Ha transcurrido una semana del Ni Una Menos, la convocatoria y movilización espontánea para decir basta a la violencia de género,
al asesinato y maltrato de mujeres,
adolescentes y niñas como si fueran objetos.
Si bien la temática sigue vigente, se torna
imperioso mantenerla en la agenda mediática y repetir sus postulados.
En pos de ello, Perlitas de la Historia
recupera el decálogo escrito en Octubre de 2008 por PAR (Periodistas de
Argentina en Red por una comunicación no sexista).
Nacida en 2006 por idea de la agencia Artemisa
Comunicación, PAR se autodefine como una
“red conformada por un centenar de periodistas mujeres y varones de
distintos lugares del país, entre cuyaqs prioridades se destacan la “horizontalidad, la flexibilidad, la
solidaridad, el compromiso, la organización, la coordinación entre pares” así
como la” protección recíproca de sus
miembros”.
Además enfatizan como puntos salientes el” respeto a la diversidad, a los derechos
humanos, la libertad de conciencia y de expresión”.
"Trabajamos para hacer visible la condición
social de las mujeres y luchar por la igualdad de oportunidades entre varones y
mujeres. También por la recuperación de la Memoria Histórica de las mujeres y
por crear espacios de construcción colectiva para la incidencia política y
cultural”, dicen en resumen de su
actividad.
En 2008 publican
como pròlogo al decálogo:”Reiterar nuestra exigencia al Estado para que «se
comprometa con el cumplimiento en término de los abortos no punibles y con las
políticas públicas que garantizan los derechos humanos de las mujeres y los
derechos de género".
De la misma manera
abogaban para que en la futura ley de Nacional de Radiodifusión (ley de medios no sancionada entonces ) uno de
sus artículos trate la violencia de género en los medios.
Recordaban la firma
del acuerdo con la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), por la cual utilizaban el Derecho de Acceso a la
información a fin de “requerir a los estados provinciales las estadísticas sobre
violencia de género y conocer si los
organismos públicos cumplen con las leyes vigentes de protección a la mujer”.
En la faz
profesional, señalaban el cuidado que había
que tener en el vocabulario y la prudencia a la hora de la comunicación: “Como
periodistas, reproducimos la cultura de la cual formamos parte. Es así que a
través de nuestra labor cotidiana toman estado público muchos casos de
violencia de género, y la forma en la cual comunicamos los mismos es
determinante en la consolidación de modelos y estigmas”.
Por último antes de
dar a conocer el decálogo manifestaban que se trata de
”una construcción
colectiva, una suma de opiniones, debates e ideas confrontadas, que fueron
amalgamándose en discusiones enriquecedoras para quienes participaron de èl”.
Alertaban que el
decálogo puede convertirse en letra muerta si no existe el compromiso de
llevarlo a la práctica cotidiana.
Hacían hincapié que ese es el “mayor desafío. El desafío, indicaban :"involucra a periodistas, empresarios/as de medios y
destinatarias/os de las coberturas”.
A continuación los
10 mandamientos que se elaboraron en contra de la violencia de género:
UNO :Es correcto utilizar los siguientes
términos: violencia contra las mujeres, violencia de género y violencia
machista.
DOS :La violencia de género es un delito, en tanto y en cuanto constituye una
conducta anti jurídica que debe ser prevenida y sancionada. Es un problema
social, un atentado contra el derecho a la vida, la dignidad, la integración
física y psíquica de las mujeres. Es en definitiva, una cuestión concerniente a
la defensa de los derechos humanos.
TRES :Desterramos de nuestras redacciones la
figura de «crimen pasional» para referirnos al asesinato de mujeres víctimas de
la violencia de género. Los crímenes pasionales no existen
CUATRO: Lo importante es proteger la
identidad de la víctima, no la del agresor. Dejar en claro quién es el agresor
y quién es la víctima, y señalar cuáles pueden ser las actitudes y situaciones
que ponen en riesgo a la mujer en una relación violenta.
CINCO: Hay informaciones que pueden
perjudicar a la víctima y a su entorno. No siempre es conveniente
identificarla. Es ofensivo para la víctima utilizar diminutivos, apócopes,
apodos, etc. para nombrarla.
SEIS: Nunca buscaremos justificaciones o
motivos que distraigan la atención del punto central: la violencia.
SIETE: Es imprescindible chequear las
fuentes, sobre todo las oficiales.
OCHO : Mantener el tema en agenda,
denunciando la violencia en todas sus expresiones: psicológica, económica,
emocional, sin esperar la muerte de las mujeres. Abordar el relato de los
hechos tomando en consideración su singularidad, pero también aquello que lo
asemeja a otros casos. Eso permitirá abandonar consideraciones tales como «otro
caso de»…., «un caso más de…», evitando un efecto anestesiante.
NUEVE: Tener especial cuidado con las fotos
e imágenes que acompañan las notas. Respetar a las víctimas y a sus familias,
alejarse del sexismo, el sensacionalismo y la obscenidad. Nunca robar imágenes
o audio a la víctima. Cuando se musicaliza, no usar temas que remitan al
terror, ni que contengan letras que hablen de «amores enfermos» o celos.
DIEZ :Siempre incluiremos en la noticia un
teléfono gratuito de ayuda a las víctimas y cualquier otra información que les
pueda ser útil.
Fuente: Decálogo
para el tratamiento
periodístico
de la violencia
contra las mujeres, versión 2008
http://www.artemisanoticias.com.ar/images/FotosNotas/Decalogo_PAR.pdf
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