Guillermo O Donnell fue uno de los académicos más
reconocidos de la Argentina y Latinoamérica, como investigador defendió a
ultranza la democracia . A la vez desde su rol advirtió sobre los efectos del autoritarismo que
condicionaban la consolidación de los regímenes democráticos en América latina.
Estudió en profundidad los períodos de transición que se dieron en el país, y
en sus trabajos más recientes transmitió su preocupación por las regresiones
populistas.
Como politólogo
también criticó con dureza la fragmentación que
sufría la Argentina desde tiempos inmemoriales, tanto en democracia como bajo regímenes
dictatoriales.
A los
gobiernos militares que usurparon el gobierno el 24 de Marzo de 1976 les espetó una vez "el Proceso no sólo destruyó el
Estado, sino que lo gangsterizó".
La
llegada de Raúl Alfonsín a la presidencia lo encontró trabajando en otra obra
significativa: Democracia macro y micro, donde señaló que la violencia de la
represión política del período militar influyó en el afianzamiento de
comportamientos autoritarios en distintos contextos sociales y desalentó la
participación en la vida política.
Con la llegada a la presidencia
de Carlos Menem, Fernando Collor de Melo y Alan García, en la Argentina, Brasil
y Perú, acuñó el término "democracia delegativa", llamando así a quienes concentraban y centralizaban
el poder, alejándose del sistema representativo, es decir desligándose de sus
ideas primarias.
Los "líderes
delegativos" surgen de profundas crisis y corren riesgo de pasar en un
plazo muy corto de una "alta popularidad a una generalizada
impopularidad", decía a La Nación.
Eso ocurrió en la Argentina de Menem, que aunque fue reelecto, se fue con un índice de popularidad muy bajo,
producto de entre otras cosas: el desprecio por la justicia a la que supo
cooptar y asegurarse impunidad en cientos de denuncias por corrupción, que se
sumaron a la poca transparencia en los negocios de privatización . Su sucesor,
Fernando de la Rúa subió con importantes antecedentes en la función pública, con una figura que lo mostraba como un hombre serio,
que dedicaría sus esfuerzos a terminar con la fiesta hipócrita menemista, pero
que tuvo que huir, despreciado por la gente que agotó su paciencia.
Entrevistado a fines de 1999 por Pagina 12, a pocos dias de que la Alianza empezara a comandar la
Argentina, observaba al país devastado en el que el silencio se había hecho
carne, se :” debe transformar el desbalance
de tantas voces del establishment en el gabinete" en "una polifonía",
que incluya a sectores silenciados durante la década del 90”.
El establishment
eran los grupos económicos concentrados que habían acompañado a los militares ,
los mismos que jaquearon desde sus comienzos a Raúl Alfonsín y que en los 90
fueron cómplices del vaciamiento del Estado llevado a cabo por Carlos Menem.
Ellos fueron Bunge y Born, los Alsogaray, los Macri, los Fortabat y la Fundación
Mediterránea , entre otros. Sus nombres; María Julia Alsogaray y Domingo Cavallo,
por nombrar a los dos más salientes.
O'Donnell,
que asumió como asesor ad honorem de la Alianza, enfatizó que "la dinámica
de la democracia y una conducción política" deben transformar el
"desbalance de tantas voces del establishment en el gabinete" en
"una polifonía", que incluya a sectores silenciados durante la década
del 90.
El
intelectual ex docente en Brasil y en Estados Unidos, regresó a la
Argentina definitivamente en 2009. Su opinión
era jerarquizada ya que nunca se desligó de lo que aquí ocurría.
O'Donnell marcaba que de cumplirse una
meta habría una bisagra en el país:”denunciar delitos cometidos durante el gobierno
de Carlos Menem puede traer costos de corto plazo para la Alianza, pero
reportaría un gran beneficio a largo plazo para la cultura política
argentina". Era imperioso
"reconstruir un Estado nacional" y de conducir el difícil tránsito
desde una "democracia delegativa", encarnada durante los últimos diez
años por Carlos Menem, hacia una "democracia representativa" con
instituciones fuertes y mecanismos "horizontales" de control.
En el reportaje era indagado sobre si -¿La democracia argentina está consolidada?
-Cuando
se dice que la democracia argentina está consolidada, me parece realmente una
charla intrascendente. Creo que a esta democracia hay que crearla todavía. En
primer lugar, el Estado debe reconocer que todos tenemos derechos, cualquiera
sea la camisa que tengamos puesta. Hay que imponer severamente la obligación de
reconocer a los ciudadanos como tales. En segundo lugar, se trata de que el
Estado atienda el reclamo de voces que durante los últimos años no salieron de
ámbitos muy pequeños.
-¿Cuál cree que es la reforma más urgente que necesita el Estado?
-Aquí el tema central es el de restablecer una relación
"amiga" entre el Estado y la sociedad. Nosotros venimos del maldito
Proceso militar. De un Estado que bajo la máscara de la clandestinidad fue asesino
y totalmente "enemigo" de la sociedad. Después pasamos con el
menemismo a un Estado demonizado, colonizado, jibarizado. Ahora, justamente
porque hay globalización necesitamos un Estado fuerte. Los países que navegan
bastante bien la globalización son países con Estados muy vigorosos, con una
intención de "filtrar" la globalización. Ese es el gran desafío, si
podemos o no recuperar un Estado.
-¿Qué hay que cambiar en las instituciones en este tránsito hacia
la "democracia representativa"?
--Hay
que llevar adelante una reforma para tener un Estado vigoroso. Otra tarea muy
importante es el área de políticas sociales, para que deje de ser un aquelarre
de programas. Y hay un área de reforma política que tiene que ver con la
financiación de los partidos, la transparencia de los gastos, una reforma del
sistema electoral nacional y provincial. Hay que decidir qué hacer con la ley
de lemas y las listas sábana.
-¿Ve alguna similitud entre la disyuntiva política que vivió
Alfonsín ante el juzgamiento de los militares con la que enfrenta la Alianza a
partir de los casos de corrupción durante la administración de Menem?
-En
la Argentina desgraciadamente tenemos una lección de impunidad que nos ha
enfermado a partir de tanto torturador y asesino del Proceso que anda suelto.
Creo que sería una gran lástima, si se comprueban casos de ilegalidad del
gobierno de Menem, que quedara otra lección de impunidad.
Si estas cosas no se hacen con tono persecutorio, uno puede
convencer a la opinión pública de que con elementos suficientes para juzgar
actos de corrupción, hay que hacerlo. Si hay un costo político de corto plazo
yo argumentaría que para la cultura política argentina a largo plazo sería un
gran beneficio.
Fuentes:
Reportaje a Guillermo O'Donnell: "Empieza el contraste con la teatralidad del menemismo". Pagina 12 , 21 de Diciembre de 1999
http://www.pagina12.com.ar/1999/99-12/99-12-21/pag06.htm
Murió Guillermo
O'Donnell, un analista profundo de la política, La Nación 30 de Noviembre de 2011
http://www.lanacion.com.ar/1428838-murio-guillermo-odonnell-un-analista-profundo-de-la-politica
La demora de la Justicia es como la manteca en la heladera, con el tiempo echa mal olor.
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