensar.
Ello le valió ser prohibido y
perseguido
En “Cartas a quien pretende enseñar
“, valora la “lectura
crítica”. Es el lector el que
exprimiendo, releyendo y dando vueltas una y otra vez sobre los textos será el
que produce la “inteligencia del texto”.En oposición a los dogmas, a la
repetición mecánica sin el menor análisis
y reflexión. La “inteligencia del texto” a la que alude, se vuelve conocimiento en la medida que “el
lector ha creado y no con el conocimiento que le fue yuxtapuesto por la lectura del libro”. Retoma así las propuestas formuladas a los
docentes con anterioridad:” Ser leído, discutido, criticado, mejorado,
reinventado por sus lectores, ése debe ser el sueño legítimo de todo autor”.
Freire,
lamentaba al escribir la desdicha que le producía observar el modelo educacional en el cual se llevaba a los alumnos a ser “pasivos con el texto”. De la misma
manera veía que: Los ejercicios de interpretación de la lectura tienden a ser
casi su copia oral. El niño percibe
tempranamente que su imaginación no
juega: es algo casi prohibido,
una especie de pecado.”.
Fue con su revolucionario” método
Paulo Freire”, el que utilizó en Brasil
en campañas de alfabetización,
hechos que le acarrearon la persecución ideológica y la prisión después del golpe militar de
1964.
Su “error” fue introducir a los analfabetos en la complejidad del
conocimiento como primer paso para ensanchar el horizonte del mundo, recuperar
la dignidad y construir la esperanza”, apenas mostrar que leer y escribir
aporta una mirada abierta del mundo, demostrando la invalidez de la “estrechez”.
Otra de las"desdichas"que sufría, agregaba, era ver que el niño “nunca es invitado, por un
lado, a revivir imaginativamente la
historia contada en el libro; y por el otro, a apropiarse poco a poco del significado del contenido del texto”.
A los
maestros, profesores de cualquier área y nivel los invitaba el pedagogo brasileño
a estimular en el alumno la curiosidad “contribuye decisivamente a la producción del conocimiento del
contenido del texto, el que a su vez se vuelve fundamental para la creación de su significación”.
Entendía
como cierto que el” contenido de la lectura tiene que ver con un dato concreto
de la realidad social o histórica o de la biología, por ejemplo, la interpretación
de la lectura no puede traicionar el dato
concreto”. Sin embargo, no concebía
que el estudiante lector deba memorizar
textualmente lo leído y repetir
mecánicamente el discurso del autor”. Era esto, opinaba. una lectura bancaria en la que el lector "comería" el contenido del
texto del autor con la ayuda del "maestro
nutricionista", dándole
todo servido y sin apelar al esfuerzo de pensar.
Enseñar no
es sinónimo de ser lo que en el lenguaje coloquial se llama un “traga”, por el
contrario es necesario que lector
trabaje en forma reiterada el texto que “no ésta allí inmovilizado esperándolo .En
ello esto radica lo “difícil y lo apasionante del acto de leer”, manifestaba,
Freire sintetiza sus ideas expuestas en "Cartas para enseñar”enfatizando que a través de la “experiencia de recontar la
historia”, se debe dejar libres a los niños, permitiendo el
fluir de la “imaginación y los
sentimientos”
Sobre el autor:
Paulo Freire es uno de los más destacados pedagogos del siglo XX. Nació en 1921 en Recife, Brasil; fue profesor de escuela, creador de ideas y del llamado “método Paulo Freire”, que se utilizó en Brasil en campañas de alfabetización y le acarreó la persecución ideológica, la prisión después del golpe militar de 1964 y un largo exilio.
Con su revolucionaria metodología introdujo a los analfabetos en la complejidad del conocimiento como primer paso para ensanchar el horizonte del mundo, recuperar la dignidad y construir la esperanza. Sus obras, publicadas en gran parte por Siglo XXI Editores, ofrecen ideas claras y rotundas, sencillas y sugerentes, abiertas a todos los lectores. Recibió el título de Doctor Honoris Causa en veintisiete universidades internacionales, entre numerosos reconocimientos, como el premio UNESCO de Educación para la Paz, en 1986, y el premio Andrés Bello de la Organización de los Estados Americanos, como Educador de los Continentes, en 1992. Murió en San Pablo en 1997
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