Según relata José Martinez de Hoz en su libro póstumo:“Más allá de los mitos” (Memorias y revelaciones del ministro más
polémico de la historia argentina,” (Random House Mondadori) dado a publicación hace pocos meses por su familia para reivindicar
a un hombre que- escriben-: fue el funcionario más perseguido, injuriado, y a
la vez, más investigado en toda la historia argentina”.
Asimismo lo
consideran un “ejemplo de
construcción de relaciones de poder en beneficio de un objetivo publico”.
En sus páginas cuenta que interrumpió un safari de caza en Kenia el 12 de Marzo de 1976 tras un pedido de los comandantes de las Fueras Armadas, Jorghe
Videla., Emilo Massera y Orlandol Agosti. Apenas doce días antes
del golpe se reunió con los militares en una casa en Palermo.
Le explicaron que ante la gravedad de la situación del país habían decidido apoyar al gobierno de
María Estela Martínez de Perón, lo harían presentando un programa económico alternativo,
de orientación distinta al vigente . Era
imprescindible “superar la crisis”, adujeron.
Ante la solicitud diseñó su plan destinado a “reformar profundamente la estructura de la economía”(en otras palabras y sin decirlo usaba los
mimos términos con el que la dictadura
llamó a su gobierno “Proceso de Reorganización Nacional. Cada uno desde su área). El país se encontraba en medio de una "inflación
galopante" lo que provocaba la “falta de toda posibilidad de progreso económico”.
Los tiempos se aceleraron y el 24 de Marzo Videla, Massera y
Agosti, encabezaron el derrocamiento de Isabelita, comenzaba el periodo mas
oscuro de la historia, donde el gobierno instaló el terrorismo de Estado. Campos
de concentración y tortura
clandestinos, desapariciones forzosas, robo de bebes y opositores tiradas al
mar vivos fueron parte del plan genocida.
Los
comandantes aseguraron que no habían tenido otra alternativa:”después de
febriles negociaciones y tratativas con la presidenta y varios de sus
ministros, no habían podido llegar a un acuerdo sobre cuestiones mínimas que
consideraban necesarias para el apoyo de las Fuerzas Armadas y se habían visto
obligados a hacerse cargo del gobierno”.
El
programa de Martínez de Hoz había sido el elegido, y aunque él en un comienzo
se negó, los militares lo pararon:” Usted lo escribió, Usted lo va a ejecutar”.
Finalmente tomó una resolución. Era una enorme responsabilidad. “Me ofrecían la
oportunidad de llevar adelante los principios en los cuales creía ,si me
negaba por comodidad o por temor, eso equivaldría a una cobardía que me impediría
mirar a los ojos a mis hijos en el
futuro”·
Al
describir la puesta en marcha, Martinez de Hoz el panorama era el siguiente:” la inflación tenía un
altísimo nivel: 50% mensual en marzo de 1976 -es decir 16.000 anual- y 920
anual - cuando se calculan los 12 meses precedentes-; además llevaba décadas
de existencia en el país, situación que suele generar hábitos viciosos que, a
su vez, provoca más inflación. Otro punto negativo era la existencia de una
:” economía cerrada, sin competencia, hecho que dificultaba la estabilidad, porque no existe un freno
eficiente para el aumento de precios”.
De
inmediato se observó una reactivación no exenta de dificultades, señala:" la
Argentina registró un superávit del sector externo que se generó a causa del
aumento de exportaciones. Dicho superávit tenía dos efectos: por un lado
resultaba un beneficio para el país, pero por el otro retrasaba la lucha contra
la inflación, porque las divisas ingresadas debían canjearse por pesos y
expandían así la base monetaria, sobre todo, porque todavía no había una
suficiente apertura a las importaciones que pudiera balancear esta situación”.
En una contradicción, analizaba el ministro: “las propias bondades del programa
eran las que a la vez dificultaban el freno a la inflación”.
De todas maneras,
un primer objetivo se consiguió remarca en Más allá de los mitos”: En la primera etapa de su gestión,
la inflación descendió a 150% anual y se estancó en ese nivel”.
¿Qué fines perseguía el plan?, Martinez de Hoz de puño y letra respondió:" El programa estaba destinado a lograr un mayor equilibrio en las cuentas externas, lo cual
favorecía la reducción del impulso inflacionario, como se ha dicho. Pero
también tenía como objetivo la promociónla modernización y reequipamiento
del aparato productivo del país, a fin de permitir que la industria pudiera
contar con una estructura competitiva”. Sintetizaba:”El programa era, pues,
pro-industria y no anti-industria”.
Tuvo que
sortear, se excusó la neutralización de la “tablita cambiaria” ante un fenómeno “imprevisble”, la revolución islamica de marzo de 1979 que instauró en Irán al Ayatollah Komeini como jefe supremo y una crisis que provocó
un shock de petróleo y triplicó los precios del combustible.
Argentina inmersa
en el contexto internacional también se vio afectada:” los sectores de mayor incumbencia en el programa, reclamaron que se rectificase lo que se llamó
el “desfasaje o retraso en la paridad cambiaria”; es decir, pedían con
insistencia una devaluación, hecho negado por el gabinete “.
Al contrario, la
idea era realizar un serio esfuerzo de reducción de costos, por parte de las
unidades productivas, por vía del mecanismo de la competencia de mercado”,
explicó.
Con énfasis
Martinez de Hoz destaca que:" El espíritu que impregnó todas las reformas
llevadas a cabo durante la gestión del fue la liberalización de la economía”.
Su efectivización fue lo que posibilitó los mejores resultados”, admitió, mientras
criticó a los opositores :” en contra de la propaganda posterior realizada por
diversos sectores políticos interesados. Su defensas la basó en la realidad concreta de
otros países:” Ocurre que si la libertad económica fuera mala por sí misma,
tantos países no hubieran progresado y se hubieran convertido en naciones desarrolladas
adoptando esa política”.
En
Argentima, la liberalización de la economía, examinó Martinez de Hoz fue un "éxito". Se apoya detallando distintos aspectos:
*Gracias a
las reformas a la ley de Inversiones Extranjeras y, especialmente, por la
confianza del exterior respecto de la marcha de la economía, las inversiones
extranjeras directas se duplicaron primero entre 1977 y 1979 y luego se
volvieron a duplicar entre 1979 y 1980. Al final de la gestión de Martínez de
Hoz había comprometidas y aprobadas inversiones por más de 3000 millones de
dólares. En el período 1977-1980, ingresaron 250 nuevos inversores, casi la
mitad de los cuales se radicaban por primera vez en el país. Esto significaba
nuevas fuentes de trabajo y mayores contribuciones para la nación.
*Fue
también gracias a la política de Martínez de Hoz que se modernizó la atención
médica, merced a un gran reequipamiento hospitalario en todo el país, con los
que entonces eran los mayores adelantos, como equipos de tomografía computada,
nuevos aparatos de rayos X, ecografías y un sinfín de instrumental médico de
precisión que contribuyó a mejorar, sin duda alguna, la calidad de vida de la
gente.
La
propaganda política posterior creó el mito de la destrucción del aparato
productivo industrial, en contra de las pruebas de los números reales. Si bien
había fábricas que cerraban, como en todas las épocas, pudo constatarse que la
mayoría de las que quedaban en esa situación no aprovecharon la gran
oportunidad que tenían para renovar sus maquinarias, cuya tecnología era de
1920 o 1930. Prueba de ello es que las industrias locales cuyos propietarios
invirtieron en su propia producción, en lugar de pretender llevarse ganancias
fáciles a costa del público y de sus operarios, mejoraron significativamente su
situación y es así que compitieron en mejores condiciones, no sólo con sus
pares de Argentina, sino también del exterior.
Refuta
Martinez de Hoz la existencia de des industrialización:”las empresas que se
habían modernizado aprovechando las circunstancias creadas por el programa
económico prosperaron. En cambio, aquellas que no lo hicieron, tenían dificultades
y hasta algunas quebraron”.
A casi dos
años de su muerte en sus memorias el exministro culpó al intenso bombardeo propagandístico que, desde
muchos sectores interesados, se llevó a cabo contra las políticas”. Nada de lo
que esgrimieron es cierto:” hay índices y documentación respaldatoria”.
La culpa
que todo haya caído en saco roto y que hoy no se reflejen en la realidad las bonanzas son de los otros, como concluye:” En todas las épocas, hubo sectores interesados en
mantener un Estado grande e ineficiente con el cual hacer negocios fáciles, en
lugar de apostar por la modernización industrial de la Argentina".
Fuente:
http://www.martinezdehoz.com/temas_polemicos.php
José Alfredo Martinez de Hoz, "Más allá de los mitos" ( Memorias y revelaciones del ministro más polémico de la Argentina", Sudamericana 2014?
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