En 2007 se cumplían veinticinco
años del ida en que el presidente Galtieri arengando a los argentinos se
ufanaba de haber recuperado las
Malvinas:
”Hemos recuperado, salvaguardado el honor nacional, sin
rencores, pero con la firmeza que las circunstancias exigen, las islas
australes que integran por legítimo derecho el patrimonio nacional", gritaba envalentonado el general con aires mesiánicos.
Acorde al discurso patriótico
y nacionalista extremo que sostuvieron los militares, Galtieri en su soñado discurso en el balcón de la Casa
Rosada con el país rendido a sus pies tal como le gustaba ver a sus
soldados y enemigos. Y con la firmeza
que no tendría para abrigar y hacer llegar comida a los combatientes,
aseguraba:”El paso que acabamos de dar
se ha decidido sin tener en cuenta cálculo político alguno. Ha sido pensado en
nombre de todos y cada uno de los argentinos, sin distinción de sectores o
banderías y con la mente puesta en los gobiernos, instituciones y personas que
en el pasado, sin excepciones; y a través de 150 años, han luchado por la reivindicación
de nuestros derechos”.
Galtieri
tomaba así la excusa que suelen utilizar
los políticos, incluyó en el discurso a” todos los argentinos”, donde se dejan de lado todas las diferencias para
unirse bajo la bandera de la “causa”, sin excluidos, no hay “vencedores ni
vencidos”. Eso abarcaba a los vivos y a todos aquellos que dieron su vida y
reclamaron por la recuperación de las Islas desde 1833, año en que Gran Bretaña
las ocupó.
“Sé,
y lo reconocemos con profunda emoción, que ya el país entero vive el alborozo
de una nueva gesta y que se apresta a defender lo que le es propio sin reparar
en sacrificios, que es posible debamos realizar”, subrayaba Galtieri apelando a
las emociones. Quería ser claro, nada detendría la defensa de las Islas
Malvinas. “No repararía en sacrificios”
(En realidad no repararía en sacrificar a soldados, entregándolos en mano al
enemigo dado que no sólo no contaban con una mínima preparación militar, sino que tampoco en muchos casos tenían
una suficiente educación formal).
Claro
que vivía alborozado, el 2 de Abril había logrado su cometido, la sociedad le
rendía pleitesía, Galtieri sentía que
había entrado en la historia. Apenas era superado por el general San Martin, lleno
de orgullo y bizarría había recuperado las Malvinas , ahora sería “inmortal”.
Sin
embargo el manto de neblinas se levantó y en pocos meses todo se derrumbó ,
como escribió Luis Bruschtein
en Pagina 12 en 2007. Si bien habían transcurrido veinticinco años , los
excombatientes seguían olvidados :”La Guerra de Malvinas permanece en un limbo
de símbolos que genera una actitud ambivalente de la sociedad. Las principales
víctimas de esa actitud son los ex combatientes, que también fueron las
principales víctimas de la guerra”.
Para Bruchstein, los
veinticuatros años de democracia no habían curado las heridas, Malvinas era una
piedra en el zapato para los argentinos en general y para los políticos y gobernantes
en particular:” un tema áspero, insidioso y molesto”, como lo definía.
Se lamentaba que
desde 1982 a esa fecha, aún con cuatro presidentes electos por el voto (Alfonsín,Menem, De la Rúa y Néstor Kirchner):”
Malvinas no baja del plano de lo simbólico”. Todo permanecía inamovible :”Es un
símbolo de´Patria´, pero también de ´derrota´, de ´culpa´, de ´vergüenza´ y de
engaño”.
Añadía que:”cuando
se habla de la Guerra de Malvinas se mezcla todo. De Patria, porque así está en
las escuelas; de vergüenza, por la derrota y las exaltaciones de culpa, por el
sentimiento de haber sido manejados por los militares de la dictadura, y de
engaño, por las mentiras en los argumentos de la guerra”.
Había que sumarle:”la
corrupción oculta en las mismas filas de los militares y por los falsos relatos
de la guerra en los medios”. Se refería a la épica del “Estamos ganando” pregonada principalmente por Canal 7 el más importante medio estatal y la revista Gente, perteneciente
a Editorial Atlantida, que en cada una de sus publicaciones alentó a la dictadura y luchó porque se sepa la “verdad” de la
campaña anti- argentina que se había orquestado por la “conspiración marxista” internacional y a las convocatorias a donar plata y alimentos para los soldados que nunca les llegaron . El punto cúlmine fue la cruzada del programa de TV "24 horas por Malvinas", conducido por Pinky y Cacho Fontana que llevó a cabo un Fondo Solidario que recaudó más de 50 millones de dólares que quedaron en el camino sin que se supiera el verdadero destino de esa fortuna.
El periodista
observaba que:” Epejismos y arenas movedizas que plagan los discursos sobre la
Guerra de Malvinas están formados por lagunas de estas emociones contrapuestas
que desde lo simbólico desdibujan lo real, lo hacen inasible y resbaladizo”.
Es
decir que fundamentalmente desde los estratos más altos de la sociedad, de
aquellos con poder de decisión teatralizaban emociones , proclamaban que darían
ayuda, lloraban junto a las familias de los caídos y los sobrevivientes cada 2
de Abril y cada 14 de Junio para que _hasta el nuevo recordatorio_ , vuelva
todo a fojas cero.
Criticaba con ferocidad el pragmatismo al que se sometía a
los combatientes, salvo escasas excepciones, pocos diferenciaban:”lo simbólico
de lo real para dar cuenta racional de una realidad compleja”.Era penoso que los veteranos de guerra, los principales
afectados estaban en un pedestal en un papel que :”ha sido asumido como un
símbolo de la guerra, cuando, en todo caso, tendría que ser un símbolo contra
la guerra”
Esas sensaciones encontradas eran un” remolino de emociones ambivalentes” , se mezclaban” la
solidaridad y el reconocimiento pero también el rechazo”. A las personas de
carne y hueso _ como son los veteranos_ se los transformó en símbolos “de nada”.
Se los momificó para “terminarlos de joder”, sostenía Bruchstein.”Han sido
colocados en el lugar de símbolo de la guerra. O sea, son vistos como el
símbolo de algo que a ellos los destruyó. Como si el robado, no el ladrón,
simbolizara el robo”, explicaba.
Recordaba que entre los
mismos ex combatientes existen discursos
contrapuestos. Por un lado estaban los oficiales y suboficiales, que reivindican el “bagaje
patriotero hipócrita de la dictadura “ esa hipocresía era tan grande y “perversa” arribaba a que excarapintadas se
auto ligaran “ con las víctimas de la represión”, cuando ellos mismos con las sublevaciones
de Rico y Seineldín buscaron frenar los los juicios por violaciones a los derechos
humanos y en defensa de los” señores de la guerra” (ellos entre otros Astiz que
se rindió sin pelear y Rico que participó peleando y fue condecorado, pero
avala la “guerra contra la subversión”). Todo se conjugaba para que la imagen en
la sociedad se mantenga “turbia” y ambivalente”
y en lugar de abrir los brazos y recibirlos como hombres que dejaron parte de
su adolescencia y juventud en Malvinas, siga considerándolos como “ex
soldaditos”.
La indiferencia y ambivalencia la describía Bruchstein en un año en que Argentina elegiría de nuevo presidente (Cristina Fernández de Kirchner sucedería a su marido)con situaciones cotidianas:”Resulta conmovedor cuando un ex combatiente revela su identidad a un desconocido. En ese momento se mezclan el “dolor y el orgullo “y al mismo tiempo “vergüenzas ocultas”.
Después de veinticinco
años de democracia, después que se investigara y
recopilara el material que se
plasmó en el informe Nunca Más, después que se juzgara y condenara a las Juntas
, después de las leyes de obediencia debida
y Punto Final , después de los indultos y el final del servicio militar
obligatorio; después que se bajara el cuadro de Videla del Colegio Militar, que
se anularan los indultos y que los represores sean vueltos a juzgar, para los excombatientes
la percepción era una el” rechazo ambivalente” ( reitera y reafirma en cada
línea la “ambivalencia”_ es la secuela no física ni psíquica más visible– de “una sociedad que no quiere
hablar de la guerra en serio”.
Al mismo tiempo expresa:”te
entiendo, pero calláte”, es un compendio
del cruce en que “se juega todo el
conflicto”. La guerra de Malvinas en lugar de ser valorada y reconocida y tener un lugar preponderante
aumenta el “Yo no fui” o “la culpa es del otro”, es la manifestación,
la “Visión infantil “ en la sociedad. Ya
nadie los recuerda, pero sigue sintiendo culpa.”Como si hubiera una especie de
obligación patriótica de exaltar la guerra, aunque a nadie le guste”, reclamaba
el periodista en el diario fundado por Jorge Lanata y hoy acérrimo defensor de
la política de los Kirchner.
Bruchstein perseveraba en
marcar el doble discurso ambivalente que adviertía en la Argentina:”El veterano
queda prisionero entre esa exaltación y ese rechazo, como si la guerra en la
que participó no hubiera involucrado a toda la sociedad, como si ellos no
hubieran sido el punto más vulnerable de un país sumergido en la tragedia y el
desconcierto”.
Como culminación,
con dolor, escribe:” Se supone que para valorar el sacrificio de los veteranos
hay que exaltar la guerra como una gesta luminosa. Y se supone que si la guerra
fue un engaño y una tragedia, no queda lugar para los héroes, sino para los
tontos que arriesgaron la vida, engañados”.
Pareciera que los únicos
“tontos- engañados” fueron los soldados que estuvieron en las Islas o en el
territorio, solamente ellos. Son parte de un pasado que es mejor
esconderlo y poner la basura bajo la
alfombra, sin que haga falta estudiar mucho ni menos una auto-critica
” El que
apoyó la guerra y se inflamó de patriotismo desde izquierda o derecha y ahora
no quiere recordarlo porque le duele o le avergüenza haber sido usado, deja a
los ex combatientes a la deriva de una tragedia que no es solamente de ellos
sino de todo el país”.
Fuentes:
Bruschtein, Luis.” Una
sociedad presa de los símbolos de Malvinas”, Página 12, Suplemento
especial 25 años de Malvinas
http://www.pagina12.com.ar/diario/especiales/18-82728-2007-04-02.html
Biblioteca
Escolar de Documentos Digitales http://biblioteca.educ.ar Mensaje del general
Leopoldo Fortunato Galtieri del 2 de abril de 1982, día en que fueron ocupadas
las Islas Malvinas por tropas de las Fuerzas Armadas argentinas
http://archivohistorico.educ.ar/sites/default/files/VIII-04.pdf
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